La Flora y la Fauna en la Geográfia de la Península Ibérica
La fauna extinta de la Península Ibérica incluye a las especies animales existentes en la Península ibérica en el pasado; tanto en tiempos prehistóricos como históricos. Debido a su aislamiento geográfico en varias épocas, ha habido muchas especies endémicas. Desde el Oligoceno Superior hasta la actualidad, esta península es una isla biogeográfica, lo que ha permitido el desarrollo de endemismos.
Prehistoria en la península ibérica
La prehistoria en la península ibérica se refiere al periodo de tiempo transcurrido desde la llegada de los primeros miembros del género Homo a la península ibérica hace más de un millón de años, hasta la aparición de textos escritos como consecuencia de la presencia de colonizadores fenicios, griegos y romanos (a partir del 1100 a. C. los primeros) en las costas del Levante y sur peninsular. En la península encontramos los restos más antiguos de homininos en Europa, el Homo sp. y el Homo antecessor, la colección de fósiles más amplia de Homo heidelbergensis, unos pocos de Homo neanderthalensis y, por supuesto, de Homo sapiens.
Este último nos ha legado algunas de las mejores representaciones de arte parietal del mundo.
Los abundantes monumentos megalíticos repartidos por la geografía peninsular, así como las culturas calcolíticas de Los Millares y Vila Nova y la del bronce de El Argar, son claros exponentes de la evolución cultural ibérica durante el Neolítico y la Edad de los metales. Proceso que culminó con la entrada en la Protohistoria según su definición clásica de los tartesios y los íberos gracias a los testimonios que nos han dejado los pueblos colonizadores y que han servido para reconstruir parte de la historia de los pueblos ágrafos peninsulares.
Orografía
El carácter peninsular explica una historia condicionada por el mar, a través del cual han llegado y han partido influencias e intercambios culturales, enriquecidos por la doble influencia atlántica y mediterránea. Su aislamiento respecto al resto de Europa, causado por la frontera natural de los Pirineos, ha contribuido en ocasiones a originar una relativa diferenciación entre la evolución de la península ibérica y la de los demás espacios continentales. Su situación geográfica ha servido de puente para unir Europa y África, formando un nexo de interconexión entre los factores histórico-culturales surgidos en ambos continentes.
Su geografía interna está determinada por un relieve complejo, con numerosos sistemas montañosos y un clima muy variado y variable. La acción de los ríos, más caudalosos en otros tiempos que en la actualidad, provocó la creación de terrazas fluviales que propiciaron el establecimiento de grupos humanos. Existió además una actividad volcánica manifiesta en La Garrocha, Gerona, de la cual todavía se pueden ver sus efectos.
Buena parte de la orografía de las montañas peninsulares es consecuencia de la acción de los glaciares, tanto de circo como de valle, que durante los periodos más fríos del Cuaternario cubrieron sus zonas altas. En los Pirineos llegaron a medir 30 km y tener espesores de 400 m. Al retirarse dejaron atrás circos, lagos y valles en forma de artesa.
También la costa sufrió alteraciones al descender y aumentar el nivel del mar a la par que se producían glaciaciones o interglaciares. Está documentada en la costa levantina una transgresión de 80 my regresiones de 120 m. Estas últimas provocaron la unión de las islas de Mallorca y Menorca en una sola y que las orillas mediterráneas se retiraran varias decenas de kilómetros. Mas, en general, la superficie peninsular no aumentó significativamente.
Clima
El clima peninsular durante el Mioceno y el Plioceno era más caluroso y húmedo que en el Pleistoceno, época geológica que se corresponde con el Paleolítico. Hace unos diez millones de años comenzó un proceso de enfriamiento y aridificación que debió sufrir diversas fluctuaciones.
La característica climática principal del Pleistoceno en Europa fue la sucesión alternativa de distintos periodos glaciales y sus correspondientes interglaciares. Debido a que la península ibérica está situada entre el Atlántico, el Mediterráneo y África, su clima fue afectado en similar medida por los fenómenos europeos y por las pluviaciones africanas, generando una amplia variedad de ambientes.
Solo hay evidencias de glaciares en las grandes cordilleras montañosas y las especies animales de clima frío como el reno o el mamut aparecen restringidas a la meseta norte y el Cantábrico.10? La temperatura media anual de la península durante los momentos más fríos de la última glaciación hace 21 000 .17 000 años sería unos 10-12ºC menor que la actual.
Aunque cada glaciación fue diferente en intensidad y extensión a las demás, en general podría decirse que durante estas fases frías la meseta central habría tenido un clima más extremo y lluvioso que el actual, comparable quizás al existente en Polonia o la Rusia europea de nuestros días. La costa cantábrica sería mucho más fría y húmeda, similar al actual norte de Escocia, y Andalucía tendría unas temperaturas algo inferiores a las del presente sur de Francia. En los periodos interglaciares, este último sería el clima de la costa cantábrica, la andaluza sería muy calurosa y la zona levantina padecería un clima subdesértico.
Flora
Los ecosistemas forestales miocénicos y pliocénicos de la península ibérica estaban conformados por bosques nubosos con árboles de la familia del laurel relictos actualmente en los canutos de Cádiz y áreas de Macaronesia, bosques templados como los actuales y de coníferas con secuoyas. Con la llegada de las glaciaciones el medio cambió considerablemente: durante el último máximo glaciar las zonas que no estuvieran cubiertas por nieves perpetuas del área cantábrica, las cordilleras peninsulares y las mesetas serían unas estepas frías e inhóspitas, casi carentes de vegetación; los bosques de pinos serían predominantes en las zonas más bajas; algunos bosques templados con robles, fresnos, avellanos, alisos, arces, etc y mediterráneos de encinas y alcornoques se conservarían en áreas favorables cercanas a las costas.
La Fauna
También los cambios climatológicos provocaron sus efectos en la fauna ibérica. En los periodos glaciales los animales característicos fueron el mamut, el rinoceronte lanudo y el reno, especies propias del norte que encontraban en la menor rigurosidad del clima peninsular un cobijo de los hielos centroeuropeos. Durante los periodos interglaciares el mamut meridional, el elefante antiguo y el rinoceronte de Merk fueron los animales de gran tamaño más abundantes. También existieron otras especies que mantuvieron su presencia de manera más o menos continuada a pesar de los cambios climáticos; entre ellas destacarían distintos tipos de leopardos, leones, osos, lobos, hienas, caballos, bisontes, jabalíes, cérvidos y cabras.
Paleolítico
Véase también: Primer poblamiento de la Península Ibérica
Hace aproximadamente unos 800.000 años, los primeros pobladores de la Península Ibérica partieron desde África hasta Europa. Los restos de estos pobladores se han hallado en la sierra de Atapuerca, denominados bajo el nombre de Homo antecessor, Homo heidelbergensis y Homo neanderthalensis. También encontraron restos del Homo neanderthalensis en Bañolas, Cova Negra, El Sidrón y Sima de las Palomas.
Los primeros pobladores en la península ibérica eran depredadores, y su supervivencia dependía de la caza, la pesca y la recolección de frutos. Eran nómadas, es decir, o bien se desplazaban siguiendo a rebaños de animales o bien buscando las mejores condiciones climáticas. Vivían en pequeños grupos sin una jerarquización social y presentaban una organización social colectiva.
El Paleolítico de la península ibérica se divide en tres etapas:
Paleolítico inferior(1.300.000 125.000 años. En esta etapa se han hallado utensilios y restos de animales como alimento. Entre los yacimientos se encuentran el yacimiento de Ambrona, el yacimiento de Bolomor, el yacimiento de Torralba y los yacimientos de la sierra de Atapuerca: Gran Dolina, Trinchera Galería, Sima del Elefante, Sima de los Huesos, etc.
Paleolítico medio, 400.000 30.000 años. En esta etapa se han encontrado numerosos utensilios. Entre las cuevas halladas destacan las cuevas del monte Castillo, la cueva de L'Arbreda, la cueva de Lezetxiki y la cueva de Peña Miel. Los restos más antiguos del Paleolítico medio peninsular, -también conocido como tecnologías del Modo han sido registrados en los niveles TD11 y TD10 de Gran Dolina de la sierra de Atapuerca.
Paleolítico superior, 40.000 10.000 años a. C. Se utilizan como nuevos materiales el hueso, y aparece el arte rupestre. Entre los yacimientos se encuentran el yacimiento de Parpalló, el yacimiento de Santimamiñe y el yacimiento de Tito Bustillo. El Paleolítico superior guarda una estrecha relación con el Epipaleolítico (10.000 - 5500 años a. C.
En las numerosas cuevas de la península ibérica aparecen las denominadas pinturas rupestres, una seria de grabados que representan escenas superpuestas donde destacan los animales, pintados con una técnica naturalista. Las pinturas rupestres se concentran en la zona cantábrica, y destaca principalmente la cueva de Altamira. En la zona levantina las pinturas rupestres representan escenas de carácter narrativo con figuras humanas que tienden a la esquematización. En esta zona destacan las pinturas de Albarracín, Cogul y La Valltorta.
Cráneo nº 5 de la Sima de los Huesos Atapuerca, hasta ahora el cráneo pre-neandertal más completo hallado en el mundo. Antigüedad: unos 530 000 años. La mandíbula fue encontrada en campañas de excavación posteriores.
Hasta no hace mucho, los arqueólogos databan la aparición del hombre en Europa en torno a los 500 000-600 000 años A.P. Pensaban que se agrupaba en pequeñas hordas de cazadores-recolectores pertenecientes a una variedad del Homo erectus. Los restos del Paleolítico inferior en la península ibérica eran muy escasos, aunque se habían encontrado piedras talladas de unos 500 000 años de antigüedad. Sin embargo, los descubrimientos realizados en la sierra de Atapuerca, cercana a Burgos, han cambiado totalmente los esquemas establecidos. En primer lugar, en el año 1994, durante una prospección llevada a cabo en la sima llamada Gran dolina, aparecieron los restos del homínido más antiguo hallado hasta entonces en Europa, cuya datación se sitúa en torno a los 800 000-780 000 años. Después, en 2007, recuperaron de la Sima del elefante una mandíbula de entre 1,3-1,2 millones de años AP perteneciente a un provisionalmente denominado Homo sp.
Los componentes del equipo de investigación de Atapuerca, una vez analizadas las características de más de 100 restos fósiles encontrados en la Gran Dolina y la abundante industria lítica asociada, llegaron a la conclusión de que era una especie de hominino distinta a la del Homo erectus. Su esplacnocráneo era similar al nuestro, su capacidad craneal cercana a los 1000 cm3, su constitución era fuerte y su altura entre 1,65.1,75 m. Gracias a estos fósiles los investigadores han propuesto una nueva hipótesis de la evolución de nuestra especie: corresponderían al denominado Homo antecessor, un eslabón intermedio entre el Homo erectus y el Homo heidelbergensis, antepasado del Homo neandertalensis. Aunque hasta hace poco se ha considerado esta última especie como descendiente directa del H. erectus, según esta teoría constituirían el producto de una evolución directa del H. heidelbergensis. Así parecen demostrarlo los restos de más de treinta y dos individuos encontrados en la Sima de los huesos de Atapuerca datados aproximadamente en 430 000 años, que presentan algunos rasgos semejantes a los de los neandertales.
Las estrategias adaptativas de estos homínidos del Paleolítico inferior serían las características de los cazadores-recolectores, agrupados en pequeñas hordas, sin hábitat permanente y acampando en lugares al aire libre cercanos a los ríos. Se han hallado por toda la Península hachas bifaces adjudicados a estas especies de Homo, junto a restos de huesos de mamíferos de gran tamaño. Los expertos están divididos entre los que creen que aprovechaban los grandes animales muertos por otros depredadores y los que piensan que los cazaban en grupo, mediante el acoso. Algunas evidencias en los huesos hallados en Atapuerca demuestran que pudieron haber practicado el canibalismo.
Paleolítico medio
Este periodo, también denominado Musteriense, está asociado en toda Europa al Homo neanderthalensis, hominino que se desarrolló desde hace unos 150 000 años hasta aproximadamente 35 000, coincidiendo en gran parte con la glaciación de Würm. Sin embargo, la especie neandertal evolucionó en Europa y Asia únicamente, lo cual pone en entredicho la diferenciación entre el Paleolítico inferior y medio a nivel global. Asimismo, se han localizado en España diversos yacimientos con una cultura musteriense plenamente desarrollada ya en la glaciación de Riss la Cueva de Las Grajas, en Archidona, Málaga.
Raedera, utilizada para curtir pieles
Se han encontrado dos cráneos neandertales completos en la zona de Gibraltar, así como numerosos restos óseos e incluso algún diente en yacimientos situados por toda la Península. En la cueva de Nerja situada en la localidad de Maro, municipio de Nerja, Málaga fueron datadas con 42 000 años de antigüedad, en 2012, unas pinturas de focas que podrían ser de las primeras obras de arte conocidas en la historia de la humanidad y, por su edad, realizadas por neandertales, pero un estudio de 2017 dejó la antigüedad entre 18 000 y 20 000 años, lo que las pondría dentro del Magdaleniense.
Los neandertales eran cazadores-recolectores, tenían una gran fortaleza física, un cráneo dolicocéfalo alargado, una capacidad craneal superior de media a la del hombre actual 1 500 cm3, carecían de mentón y medían 1,70 m aproximadamente. Condicionados por un clima muy riguroso, cuyas oscilaciones térmicas les obligaron a refugiarse en cuevas, se caracterizaron por desarrollar una mayor variedad cultural que sus antecesores. Perfeccionaron las técnicas de caza de animales mayores caballos, renos y bisontes y el consecuente aprovechamiento de sus pieles. Los utensilios musterienses son muy diversos y claramente especializados. El interés por ciertos objetos pintorescos y la práctica de enterramientos Cueva de Morín nos indica también la existencia de una cierta capacidad simbólica y de la creencia en algún culto espiritual.
Paleolítico superior
Bisonte de la cueva de Altamira, Cantabria, España.
Réplica del techo de la sala de polícromos de la Cueva de Altamira en Cantabria.
Esta última fase se desarrolló paralelamente en toda Europa desde el 35 000 hasta el 8 000 a. C. Está asociada al Homo sapiens u hombre de Cromagnon, la especie homínida que sustituyó a los neandertales, con los que compartiría un antepasado común. Probablemente constituyeron grupos nómadas que se trasladaban alternativamente de una zona de caza a otra, viviendo al aire libre en cabañas o en cuevas en las zonas frías. La gran abundancia de yacimientos indicaría un aumento exponencial de la población, producto posiblemente de una dieta más diversificada y nutritiva, que incluiría la pesca, la recolección de frutos y el marisqueo.
La industria lítica, refinada y muy diversa, se complementa con utensilios de hueso, cuerno o marfil, decorados y bastante sofisticados como los propulsores o los arpones. La amplia variedad de objetos artísticos, adornos y pinturas nos permiten reconstruir en parte el espectacular incremento de las capacidades simbólicas respecto a anteriores homininos. La generalización de los enterramientos, con ajuares funerarios y pequeñas esculturas nos indican también la riqueza de su mundo espiritual.
Los restos del Paleolítico superior se concentran en dos grandes zonas de la península:
En el Levante hay asentamientos que presentan unos rasgos muy diferentes a los de otras regiones europeas. Entre los objetos más originales encontrados están un tipo de puntas de flecha con aletas y un pedúnculo para insertarlas en los mangos, así como unas extrañas placas pintadas.
En la zona de Cantabria se encuentran los yacimientos más antiguos unos 35 000 años de antigüedad, aunque los restos más abundantes son los datados hacia finales del periodo, durante el Magdaleniense, cuando apareció el arte rupestre de las grandes cuevas, en paralelo a otros lugares de Francia. Entre los yacimientos que contienen este tipo de manifestaciones artísticas destacan las cuevas de El Castillo, Altamira y Tito Bustillo. Generalmente están situadas en lugares poco accesibles y presentan a animales en posiciones muy distintas, ya sean bisontes, ciervos o caballos, a veces superpuestos y, en algunos casos con muestras de haber sido golpeados. Han sido interpretadas de múltiples formas, entre otras como pinturas mágicas, quizá de aspecto religioso y espiritual, propiciatorias de la caza. En muy pocas ocasiones se observan figuras humanas.
Epipaleolítico.
La fase de transición entre el Paleolítico y el Neolítico se ha denominado Epipaleolítico. Se extendió entre el 9000 y el 6000 a. C., y estuvo caracterizada por el calentamiento climático correspondiente a la finalización del periodo glacial, la diversificación económica basada en la recolección de frutos, la caza menor, la pesca y el marisqueo, así como una industria lítica de pequeño tamaño (los microlitos), adaptada a mangos de madera y hueso, que demuestran una mentalidad más práctica y una mayor especialización respecto sus antecesores. Las áreas de poblamiento coinciden con las del previo Magdaleniense: la zona cantábrica cultura asturiense, la mediterránea y la costa portuguesa.
Neolítico
Neolítico en la península ibérica
Aproximadamente a partir del 6000 a. C. comenzó el Neolítico en la península. Al igual que en el resto de Europa, la asimilación de los fundamentos neolíticos se produce por influencia del Oriente Próximo, penetrando estos desde el área mediterránea hacia el interior entre el VI-IV milenio a.C. y fusionándose con los rasgos autóctonos de cada región. Así, la nueva economía agrícola-ganadera fue reemplazando a la de los cazadores-recolectores, favoreciendo la sedentarización de la población. En la península ibérica la ganadería fue la actividad predominante en la mayor parte de las zonas, dadas las accidentadas condiciones orográficas. Se desarrollaron útiles específicos para las tareas agrícolas, tales como las azadas, hoces y molinos de mano, y adquirieron un gran desarrollo los instrumentos de madera, asta y hueso. Pero el cambio principal en el utillaje fue la aparición de la cerámica, primordial para la cocción de los alimentos y su conservación.
Dolmen de Moià, Cataluña.
Dolmen de Menga en Antequera.
La primera fase del Neolítico, denominada Neolítico inicial, desde el VI milenio a. C., se desarrolló en torno al Mediterráneo, en la costa valenciana principalmente, donde se hallan los yacimientos más importantes. El Neolítico inicial está caracterizada por la cerámica cardial, caracterizada por una decoración impresa mediante conchas de molusco cardium edule. Se han encontrado yacimientos en Cataluña, Levante y Andalucía. En ellos hay muestras de prácticas agrícolas pero con predominio de una economía ganadera. Los asentamientos son en cuevas,
Entre el cuarto y el tercer milenio a. C., a partir del 4000 a. C., se desarrolló una segunda fase neolítica, denonimada Neolítico pleno, caracterizada por la expansión de la economía productora por el resto de la península: de este periodo son los asentamientos de las dos mesetas, del valle del Ebro y del País Vasco, por lo que los yacimientos ahora no se encuentran en zonas montañosas, sino en tierras fértiles y en llanos, donde se construyeron los poblados. Se proliferó además las sepulturas organizadas en necrópolis.
Mientras, en Cataluña y el sur de Francia apareció la denominada cultura de los sepulcros de fosa, caracterizada por sus tumbas individuales o dobles con ajuar, cubiertas por losas. Eran grupos predominantemente agrícolas, poseían una técnica cerámica muy avanzada y los restos funerarios demuestran que se trataba de una sociedad igualitaria.
Uno de los fenómenos culturales más interesantes de la época es el de los monumentos megalíticos: enterramientos colectivos, comunes también a la fachada atlántica de Europa occidental y relacionados con el desarrollo de las creencias religiosas. Son de características muy diversas, desde la pequeña cista hasta la gran tumba de corredor, pero todos ellos eran construidos con enormes piedras y techadas posteriormente con una o varias losas planas, aunque a veces se utilizaban elementos más pequeños. Se encuentran por todo el territorio peninsular y su utilización se prolongó hasta ya entrada la Edad del Bronce.
La pintura levantina es característica del Neolítico peninsular. Las representaciones se localizan en abrigos rocosos de las sierras interiores, donde aparecen escenas de conjuntos con mucho dinamismo y con figuras humanas estilizadas, reflejo de un mayor grado de esquematización y abstracción que la pintura cantábrica del Magdaleniense.
Edad de los Metales
Durante el tercero y el segundo milenio a. C. se introdujo la metalurgia, debido a la grandiosidad de los megalitos, en Andalucía y en Extremadura destacó el desarrollo del megalitismo, que está relacionado con la metalurgia del cobre. Entre estos megalitos se encuentran los de Los Millares, los de Menga y los de El Romeral. Se construyeron poblados amurallados, como el ya mencionado de Los Millares. De todos los restos arqueológicos encontrados en los yacimientos, se ha encontrado un vaso campaniforme, un nuevo tipo de cerámica en forma de campana invertida.
En el 1700 a. C., el paso de la metalurgia del cobre a la del bronce data de la cultura de El Argar. El Argar se localizaba en las actuales Murcia, Almería, Alicante, Albacete, Jaén y Granada. Junto a El Argar data también la cultura talayótica de las islas Baleares, que se caracterizó por la construcción de murallas ciclópeas y por la edificación de los talayots, unas torres que flanqueaban el recinto amurallado; las taulas, unas mesas con una desconocida función; y navetas, recintos en forma de nave invertida con finalidad financiera.
Al final del segundo milenio a. C. llegaron fenicios, griegos y cartagineses a las costas levantinas, mientras pueblos indoeuropeos cruzaban por los Pirineos y se establecían en las ciudades de Galicia y Asturias, donde desarrollaron la cultura castreña.
Calcolítico
Al Calcolítico o Edad del Cobre se asocian dos grupos culturales: Los Millares y Vila Nova, ambos relacionados en su segunda fase con el vaso campaniforme.
Vaso campaniforme procedente de Ciempozuelos. Estos se pueden hallar en sepulturas individuales, con ajuares funerarios que incluyen objetos de cobre. Corresponden a la fase final del Calcolítico.
Entre los años 3100 y 2200 a. C., o 3500-2250, según diferentes investigadores, surgió en las zonas almeriense y murciana la denominada cultura de Los Millares, cuyo nombre proviene del yacimiento principal. Se trata de una sociedad establecida en pequeñas poblaciones fortificadas, con unas superficies de entre una hectárea y cinco, y necrópolis megalíticas de tholoi en las inmediaciones. Su economía estaba basada en una agricultura de secano, con indicios de estar complementada por cultivos de regadío. También tenían una cabaña ganadera de cierta entidad y comerciaban con el Atlántico y África. La metalurgia del cobre que practicaban está considerada de origen autóctono.
Contemporáneo a Los Millares y con características similares, el complejo de Vila Nova se desarrolló en la desembocadura del río Tajo, en el actual Portugal. La principal diferencia estriba en las necrópolis, donde se encuentra una relativa abundancia de hipogeos y cuevas artificiales en detrimento de los tholoi, justo al contrario que en el sudeste.
El fenómeno del vaso campaniforme se desplegó por toda Europa a partir del 2900 a. C. o entre el 2400-1800, dependiendo de los autores. Su nombre se debe a la existencia de abundantes cuencos y vasijas cerámicas con la forma de campana invertida, asociados en los ajuares a una serie de objetos característicos que incluyen elementos de cobre, en tumbas que evidencian la existencia de élites sociales diferenciadas por su nivel de riquezas. Se han encontrado restos en la desembocadura del río Tajo, Cataluña, Andalucía y Madrid Ciempozuelos.
En el centro peninsular hallamos también la cultura de Las Motillas, elevaciones defensivas situadas en el entorno del Guadiana.
Edad del Bronce
Tesoro de Villena, el mayor y más importante conjunto de orfebrería prehistórica de la Península.
Edad del Bronce en la península ibérica hacia el 1500 a.C.
En el sudeste peninsular los grupos millareses dieron paso a la cultura argárica que se desarrolló principalmente en las actuales provincias de Almería, Granada y Murcia, aunque también en las áreas limítrofes. Está caracterizada por pueblos levantados sobre cabezos o colinas de difícil acceso, muchos de ellos con fortificaciones y de tamaño mayor que en la etapa anterior. Sus casas suelen ser de planta más o menos rectangular y en sus suelos o paredes se depositaban los muertos, convirtiéndose así simultáneamente en viviendas y necrópolis. La agricultura y ganadería desempeñaban un papel fundamental, así como la metalurgia, mediante la cual fabricaban las armas y objetos suntuarios de cobre, plata, oro y bronce que otorgaban estatus social a sus poseedores. El control de las materias primas y de la metalurgia condujo a una clara estratificación social que llevó al establecimiento de las jefaturas, que, según algunos autores, se convirtieron en incipiente estado.
Los grupos argáricos tuvieron intensos contactos con sus vecinos del área del Guadiana y del Guadalquivir. Hacia el norte, el Bronce Manchego o complejo de Las Motillas se extendió por Albacete y Ciudad Real. En un principio se creyó que éste no era más que una expresión diferenciada de la cultura argárica, resultante de su expansión hacia el interior, pero actualmente se tiende a caracterizarlo como un horizonte propio, con importantes relaciones con el Argar y el Bronce valenciano. Los asentamientos manchegos son bastante numerosos y, aunque dispersos y extensivos dentro de un territorio, mantenían relaciones entre sí formando agrupaciones. Los caracterizados como morras en Albacete y motillas en Ciudad Real, eran fortalezas circulares dispuestas en anillos concéntricos en torno a una gran torre central, constituyendo lugares de habitación sin parangón en el resto de la Península. Existe, incluso, un asentamiento muy singular, el crannóg de El Acequión, que demuestra la versatilidad de estos grupos para adaptarse al medio. Sus redes de relaciones y comunicaciones se mantuvo casi intacta hasta época romana.
Cuencos de Axtroki. Oro repujado del Bronce final. Hallados en Escoriaza Guipúzcoa.
Durante el Bronce final comenzó a despuntar en las Islas Baleares la cultura talayótica, que llegaría a su clímax durante la Edad del Hierro. También hacia el final del periodo 1200.1000 a. C. Extendieron por el área de Cataluña los primeros asentamientos de los campos de urnas.
Edad del Hierro
La Edad del Hierro transcurrió, aproximadamente, desde el año 1000 a. C. hasta la conquista romana de Hispania, que comenzó en el 218 a. C. Ésta sería la última etapa prehistórica en el territorio peninsular, ya que coincide con la fundación de colonias por parte de los pueblos mediterráneos fenicios, griegos y cartagineses y la supuesta llegada de otros del norte de Europa (los celtas, aunque recientes estudios de la universidad de Oxford pretenden que este pueblo podría ser autóctono de la península.
Las primeras colonizaciones se limitaron, fundamentalmente, a pequeños asentamientos, escasos y breves, ya que tanto fenicios como griegos dieron mayor importancia a comerciar y asegurarse el control de las riquezas mineras para sus metrópolis, que a establecerse de una forma permanente en el territorio peninsular.
La consecuencia inmediata de estas aportaciones foráneas fue una considerable influencia cultural sobre los indígenas afectados. En general no existe discontinuidad entre los grupos del Bronce y los del Hierro: los restos arqueológicos nos hacen pensar en una paulatina evolución y solamente las aportaciones tecnológicas y culturales externas provocaron una progresiva diferenciación entre los pueblos mediterráneos y los del interior.
Tradicionalmente, este periodo ha sido definido como Protohistoria de la península ibérica, siguiendo la interpretación clásica de ésta: el tiempo en el que no hay fuentes escritas directas producidas por la propia sociedad protohistórica, sino indirectas realizadas por otra sociedad que ya estaba en una fase histórica. Para la península ibérica esta fase ocuparía los últimos siglos del II milenio a. C. y la mayor parte del primero. Entre estos textos indirectos se debería mencionar la Biblia que tiene algunas enigmáticas menciones que pueden, quizás, localizarse en la península ibérica,documentos en griego como el Periplo massaliota o el Periplo de Piteas y los abundantes documentos de época romana, en latín o en griego.
Idiomas en la península ibérica alrededor del 300 a. C.
Es prácticamente imposible precisar el momento en que apareció la metalurgia del hierro en la península, ya que durante algunos siglos este metal coexistió con el bronce. Es posible que la trajesen los fenicios al establecerse en el sur de la península hacia el año 1.000 a. C. o bien los griegos, que fundaron su primera colonia probablemente Rhodes, actual Rosas, Gerona en el siglo VIII a. C. Tampoco hay que olvidar que a partir del 900 a. C. se cree que llegaron grupos célticos, que ya conocían este metal y lo utilizaban para fabricar sus espadas, lanzas, escudos o cascos.
La cultura talayótica se desarrolló en este periodo. El nombre deriva de sus características torres defensivas, troncocónicas y construidas con grandes piedras, en torno a las cuales se establecían los poblados. Además, hay otro tipo de monumentos llamados taulas, con forma de altar, pero de tres o cuatro metros de altura, de las que se conservan una treintena en Menorca. El tercer tipo de monumento caracterizado por su vastedad es la naveta, edificio rectangular terminado en ábside y construido con grandes bloques de piedra, que servía como lugar de enterramiento colectivo.
Los pueblos de la denominada área ibérica sur y este peninsular, fueron los que más intensamente recibieron la influencia de las colonias griegas y púnicas, y son calificados como preindoeuropeos. En la zona suroccidental se produjo incluso el surgimiento y desaparición de una entidad política de supuesta dimensión estatal: Tartessos. Los pueblos de la denominada área indoeuropea centro, oeste y norte peninsular estaban más bien vinculados al ámbito cultural centroeuropeo conocido como celta, aunque entre ellos había notables casos de pueblos preindoeuropeos, como los vascones.
Pueblos prerromanos
La Dama de Baza, siglo V a. C., Museo Arqueológico Nacional de España. En la escultura ibérica aparecen figuras femeninas, de gran tamaño y hechas de piedra, que iban ataviadas según la moda de las damas de la sociedad ibérica. Su finalidad pudo ser funeraria o religiosa.
Desde inicios del siglo V a. C., la península ibérica se dividía en dos zonas culturales. En las costas este y sur se situaban los pueblos ibéricos influidos por el contacto con las colonizaciones púnicas y griegas, y presentaron características comunes. El resto estaba habitado por los pueblos celtas, con rasgos culturales comunes aportados por las migraciones indoeuropeas.
Entre los pueblos ibéricos se encontraban los bastetanos, los edetanos, los layetanos y los turdetanos, entre otros. Estos pueblos presentaban una economía agrícola basada en los cereales, el esparto, el lino, el olivo y la vid. El pueblo ibérico que habitaba el sur explotaba las minas y desarrolló una importante metalurgia, en la que destacaba la fabricación de armas, también denominado como falcata ibérica, y la orfebrería. Elaboraba cerámica y tejidos, y comenzaron a acuñar una moneda propia gracias al comercio. Algunos desarrollaron la escritura. Los íberos habitaban en poblados amurallados situados en zonas de fácil defensa y su organización social se basaba en tribus. En relación al poder económico y militar, existía una jerarquización social, con la presencia de la aristocracia guerrera. El máximo exponente de los pueblos ibéricos fue la Dama de Baza, que muestran influencias griegas y púnicas.
Entre los pueblos celtas se encontraban los carpetanos, los celtíberos, los lusitanos y los vacceos, entre otros. Los pueblos celtas habitaban en la Meseta Central y en la costa atlántica. Tenían una economía rudimentaria y autosuficiente, con un comercio escaso. Los pobladores de la Meseta Central eran ganaderos, y los pobladores de la costa atlántica desarrollaron una agricultura basada en el cultivo de los cereales. Elaboraban cerámica y tejidos, y eran expertos en la metalurgia del hierro y del bronce. Se asentaban en poblados, denominados castros, situados en zonas elevadas. Los poblados estaban compuestos de casas circulares distribuidas desordenadamente. La organización social era tribal, hablaban indoeuropeo y desconocían la escritura.
Tartessos
Artículo principal: Tartessos
Nada definitivo se sabe aún sobre si Tartessos era una región, ciudad o estado y donde estaba situado exactamente. Hay unas pocas fuentes indirectas griegas y romanas, así como algunos hallazgos arqueológicos que no guardan apenas relación con los testimonios escritos. Se lo ha buscado por toda la península, pero las hipótesis más razonables indican que su área de influencia estaría entre el sur de Portugal y la desembocadura del río Segura, con su centro de irradiación política y cultural en el bajo Guadalquivir: el área de Doñana para Adolf Schulten y Mesas de Asta para José Chocomeli.
Tenían una economía ganadera y agraria, complementada por el comercio derivado de la explotación minera, tanto de su área de influencia como de otras regiones atlánticas. Utilizaban una escritura semisilábica que se trazaba de derecha a izquierda y está sin descifrar. Se cree que el sistema de gobierno era una monarquía relativamente centralizada de la cual sólo se tiene constancia del nombre de un rey, Argantonio, de finales del siglo VII. Su auge se produjo entre los siglos IX y VII a. C., coincidiendo con la etapa en que los fenicios se asentaron en factorías costeras cuyo objetivo consistía en la adquisición de metales que se intercambiaban por manufacturas de lujo con destino a la élite tartésica.
Estos contactos influyeron en la sociedad autóctona hasta el punto de modificar los ritos funerarios y, probablemente, acentuaron la estratificación social.
A partir del siglo VI a. C., Tartessos entró en una etapa de decadencia y desapareció abruptamente. Los motivos han sido muy controvertidos: hay quienes creen que fue destruido por los cartagineses como respuesta a la apertura de los mercados tartésicos a los griegos; otros suponen que se produjo algún tipo de catástrofe que fue el origen del mito de la Atlántida; finalmente hay quien argumenta que el agotamiento de las vetas de mineral habría acabado con el comercio colonial fenicio y habría llevado a las culturas nativas de nuevo a una economía exclusivamente agrícola y ganadera.
LosIberos
La Dama de Elche Museo Arqueológico Nacional de Madrid, una de las obras más representativas del arte ibérico. Era una urna funeraria con una cavidad posterior para depositar las cenizas.
Artículo principal: Íberos
Los iberos se extendían por toda el área levantina, desde los Pirineos hasta Gades Cádiz, con una zona de influencia que abarcaba una importante franja interior, desde el valle del Ebro hasta el valle del Guadalquivir. Fueron un grupo cultural relativamente homogéneo, con influencias de los griegos y cartagineses. Sus rasgos básicos, sin embargo, son la consecuencia de una evolución autóctona de los pueblos del Bronce: poblados fortificados de tamaño variable, desde ciudades a aldeas, situados a menudo en colinas y elevaciones del terreno, que tenían una economía principalmente agrícola y ganadera, aunque se ha de destacar también el intercambio de productos artesanales y minerales con los comerciantes extranjeros.
Entre los siglos V y III a. C. los distintos grupos iberos adquirieron grados de desarrollo social y político diversos. La mayor parte estaban dirigidos por una aristocracia que controlaba la producción agraria e imponía su dominio mediante la fuerza militar: los ajuares funerarios, cargados de armas y de imágenes que enardecían los valores guerreros, así parecen demostrarlo. En ciertos pueblos hubo líderes, que podían estar cercanos a la figura de un rey. La conquista de cartagineses y romanos impidió el desarrollo autóctono y los sometió a todos al dominio externo.
Tenían una lengua propia, aún sin descifrar, ritos religiosos y funerarios característicos y, en determinadas ciudades, un cierto desarrollo de la planificación urbana. De las muestras artísticas que se conservan destacan una serie de esculturas funerarias, entre las que estarían la Dama de Elche, la de Baza, la del cerro de los Santos o la llamada Bicha de Balazote. También se ha de mencionar la célebre falcata ibérica, alabada por los cronistas romanos.
Celtas, celtíberos y lusitanos
Artículo principal: Celtíberos
Castro celta en Galicia.
El centro, norte y oeste de la península estuvo poblado por varios pueblos indoeuropeos y preindoeuropeos, como atestigua la toponimia de la región. Los celtas de la península eran, en realidad, un conjunto de varias etnias o pueblos que formaban unidades geopolíticas independientes en el centro y noroeste peninsular y que podían llegar a luchar entre sí. La evidencia lingüística sugiere un posible origen en el centro de Europa. Sus restos arqueológicos son dispares y de difícil interpretación.
Los celtíberos formaban un conjunto heterogéneo de grupos celtas con un mayor contacto cultural con los iberos del Levante. Habitaban en la parte oriental de ambas mesetas cuando se produjo la conquista romana.
Los lusitanos ocupaban el centro del actual Portugal, llegando hasta Extremadura, mientras que los vascones Navarra y el País Vasco. A pesar de la apariencia defensiva que presentaban muchos asentamientos de galaicos, astures o cántabros, que personifican la influencia del mundo atlántico del Hierro en la Península, no hay ninguna prueba concluyente que apoye la idea de que hayan sido pueblos organizadamente beligerantes. Las inscripciones lusitanas representan un pequeño enigma lingüístico ya que testimonian una lengua indoeuropea similar al celta pero no derivada directamente del proto-celta, por lo que el origen de su presencia en la península es difícil de dilucidar.
Conquista romana de Hispania
La conquista romana de la Península.
Las provincias romanas de Hispania durante 156 a. C..
La presencia romana en la península ibérica se prolongó desde finales del siglo III a. C. hasta principios del siglo V. Durante ese periodo de tiempo la península conoció un proceso de romanización.
Debido a periodos de inactividad ibérica, la conquista romana se divide en varias etapas:
Primera etapa 218 a. C.197 a. C. Se produjo durante la segunda guerra púnica entre Roma y Cartago. Con el fin de impedir el paso hacia Italia, los romanos enviaron a la Península dos ejércitos que desembocaron en Emporion en 218 a. C.. Hasta el 206 a. C. lucharon los hispanos contra los cartagineses, y hacia el año 197 a. C. lograron expulsar a los cartagineses y dominar el sur peninsular y la costa mediterránea.
Segunda etapa 197 a. C.133 a. C. Se produjo en la Meseta Central, y se caracterizó por la resistencia que opusieron los pueblos indígenas, entre los que destacaron los lusitanos y los celtíberos.
Tercera etapa 29 a. C.19 a. C. Tras el sometimiento de las tribus de cántabros y astures, se dio por finalizada la conquista romana.
Viriato, un caudillo lusitano, se rebeló contra el poder de Roma e inició una guerra de guerrillas. En 139 a. C. fue asesinado por sus oficiales, que habían pactado la rendición a cambio de tierras y privilegios.
En 134 a. C., para someter Numancia, el ejército romano rodeó la ciudad con siete campamentos para cortar el contacto con el exterior. Tras ocho meses de resistencia, Numancia se rindió por el hambre y las dificultades que se produjeron.[cita requerida]
Romanización de Hispania
La conquista romana supuso la explotación de las tierras, la implantación de organizaciones sociales romanas y la difusión de su religión, cultura y costumbres. Tras finalizar la conquista, Augusto la dividió en la provincia Baetica, con capital en Córdoba, en la provincia Tarraconensis, con capital en Tarraco, y la provincia Lusitania, con capital en Augusta Emerita. Más adelante se crearon las provincias Balearica, Carthaginensis y Gallaecia. Un gobernador se hallaba al frente de estas tres provincias, del que dependían funcionarios encargados de cuestiones administrativas, fiscales, jurídicas y militares.
Roma impuso sus estructuras económicas, como son la formación de latifundios, la propiedad privada de la tierra, la utilización de mano de obra esclava, la ciudad como centro de producción e intercambio de mercancías y el uso de la moneda. Se asentó una estructura social basada en la formación de clases según la riqueza: Aristocracia reducida, senadores y caballeros, que poseían cargos, fortunas y tierras; una burguesía acomodada de negociantes y propietarios de villas agrícolas; y un grupo de trabajadores libres, los campesinos y los artesanos.
La actividad agrícola y ganadera continuó en la misma base económica, aunque se introdujeron las técnicas del barbecho, el regadío y la utilización de animales de tiro. Los cultivos fueron de secano, es decir, cereales, vid y olivo; y de regadío, los frutales y las hortalizas. Respecto a la ganadería, los rebaños de ovejas continuaron dominando. La artesanía y el comercio se desarrollaron intensamente en las ciudades. Allí se generalizó el sistema monetario romano. Gran parte de la producción artesanal se enviaba a Roma, la calidad de las armas destacaban en Calatayud y Toledo, en Játiva destacaron los paños finos, y en la provincia Baetica destacaron los salazones.
Las ciudades aumentaron y pasaron a ser el centro administrativo, económico, jurídico y político. Se organizaron bajo las reglas del urbanismo romano y se llenaron de acueductos, anfiteatros, templos, etc., que constituyen uno de los legados más importantes. Las ciudades estaban gobernadas por una curia, elegido entre la oligarquía local entre los ciudadanos. Las calzadas se comunicaban entre sí y con el resto del Imperio. Entre las calzadas destacan la Vía Augusta, que recorría el levante peninsular, y la Vía Plata, que unía Augusta Emerita con Asturica Augusta.
Se introdujo el derecho humano, el latín, la religión romana y la religión cristiana gracias a los intelectuales Séneca, Marcial y Quintiliano, y a los emperadores Adriano, Teodosio y Trajano.
Riquezas de Hispania
Las regiones costeras de Hispania eran pobres en algunas partes, y en otras eran fértiles, con abundancia de cereales, aceite, caballos, metales y vino. Hispania superaba a la Galia por el esparto que se producía en sus zonas desérticas, gracias al espíritu trabajador de los esclavos.
Desde Turdetania se exportaba principalmente trigo y aceite, pero también cera, miel, peces, etc. Los barcos se fabricaban con madera procedente de poblaciones indígenas. Se producían telas, como la lana, para los vestidos.
La construcción de la muralla romana de Lugo se inició en la segunda mitad del siglo III, para protegerse de las amenazas de los pueblos bárbaros. Tiene una longitud de 2117 metros y una anchura de 4,2 metros, aunque en algunos tramos alcanza los 7 metros.
A partir del siglo III el fin de las conquistas y la concesión del derecho de ciudadanía produjeron una disminución de los ingresos fiscales y un encarecimiento progresivo de la mano de obra esclava, que era cada vez menos rentable. El sistema económico empezó a entrar en crisis. Las fronteras se vieron presionadas por pueblos bárbaros. Para poder hacer frente a estas situaciones, los emperadores gobernaron de forma dictatorial, y los complots para poder acceder al poder sucedieron. Las autoridades locales acabaron por asumir el poder y controlar el ejército mercenario bajo sus mandos.
Los esclavos empezaron a ser sustituidos por colonos, muchos de los cuales que, para hacer frente a la crisis, tuvieron que entregar las tierras de su propiedad a un propietario más poderoso para trabajarlas a cambio de una parte de la cosecha. Así se dio el primer paso hacia la servitud, el pilar fundamental del feudalismo medieval. La artesanía frenó, las ciudades se despoblaron y el Imperio se ruralizó.
Las guerras con los germánicos, los persas, los sármatas, etc. provocaron un colapso en el comercio.
A partir de 260 el aislamiento se acentuó por la invasión de francos y alamanes a la Península. Los saqueos y las revueltas hundieron la economía y la vida urbana. A partir de entonces Hispania no se recuperó, y las provincias volvieron a un régimen autosuficiente, a la práctica del trueque y a la desaparición de la economía.
En 476, Rómulo Augústulo fue depuesto por los pueblos bárbaros al ocupar Roma, y así se hundió definitivamente la estructura y el Imperio.
El territorio del Estado español se extiende mayoritariamente por la Península Ibérica. Los archipiélagos de Baleares y Canarias, las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla y algunas pequeñas islas mediterráneas constituyen la España extrapeninsular.
Todos sus territorios se encuentran dentro dela zona templada del hemisferio norte. Canarias es el punto más cercano al Trópico de Cáncer y está atravesado por el paralelo 28º.
La Península y Baleares se sitúan entre los 3º 9' de longitud este y los 9º 30' de longitud oeste, y está travesada por el Meridiano de Greenwich haciendo que comparta el mismo huso horario que el resto de Europa Occidental. Solo Canarias situada entre 13º y 18º longitud oeste, se sitúa en un huso horario distinto al de la Península.
La apenínsula Ibérica se sitúa en el extremo suroccidental del continente europeo, entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, unida al resto del continente por los Pirineos. Esta peculiar ubicación convierte a España en un puente entre dos continentes: Europa y África, del que solo nos separa el estrecho de Gibraltar, de apenas 14 km de anchura.
La estratégica ubicación de España ha facilitado su proyección tanto hacia Europa, de la que física y culturalmente forma parte, como hacia el norte de África y otros territorios bañados por el Mediterráneo y hacia el Atlántico.
El relieve
Las formas y materiales que constituyen el relieve hispano han ido evolucionando lentamente desde las más remotas eras geológicas, dando como resultado final la actual variedad y complejidad de nuestra. Geografía, que presenta las siguientes características:
Elevada altitud media debida a la existencia de sistemas montañosos y a la extensión de las mesetas centrales. Dentro de Europa, sólo Suiza supera los 660 metros de altitud media de España que a la vez es la de la Meseta.
Gran variedad de roquedo o materiales, que divide a España, en tres grandes espacios: terrenos silíceos (granito, gneis, Pizarras, cuarcitas...) en el oeste peninsular; terrenos arcillosos en las depresiones del Ebro y Guadalquivir, la Meseta y las llanuras litorales, y terrenos calizos calizas, conglomerados, margas, en grandes áreas de los sistemas montañosos del este, como Pirineos, Sistema Ibérico, o las cordilleras béticas. A éstos se añaden los materiales volcánicos de Canarias.
Amplia diversidad de formas. Se encuentran en nuestro territorio desde cordilleras jóvenes y escarpadas como los Pirineos hasta macizos montañosos antiguos y erosionados como el macizo Galaico, pasando por los relieves meseteños y las llanuras de las depresiones del Ebro y del Guadalquivir.
Gran desarrollo costero, como consecuencia de ser una península y dos archipiélagos, aunque la forma maciza de aquélla, como un pentágono irregular sin apenas entrantes y salientes, limita la penetración hacia el interior de la influencia marina, haciendo que persista un marcado carácter continental en nuestro país.
Los sistemas montañosos se disponen de forma periférica alrededor del núcleo central que es la gran Meseta Central. Esta disposición ha sido frecuentemente comparada con la de un castillo, en el que la Meseta sería el gran patio de armas en tomo al cual se dispone un doble sistema defensivo de murallas y fosos que serían los sistemas montañosos y depresiones.
En el relieve hispano se pueden diferenciar las siguientes grandes unidades del relieve:
La Meseta Central Es una extensa altiplanicie ligeramente inclinada hacía el Atlántico y con una altitud media entre los 600 y los 700 metros. La Meseta es la unidad central del relieve español pues supone el 45 % de su territorio y en tomo a ella se disponen las demás unidades.
Los sistema montañosos interiores de la Meseta. El Sistema Central la subdivide en dos: la submeseta Norte; atravesada por el río Duero, y la submeseta Sur, recorrida por los ríos Tajo y Guadiana separadas por los Montes de Toledo.
Los rebordes montañosos de la Meseta La rodean y aíslan del exterior, dificultando la comunicación del interior de la Península con la periferia y la penetración de la acción marina. En el noroeste están el Macizo Galaico y Ios Montes de León, por el norte la Cordillera Cantábrica, por el este el Sistema Ibérico y por el sur Sierra Morena.
Las depresiones del Ebro y del Guadalquivir. Son llanuras de forma triangular, con altitudes medias entre los 200 y 300 metros y atravesadas por los ríos que les dan nombre.
Los sistemas montañosos periféricos. Son los de más reciente formación y presentan los relieves más escarpados. Bordean las anteriores unidades, como si de una segunda barrera de murallas se tratase, aislando aún más el interior de la Península de la acción del mar y aumentando las dificultades de comunicación entre las diversas zonas del país. Los Pirineos, los Sistemas Béticos con el pico del Mulhacén, la máxima altura de la Península con 3.478 metros, la Cordillera Costero Catalana y los Montes Vascos constituyen este conjunto.
El archipiélago balear es una continuación del relieve de los Sistemas Béticos, que se hunden en el Mediterráneo para reaparecer formando este conjunto de islas. Mallorca es la isla de mayor tamaño y presenta dos alineaciones montañosas, las sierras de Levante y de Tramontana, entre las que se sitúa la llanura central. Menorca e Ibiza son las otras dos íslas mayores, y las menores son Formentera y Cabrera.
El archipiélago canario lo forman siete islas de origen volcánico en el océano Atlántico. Las orientales Lanzarote y Fuerteventura son más llanas que el resto. En la isla de Tenerife está el Pico del Teide que con 3.718 metros es la máxima altura de España.
Si hicieras un viaje desde Estaca de Bares hasta la Punta de Tarifa ¿Qué unidades del relieve recorrerías? ¿Dónde se encuentran las mayores alturas?
Indica en cual de las grandes unidades del relieve español se encuentra la localidad donde vives.
La Flora y la Fauna en la Geográfia de la Península Ibérica
El archipiélago canario inició su formación hace unos 20 millones de años como consecuencia de una ruptura del fondo oceánico atlántico, por cuyas grietas emergieron grandes cantidades de magma volcánico hasta formar el actual conjunto de islas. Sobre este material, fundamentalmente basaltos, han ido actuando los elementos externos, como el viento o el agua, que con su acción erosiva han dado como resultado la actual variedad de paisajes volcánicos
Entre las formaciones volcánicas más espectaculares destacan las calderas que son grandes depresiones circulares producidas por explosión, hundimiento o erosión. Una de las más conocidas son las Cañadas del Teide, dentro de la cual se levantan los cráteres volcánicos del Pico Viejo y del Teide, la mayor altura de España con 3.718 m.
Otras formas del peculiar relieve canario son los roques o acumulaciones de lava en forma de cono, como el Roque Agando en La Gomera.
Los malpaíses son coladas de lava solidificadas, como el malpaís de La Corona en Lanzarote,
Aunque actualmente el vulcanismo canario no está activo, eso no supone que haya acabado su actividad. La última erupción se produjo en 1971, causada por el volcán Teneguía, y Timanfaya es producto de sucesivas erupciones producidas durante el siglo XVIII.
Las costas
España tiene un gran desarrollo costero debido a su carácter peninsular e, insular, hasta alcanzar un total de 5.820 km.
El trazado del litoral presenta, como característica común el estar escasamente articulado, es decir, tiene pocos entrantes y salientes. La única excepción la encontraríamos en el litoral gallego.
Litoral cantábrico, desde la desembocadura del río Bidasoa hasta la del Eo, con un trazado rectilíneo paralelo a la Cordillera Cantábrica. Predominan los acantilados con escasas playas y pequeñas rías en las desembocaduras de los ríos.
Litoral gallego, entre las desembocaduras de los ríos Eo y Miño. Es el único, tramo, costero realmente articulado de España con anchas y profundas rías. Las Rías Altas Ferrol, Ares, Betanzos y La Coruña son más abiertas que las Rías Bajas Muros Noya, Arosa, Pontevedra y Vigo, que semejan embudos anchos y profundos, protegidos del oleaje por las pequeñas islas de sus embocaduras.
Litoral atlántico de Andalucía. Se presenta como un gran arco entre la desembocadura del río Guadiana y el estrecho de Gibraltar. Es una costa baja y arenosa de playa continua
Litoral bético. Comprende tres grandes óvalos entre Gibraltar y el cabo de La Nao. Se caracteriza por la cercanía de la Cordillera Bética al mar, lo que determina una costa alta y rocosa que se combina con pequeñas playas.
Litoral catalán. Se inicia en el delta del Ebro, que es una gran llanura aluvial de forma triangular formada por los depósitos de sedimentos arrastrados por el río, y finaliza en la Costa Brava, abrupta y rectilínea, que corre paralela a la Cordillera Costero Catalana.
Litoral balear. Hay un predominio de acantilados con pequeñas calas en las zonas montañosas de las islas, mientras que en los espacios de llanuras aparecen costas bajas formando bahías como la de Palma o Alcudia.
Los medios naturales
En España se distinguen cinco medios naturales o biomas, resultado de la interacción de los diversos componentes del medio físico (relieve, clima, vegetación, suelos.
Atendiendo a su latitud, la Península se encuentra dentro de la zona climática templada, más cercana al trópico, de Cáncer que al Círculo Polar Ártico, y se diferencian tres medios naturales, el atlántico, el mediterráneo de litoral y el mediterráneo de interior. En las, áreas montañosas encontramos un cuarto tipo de medio natural, el de montaña, que víene definido por la altitud y no por la latitud. El medio natural canario es muy distinto del peninsular y viene determinado por su latitud muy próxima al trópico.
El medio atlántico u oceánico se localiza. en el norte y noroeste de la Península, en las comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y algunas zonas del norte de Navarra y de Aragón.
La presencia del oceáno Atlántico es el factor determinamte de las características climáticas de la zona, tanto en temperaturas como en precipitaciones. El mar tiene una acción temperante haciendo que las temperaturas sean suaves todo el año y que haya poca amplitud térmica. Los inviernos son suaves, entre 8º y 10º C y los veranos incluso frescos, con medias entre los 18º y los 22º C.
Las precipitaciones suelen ser muy abundantes, suelen superar los 1000 mm anuales, y se reparten de forma muy homogénea durante todo el año, sin que podamos decir que exista una sequía estival. Estas lluvias están producidas por los frentes de las borrascas que recorren el Atlántico descargando con frecuencia sus aguas sobre esta fachada atlántica. La abundancia de lluvias y la escasa evaporación consiguen unos paisajes que han llevado a calificar a este espacio como la España húmeda o verde.
El bosque caducifolio es la formación vegetal propia del medio oceánico, sobre todo robles y hayas, que son acompañados de otras especies que también pierden sus hojas en invierno como el castaño, el olmo, fresno o avellano. Cuando las especies arbóreas desaparecen, dejan paso al matorral de landa, con helechos, brezos y tojos y a las verdes praderas.
El medio mediterráneo de litoral
Corresponde a todo el litoral mediterráneo, incluyendo Baleares, Ceuta y Melilla., así como a amplias zonas del sur de Andalucía y Extremadura donde, al no existir grandes barreras montañosas que la frenen, aún es perceptible la acción marina.
Es la España seca, con precipitaciones escasas, generalmente entre 400 y 600 litros por metro cuadrado, e irregularmente repartidas: con una sequía estival muy marcada y máximos en otoño y primavera. Son frecuentes las lluvias torrenciales, que en otoño pueden producir graves inundacíones.
Existen variaciones dentro de esta tendencia general, como el norte de Cataluña donde aumentan las lluvias anuales o el sureste peninsular Murcia y Almería, donde las precipitaciones descienden hasta los 200 o 300 l/m cuadrado y el clima mediterráneo se degrada hasta convertirse en árido y casi desértico en el cabo de Gata.
Las temperaturas presentan unos veranos calurosos, generalmente con 24º o 25º C de media, y unos inviernos suaves, en las que el mes de enero puede superar los 10º C.
El clima del valle del Guadalquivir y de Extremadura se puede considerar de transición hacia el interior y varía con respecto al de litoral en que las temperaturas pueden ser más extremadas. El valle del Guadalquivir presenta las temperaturas más altas de España, llegando a medias de 28º C en agosto, manteniendo unos inviernos suaves entre 8º Y 10º C.En Extremadura el invierno es ligeramente más frío.entre 6ºY 8º C.
El bosque mediterráneo se caracteriza por ser de hoja perenne y por su adaptación a los veranos muy secos y calurosos. El encinar sería la formación arbórea que se extendería por la mayor parte de la Península de no haber sido masivamente talado. En Extremadura, gracias a la influencia marítima, abunda el alcornoque, de cuya corteza se extrae el corcho. Cuando el bosque se degrada, aparecen formaciones de matorral como el maquis madroño, brezo. sobre suelos ácidos o la garriga coscoja, algarrobo o lentisco, sobre suelos calizos Muy típicas de las áreas med¡terráneas son las especies olorosas como el romero, espliego o tomillo y especies espinosas, como las aliagas.
En las zonas de extremada aridez no llegan a producirse formaciones boscosas y encontramos, formaciones de monte bajo con especies como el palmito única palmera europea, el acebuche, la jara, el mirto.
El medio mediterráneo de interior o continentalizado se localiza en todo el interior peninsular: Castilla y León, Castilla La Mancha, Madrid, Aragón, La Rioja y zanas interiores de Andalucía.
Las precipitaciones presentan las mismas características de escasez, y desequilibrio estacional que en el litoral. Las lluvias deberían penetrar en el interior de la Península procedentes del Atlántico, pero las barreras montañosas que rodean la Meseta frenan el paso de muchos de estos frentes, que terminan descargando en lugares cercanos a la costa.
Las temperaturas tienden a extremarse, con inviernos fríos y veranos calurosos, generando una amplitud muy marcada en torno a los 20º C. La acción suavizante del mar no puede pe¬netrar debido a las barreras montañosas y a la forma maciza de la Península. La submeseta Norte tiene los inviernos más fríos de España, con unas medias entre 2º y 4ºC, mientras que en el resto del interior oscilan entre los 4º y 6º C. En verano las temperaturas alcanzan los 23º o 25º C en la mitad sur mientras que en las zonas más septentrionales no suelen alcanzarse los 22º C.
La vegetaci6n del interior es la misma que en las zonas del litoral: formaciones boscosas perennifolias, encinares y alcornocales, muy deteriorados par la acción humana y que dejan paso a las formaciones de matorral mediterráneo.
El medio de montaña
El clima frío de montaña aparece en aquellas áreas donde encontramos elevados sistemas montañosos, como algunas zonas de los Pirineos, Cordillera Cantábrica, Cordilleras Béticas, Sistema Ibérico y Sistema Central donde la altitud modifica las temperaturas y precipitaciones que les correspondería por latitud disminuyendo las primeras y aumentando las segundas. El límite altitudinal del clima de montaña está por encima de los 1.000 m en la zona norte de España, aumentando ese límite según se desciende en latitud.
Las temperaturas son bajas, con inviernos muy fríos en los que es frecuente que en algunos meses se den medias por debajo de los 0º C y con veranos frescos en los que apenas se superan los 20º C en el mes de agosto.
Las precipitaciones se elevan a medida que lo hace la altitud hasta superar los 1.000 l/m cuadrado, siendo frecuente en forma de nieve durante el invierno.
La vegetación se escalona en pisos, y varía dependiendo del sistema montañoso en que nos encontremos. En la base de las montañas se repite la vegetaci6n de su entorno, el piso superior lo constituye el bosque caducifolio robles, castaños avellanos, qué es sustituido por el de coníferas pino, abeto y arbustos enebro, piorno. Cuando el frío es más acusado. Al sobrepasar los 2.000 m se llega a la alta montaña y los árboles dejan paso a zonas de prados y pastos veraniegos que a mayores alturas se degradan quedando musgos y líquenes. Por encima de los 3.000 m empiezan las nieves perpetuas en los Pirineos.
Canarias presenta un clima muy distinto al del resto de España. Es subtropical y marítimo, caracterizado por suaves temperaturas durante todo el año, en torno a los 20º o 25º C, con poca amplitud térmica y escasas precipitaciones.
La presencia continua del anticiclón de las Azores mantiene un cielo despejado, y, como consecuencia las precipitaciones son escasas. La cercanía al continente africano genera olas de calor cuando llega el aire sahariano, sobre todo en las islas orientales. La corriente marina fría de Canarias suaviza las temperaturas.
Los vientos alisios soplan constantemente desde el norte y provocan en las islas montañosas el llamado mar de nubes, banda nubosa entre los 500 y 1.500 m de altitud que se produce cuando al chocar estos vientos con un obstáculo tienen que elevarse, lo que produce la condensación y el consiguiente aumento de. pluviosidad. En las islas montañosas la vertiente norte tiene abundante vegetación, frente a la aridez de la vertiente sur.
La vegetación canaria es de una extraordinaria riqueza y variedad debido tanto a las múltiples influencias como al carácter montañoso. Son muchas las especies autóctonas de las islas.
La vegetación se escalona en pisos altitudinales.
La zona de costa al no descargar su humedad las nubes de los vientos alisios, tienen una gran aridez. La vegetación predominante es el matorral desértico, principalmente los cardones.
La zona de transición, entre los 400 y 500 metros, posee formaciones vegetales adaptadas a la sequedad, pero de porte arbóreo: palmeras, dragos, sabinas. En las zonas favorables a los vientos, y por debajo del mar de nubes, aparece el fayal-brezaL
La laurisilva se desarrolla entre los 500 y los 1.100 metros de altitud, en la banda correspondiente al mar de nubes a barlovento. Es el bosque de laureles, siempre verde Las especies más abundantes son el loro, el, viñátigo, el barbusano, el acebiño, el sanguino y el naranjo salvaje, entre otras.
Entre los 1.100 y los 2.000 metros se desarrolla el piso del pino canario, acompañado por matorrales de jara.
Por encima de los 2.000 metros se desarrolla una vegetación sin árboles, con matorral más o menos abierto de codesos y retamas. En las laderas del Teide crece la violeta del Teide
Los rios
En España existe una clara diferencia entre la vertiente atlántica y la mediterránea Dos terceras partes de la Península están drenadas por ríos que desembocan en el Atlántico, mientras que el otro tercio del territorio lo está por ríos que lo hacen en el Mediterráneo; la causa de esta asimetría es que la Meseta está ligeramente basculada hacia el océano Atlántico.
Los ríos más caudalosos del país son aquellos que discurren por las zonas de clima oceánico o de montaña, puesto que tienen un importante aporte de agua por las constantes lluvias, mientras que en los ríos que discurren por la España seca es frecuente ver su cauce seco durante los meses de verano. En general, estos ríos presentan problemas de escasez de caudal y de una gran irregularidad lo cual ha obligado, desde antiguo a grandes obras hidráulicas, como embalses, canales o trasvases.
Otra característica es la escasez de ríos navegables.
Los ríos españoles se dividen en tres vertientes: cantábrica, atlántica y mediterránea. Dentro de la vertiente atlántica, los ríos gallegos presentan unas características similares a los cantábricos.
La vertiente cantábrica y los ríos gallegos
Entre el Miño y el Bidasoa se extiende un gran número de ríos que surcan la España húmeda. Sus características son las siguientes: Son cortos y de curso rápido, ya que nacen en la Cordillera Cantábrica o en el Macizo Galaico y en pocos kilómetros salvan un gran desnivel para desembocar en el mar. El río Miño es el de mayor recorrido, con 310 km de longitud.
Tienen un caudal abundante y regular, ya que atraviesan una zona de copiosas lluvias repartidas de forma homogénea a lo largo del año.
Entre los ríos más importantes destacan el Nervión y el Bidasoa en el País Vasco; el Pas y el Besaya en Cantabria; el Nalón, el Nancea y el Navia en Asturias; y en Galicia, además del Miño y su afluente el Sil, el Tambre y el Ulla.
La vertiente Atlántica
Por esta vertiente fluyen cuatro largos ríos que con sus múltiples afluentes forman otras tantas grandes cuencas hidrográficas: Tajo, Guadiana y Guadalquivir.
Son ríos de una suave pendiente que tienen un curso alto de montaña para luego llegar a un curso medio más sosegado atravesando llanuras.
Su caudal es considerable sí se tiene en cuenta que atraviesan extensas regiones de la España seca. Esto se debe al aporte de agua de sus afluentes que recogen las aguas de importantes zonas montañosas como los Sistemas Ibérico, Central, etc.
Otra característica común es la irregularidad de sus caudales debida a la acusada sequía estival del clima mediterráneo.
El Duero presenta un importante caudal y su cuenca es la mayor de la Península con 97.290 km cuadrados.
El Tajo tiene como nota distintiva la de ser el más largo de la Península con.1.202 km.
El Guadiana es el menos caudaloso, ya que tiene menos afluentes y recoge el agua de sistemas montañosos de escasa envergadura, como los Montes de Toledo y Sierra Morena.
El Guadalquivir, a pesar de no tener .in caudal muy relevante, presenta la peculiaridad de ser navegable
Actividad
La vertiente mediterránea
En la vertiente mediterránea se debe distinguir entre el río Ebro y el resto de ríos que la conforman, como el Turia, el Júcar el Segura y el Llobregat, cuyas características son muy diferentes .
El Ebro, con 927 km de longitud y suave pendiente, atraviesa la depresión que lleva su nombre. Es el más caudaloso de España gracias al aporte de sus afluentes de la izquierda, que proceden de los Pirineos donde recogen importantes precipitaciones en forma de lluvia y nieve, Sus aguas están bien aprovechadas para el riego y la producción eléctrica de los ríos pirenaicos es importante.
Los ríos mediterráneos se caracterizan por ser cortos, tener un recorrido accidentado donde se salvan importantes desniveles en pocos kilómetros y por tener un caudal escaso e irregular pues depende del régimen de lluvias de las zonas que atraviesan, lo que hace que sus estiajes sean muy marcados, quedando a veces el cauce seco, y que cuando se producen las lluvias torrenciales propias del clima mediterráneo tengan frecuentes crecidas y provoquen graves inundaciones.
Las aguas de los ríos mediterráneos son aprovechadas para el riego de ricas huertas especializadas en los productos hortofrutícolas, como la de Murcia, regada por el río Segura, o la valenciana, regada por el júcar y el Turia.
España. Está constituida por gran parte de la península Ibérica, rodeada por el océano Atlántico, mar Cantábrico y mar Mediterráneo, y separada de África por el estrecho de Gibraltar. La España extrapeninsular incluye el archipiélago canario en el océano Atlántico, el balear en el mar Mediterráneo, y los enclaves norteafricanos de Ceuta y Melilla.
El relieve. La elevada altiplanicie de la Meseta Central, interrumpida por el Sistema Central y los Montes de Toledo, es la unidad central del relieve. Una serie de sistemas montañosos la bordean aislándola del mar.
Dos grandes depresiones se sitúan en el noreste y sur de la Meseta, la depresi6n del Ebro entre el Sistema Ibérico y los Pirineos y la depresión del Guadalquivir entre Sierra Morena y los Sistemas Béticos
Los medios naturales. España se encentra dentro del dominio templado, con un predominio del medio mediterráneo en la mayor parte de la Península, Baleares, Ceuta y Melilla. En la cornisa cantábrica y Galicia encontramos un medio atlántico y en Canarias un clima subtropical.
En los sistemas montañosos la altitud introduce variaciones a los medios naturales.
Los ríos. El relieve y el clima determinan las peculiaridades hidrográficas de España, caracterizada por la escasez e irregularidad del caudal de sus ríos, a excepción de los de la vertiente cantábrica y Galicia, y la disimetría de sus vertientes.
La Flora y la Fauna en la Geográfia de la Península Ibérica
Cabra montés
Capra pyrenaica
Se trata de un bóvido de menor tamaño que un ciervo y de complexión fuerte y robusta. El macho tiene una cornamienta grande, sin ramificar, que se desvía ligeramente hacia atrás. En la hembra es pequeña y delgada.
Su pelaje, de color pardo grisáceo por el dorso y blanco por el vientre, varía a lo largo del año.
El hocico es algo más corto que en la cabra doméstica. Su color de pelo varía desde el gris parduzco al pardo claro.
La presencia de barba en los machos, su mayor corpulencia y la gran extensión de manchas negras, les diferencia de las hembras.
Los machos miden, entre cabeza y cuerpo, 1,25 m y pesan de 50 a 58 kg. Las hembras miden 1 m y pesan de 30 a 36 kg.
Hábitat y distribución
La cabra montés habita en bosques y matorrales de alta y media montaña.
Sus poblaciones se distribuyen en Sierra de Gredos Ávila, Puertos de Tortosa-Beceite Cataluña, sierra madrileña y sierras del sur y este Sierra Nevada, sierras malagueñas, Cazorla, Segura, etc.
Reproducción
Es una especie polígama. La época de celo es entre noviembre y enero. Es entonces cuando se reúnen machos y hembras. Los machos se comportan agresivamente entre sí y luchan por las hembras. Se alzan sobre las patas traseras, entrechocando las cuernas al caer. El vencedor se hace con un pequeño harén que abandona después de las cópulas.
La gestación dura unos 5 meses, y la época de parto es entre abril y julio. Tienen entre una y dos crías, a las que amamanta hasta los seis meses de edad. Posteriormente, si la cría es un macho, abandona a la madre y se une a los otros machos.
Alimentación y costumbres
Es una especie de hábitos diurnos en invierno, y se va haciendo nocturna en el verano. Tímida y tranquila, tiene un gran olfato y oído. Está dotada para andar entre rocas y saltar por paredes casi verticales o incluso hielo.
Muy gregario, forma grupos numerosos bien de hembras y crías o bien de machos. Aunque no migra, realiza largos viajes erráticos durante el invierno.
Entre los enemigos destacan los perros asilvestrados y los lobos, aunque éstos últimos actualmente ocupan áreas bastante alejadas de los territorios de las cabras montesas.
Devora indiscriminadamente cualquier materia vegetal, como hierbas, líquenes, cortezas, brotes y frutos. Con frecuencia lamen la sal que los pastores suministran al ganado.
Ciervo
Cervus elaphus
Es el mayor de los herbívoros silvestres de la Península Ibérica, con un peso que puede llegar a los 200 kilos, una longitud de hasta dos metros y una altura a la cruz de entre uno y un metro y medio.
Presenta un claro dimorfismo sexual, con los machos siendo más voluminosos y presentando cuernas la mayor parte del año excepto entre febrero y mayo, cuando los pierden. Las hembras por su parte son más esbeltas y carecen de cuernas en cualquier fase de su vida.
El color de la capa es más rojiza durante la primavera y el verano y más grisácea durante otoño e invierno. Los cervatillos presentan puntos blancos sobre su capa.
El ciervo peninsular es reconociblemente más pequeño que el ciervo europeo de latitudes más norteñas. Además el ciervo peninsular carece, a diferencia de sus parientes europeos, de crines.
Cierva con cervato
El naturalista Ángel Cabrera estableció en la Península dos subespecies, hispanicus prácticamante sólo presente en el Bajo Guadalquivir y el bolivari, en el resto de la Península. Existen también poblaciones hibridadas con ciervos europeos importados.
La cuerna evoluciona con la edad, sirviendo para especificar el nombre del animal: varetos cuando son más jóvenes y la cuerna tiene una única punta y horquillones cuando tienen ya dos puntas. El número de puntas de la cuerna no tiene una relación directa con la edad del animal, sino que tiene que ver con factores ambientales y genéticos.
Hábitat
Ciervo macho adulto en reposo
Puede encontrarse al ciervo en gran variedad de hábitats de toda la Península, desde los sistemas montañosos, a los bosques densos o las dehesas.
En España es posible ver ciervos en Pirineos, la Cordillera Cantábrica, la Sierra de la Culebra, Monfragüe y sierras de Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, por citar algunos ejemplos.
El periodo de celo es en septiembre y primeros de octubre. Los ciervos machos se aparean con varias hembras para lo que deben antes competir con otros machos adultos. Durante este periodo de celo la cuerna alcanza su mayor desarrollo, los machos pelean entrechocando sus cuernas y emiten grandes berridos en lo que se llama la berrea, que es fácil de observar puesto que sus hábitos se vuelven diurnos y se hacen menos asustadizos.
El estado de adulto se alcanza a los dos años, aunque los machos antes de llegar a reproducirse deberán pasar algunos años compitiendo con otros adultos más desarrollados que pueden defender mejor un harén.
Fuera de la época de reproducción los machos viven aislados e itinerantes y las hembras viven en colonias, junto con los subadultos.
Alimentación y costumbres
Herbívoro. Se alimenta de brotes tiernos y hojas, pasto, arbutos, setas y en ocasiones de los cultivos. El efecto de su presencia en el monte bajo y en los brotes de los árboles es muy apreciable. En las zonas donde habitan los ciervos el crecimiento de las especies vegetales se controla de forma natural.
Normalmente, en hábitats en los que la presencia humana es notable, sus hábitos son nocturnos, con excepción de la época de celo, con una mayor actividad a la puesta de sol y al alba. En regiones más remotas con menos presencia humana sus hábitos pueden ser diurnos.
Su único enemigo natural es el lobo. En la Sierra de la Culebra, donde las dos especies coexisten desde siempre, la presión a lo largo de los años que el lobo ejerce sobre los ejemplares más débiles de ciervos ha producido ejemplares de mayor tamaño que en otras regiones españolas.
Rastros
Tiene pezuñas hendidas y alargadas, con dedos secundarios que sólo se marcan en el suelo muy blando o cuando el animal galopa.
Los ciervos dejan rastros relacionados con sus hábitos alimentarios, como el despuntado de los brotes tiernos de los arbustos y de las ramas bajas de los árboles, así como líneas verticales paralelas del mordiqueado de la corteza de algunos árboles. El rascado de la cuerna contra la corteza de otros árboles es también un signo que advierte de la presencia de ciervos en un área.
Como corresponde a otros grandes herbívoros, pasan muchas de las horas diurnas acostados en camas, que tienen la forma de claros de vegetación aplastados en zonas tranquilas.
Corzo
Capreolus capreolus
Animal de talla mediana, de tamaño algo mayor de una cabra doméstica y con un peso de entre 20 y 30 kg. Es el cérvido de menor tamaño de la Península, y por tanto difícil de confundir con otra especie.
Los machos son algo mayores que las hembras y presentan una cornamenta pequeña que crece con la edad.
Ambos sexos tienen el extremo del hocico de color negro, ojos grandes y orejas prominentes.
La cola es extremandamente corta, de apenas unos centímetros y se sitúa sobre una marca blanca muy distintiva que le hace fácilmente reconocible.
Al corzo se le conoce también como "el duende del bosque" o "el fantasma del bosque".
Hábitat
Bosques caducifolios y mediterráneos, preferentemente densos y con sotobosque abundante, sobre todo de la Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Pirineos y también en puntos concretos de los sistemas montañosos del interior.
Reproducción
Corcino escondido entre la maleza
Foto: Fauna Ibérica
Corcino escondido entre la maleza
El periodo de celo es de abril a agosto.
Un porcentaje elevado de las corzas da a luz dos corcinos, que permanecen con ella durante dos años hembras o uno machos.
Una característica diferenciadora del corzo es que las hembras tienen una implantación diferida de los óvulos, lo cual permite que sea el propio animal el que induzca la gestación en un momento favorable, que generalmente es en la primavera del año posterior a la cubrición.
Alimentación y costumbres
Excremento de corzo
Herbívoro.
Se alimenta de brotes, pasto y en ocasiones de los cultivos.
Aunque se le puede ver al atardecer y al anochecer su principal periodo de actividad es la noche.
Sus huellas, hendidas y paralelas son fáciles de reconocer. También sus excrementos, oscuros, compuestos por aglomerados de pequeñas bolitas y en forma de rosario son sencillos de idetificar.
En primavera y hasta medio verano, época del celo, los machos se vuelven solitarios, combaten con otros machos por el territorio y acosan a las hembras. El resto del año son gregarios.
Los machos emiten un grito potente durante la época de celo o como alarma para el resto de la manada.
Gamo común o europeo
Dama dama, Cervus dama
Especie perteneciente a los cérvidos, con un dimorfismo sexual apreciable, los machos pesan hasta 60 Kg, mientras que las hembras llegan sólo a los 40 Kg. Presenta además diferencias estacionales de color entre los meses de verano, en los que su capa es castaña punteada de blanco, e invierno, cuando ésta se vuelve grisácea y los puntos se hacen menos apreciables.
Los machos adultos cuentan con cuernos palmeados (llamados palas), que se diferencian claramente de la cuerna de los ciervos por no tener astas.
Su cola es corta y oscura, con dos llamativas manchas blancas rodeándola, las cuales a su vez están enmarcadas por manchas negras en forma de paréntesis.
Tiene un menor tamaño que el ciervo.
Hábitat
Bosques abiertos de todo tipo con claros que ofrezcan praderas donde alimentarse. Distribuido en zonas aisladas de toda la Península.
Esta especie suele encontrarse en semilibertad en fincas de caza, explotada cinegéticamente, así como en jardines.
Reproducción
Se aparean en otoño y los partos se producen en junio y julio. Los partos son de una cría, aunque raramente pueden serlo múltiples.
Las crías se destetan al cabo de un año.
Alimentación y costumbres
Se alimenta de hierba, hojas y corteza de ramas bajas de los árboles, que deja marcadas con deshilachaduras características.
Tanto los machos como las hembras tienen la costumbre de marcar anillos despoblados de vegetación alrededor de los árboles Fuente: Purroy y Varela, Ed. Lynx.
Son gregarios, viviendo en manadas de hembras y subadultos todo el año. En verano los machos adultos se suman al grupo con vistas al apareamiento.
Las hembras emiten un valido de comunicación grupal, y una especie de ladrido de alerta. Los machos emiten una "ronca" característicia durante la época de celo.
Los machos pierden anualmente el pelo de sus cuernos, para lo cual se ayudan rascando sus palas contra los troncos o ramas de los árboles, donde dejan señales y restos del pelo perdido.
Gato montés
Felis silvestris
El gato montés se asemeja mucho a un gato doméstico, aunque su aspecto es más corpulento y presenta un tamaño mayor, con la cabeza ancha y el hocico corto.
Las orejas son pequeñas y los ojos de color ambarino o verdoso, de pupila vertical.
El pelaje grisáceo es algo pardo, con rayas oscuras por todo el cuerpo menos en el vientre, que es de color blanco pardusco, a veces con manchas negras. Puede presentar dos manchas blancas en la garganta y en la región inguinal. Sobre la cabeza tiene cuatro bandas negras que convergen en una línea longitudinal del mismo color sobre el lomo.
Su cola, corta, ancha y anillada, es muy poblada y tiene un extremo romo de color negro.
Mide unos 90 cm de largo y 38 hasta la cruz, y pesa unos 5 kg. Existe dimorfismo sexual en el tamaño corporal y craneal, además de los órganos genitales. También la cresta sagital es mayor en machos que en hembras.
Felis silvestris silvestris, que ocupa el norte de la Península Ibérica.
Felis silvestris tartessia, que ocupa el sur del río Duero y Ebro. Es algo mayor que la subespecie silvestris y tiene un pelaje más oscuro.
Felis lybica jordansi o gato montés africano, presente en la isla de Mallorca.
Hábitat y distribución
Gato montés Felis silvestris El hábitat principal del gato montés lo constituyen las áreas de bosque relativamente bien conservadas, aisladas de la actividad humana. Es un animal típico del bosque mediterráneo. Los ecosistemas más adecuados para la especie lo constituyen el matorral mediterráneo bien conservado del sur y del centro de la Península, junto con estepas, bosques caducifolios y zonas húmedas del norte.
Se distribuye por toda Europa y la mayoría de las islas mediterráneas. En la Península Ibérica su distribución es poco conocida, pero parece que se encuentra por casi toda la Península Ibérica y las Islas Baleares. Localmente se puede presentar en elevadas densidades, especialmente en determinadas zonas del sur de España.
El gato montés está catalogado como especie "de interés especial". Son animales esquivos y retraídos que necesitan amplias zonas con abundante cobertura vegetal y una baja densidad humana. Los problemas más importantes a los que se enfrenta son los siguientes:
La pérdida de su hábitat, que provoca la desaparición de muchas poblaciones y hace que se fragmenten otras.
El descenso de las poblaciones de conejo.
La hibridación con el gato doméstico.
Los métodos selectivos y no selectivos de caza.
Reproducción
Gato montés Felis silvestris Llegado el mes de diciembre comienza la época reproductora, en la que el macho delimita su territorio defendiéndolo de intrusos. El celo dura hasta febrero.
En este período las hembras maúllan fuertemente y marcan también su territorio con orina, excrementos y secreciones glandulares para mostrar su receptividad.
El macho puede copular con varias hembras, y aunque es un animal solitario, se mantiene unido a la hembra durante el período de reproducción.
La gestación dura entre 63 y 69 días, al final de los cuales la hembra busca grietas y árboles huecos, donde pare una única camada al año, de dos o tres crías. Interviene ella sola en el cuidado de las mismas, durante unos cinco meses.
Los machos alcanzan la madurez sexual a los 9 ó 10 meses de edad, mientras que las hembras lo hacen a los 10 ó 12 meses. Su longevidad máxima es de 15 años.
Ocasionalmente se ha comentado que ciertos machos han acabado con la vida de algunas crías, nunca suyas. Esto tendría un claro significado biológico: fecundar de nuevo a la hembra, asegurándose de que los genes de la nueva descendencia serán suyos.
A menudo el gato montés se cruza con el gato doméstico.
Alimentación y costumbres
El gato montés es un gran cazador de roedores, pequeñas aves y sobre todo conejos, que constituyen la base de su alimentación.
Suele cazar al acecho, esperando a que la presa se ponga a su alcance, para después con un fuerte salto capturarla con las garras y un mordisco en la nuca si son presas pequeñas o asfixiando a las más grandes. En muchos casos también se arrastra a ras de suelo y mediante sigilosas aproximaciones consigue capturar a sus presas. Suele ascender a los árboles para expoliar nidos alimentándose tanto de pollos como de huevos. Además de buen trepador es un buen nadador.
Sus hábitos son fundamentalmente crepusculares y nocturnos. Es bastante monótono en sus paseos, siguiendo los mismos senderos en sus desplazamientos. Durante el día descansa en el espeso matorral o en cualquier sitio resguardado.
En la mayoría de los casos vive de manera solitaria, aunque puede formar pareja para cazar. Los machos comparten su territorio con 3 a 5 hembras, pero nunca con individuos del mismo sexo. Para marcarlo suelen orinar en lugares concretos y restriegan sus glándulas anales con la vegetación, arañan árboles y depositan excrementos en lugares elevados.
Los adultos se defienden ferozmente de sus enemigos, pero sus crías pueden ser capturadas por lobos, linces, zorros o grandes águilas.
Gineta
Genetta genetta
El aspecto de la gineta puede recordar al de un gato, aunque más estilizado. Su cabeza es alargada, con unas orejas grandes y redondeadas. El pelaje, gris amarillento, está moteado a franjas en el dorso, mientras que la cola, larga y peluda, presenta unos anillos oscuros.
Mide unos 95 cm y pesa 2 kg. No existe apenas dimorfismo sexual.
Se le llama también "gato árabe", en referencia a la posible introducción de la gineta en la Península Ibérica durante la invasión musulmana. En efecto, se cree que la gineta era un animal doméstico para los árabes, el equivalente a nuestros gatos, y viajaba con ellos en los barcos para mantenerlos libres de ratas.
Posee cinco dedos, tanto en los pies como en las manos, pero generalmente sólo deja cuatro de ellos impresos en su huella, a no ser que el terreno sea muy blando.
Hábitat y distribución
La gineta gusta de zonas boscosas de robles, encinas, pinares u olivares, con arroyos y roquedos.
Se reparte por casi toda la Península, a excepción del sudeste y parte de Galicia, y por las islas Baleares.
En la Península habita la subespecie Genetta genetta genetta. Respecto a las poblaciones Baleares, en Ibiza habita Genetta genetta isabelae, de menor tamaño y mucho menos pesada por la ausencia de competidores y el tamaño de las presas, mientras que en Mallorca y Cabrera vive Genetta genetta balearica. Las poblaciones baleares tienen su origen en la reintroducción de seis parejas en 1894. Desde entonces ya existen las dos subespecies diferentes debido a las diferentes presiones selectivas.
Aunque no es una especie amenazada, su número ha disminuido en gran medida debido a la caza ilegal.
Reproducción
Gineta Genetta
genetta)La época de reproducción suele tener lugar a comienzos de primavera. La hembra tiene una única camada anual, de dos o tres crías, formando un grupo familiar, que se disgrega al cabo de un año.
Dan a luz en huecos de árboles, de donde empezarán las crías a realizar sus primeras salidas a la edad de 50 días. A las 3 semanas abandonan definitivamente el cubil.
Si la hembra ha perdido la camada o si ha parido a principios de primavera, puede volver a tener un nuevo embarazo con su consiguiente parto en otoño.
Alimentación y costumbres
Gineta Genetta
genetta Es un ágil cazador de pequeñas aves, roedores, insectos y hasta conejos. En otoño los frutos juegan un importante papel en su dieta.
Es un animal activo durante la noche, por lo que pasa el día entre las rocas o en los huecos de árboles, a los que se encarama con gran facilidad.
Vive en solitario, salvo en la época de reproducción.
Las ginetas suelen depositar sus excrementos en letrinas, situadas generalmente en un lugar prominente. Así es como realizan el marcaje del territorio, ya que esta acumulación de excrmentos hace las veces de baliza delimitadora.
Puede ser presa de zorros, perros, linces y búhos reales.
Jabalí
Sus scrofa
El jabalí es muy parecido al cerdo doméstico. Su cabeza es alargada y más o menos cónica, y termina en una especie de callo plano. Los ojos son sumamente pequeños y densamente negros. El cuerpo es macizo y robusto, con las patas bastante cortas pero muy fuertes. Las traseras son ligeramente más bajas que las delanteras. La cola es corta. El pie está provisto de dos dedos con pezuña, así como de dos rudimentos traseros más elevados. Sus huella es muy característica.
El pelaje está compuesto por cerdas largas y ásperas y una densa lana inferior. Su coloración es de gris oscura a negra. as crías (jabatos) son marrones, con tres o cuatro bandas longitudinales amarillentas a cada lado del cuerpo. La cola es mediana y termina en una borla.
Los caninos inferiores del macho están transformados en estructuras de defensa. Los inferiores son largos y cortantes, mientras que los superiores están curvados hacia arriba y son conocidos como colmillos o remolones.
Los machos miden de 0,9 a 1,6 m, y las hembras de 0,9 a 1,2 m. El macho es más robusto; su peso puede variar entre 70 y 90 kg, y el de las hembras entre 40 y 65 kg. Hay sin embargo ejemplares cuyo peso puede alcanzar los 145 kg. El hocico de la hembra es más prolongado y sus colmillos menos desarrollados.
Hábitat y distribución
Jabalí Sus scrofa atacado por lobos El jabalí gusta de terrenos con matorrales, marismas, bosque mediterráneo, bosques de coníferas, etc., regiones cubiertas de abundante vegetación.
Está presente en toda la Península Ibérica, siendo más abundante en el centro, el norte de Andalucía y Cataluña.
Reproducción
Muy posiblemente, el jabalí se puede reproducir a lo largo de todo el año, pero su época principal de celo se da entre noviembre y principios de diciembre. Las hembras tienen un solo celo de 23 días al año y fabrican una especie de "cama" con toda clase de vegetales. La gestación dura cerca de cuatro meses y el parto ocurre entre febrero y abril. Tienen una camada por año.
Las crías, llamadas rayones, son capaces de ver y están bien recubiertas de pelaje. Permanecen durante una semana en el cubil y después siguen a su madre. Alcanzarán la madurez sexual a los dos años.
Alimentación y costumbres
Jabalí Sus scrofaEl jabalí emite dos tipos de sonidos: gruñidos y silbidos.
De hábitos predominantemente nocturnos, durante el día suele reposar en una especie de cama o pequeña excavación que realiza en el suelo, al abrigo de rocas o matorrales. Su visión es escasa, pero su olfato y oído son agudos.
Generalmente vive en familias, con un macho y una hembra junto a sus crías. Las hembras conducen a los rayones y a jabatos algo mayores, mientras que los machos protegen la retaguardia del grupo. Los machos viejos viven también en solitario. Los individuos de dos a cinco años suelen formar las conocidas "piaras" o grupos separados de jóvenes machos.
Tiene gran afición en revolcarse en el barro y agua, con lo que elimina gran cantidad de parásitos de su densa pelambrera, para a continuación frotarse fuertemente contra un árbol.
Se alimenta de todo, es omnívoro: frutos bellotas, castañas, bayas, tubérculos, raíces, cereales, gusanos, insectos, mamíferos pequeños, culebras, hongos, frutas caídas, caracoles, huevos y pollos de aves nidificantes en el suelo, crías de cérvidos, carroña, etc.
Liebre
Lepus granatensis, Lepus europaeus, Lepus castroviejoi, Lepus capensis
Roedor de color pardo, con vientre de color claro, largas orejas terminadas en puntas de color negro, de unos 50 centímetros de longitud y unos tres kilos de peso. Tiene una buena capacidad mimética.
Está presente en toda la Península Ibérica ver especies, preferentemente en zonas de pastos, sembrados especialmente de cereal y zonas de matorral y bosques poco densos. Existen algunas poblaciones de montaña, pudiendo encontrarla hasta los 1.800 metros de altitud.
Debido a la sobrecaza es una especie en recesión. Se caza habitualmente con perros, especialmente galgos. Está también afectada por el uso de maquinaria agrícola.
Son muy rápidas en carrera (hasta 70 Km/h), pudiendo pegar saltos de tres metros con facilidad, y realizar quiebros muy bruscos que hacen difícil su captura por los perros de caza.
Sus depredadores son principalmente el hombre, el lobo, el zorro, el gato montés, el búho y las águilas real e imperial.
A diferencia del conejo, la liebre no está afectada por al mixomatosis, pero sí por la tularemia.
Hábitos
Se alimentan de vegetales, especialmente cereales si los tienen al alcance.
Sus excrementos, redondeados y de aproximadamente un centímetro de tamaño, son diferenciables de los de los conejos por no tener un extremo que sobresalga.
Sus huellas suelen tener poca definición sobre el terreno debido al abundante pelo que tienen en sus pies. Si no se trata de terreno blando pueden aparecer únicamente las marcas de las uñas.
Construyen camas en forma de pequeñas excavaciones del terreno en forma redondeada que hacen con sus patas anteriores. Generalmente pasan el día en esas camas y despliegan su actividad principal durante la noche.
Reproducción
Durante la época de apareamiento marzo a octubre los machos compiten por las hembras mediante "combates de boxeo", en los que se empujan con las patas delanteras mientras se tienen sobre las traseras.
Las camadas pueden ser de unas tres por año, de entre uno y cinco lebratos cada una. Los lebratos nacen con pelo y ojos abiertos y quedan en la cama, a cielo abierto y separados unos de otros.
Especies de liebres presentes en la Península Ibérica
Liebre ibérica Lepus granatensis. En buena parte de la Península, excluyendo la Cordillera Cantábrica y el norte de Portugal. Diferenciable por un trazo blanco encima de los pies.
Liebre europea Lepus europaeus. Norte de Burgos y Palencia. Algo mayor que la especie ibérica.
Liebre de piornal Lepus castroviejoi. Norte de León y Palencia, Asturias y Lugo. Color más amarillento y tamaño algo más pequeño que las otras especies ibéricas. Habita en piornales y brezales. Su población es muy reducida. Su descubridor es el científico español Fernando Palacios, quien dio nombre a la especie en honor del biólogo Javier Castroviejo.
Liebre del Cabo Lepus capensis. Introducida desde África. Generalmente con un anillo claro alrededor del ojo.
Lince ibérico
Lynx pardina
El lince ibérico es un felino de tamaño mucho mayor que un gato doméstico. Se caracteriza por su aspecto robusto, sus patas largas y su cola corta con una borla negra en el extremo y que suele mantener erguida batiéndola en momentos de peligro o excitación.
Sus orejas están rematadas por unos característicos pinceles compuestos por pelos negros rígidos cuya finalidad posiblemente sea la de descomponer la redonda silueta de su cabeza, favoreciendo de este modo su mimetismo.
También son características las patillas que cuelgan de sus mejillas y que aumentan progresivamente de tamaño con la edad. Los jóvenes de pocas semanas carecen de patillas y casi de pinceles y en los individuos de un año ya aparecen las patillas, aunque cortas, que apenas cuelgan por debajo de la barbilla. Los machos tienen las patillas más largas que las hembras.
Su coloración varía de pardo a grisácea con los flancos moteados de negro. Existen tres patrones de pelaje:
Mota fina: con numerosas manchas de pequeño tamaño y repartidas uniformemente y de manera densa, que tienden a concentrarse en los flancos laterales.
Mota gruesa A: Las manchas son de mayor tamaño y tienen cierta tendencia a diisponerse en líneas, apareciendo dos o más parejas de motas de mayor tamaño a nivel de los hombros.
Mota gruesa B: Las motas son del mismo tamaño que en la mota gruesa A, pero no se aprecia ninguna ordenación específica ni las manchas de los hombros.
Los individuos adultos presentan un claro dimorfismo sexual en su tamaño y la longitud de los penachos de las orejas y de las patillas. Sin embargo, machos y hembras son muy similares en tamaño durante el primer año de vida.
Las plantas de sus patas son anchas y almohadilladas y le permiten desplazarse silenciosamente.
El lince ibérico se encuentra exclusivamente en zonas muy restringidas de España y Portugal.
El hábitat principal del lince ibérico lo constituyen las áreas de bosque mediterráneo bien conservadas, aisladas de la actividad humana y con abundante matorral.
El tamaño del territorio está condicionado por la abundancia de presas potenciales, pero como media ocupa unos 10 kilómetros cuadrados. En zonas ricas en alimento, el territorio del lince será algo menor que en zonas pobres. Dentro de este territorio suelen existir distintas zonas vitales para el lince como las zonas de monte bajo para el descanso y las zonas de campeo donde el lince estará en activo y que coinciden con las de máxima densidad de conejos.
Actualmente los núcleos mejor conservados se limitan a Sierra Morena Oriental, Montes de Toledo Orientales y Doñana. También hay poblaciones reducidas en Sierra de San Pedro y Sierra de Gata, Sierra Morena Central y Occidental y algunos puntos de las Sierras Béticas de Jaén y Granada.
Alimentación
El lince ibérico es el único carnívoro considerado como especialista en conejos. Esta especie le aporta del 80 al 90% de su alimentación. También consume anátidas, ungulados, perdices, micromamíferos y aves. La aparición de estas presas en su dieta depende de la época del año, de la disponibilidad de presas y de la zona.
Costumbres
Lince ibérico Lynx pardina En la mayoría de los casos, vive de manera solitaria y nómada, mostrándose más sociable en la época de celo.
Es un ágil cazador. Se aproxima sigilosamente a la pieza y salta sobre ella con rapidez. Menos frecuentemente espera oculto a que pase cerca una pieza.
Cuando las temperaturas máximas aumentan, los linces pasa más tiempo descansando, al contrario que con las precipitaciones. Los linces juveniles son básicamente crepusculares y diurnos, con un aumento de su actividad nocturna después de su primer año de vida.
Durante el invierno, los linces pueden tener actividad durante las 24 horas del día, contrastando con sus hábitos casi estrictamente nocturnos en verano.
Reproducción
El celo comienza entre enero y febrero, adelantándose en regiones meridionales. El lince es un animal de hábitos solitarios, aunque en esta época del año suele permanecer con su pareja. Las madrigueras se hacen en lugarse bien protegidos y escondidos como roquedos, árboles huecos, etc.
La gestación dura 62 ó 63 días, tras la cual la hembra pare una media de 2 crías. Es la madre la que se hace cargo de los pequeños. A las cuatro semanas suele cambiar de madriguera, y a los dos meses las crías son capaces de acompañar a su madre en las cacerías.
En otoño comienza la fase de dispersión, durante la cual los individuos juveniles abandonan el territorio natal. Su capacidad de dispersión puede llegar a ser considerable, atravesando zonas de regadío o plantaciones de eucalipto. A pesar de esto, es demasiado frecuente que estos jóvenes se encuentren con numerosas barreras infranqueables como carreteras, pozos, cepos y lazos, y no lleguen a su destino.
El lince ibérico alcanza su madurez sexual al año y medio de vida y llega a vivir de 10 a 15 años.
Problemas de conservación
El lince ibérico se declaró especie protegida en 1966. Es el felino más amenazado del mundo.
De las 31 zonas en las que habitaba el lince en 1960, solamente quedan linces en 8. La evolución de la distribución de la especie ha sido claramente regresiva. Sólo en puntos muy concretos parece que la especie se ha mantenido en buen estado.
El lince ha ido perdiendo territorio debido generalmente a las infraestructuras humanas, y por tanto las poblaciones se han ido separando paunatinamente unas de otras hasta llegar a estar totalmente incomuncadas, fragmentadas y aisladas por barreras de distintos tipos que impiden el intercambio genético entre poblaciones. Éste es uno de los problemas actuales más importantes para la conservación de la especie.
Además de la fragmentación de las poblaciones, se enfrenta a otros problemas, como los siguientes:
El descenso de las poblaciones de conejo por enfermedades como la mixomatosis o la neumonía hemorrágico-vírica.
La pérdida de su hábitat, típicamente de zonas de cobertura vegetal densa y baja densidad humana, a la que han afectado también las repoblaciones con especies de crecimiento rápido pino, eucalipto que evitan la proliferación de matorral, así como la ganadería intensiva con la consiguiente sobre-explotación del estrato herbáceo, que limita las poblaciones de conejos.
La caza indirecta y los métodos no selectivos de caza, como los cepos y lazos.
Lobo ibérico
Canis lupus signatus
El lobo Canis lupus es un miembro del orden de los mamíferos conocidos como Carnívoros. Probablemente las características más distintivas de los animales de este orden son sus largos y puntiagudos dientes caninos o colmillos y sus afilados premolares superiores y molares inferiores. Los carnívoros poseen un sistema digestivo simple y sus garras son normalmente afiladas. Además, sus clavículas son comparativamente pequeñas. Sus cerebros están altamente desarrollados, por lo que estos animales están considerados más inteligentes que la mayoría de los otros grupos.
Además del lobo, la familia de los cánidos también incluye el perro doméstico, el coyote, las distintas especies de chacales y el dingo.
Lobo ibérico Canis lupus signatus La constitución del lobo indica inmediatamente su capacidad depredatoria. Las 42 piezas de sus fuertes mandíbulas, su amplia caja torácica y sus voluminosos músculos maseteros, que dan a sus ojos esa característica forma almendrada, son fruto de una pragmática evolución al servicio de sus funciones de depredador en la escala trófica.
Un lobo adulto puede tener una longitud de entre 100 y 120 centímetros, y una alzada a la cruz de entre 60 y 70 centímetros. El peso varía entre 30 y 50 kilos, aunque se han encontrado ejemplares de hasta 75 kg. Las hembras tienen unas dimensiones y peso inferiores a los de los machos.
Las variaciones de tamaño entre unas subespecies y otras pueden explicarse por las diferencias de temperatura de las zonas en las que habitan. Hay una relación inversa entre la temperatura ambiente y el tamaño corporal de un animal de sangre caliente. Aquellos animales de regiones más cálidas tendrán una masa corporal menor que aquellos otros que habitan regiones más frías Bergman y Allen.
La edad del lobo en buenas condiciones de supervivencia puede alcanzar los 16 años.
En todo el mundo existen 32 subespecies del lobo, que se pueden englobar en cuatro grupos: lobos blancos (tundrarum en Alaska, albus en la región ártica europea), lobos rojos (pallipes en las zonas predesérticas de Eurasia, lobos grises pambasileus en Alaska y lobos pardos signatus en la Península Ibérica, lupus en Eurasia. También existen otras especies dentro del género Canis lupus, que acogen a subespecies menores, en Norteamérica y la India.
El lobo es un superdepredador que ocupa, en su hábitat natural y sin competencia del hombre, la parte superior de la pirámide nutricional. Esto significa que se trata de un depredador que carece de competencia externa para la regulación de su población, y que su crecimiento está sólo limitado por.
La disponibilidad de alimento suficiente en su territorio los lobos pueden recorrer en itinerancia hasta cien kilómetros diarios.
Las enfermedades que puedan diezmar su población
Cuando tiene lugar la aparición del hombre ,también un superdepredador, la situación cambia, porque.
El hombre considera al lobo un peligro para sí mismo
El lobo y el hombre compiten en la caza de otros animales situados en una posición inferior dentro de la pirámide nutricional jabalíes, corzos, cabras montesas, conejos.
En situaciones de carencia alimentaria el lobo amplía los límites de su territorio natural de caza en busca de alimento, llegando a atacar ocasionalmente a rebaños de ovejas o cabras.
Lobo ibérico Canis lupus signatus El lobo es además un animal social, que vive fuertemente vinculado a un grupo manada, que es la base de la estructura social. Dentro de esta manada los comportamientos están fuertemente reglamentados en base a una jerarquía estricta.
El lobo tiene una camada en raras ocasiones dos anualmente, de entre tres a ocho cachorros. La loba amamanta a sus cachorros mientras que el macho le alimenta a ella cazando y regurgitando la comida que ha ingerido durante la caza. La lactancia dura alrededor de un mes.
Los lobeznos cachorros de edad inferior a tres meses son alimentados indistintamente por cualquier miembro de la manada.
Al cumplir los tres meses los lobeznos pasan a llamarse lobatos. Al cabo de un año tienen ya la morfología de adulto. Al cabo de un año y medio dejan de ser lobatos para pasar a ser lobos.
Lobo ibérico Canis lupus signatus El lobo, al igual que el hombre, es un ser eminentemente social. Un alto porcentaje de su comportamiento está determinado por sus relaciones con otros miembros de su especie con los que forma manadas con el fin de obtener ventajas frente al medio de cara a la propia supervivencia.
Se puede decir que la unidad fundamental es la manada aunque, como hemos visto, se dan casos de individuos aislados en busca de otros individuos aislados con los que formar una nueva manada o, menos frecuentemente, de otra manada en al que integrarse.
El aprendizaje del comportamiento social del lobo comienza desde el momento de su nacimiento. Dentro de su propia camada se establecen pronto roles de comportamiento bien definidos en los que unos individuos prevalecen sobre otros por su carácter o su potencia física. Este inicio resulta crucial para el posterior desarrollo de los individuos porque determina inequívocamente el orden por el que se puede acceder al alimento.
Ya desde los juegos de los lobeznos se puede apreciar cómo unos dirigen, organizan o reprenden a aquellos de sus hermanos que tienen un estátus inferior al suyo. Los individuos más apocados o más débiles pueden quedar relegados del resto e incluso ser repudiados por la propia madre si su debilidad es manifiesta.
Lobo ibérico Canis lupus signatusAmbos sexos cuentan con su propia jerarquía. Los individuos que ocupan la posición más alta dentro de ésta se denominan individuos "Alfa", los siguientes "Beta", y así sucesivamente. Los que ocupan la posición más baja se conocen como "Omega". Dentro de la dinámica de la jerarquía se presentan situaciones en las que un individuo reta a otro de posición superior por razones alimentarias o reproductivas ya que la jerarquía gobierna también estos aspectos de la vida del lobo.
Según algunos estudios Rodríguez de la Fuente existe una fuerte tendencia a la monogamia en las parejas de lobos. De hecho, dentro de la doble jerarquía de los lobos la masculina y la femenina, la pareja reproductora de la manada es la dominante, es decir, el macho alfa y la hembra alfa. Los demás adultos y subadultos de la manada no se reproducirán a no ser que pasen a ocupar el puesto de dominante o que abandonen la manada para formar otra independiente.
La principal actividad de la manada, la caza que le proporciona alimentos, se hace en grupo. Durante las cacerías el trabajo está perfectamente distribuido. El lobo es un animal en el que la resistencia prima sobre la potencia. Por esta razón la táctica de caza consiste en agotar a la presa, persiguiéndola hasta que su captura se hace posible.
Lobo ibérico Canis lupus signatus El control y la disciplina en la manada es fundamental para que esta caza en equipo tenga éxito. Cuando despliegan un ataque sobre una presa, los lobos no aúllan ni ladran, pero sí gruñen y llegan a castañetear los dientes. Por el contrario, los perros suelen ser extremadamente ruidosos, lo cual ha servido a veces para poder determinar la identidad de los depredadores que han llegado a atacar rebaños domésticos Grande del Brío, Castaño, Gallego.
En el momento en que una manada se hace demasiado numerosa para que el territorio que ocupa pueda sostenerla, se produce de forma natural una disgregación de la misma. Uno o más individuos se separan de ella para formar su propia manada, la cual deberá encontrar un territorio propio que le proporcione las oportunidades de caza necesarias para su subsistencia.
Se dan también casos en los que individuos solitarios, no integrados o expulsados de alguna manada, vagan por las montañas, e incluso por campos de cultivo, en busca de su sustento y de otros congéneres que estén dispuestos a crear una nueva manada.
Morfología
Lobo ibérico Canis lupus signatus. Canis lupus signatus es el nombre científico del lobo ibérico, la subespecie de Canis lupus que habita nuestra península, descrita por Ángel Cabrera en 1907. De los cuatro grupos en que por su pelaje se agrupan las 32 subespecies de lobos, pertenece al de los lobos pardos.
En efecto, en su colorido dominan los tonos marrones, aunque existen ejemplares más oscuros y otros más rojizos, estos últimos distribuidos en el pasado principalmente en la zona sur del río Duero. Los individuos jóvenes presentan generalmente tonalidades grisáceas muy apagadas durante el invierno, mientras que en el verano tienen un característico color marrón oscuro.
Las características principales que diferencian el pelaje del lobo ibérico del del lobo europeos.
Manchas blancas en los belfos, llamadas "bigoteras",
Líneas verticales negras o muy oscuras que recorren el frente de sus patas delanteras,
Marca oscura a lo largo de su cola,
Mancha oscura alrededor de la cruz, llamada "silla de montar".
Estas marcas son las que le han valido a la subespecie el nombre de signatus, que significa "signado", es decir, con señales o marcas.
El peso del lobo ibérico se encuentra entre el de los grandes lobos europeos y norteamericanos y el de los lobos más pequeños que poblaban el norte africano. Los machos adultos suelen superar los 40 kg. y las hembras los 30. Además de esta lógica diferencia en el peso y tamaño y en los órganos propios de cada sexo, machos y hembras se distinguen casi únicamente por el volumen de la cabeza, en proporción marcadamente mayor en los individuos masculinos.
Lobo
ibérico Canis lupus signatusEstos lobos poblaban la mayor parte de las tierras al sur de los Pirineos hasta principios de este siglo. Sin embargo, durante los últimos cien años han venido sufriendo una persecución sistemática y una serie de trabas indirectas para el correcto desarrollo de sus poblaciones.
El número total de ejemplares de Canis lupus signatus que se pueden encontrar en España varía según las fuentes. El último censo fiable data de 1988, e indicaba la existencia de 1.500 a 2.000 individuos. En la actualidad la población puede estimarse en aproximadamente 1.500 ejemplares, distribuidos prácticamente en el cuadrante noroccidental de la Península.
Mientras que en los años 50 la presencia del lobo era patente en todo el oeste de la Península no hay que olvidar su presencia en Portugal) más en los Pirineos, un estudio realizado recientemente por el CSIC Palacios, 1999 revela que al sur del Río Duero Sierra de San Pedro en Extremadura y Sierra Morena el último lobo podría haber muerto hacia 1983 y que no existe presencia confirmada ni rastros biológicos de su existencia en la zona oriental de España, aunque es posible que persistan algunos grupos en los Pirineos y el País Vasco.
Algunas reservas naturales también albergan a pequeños grupos de lobos Hosquillo en Cuenca, Ordesa en Huesca.
Alimentación
Lobo ibérico Canis lupus signatus El lobo es un carnívoro depredador. La mayor parte de su dieta está compuesta por presas cazadas, aunque ocasionalmente puede competir con aves carroñeras por los restos de animales que han muerto de forma natural o por accidente, así como por restos provenientes de vertederos cercanos a núcleos de población humana. También es conocido el hábito, en determinadas estaciones, de consumir alimentos de origen vegetal, tales como frutos silvestres.
Sus presas naturales son grandes hervíboros y otros mamíferos de menor porte, como zorros, perros, conejos y liebres. También en ocasiones cazan jabalíes solitarios o atacan al ganado doméstico.
Todo el sistema digestivo del lobo está adaptado para procesar materia animal: agarrarla, desgarrarla, digerirla y eliminarla. En el extremo delantero de este sistema es fácil apreciar las especializaciones de los dientes delanteros para una vida carnívora, como ya hemos descrito al hablar de su morfología.
El tamaño de las piezas que un lobo traga enteras es impresionante. El movimiento de su lengua probablemente ayuda sustancialmente al animal a tragar esos trozos. La saliva del lobo seguramente tiene poca carga enzimática (la de la saliva del perro es nula), por lo que quizás sirva más como lubricante extendido por la lengua que como digestivo. La lengua también les sirve para limpiar los huesos de sus presas y para lamer sangre caída sobre la nieve o el suelo.
En España la dieta del lobo, según fue estudiada por el profesor Rodríguez de la Fuente, estaría compuesta por:
Lobo ibérico Canis lupus signatus.
Si se suman los porcentajes de herbívoros, ovejas, conejos y otros carnívoros el resultado es que un 75% de la dieta del lobo entra en conflicto con intereses humanos. En una época en la que la población humana era reducida y existían aún grandes espacios abiertos, libres de la injerencia del hombre, el territorio y los recursos que sostiene eran suficientes para que ambas especies pudieran subsistir con ocasionales encuentros entre ellas. En la situación actual, en la que el hombre pretende acaparar virtualmente todos los recursos como propios, la presencia del lobo resulta insostenible, salvo en los reducidos enclaves donde el desarrollo no ha llegado todavía es decir, donde se mantiene el equilibrio natural ancestral.
En la Península Ibérica abundan los cérvidos salvajes y otras especies silvestres que sirven de alimento al lobo, a diferencia de las que desaparecieron en época glaciar y las que han sido reducidas a la domesticidad, como el caballo, la cabra o la vaca. Sin embargo, la existencia de estos cérvidos en libertad no basta para la supervivencia del lobo en la mayor parte del territorio, por lo que éste recurre a otras fuentes de alimento, en gran medida provenientes de la cabaña ganadera.
Si el corzo es la pieza preferida por el lobo, no debemos olvidar el papel que juegan en su dieta los roedores y los lagomorfos conejos y liebres, que varía mucho según las zonas. También otros cánidos, como perros y zorros, pueden formar parte de la dieta de un lobo ibérico, así como tejones o incluso jabalíes, si la manada tiene la suerte de encontrarlos solos.
El lobo también aprovecha la carroña como complemento de su dieta. Este comportamiento, no tan acusado en el pasado, está aumentando en los últimos años por las políticas de algunas Administraciones regionales de abandonar en cebaderos los restos de animales domésticos muertos, lo que, además de alterar la función trófica del lobo convirtiéndolo de depredador en necrófago, también hace aumentar la querencia del lobo por el ganado vivo.
Conducta depredatoria
Lobo ibérico Canis lupus signatus. Los lobos ibéricos raramente forman grupos de más de siete individuos. En primavera y verano, los grupos se reducen a un número de adultos que suele oscilar entre tres y cinco en el mejor de los casos. Más común es la formación de parejas acompañadas a veces de un individuo subadulto.
Al parecer, el número de integrantes de la manada está en relación directa con los hábitos alimentarios. Cuando la dieta está compuesta principalmente por grandes herbívoros alces, renos, búfalos, las manadas deben tener un número grande de integrantes de 10 a 20 o más, mientras que si, como ocurre en España, las piezas son de tamaño mucho menor corzos, conejos, el número de integrantes requeridos para cobrarlas es más pequeño.
Por regla general, los lobos se desplazan en fila india. No siempre abre la marcha el individuo dominante, sino que con frecuencia lo hace un individuo que actúa como prospector y que transmite algún tipo de señal al resto del grupo. A veces el lobo prospector podría dejarse ver deliberadamente para llamar sobre él la atención de la presa Grande del Brío.
En campo abierto, los lobos actúan de manera que son los individuos más débiles o peor dotados de un rebaño de herbívoros las crías y las hembras viejas quienes sufren particularmente su ataque. Eso no significa que la seleccion de la pieza constituya un acto consciente por parte de la manada, sino que ésta se limita a perseguir a aquellos animales que no puedan escapar de su acoso con la debida rapidez. Naturalmente, los mejor dotados eluden con mayor facilidad los ataques de los lobos. Como consecuencia, éstos centran su atención en aquellos ejemplares que evidencian un estado de minusvalía física. La seleccion de la presa se reduce a una mera actitud de expectación, acorde con su carácter de animal oportunista.
El cooperativismo implica ahorro de energía. Frente a los rebaños domésticos, los lobos suelen actual coordinadamente, poniendo en práctica la técnica del acecho. Si su labor se ve dificultada por la presencia de perros pastores, uno de los lobos se deja ver, atrayendo sobre sí la atención de los perros.
Cuando se trata de capturar conejos, uno o varios lobos actúan a manera de batidores, mientras los demás se mantienen a la expectativa, por lo regular cerca de la entrada de la conejera, adonde la presa acosada acudirá buscando refugio.
Solamente en uno de cada ocho intentos logran los lobos abatir a los corzos tras desplegar los correspondientes movimientos de estrategia. En el caso de los ciervos, la proporción de éxito alcanza el uno por seis Grande del Brío, Gallego.
Fundamentalmente el lobo pone en práctica dos técnicas de caza:
Contra las presas de gran porte, como vacas, caballos o ciervos, los lobos infieren heridas en la parte posterior del cuerpo, centrándose sobre todo en la región ventral.
Contra las presas de mediano y pequeño tamaño, los lobos proceden mordiendo en el cuello, desgarrando la región cervical, la tráquea y la glotis. Es el procedimiento normal para matar cabras y ovejas.
Lobo ibérico
Canis lupus signatus. La Directiva Hábitats de la Unión Europea, aprobada en mayo de 1992 y adoptada por la legislación española en diciembre de 1995, establece que la población del lobo al sur del Duero debe ser considerada especie de interés comunitario de carácter prioritario y para cuya protección es necesario designar zonas especiales de conservación. Esto ha provocado la tardía reacción de los gobiernos de Castilla-La Mancha y Andalucía, que consideran al lobo como especie estrictamente protegida y han establecido un sistema de indemnizaciones para subsanar los daños producidos por sus poblaciones, extinguidas en estas zonas.
Aparte de esta protección comunitaria, la región de Castilla-La Mancha ha incluido al lobo en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas. Los lobos que quedan en el norte de España Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco están considerados como una especie cuya explotación debe ser compatible con el estado favorable de las poblaciones. Esto significa que el lobo ha de ser respetado siempre que no choque con los intereses humanos; es decir, que la ley sigue siendo permisiva para que se puedan cazar lobos indiscriminadamente. Sólo el municipio de Muelas de los Caballeros, al norte de Zamora y cerca de las mayores poblaciones de lobo de España, ha demostrado verdadero interés en la conservación del lobo ibérico y quiere prohibir su caza por considerarla "especie emblemática".
El resultado práctico de las legislaciones tardías, la falta de respuesta de las Administraciones y las leyes hechas a la medida del hombre es que el lobo ibérico sigue siendo considerado en España como especie cinegética.
Esta desidia en España afecta también a otras poblaciones de signatus. Portugal acoge aproximadamente al 10% de los individuos de lobo ibérico que habitan la Península, y allí, aunque la legislación y la actitud de la población es más conservacionista, el lobo también sufre una situación crítica. Los lobos están estrictamente protegidos en el país vecino por la misma Directiva Hábitats y por el programa Life de la Unión Europea; sin embargo, para algunos lobos portugueses esta protección no es efectiva. Existe una población de unos 150 lobos en la frontera entre España y Portugal. Estos lobos, que viven relativamente seguros en el lado portugués, son matados indiscriminadamente cuando pasan a territorio español, concretamente en Galicia y Zamora, con lo que muchos esfuerzos realizados al otro lado de la frontera por el bienestar del lobo caen en saco roto.
El incremento de la presión humana sobre el hábitat del lobo, con la desaparición continuada de zonas apartadas en las que la especie ha prosperado tradicionalmente.
Los incendios forestales, que, tanto de forma natural o accidental como provocada, asolan los bosques españoles y suponen una reducción de los hábitats naturales de la fauna en general, y sobre todo de los grandes mamíferos que encuentran enormes dificultades en la conquista de otros territorios de alimentación y refugio.
La competencia con los intereses de ganaderos y cazadores, que se salda sistemáticamente con batidas tras ataques de lobo.
La ignorancia y la superstición --palabras duras pero no por ello menos ciertas-- de las poblaciones agrarias que a la vez sufren los ataques del lobo sobre su ganado y temen la figura del lobo como un animal vinculado por la tradición con los aspectos más oscuros de la humanidad y la mitología.
El impacto que las grandes infraestructuras, principalmente autopistas y vías férreas, producen en las áreas de distribución del lobo, actuando como verdaderas barreras que aíslan grupos poblacionales y producen atropellos de forma permanente.
El imperdonable desinterés y negligencia de las autoridades competentes, tanto regionales como nacionales, quienes se limitan a legislar en el mejor de los casos, cuando no ganan dinero por el deplorable método de subastar el derecho de caza de lobos por cantidades que exceden las 600.000 pts. por individuo, como ocurre con la Junta de Castilla y León. Esas mismas autoridades se niegan a pagar indemnizaciones a los ganaderos perjudicados por los asaltos del lobo y mantienen una escandalosa ceguera que ha permitido que ningún cazador furtivo haya sido jamás multado, a pesar de las leyes que protegen a la especie, mientras que se admite que el 70% de los lobos que mueren cada año lo hacen a manos de cazadores furtivos.
Usos cinegéticos
Lobo ibérico
Canis lupus signatus. La relación entre el hombre y el lobo está primariamente marcada por el hecho de que son dos especies que básicamente compiten por los mismos recursos alimentarios. Esta relación de competencia, complicada con factores ajenos que se mencionan más adelante, han supuesto la práctica extinción del lobo (anteriormente muy extendido por todo el hemisferio septentrional en todo el mundo, salvo quizá en las tundras occidental canadiense y siberiana.
Aunque es cierto que periódicamente se registran ataques de los lobos a los rebaños de ovejas, no es cierto que el lobo sea un animal peligroso para el hombre. De hecho el lobo se repliega sistemáticamente de cualquier lugar ocupado por el hombre.
El hecho de que, junto con el zorro, sea una especie que depreda las especies que persiguen los cazadores, es actualmente el principal terreno de competencia entre ambas especies. Esta desigual competencia se salda sistemáticamente con la matanza ilegal de animales por parte de quienes continúan practicando actividades bárbaras y degradantes como la caza. El uso, también ilegal, de cebos envenenados para acabar con estos animales constituye otra de las grandes amenazas que se ciernen sobre esta y otras especies.
Callejos, chorcos u hoyas fojos en Portugal y algunas zonas de Galicia. Consistían en dos muros de piedra de varios centenares de metros de longitud, separados entre sí una distancia variable por uno de sus extremos; por el otro convergían sin llegar a juntarse, dejando un angosto espacio que desembocaba en un foso de forma más o menos cuadrada, a veces circular, y de una profundidad que podía oscilar entre los tres o cuatro metros. Los muros estaban atravesados por portillas para el tráfico de carros por el monte; estas portillas se atrancaban durante las batidas mediante troncos. En la parte superior, los muros estaban rematados con lajas dispuestas en forma de visera hacia el interior. El lobo se veía pues forzado a correr hasta precipitarse al foso.
Cortellos. Consistían en recintos de forma circular o elipsoidal levantados con piedras colocadas sin argamasa y rematados por grandes lastras salientes hacia el interior, donde sobre un mogote era colocada una cabra u oveja como cebo, aportada por turno por los vecinos del pueblo. Como por la parte exterior la altura del muro era escasa en muchos puntos, el lobo podía fácilmente saltar dentro, quedando atrapado sin posiblidad de salir. Con frecuencia, el lobo no devoraba el cebo, concentrándose y dedicando sus esfuerzos a tratar de salir de la trampa.
Cousos. Consistían en simples hoyos practicados en el suelo y cubiertos con ramajes; por lo general, ubicados en cruces de caminos recorridos por los lobos. En algún caso, tenían una estaca clavada en el suelo, con la finalidad de que el lobo, al caer, quedara ensartado en ella.
Se utilizara la trampa que se utilizara, los vecinos raramente se privaban del placer de exhibir a los lobos reducidos y abozalados por los pueblos y aldeas de los alrededores, sometiéndolos a apaleos y otras vejaciones. Por algún motivo, la especie humana nunca se ha distinguido por hacer valer su inteligencia en situaciones de superioridad. En esos momentos, la necesidad de hacer perder la dignidad a quien ya no supone una amenaza para nosotros, para sentirnos totalmente por encima del contrario, es más fuerte que la capacidad de utilizar la razón para darnos cuenta del papel que cada uno cumplimos en la naturaleza.
Mitología en España
Nuestra tradición, alojada ya en el inconsciente colectivo, es rica en alusiones a la supuesta perversidad y agresividad del lobo. La influencia católica ha hecho además que se haya considerado al lobo como una "criatura de las tinieblas", incluso vinculada al demonio.
No es de extrañar que un depredador como el lobo, único capaz de hacernos frente en la naturaleza que nos rodea, y que actúa de forma organizada y efectiva, despierte los ancestrales miedos a ser cazado. Sin embargo en la milenaria pugna entre lobo y hombre, las agresiones del lobo frente a las nuestras son infinitamente menores. La prueba es la actual situación de su especie.
Otras culturas, menos interesadas que la cristiana en mantener a las personas en la ignorancia y el miedo, han visto en el lobo un símbolo de la sociabilidad, la eficacia y la inteligencia.
Los mitos de Rómulo y Remo o el de Gárgoris y Habis presentan situaciones similares, en las que cachorros humanos son amamantados por lobas. Los indios norteamericanos ven en el lobo un honorable competidor, al que respetan y admiran. El ideograma chino para representar al lobo significa literalmente "perro distinguido", tal vez por el aspecto rasgado de sus ojos.
Sin embargo nuestra tradición está llena de historias que están en la mente de todos, en las que el lobo es un ser maligno y cruel, incluso el resultado de la transformación de un humano en un ser de instintos bajos, incontrolables y asesinos.
Todas estas actitudes y prejuicios, propios de las mentes ignorantes y supersticiosas de la Edad Media, deberían ser arrojadas de nuestras mentes gracias al conocimiento de lo que nos rodea. El valor de un ser racional no está en reclamar serlo, sino en ejercer de tal.
Ya en España, el lobo constituye uno de los motivos animalísticos representados en vasos, urnas y platos ceremoniales de los antiguos iberos, casi siempre reflejando el carácter infernal de este animal ojos ligeramente rasgados, orejas puntiagudas, belfos distendidos dejando ver los dientes triangulares y los colmillos y en ocasiones junto a jabalíes, cuya significacion funeraria ha sido ampliamente documentada.
La vinculación del lobo a las creencias de ultratumba se halla atestiguada en toda el área mediterránea. Hubo zonas de la España pre-romana en que el lobo era representado como animal totémico en monedas, siendo sustituido más tarde por la loba romana.
El culto al lobo ha podido arraigar con mayor fuerza entre aquellos pueblos hispanos menos sometidos al proceso de romanización, como en el País Vasco.
En términos generales, el simbolismo animalístico en el mundo mediterráneo se halla impregnado de matices peyorativos. Las relaciones entre el hombre y el animal no se han establecido ciertamente en términos de igualdad ecológica, sino que el hombre civilizado se ha tomado él mismo como centro de la naturaleza. Por ello no es extraño que en Hispania, como en otros sitios, un animal depredador por antonomasia como el lobo haya proporcionado la adecuada imagen mitológica. El lobo frecuentemente se presenta como arquetipo de ferocidad.
También su piel ha dado lugar a todo un simbolismo. La piel de este animal en ciertas tribus constituía un elemento simbólico de sumisión.
Igualmente, el mito de la licantropía ha formado parte desde antiguo de nuestro acervo cultural. El hombre-lobo figura en multitud de dichos y leyendas y con diversos nombres, sobre todo en el área occidental de la Península.
Muflón
Ovis musimon
El muflón es un artiodáctilo de la familia de los bóvidos. Su altura hasta la cruz es de unos 75 cm. y mide de alto hasta 150 cm. Su peso es de 40 kg.
El muflón posee un cuerpo robusto, que contrasta con sus alargadas patas. El macho presenta una cornamenta circular y sin ramificar. Su pelaje es pardo, con el vientre, la región anal, las patas y el hocico de color blanco.
La hembra suele ser más clara, sobre todo en verano, época en la que ambos sexos empalidecen. El macho se diferencia fácilmente de la hembra por la mancha blanca que exhibe en el lomo durante el invierno.
Hábitat y distribución
Esta especie ha sido introducida en numerosos puntos de la península Ibérica y en las Islas Canarias, adaptándose con éxito a los nuevos medios.
Su área de distribución incluye principalmente parte de Extremadura, Toledo, Ciudad Real y Córdoba, así como la Serranía de Cuenca y Cazorla y algunas localidades aisladas de Valencia, hallándose también en Tenerife.
Reproducción
En septiembre comienza el celo y las manadas se deshacen en pequeños grupos.
El macho busca hembras con las que aparearse, por lo que a veces pelea con otros machos adultos. La mayor parte de las veces, los machos se retiran ante la sola presencia del muflón dominante. En las luchas se empujan unos a otros y raramente acaban enfrentando las cornamentas.
Se limitan, en la mayor parte de las veces, a un ritual en el que el vencido lame las orejas y el cuello del contrincante.
Antes de la cópula, el macho persigue a la hembra hasta que ésta accede al apareamiento.
Al cabo de unos cinco meses, la madre pare a una cría, que a la media hora de vida ya es capaz de andar. Esta cría se alimentará con leche materna durante unos cinco meses.
Alimentación y costumbres
El muflón es hervíboro; consume una amplia gama de materias vegetales, como cortezas, plantas herbáceas y brotes y hojas de árboles y arbustos. Únicamente en las épocas más secas se acerca a puntos de agua para beber, mostrando durante todo el año una gran apetencia por la sal.
Es un animal sociable. Forma rebaños en los que tienen cabida los machos, las hembras y los individuos jóvenes, según las estaciones. Durante el verano se agrupan por un lado los machos, y por otro las hembras y las crías.
Algunos animales como los zorros, los perros cimarrones y las águilas reales atacan al muflón, principalmente a las crías.
Nutria
Lutra lutra
La nutria es un mamífero carnívoro que pertenece a la familia de los mustélidos. Su cuerpo es grande, esbelto y ligeramente aplanado, mide entre 59 y 85 cm, a lo que hay que añadir la cola, que es ancha en la base y afilada en el extremo. Ésta mide entre 25 y 60 cm., es decir, más de la mitad de la longitud de la cabeza y el cuerpo juntos (LCC). Tiene unas patas cortas y entre sus dedos existe una membrana interdigital (especie de tejido que une los dedos) que ocupa toda su longitud.
El pelo es lustroso, espeso e impermeable, el color en la espalda es pardo oscuro, más intenso en el lomo que en las extremidades, y en el vientre es gris, menos en la garganta que es de color blanco sucio.
Los machos suelen ser de mayor envergadura que las hembras.
Su dentadura consta de 36 dientes, teniendo en la mandíbula superior 6 incisivos, 2 colmillos, 8 premolares y 2 muelas y, en la inferior, 2 premolares menos. Si una nutria mordiera una pechuga de pollo, la distancia entre los orificios producidos por los colmillos superiores sería de 2 cm.
Las nutrias suelen vivir entre ocho y quince años.
En las huellas de la nutria, se aprecian 5 dedos con uñas, son muy características y fáciles de reconocer. La delantera mide entre 6 y 7 cm. de largo por 5 ó 6 cm. de ancho y las traseras son más largas, midiendo entre 6 y 9 cm. La membrana interdigital sólo quedará impresa si la nutria saltó sobre algún suelo blando, asimismo en el resto de las huellas, podría faltar la impresión de los dedos interiores. Se parecen a las de tejón, pero los dedos y las uñas son más cortos. En la nieve, a menudo la cola deja un rastro continuo. Dependiendo del paso que lleve el animal, nos encontraremos diferentes conjuntos de huellas; la impresión más frecuente que se observa corresponde al trotecillo o paso normal.
Los excrementos normalmente son viscosos, sin forma determinada, y están recubiertos por una espesa capa de mucus. Cuando son sólidos miden 1 cm de diámetro. Si están frescos son de color negro o pardo verdosos brillantes y al envejecer se vuelven grises y ocasionalmente blancos. Tienen un olor a grasa o aceite de pescado, muy persistente y característico. Son depositados en el agua, en sitios elevados de las orillas o sobre piedras que sobresalen del cauce muchas veces en una piedra blanca, siempre en el mismo sitio, donde se puede juntar un buen estercolero. El contenido de las heces puede estar compuesto por escamas, espinas de peces, conchas de cangrejo, huesecillos de aves, roedores, batracios, restos de insectos, etc.
Emite varios tipos de sonidos como silbidos, una especie de grito similar a una risa, bufidos y algo similar a un estornudo.
Hábitat y distribución
Su hábitat preferido está situado en las orillas de los ríos bordeadas por bosques, vegetación espesa o paredes de piedra. Le gustan las aguas cristalinas con fondos pedregosos.
El territorio de los machos puede abarcar unos 15 km. de río, recorriéndolo cada 3 ó 4 noches. El de la hembra es menor, ocupando unos 7 km. de río. Dentro de cada territorio no permiten cazar a ningún otro animal, ni siquiera a sus congéneres.
Utiliza una especie de toboganes, lustrosos y brillantes, para descender desde las pendientes altas y resbaladizas que terminan en el río.
Su madriguera suele estar ubicada al borde del agua, aprovechando cuevas naturales, madrigueras abandonadas, entre la maleza de las isletas de los ríos, etc.; disponen de una abertura para mantener ventilada la guarida. El suelo del nido suele estar compuesto por hierba seca, o bien con musgo y hojas. En ellas se suelen encontrar deyecciones, y si hay crías dentro, tienen un olor desagradable y penetrante.
Fuera del periodo de cría, la nutria no tiene domicilio fijo, valiéndose de diversos refugios temporales para descansar o pasar algunas noches. El nido de cría suele situarlo en arroyos laterales, protegidos de una posible crecida del río.
En la Península Ibérica su distribución es muy irregular, falta en el SE y en amplias zonas del centro, así como en los ríos contaminados, por lo que se va relegando a zonas montañosas frecuentemente con muchas lluvias.
La presencia de la nutria en un río es el mejor indicio que tenemos sobre el buen estado de un cauce fluvial. Por desgracia la contaminación de los ríos, los basureros incontrolados que en cada pequeña población se arrojan al monte y acaban en el agua, la corta de árboles y vegetación de las riberas, la lejía y el sulfato que utilizan los furtivos en la pesca de truchas, y otras agresiones que sufren nuestros ríos, están haciendo que este animal disminuya año tras año alarmantemente su población, estando ya incluida como especie vulnerable en el Libro Rojo de los Vertebrados Españoles publicado por ICONA en 1992. Está catalogada como de "interés especial". Ésta especie está protegida por el Convenio Internacional CITES, en el cual se cataloga como de inminente extinción a causa del comercio por lo que lo prohíbe explícitamente. También aparece recogida en el Anexo II del Convenio de Berna, entre los animales cuyo peligro de extinción es grave y requiere especiales cuidados para su recuperación. Por otro lado aunque se le acusa de alimentarse de truchas, lo cual es cierto, también lo hace y en gran parte de peces, ranas, culebras y anguilas, que a su vez son también predadores de truchas y mucho más numerosos que la nutria, con lo cual colabora enormemente al equilibrio biológico de los cauces, no permitiendo la superpoblación de esos otros animales que se alimentan casi única y exclusivamente de las truchas y de sus crías.
Reproducción
El período de celo puede tener lugar en cualquier época del año. El comportamiento de la nutria cambia en esta época, pues se vuelve más diurna, se olvida de las precauciones cotidianas y los machos emiten unos sonoros silbidos por la noche, circunstancias que nos ayudan enormemente para localizar la presencia del animal en un curso de agua. Durante este periodo, la pareja de nutrias siempre va unida, comienzan los juegos que preceden a la cópula, en los que se persiguen en el agua y a continuación, copulan silbando penetrantemente.
Tras el coito, tienen un periodo de gestación de 9 semanas aproximadamente.
El parto puede tener lugar en cualquier mes, pero en primavera o a principios de verano es cuando se produce el mayor número de ellos, y dentro de este periodo, mayo es el mes más frecuente.
Normalmente nacen 2 ó 3 cachorros, si bien puede haber alguna camada de hasta 6 crías.
Al nacer las crías tienen los ojos cerrados y no los abrirán hasta pasadas 4 ó 5 semanas. Cuando las pequeñas nutrias cumplan las 7 semanas, se aventurarán por primera vez fuera del cubil, y a las 10 semanas, jugarán confiadamente por los alrededores. La madre les enseñará a nadar llevándolos en su espalda hasta la mitad del cauce y dejándolos allí para que vuelvan hasta la orilla solos. Seguirán mamando hasta que cumplan las 14 semanas, y cuando los cachorros cumplan unos 6 u 8 meses, abandonarán a la madre para iniciar una vida independiente.
Alimentación y costumbres
Su dieta está compuesta principalmente por peces, y en menor medida por ratas de agua, sanguijuelas, escarabajos de agua, caracoles, cangrejos, ranas, culebras, anguilas, insectos, aves acuáticas con sus polluelos y puestas, y también alguna fruta manzanas, etc.
Come en las orillas de los ríos, y allí donde comió se pueden apreciar restos de colas y espinas de peces, trozos de ranas y culebras, etc.
Suelen capturar a especímenes con taras o enfermos, con lo que contribuyen a que las especies supervivientes sean las más robustas y sanas.
Las nutrias se establecen en una zona determinada, aunque cada cierto tiempo cambian de territorio en busca de alimento.
Normalmente están activas desde el atardecer hasta el amanecer, pudiendo ser observada durante el día en lugares no frecuentados por el hombre.
Comienzan su actividad al oscurecer, al salir se asean mediante fuertes roces contra alguna superficie áspera, luego cada nutria recorre en solitario menos en el celo y las hembras durante la crianza los cursos de agua a contracorriente y realizando tramos del trayecto por tierra. Cuando regresa lo hace a favor de corriente, dejándose llevar por la misma y bordeando los rápidos y las corrientes por tierra lugares idóneos para observar sus huellas.
Juegan en unos revolcaderos, situados en zonas arenosas de los márgenes de los ríos, deslizándose por toboganes, y pudiendo llegar a juntarse varios ejemplares.
Cuando por causa de las lluvias, el río crece, busca refugio en la espesura del monte, entre la vegetación de las isletas, o en guaridas abandonadas por otros animales.
Acude a pequeños riachuelos cuando se secan, para alimentarse de ranas y peces que quedan allí aislados.
Cuando está fuera del agua se desplaza a saltos, lentamente, y por el río, va haciendo zig zag de una orilla a otra, jugando constantemente.
Tienen una buena vista bajo el agua mejor que fuera de ella, y el oído y olfato son muy finos y sólo los utiliza fuera del agua.
Es una gran nadadora y buceadora; puede permanecer hasta 3 minutos dentro del agua, siendo lo normal que realice unas inmersiones de 30 segundos.
Oso pardo ibérico
Ursus arctos pyrenaicus
Las características más definitorias del oso son su espeso y tupido pelaje, su pequeña cola apenas 7 u 8 cmy su enorme cabeza, rematada por dos pequeñas orejas redondeadas.
Es el animal terrestre más grande de toda la fauna ibérica. Su cuerpo es extremadamente robusto, siendo los machos mucho más pesados que las hembras, al menos un 25 ó 30% más. Los osos pardos cantábricos o ibéricos son los más pequeños de todo el mundo, pues los machos rara vez sobrepasan los 180 kg y las hembras rondan los 130 ó 140 kg. Los osos tienen unas enormes variaciones de peso a lo largo del año y de un año a otro, dependiendo de la abundancia o escasez de comida.
La coloración del pelaje de los osos ibéricos varía desde un crema pálido hasta el pardo oscuro, pero siempre con una peculiar coloración más oscura, casi negra, en las patas y amarillenta en la punta de los pelos. Los ojos y el final de la trufa son negros; son de los pocos detalles que contrastan con su mata de pelo pardo.
El oso pardo es un animal plantígrado, lo que quiere decir que para andar apoya todo su peso sobre las plantas de sus pies, igual que los humanos. Por otra parte, es uno de los pocos animales capaces de ponerse a dos patas, si bien sólo lo hacen en determinadas ocasiones, como son las peleas psor las hembras o cuando se sienten amenazados. Su caminar habitual es a cuatro patas.
Hábitat y distribución
La alimentación del oso pardo depende en gran parte de los frutos y las partes más digeribles de las plantas brotes y hojas tiernas, por lo que su hábitat ha de ser generoso en frutos de todo tipo y, por otro lado, ha de conservar extensiones bastante amplias para permitir a unos animales tan grandes moverse a gusto, tener lugares tranquilos donde descansar y refugios seguros para encuevarse durante el invierno.
En el pasado los osos poblaban la mayor parte de las serranías españolas y, aunque en muchas de ellas sigue habiendo una abundante cosecha de frutos, la persecución del hombre y la falta de sitios tranquilos han hecho que hoy día el único hábitat viable sean los grandes bosques caducifolios del norte español: la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.
Los poco más de 80 osos que quedan en España se encuentran repartidos en tres núcleos poblacionales:
Núcleo occidental Galicia, Asturias y Castilla y León, es el mejor de los núcleos, con unos 60 osos.
Núcleo cantábrico oriental Asturias, Cantabria y Castilla y León,está separado del anterior por 30 a 50 km y acoge a unos 20 ejemplares.
Núcleo pirenaico: es en realidad un núcleo residual que tiene menos de 5 individuos.
Los últimos osos cantábricos viven en los bosques de hayas de Somiedo, Degaña y Monasterio de Hermo o en las masas de roble y abedul de la reserva de Fuentes Carrionas y el alto Pisuerga en la montaña palentina.
La franja más frecuentada por los osos en España es la situada entre los 1.100 y los 1.400 m, si bien hay hábitats favorables para ellos desde los 500 m en la vertiente norte y a menudo suben hasta prados, pastizales y roquedos a más de 2.000 m.
Alimentación
Sus garras y anatomía general nos revelan la estampa de un carnívoro típico, cuando en realidad los osos son unos devoradores de carne totalmente atípicos. Su dieta es casi enteramente vegetariana y de hecho su dentición se ha ido modificando hasta logar unos molares y premolares con tallas más redondeadas y mayor superficie, mucho más apropiados para una dieta basada en plantas y frutos, y unos incisivos puntiagudos útiles para pastar y cortar tallos y raíces. Sin embargo, en sus mandíbulas conserva la fortaleza suficiente para abatir presas tan grandes como un ciervo o cualquier otro ungulado de gran tamaño.
Casi toda la vida y movimientos del oso vienen determinados por la búsqueda del alimento. Incluso la hibernación se produce por la escasez de alimento propia del invierno en los bosques caducifolios del norte de España. Un oso adulto puede llegar a perder hasta el 40% de su peso durante el invierno. Su alimentación está en un 85% basada en materia vegetal (bellotas, castañas, hayucos, avellanas, bayas, megaforbios, tubérculos, brotes tiernos de gramíneas...), y la completa con carroñas, insectos, miel, setas, aves, huevos y ungulados.
Costumbres
Los pocos osos pardos que viven en libertad en España son muy difíciles de ver. Sin embargo, en algunas ocasiones se acercan a las aldeas asturianas cuando hay cerca panales, prados o sotos con bayas. Si no, lo más habitual es conocer su existencia por las huellas y marcas que van dejando.
Cuando llega la época de celo, los machos empiezan a marcar su territorio en el bosque. A más de metro y medio del suelo muchos árboles muestran señales de arañazos, mordiscos y descortezamiento, que los osos utilizan para avisar a los otros machos de que ese territorio ya tiene dueño. También se frotan contra las cortezas, para dejar su olor impregnado.
Excepto en invierno, los osos suelen dormir en reducidos camastros sobre una pequeña depresión que ellos mismos excavan en el suelo (entre 70 y 100 cm de diámetro) o sobre el mismo suelo. Cubren el hueco con ramillas y hierba. A veces utilizan para dormir las cuevas invernales o los huecos de los árboles.
Para el letargo invernal ocupan cuevas abrigadas, brezales y huecos de viejos robles. En la Cordillera Cantábrica la hibernación se suele dar de enero a marzo, aunque depende de la rigidez del invierno y la disponibilidad de comida. La entrada en la osera viene precedida por unas grandes ingestas de alimento con el consiguiente desarrollo de las acumulaciones de grasa.
Los osos han arrastrado siempre mala fama y sus agresiones han sido casi siempre magnificadas, por lo que su presencia en Europa se ha ido haciendo cada vez más escasa. Lo cierto es que las cargas de osos se producen cuendo se sienten amenazados o cuando creen que sus crías peligran. La mayoría de las veces son espectaculares, pero rara vez culminan su ataque.
Reproducción
Los osos son los vertebrados con las menores tasas de natalidad del mundo. Las hembras alcanzan la madurez sexual a una edad entre 3 años y medio y 5 años. Entre una camada y otra transcurren tres años, y cada camada consta de una a tres crías.
Los osos son solitarios en todas las épocas del año excepto en el período de celo que tiene lugar durante el verano.
Los osos pardos son animales polígamos, que se emparejarán varias veces a lo largo de la temporada. Durante la época de celo, los machos amplían su territorio y se dedican a vagabundear en un intento de localizar y controlar el estado reproductivo de las escasas hembras. En esta época, varios machos pueden llegar a competir por una compañera, enzarzándose en cruentos combates si las pautas de intimidación mostradas previamente no surten efecto entre los oponentes.
Una vez que el macho ha encontrado y conquistado a la osa, se formará una efímera pareja que permanecerá junta por un tiempo, durante el cual ambos consortes sestean juntos, juegan y se pelean amistosamente. Finalmente, se separarán y retomarán su vida solitaria.
La gestación comienza a finales de noviembre o principios de diciembre y dura de 8 a 10 semanas. Las crías nacen en enero y gebrero, durante la hibernación de la madre.
Las crías nacen casi calvas, pesando apenas 500 g, ciegas y sin dientes. Cuando salen al exterior están ya totalmente cubiertas de pelo y muestran un característico collar de pelo blanquecino que desaparece con el tiempo.
A los tres meses y medio dejan de depender exclusivamente de la leche materna, pudiendo recibir otros tipos de alimentos. El destete definitivo se da al año de vida. El desarrollo de los oseznos es rápido y abandonan la osera a finales de la primavera. Estarán con su madre hasta los 18 ó 22 meses de vida, cuando ésta les abandonará. Ellos permanecerán juntos durante más o menos un año.
Problemas de conservación
Antiguo morador de la práctica totalidad de nuestros sistemas montañosos y bosques, poco más de 80 osos sobreviven hoy en España, repartidos entre la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. Entre sus amenazas destacan la humanización de su entorno y la desaparición del tapiz vegetal por sobreexplotación, cambios en el uso del territorio y construcción de infraestructuras, junto con los lazos, cepos y escopetas del furtivismo.
Protegida la especie en la segunda mitad del siglo XX, la pérdida de sus hábitats naturales y el furtivismo constituyen las principales amenazas de los últimos osos ibéricos.
La pérdida de espacio vital obliga a numerosas oblaciones de osos a entrar en contacto con el hombre y sus animales domésticos, provocando conflictos que derivan en batidas ilegales y en la colocación de cepos y venenos.
Las alteraciones y pérdidas de hábitat incluyen, sobre todo, deforestación por extracción de madera y apertura de pistas forestales, incendios, conversión de bosques en terrenos agrícolas o ganaderos, minería a cielo abierto, construcción de carreteras, pistas de esquí, embalses, urbanizaciones, etc.
La desaparición de las áreas forestales naturales mina el futuro de la especie. La parcelación de los montes crea barreras artificiales que impiden el libre desplazamiento de las poblaciones de osos, aislándolas entre sí y reduciendo las osibilidades de emparejamiento y reproducción, así como la diversidad genética de las poblaciones especialmente en los Pirineos y a corto y medio plazo en zonas de la Cordillera Cantábrica, aumentando los problemas derivados de la consanguinidad y dificultando la búsqueda y localización de alimento.
Por otro lado, los incendios forestales destruyen sus ecosistemas vitales y las repoblaciones con especies foráneas empobrecen los suelos, destruyen la vegetación autóctona, alteran los hábitats y son proclives a sufrir incendios.
Además de la pérdida de su hábitat, en los últimos años el oso pardo se ve amenazado por el incremento del turismo verde, cada vez más masivo, así como por el furtivismo. También es víctima de los lazos para jabalíes y los venenos paralobos.
Después de siglos de implacable persecución, la caza del oso fue prohibida de forma temporal en 1952, y de forma definitiva en todas las Reservas Nacionales en 1967. Desde 1973 la especie está protegida y su caza está prohibida en todo el territorio español, pero todavía se capturan como trofeos de manera furtiva.
En nuestro país la especie está catalogada como en peligro de extinción, lo que ha derivado en la aprobación de planes de recuperación en toda su área de dstribución. la Ley de Conservación de la Naturaleza de 1989 exitió la puesta en marcha de una serie de medidas para mejorar su situación. En 1995, el nuevo Código Penal estableció un castigo de hasta dos años de cárcel por matar a un oso, tipificándolo como delito ecológico. En la actualidad, matar a un oso puede ser penado con multas de hasta 200.000 Euros.
Las comunidades de Cantabria, Asturias, Castilla y León y Galicia han ido creando y aprobando sus respectivos planes de recuperación para garantizar la conservación de la especie, con medidas de lucha contra el furtivismo, la conservación de los hábitats naturales y la recuperación de los degradados, el aumento de los proyectos de investigación y la mejora de los programas de sensibilización, así como el pago de daños producidos por osos y las compensaciones a las poblaciones que viven en zonas oseras.
Una de las acciones de conservación más efectivas es la plantación de especies frutales en zonas oseras para evitar que los osos se vean obligados a acercarse a áreas humanizadas, donde la posibilidad de ser molestados o cazados por furtivos es mayor. Las campañas de plantación en estas regiones sirven para asegurar y reforzar la alimentación de los osos, sobre todo en primavera y verano.
Rebeco
Rupicapra rupicapra parva
El rebeco es un bóvido de unos 120 cm. de largo, 70 cm. de altura hasta la cruz y 35 kg. de peso.
Su constitución y tamaño son parecidos al de una cabra. Tanto el macho como la hembra tienen cuernos verticales, más largos que las orejas y curvados en el extremo hacia atrás en forma de garfio. Los del macho son más robustos. Tiene la cola corta.
En verano, el pelaje es pardorrojizo, con una línea negra que recorre el dorso. La cola, vientra y patas son oscuras. En invierno, el pelaje es pardonegruzco o negro, excepto la cabeza, el vientre y unas pequeñas manchas bajo la cola sobre los cuartos traseros que son de color blanco amarillento. Las bandas negras de la cabeza se mantienen durante todo el año. El pelo del dorso del macho es particularmente largo.
Hábitat y distribución
Habita en media y alta montaña, en extensiones de bosque. En verano asciende hacia los prados alpinos, a laderas de umbría, muchas veces desplazado hacia cotas elevadas por la presión humana o por el ganado. En invierno baja hasta las zonas soleadas del límite del bosque.
Está presente en la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos.
Reproducción
Al inicio de la temporada reproductora (entre octubre y noviembre), los machos luchan entre sí por hacerse con un mayor número de hembras para sus harenes.
Tras la cópula y al cabo de unos 170 días de gestación, la hembra pare una cría (a veces dos) capaz de ver y andar y cubierta de pelo que permanece a su lado durante los dos primeros años de vida.
Alimentación y costumbres volver arriba
Se alimenta de hierbas, plantas herbáceas, brotes, hojas y acículas de coníferas, líquenes y musgos.
Es un animal sociable. Principalmente de actividad diurna, pasta durante las primeras horas del día y después del mediodía. Es sin embargo muy tímido, y ante cualquier molestia huye a la carrera con gran agilidad.
Corre y salta bien, y trepa ágilmente por las rocas.
Normalmente las hembras y las crías viven juntas, formando grupos numerosos de varias familias durante el verano, que se dispersan en otoño. Los machos se unen a esas manadas sólo durante el celo. Sus enemigos más destacados son el lobo y el hombre. Además, las poblaciones de rebeco pueden verse afectadas por diversas enfermedades y epidemias, como la sarna y la queratoconjuntivitis.
Tejón
Meles meles
Con el cuerpo muy ancho, el tejón es uno de los mustélidos de mayor tamaño. Tiene una longitud de 65 a 100 cm y un peso de 10 a 16 kg (con una diferencia de 2 kg entre el máximo de otoño y el mínimo de primavera-verano); es del tamaño de un perro mediano aunque con las patas más cortas. De constitución potente, su cabeza es triangular y el cuello es relativamente corto, así como la cola. El hocico, que lo emplea para escarbar, es porolongado. Los ojos son pequeños al igual que las orejas. Éstas están orientadas hacia los lados y hacia atrás.
Las patas son muy fuertes y robustas, con cinco dedos en cada una y la planta almohadillada. Son semiplantígrados, con uñas largas y fuertes que quedan impresionadas en la huella de manera muy característica.
La piel es muy gruesa y resistente, cubierta de un denso pelaje grisáceo. La coloración de la cabeza es semejante al dorso pero con anchas bandas blancas longitudinales. Tanto las partes inferiores como las patas son negras.
Hábitat y distribución
Tejón Meles meles. Preferentemente habita bosques caducifolios y mixtos y raramente en cultivos o pastos. También aparece en monte bajo, páramos, brezales, piornales, etc. En las montañas vive hasta los 2.000 m.
Se distribuye por toda la Península Ibérica, aunque sus poblaciones se están reduciendo últimamente.
Está incluido en el anexo III del Convenio de Berna, que incluye especies cuya supervivencia puede verse amenazada de no adoptarse especiales precauciones. Aunque se desconoce con precisión cuál puede ser la problemática de conservación del tejón en España, sí que se sabe el fuerte impacto que tiene el tráfico sobre el mustélido, así como lo nocivos que resultan los lazos, por lo que no resulta extraño encontrar un tejón atropellado o ahogado en un lazo metálico. La habilitación de pasos específicos pra la fauna en las infraestructuras viales y el control del furtivismo son dos objetivos a alcanzar para controlar las altas tasas de mortalidad de tejones y favorecer el buen estado de conservación de sus poblaciones.
Reproducción
Tejón Meles meles El macho y la hembra dominantes constituyen la base de la colonia y son por lo general la única pareja que se reproduce. El tejón forma parejas duraderas. Antes de aparearse, el macho ronronea y acaricia a la hembra, algo desinteresada, y tras ello el macho la monta al igual que lo hacen los perros. La cópula puede durar entre 2 a 90 minutos, apareándose todo el año, si bien el celo se produce entre marzo y agosto y sólo paren una camada anual.
La gestación dura unos 65 días. Alumbran entre dos y tres crías, que nacen en un nido subterráneo entre 18 y 20º de temperatura interna.
Las crías nacen ciegas y prácticamente desnudas, y se independizan a los 6 meses de vida.
Alimentación y costumbres
El tejón es omnívoro y come prácticamente de todo, desde animales a vegetales: mamíferos pequeños, insectos, lombrices, raíces, frutos, cereales, plantas verdes, etc.
Es un animal con los sentidos del olfato y el oído muy bien desarrollados. Es capaz de emitir hasta 13 sonidos diferentes según su situación o grado de excitación. Trepa y nada bien sin estar adaptado. Cuando olfatea a ras del suelo, suele escarbar con su hocico, resoplando luego para limpiar las vías nasales.
Tejón Meles meles. Es de vida nocturna, aunque con mucha luna no suele salir de su tejonera.
Aunque suele cazar en solitario por la noche, es una especie muy social, existiendo una profunda comunicación entre los individuos de la colonia (2-12 animales). Con sus secreciones suelen marcar el territorio, aunque en caso de peligro pueden expulsar violentamente una secreción anal contra su agresor. Sus madrigueras subterráneas son conocidas como tejoneras o cados, y suelen constar de 3-10 entradas para acceder a un complicado laberinto de galerías y cámaras cuidadosamente tapizadas.
Deposita sus excrementos en pequeñas oquedades que él mismo escarba en el suelo denominadas letrinas y que no cubren posteriormente con tierra y que sirven como marca territorial.
Los tejones son animales altamente territoriales, y se muestran muy agresivos hacia los miembros ajenos a su colonia.
Visón europeo
Mustela lutreola
Típico representante de la familia de los mustélidos, es un visón relativamente pequeño. Su cuerpo, alargado, mide de 35 a 40 cm y su cola de 13 a 17 cm; sus extremidades son cortas. El macho puede llegar a pesar 1.000 g. Su color es marrón chocolate brillante y uniforme, oscureciéndose hacia la cola. Tiene una mancha blanca que le abarca los dos labios y a veces presenta también una mancha blanca en el pecho. Sus orejas sobresalen poco en su cabeza, que es maciza y un poco aplanada. Sus ojos también son pequeños y están ligeramente separados. En pies y manos tiene membranas interdigitales incompletas.
Los excrementos del visón europeo son generalmente oscuros y con olor a pescado. También se pueden encontrar restos de peces que deja en las orillas de los ríos.
Es un especialista ribereño, prefiriendo los márgenes de los tramos medios de los ríos y los encharcamientos como lagos y lagunas con abundante vegetación de espadañas y juncos. Generalmente no vive más allá de los 600 metros de altitud, aunque se han encontrado madrigueras a más de 1.000 m. Éstas están en raíces de árboles y laberintos de maleza fluvial.
Las costumbres del visón son nocturnas y más bien solitarias. Se alimenta básicamente de animales acuáticos: peces, ranas, cangrejos, etc.; también roedores y pájaros. La gestación, de una sola camada anual, dura dos meses, y de ella nacen de 3 a 6 crías.
Su hábitat se limita a unos 2.500 kilómetros cuadrados en Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja y Burgos. Tras haberse extinguido en los países centroeuropeos y el norte del continente, la población española y la del suroeste de Francia se han convertido en auténticos baluartes de esta especie. Por ello está incluida en el catálogo de especies amenazadas y está etiquetada como "en peligro de extinción".
Zorro
Vulpes vulpes
El zorro pertenece a la familia Canidae. En España fueron descritas las subespecies Vulpes vulpes silaceus Miller, 1907 y Vulpes vulpes crucigera Bechstein, 1789, aunque los últimos estudios señalan que en Europa no existen subespecies concretas. Sin embargo, sí que parece evidente la diferencia morfológica, al menos en cuanto a tamaño y pelaje, entre los zorros ibéricos meridionales y los septentrionales.
Morfología
El zorro es del tamaño de un perro mediano, aunque con el cráneo alargado y con el perfil superior casi recto, hocico my puntiagudo y las orejas grandes y triangulares. La cola es larga y está densamente cubierta de pelo, por lo general con la punta blanca. Su pelaje es suave y espeso, de coloración amarillenta-rojiza hasta pardo-rojiza en sus partes superiores y blanca en las inferiores, y lo muda una vez al año (de primavera a otoño). La parte anterior de las patas y pies son negros. Su variación de color, tanto individual como geográfica, es amplia.
Posee cinco dedos en la pata delantera y cuatro en la trasera, con uñas no retráctiles en ambas, y presenta pocas glándulas sudoríparas en la piel, por lo que la regulación la realiza a través de las vías respiratorias y la lengua. El macho ladra y la hembra chilla.
Distribución
El zorro está presente en toda la superficie de la Península Ibérica, pero no vive en las Islas Baleares y Canarias.
Su hábitat son principalmente las zonas boscosas, aunque también abunda en regiones abiertas e, incluso, en las proximidades de asentamientos humanos y basureros periurbanos, de los que se alimenta.
Alimentación
Zorro Vulpes vulpes La capacidad del zorro para incluir cualquier tipo de alimento en su dieta le permiten adaptarse a una gran diversidad de hábitats.
Aunque su dieta también sufre variaciones geográficas hay gran densidad de zorros cerca de basureros periurbanos y en zonas residenciales, son también importantes las variaciones estacionales. Por ejemplo, durante la época de mixomatosis el zorro se alimenta en gran parte de conejos, y en otoño-invierno suele consumir una gran cantidad de frutos. En resumen, el zorro es omnívoro; se alimenta de insectos, huevos de ave, pollos, crías de diversos mamíferos, liebres, aves de hasta el tamaño de un ganso, desechos de origen humano, aunque en poblaciones naturales sobre todo se alimenta de ratones y otros micromamíferos (sobre todo en el norte peninsular), conejos en el sur, bayas y frutos.
Costumbres
El zorro está activo principalmente durante el crepúsculo y la noche. Es generalmente un animal solitario, aunque también pueden vivir en parejas permanentes o en grupos de un macho y dos o tres hembras. A partir de la época de celo vive aparejado desde comienzos a mediados de invierno. Hasta la época de cría, el macho permanece junto a la hembra desde el inicio de la primavera, llevando alimentos para los cachorros.
Zorro Vulpes vulpesEl zorro es un animal discreto, que caza sobre todo por la noche. Durante el día permanece oculto entre los matorrales o en sus madrigueras, excavadas en parejes secos y escondidos, a menudo entre las rocas, los barrancos herbosos y las espesuras. El apareamiento tiene lugar en enero y febrero y las crías nacen hacia abril o mayo.
Los zorrillos se crían primero en la madriguera subterránea, en un blando nido bien guarnecido que comunica con el exterior por varios pasajes. Estas madrigueras se agrandan y perfeccionan constantemente, y el zorro las utiliza durante años. Los zorros pasan generalmente toda su vida en el mismo territorio, y no son amigos de las incursiones lejanas. Durante el transcurso de sus expediciones nocturnas cazan pequeños roedores, pájaros e invertebrados de gran tamaño, sin despreciar los conejos, los cervatillos o los animales domésticos. Cuando consiguen una presa grande, la llevan hasta la madriguera para disponer de una reserva.
Reproducción
El zorro puede ser monógamo o polígamo. El celo, que tiene lugar de diciembre a febrero (se adelanta en latitudes más bajas), viene marcado por un período de receptividad de las hembras que dura entre 2 y 3 días, aunque puede llegar hasta 3 semanas. La cópula que tiene lugar en estos días receptivos dura unos 30 minutos.
La gestación dura de 52 a 53 días, hasta marzo o abril, momento en que la hembra da a luz en el interior de una madriguera a una camada que puede ser de 3 a 8 cachorros, con un máximo de 12. Los zorreznos nacen completamente cubiertos de borra, no abren los ojos hasta los 8-14 días, y a las 4 ó 5 semanas salen del cubil. Con 8 semanas ya pesan más de un kilo y presentan un pálido color crema. El destete tiene lugar hacia la novena semana (los zorreznos ya pesan 2-2,5 kg). A las 7 ó 10 semanas abandonan por completo la madriguera. Con cinco meses pesan más de 3 kg y alcanzan la madurez sexual a los 9 ó 10 meses, pudiendo reproducirse en la temporada de cría siguiente a su nacimiento.
El cuidado de los cachorros corre a cargo principalmente de la madre, aunque ocasionalmente el macho u otra hembra pueden intervenir en sus cuidados.
La dispersión de los jóvenes zorros tiene lugar a finales de verano o principios de otoño. Los machos se dispersan en todos los casos, mientras que las hembras en ocasiones se quedan en el territorio donde nacieron.
Zorro Vulpes vulpesEl zorro
presenta manos con cinco dedos de los que se impresionan cuatro, ya que uno está situado bastante arriba. Además de las almohadillas de los dedos, y de las cuatro patas, se marcan las uñas y una almohadilla principal. Las huellas, de 5 cm de largo y 3-4 de ancho, son muy similares a las de un perro pequeño, aunque la trasera es más estrecha, lo que le confiere un aspecto alargado. Se puede distinguir de la huella de cualquier otro cánido de su tamaño trazando una línea recta que pase entre las almohadillas centrales y las laterales sin cortar a unas ni a otras. En la delantera los dedos están más abiertos, por lo que es más ancha y tiene un aspecto relativamente más redondeado que la trasera. Generalmente se desplaza al trote y con las huellas en posición oblicua a la dirección en que se desplaza. La separación entre dos huellas consecutivas es de unos 30 cm.
Las huellas de zorro son frecuentes en casi cualquier medio, incluidos basureros y zonas periurbanas. Como otros muchos carnívoros, frecuenta los caminos y pistas en sus desplazamientos, por lo que es fácli encontrar sus rastros.
Acostumbra a escarbar las madrigueras de sus posibles presas, por lo que este dato es otra evidencia de la actividad trófica de este frecuente canino.
Al igual que hace el lince y el gato montés, la pluma de las aves será cortada a poca distancia de su nacimiento con un limpio mordisco causado por la muela carnicera.
Tanto tejón como zorro "fabrican" cubiles muy similares en su estructura interna. Tanto ésta como su planteamiento van desde un simple agujero con una cavidad espaciosa a una ramificación extensa de galerías. La diferencia fundamental se encuentra en que el zorro acumula la tierra extraída alrededor de la entrada quedando un abanico claramente visible; el tejón por el contrario la amontona fuera de su guarida. Además el zorro despide un fuerte olor muy característico que impregnará la entrada de la zorrera; esto no ocurre en el caso del tejón. Otro dato típico es que en el caso del zorro, en especial en época de cría, habrá restos de comida en la boca del cubil. Suele utilizar madrigueras de conejo u otros animales que agranda. Los cubiles suelen encontrarse en terrenos de arenas o arcillas y en los alrededores suelen abundar los excrementos.
Sus deyecciones son de tamaño muy variable (5-20 cm. de longitud y 1,5-2,5 cm. de grosor) y suelen estar divididos en varios cuerpos. El color varía con el tipo de alimento ingerido, así como su olor. En otoño, cuando se alimenta frecuentemente de frutos, los excrementos desprenden un olor afrutado muy característico. Los suele depositar en lugares prominentes, sobre piedras, en pequeñas matas o cualquier sitio donde destaquen y sean fácilmente olfateados y vistos por sus congéneres, ya que desempeñan una misión comunicativa. Son frecuentes los huesos y restos de frutos, así como los elitros y trozos quitinosos de insectos.
Águila calzada
Hieraetus pennatus
Su envergadura alar es de unos 120 cm. Tiene una parte de coloración pardo oscura monocolor y otra de coloración terrosa clara. Su vientre es casi blanco, y las puntas de las alas son negras. Tiene manchas claras en el dorso.
Su vuelo es algo oscilante, recordando al vuelo de los milanos. Se pasa casi todo el día volando, nada más que se levanta el viento, planeando a bastante altura.
Sus pies poderosos y amplios, dotados de fuertes garras, acreditan al águila calzada como auténtica águila, con la característica especial de sus calzas, que le dan el nombre.
Hábitat
Habita en campiñas con bosques, campos y monte bajo.
En septiembre u octubre, estas aves abandonan su territorio de cría, trasladándose a las sabanas de África.
Reproducción
Águila calzada en el nido con un pollo
En mayo, durante la época de celo, deja oír su fina y aguda voz sobre el territorio de cría (fuera de esta época estas aves no suelen gritar). Aparte, el macho demuestra su agilidad en vuelos acrobáticos.
Las águilas calzadas incuban en los árboles, ponen dos huevos a finales de abril o a principios de mayo, los incuban unos 30 días, pudendo el macho sustituir a la hembra en esta misión durante breves intervalos.
A pesar de poner sólo dos huevos, raramente llegan los dos pequeños a la edad adulta.
Con unos 35 días el pequeño empieza con sus intentonas de vuelo. Su plumaje es completo a los 45 días. Vuela ya a los 55, generalmente a finales de agosto.
Dieta
Caza en el suelo y en el aire. Captura desde lagartos hasta conejos, además de aves menores, hasta el tamaño de la codorniz.
A otras rapaces las expulsa de su territorio en luchas aéreas llevadas con virtuosismo, siendo su territorio tan grande que no resulta fácil ver al águila que lo controla.
Águila culebrera
Circaetus gallicus
El águila culebrera alcanza una envergadura alar máxima de 180 cm, aproximadamente lo mismo que la garza real, pero como planeador soberano es de constitución mucho más ligera.
En vuelo llaman la atención sus partes inferiores claras. Las oscuras puntas de las alas se destacan netamente de la cara inferior de las alas, provistas de delicadas hileras de color. Sólo a corta distancia se aprecia el azul pizarra de los pies y del pico.
La gran cabeza, en la que destacan sus grandes ojos amarillos, recuerda algo a las lechuzas.
Hábitat
Águila culebrera en vuelo
Foto: Carlos Sanz
Águila culebrera en vuelo
El águila culebrera precisa de campiñas abiertas y soleadas, con árboles diseminados o monte bajo.
En la Europa central medieval, desde el punto de vista agrícola cubierta de pastizales y con los árboles ya talados, el águila culebrera era nativa de toda ella, aunque no se pueda decir que fuera frecuente en ningún lugar concreto. Con la aparición de los abonos químicos, cada vez fueron más las praderas que se surcaron con el arado, desapareciendo esta gran ave de nuestro alrededor, lo mismo que su comida, los reptiles. Las últimas águilas culebreras fueron abatidas hacia finales del siglo XIX para incluirlas en colecciones científicas, o bien sus huevos fueron sustraídos, sin que nadie dijera una palabra en su defensa.
Su área de distribución en dirección sur termina en el norte de África; hacia el este, en cambio, se extiende hasta muy adentradas las estepas asiáticas, bastante más allá de la India.
Las águilas culebreras son aves estrictamente migratorias, que pasan los inviernos en las sabanas próximas al ecuador, donde son nativas otra gran cantidad de especies culebreras. Nos abandona en septiembre y vuelve entre marzo y abril para criar.
Se haya distribuida por toda la Península Ibérica, aunque resulta menos común en el litoral cantábrico y en las extensas llanuras cultivadas de las dos mesetas. Un escaso número de individuos invernan en el sur peninsular.
Reproducción
Los tendidos eléctricos suponen una amenaza también para el águila culebrera
En la época de celo el macho hace oír su voz, que suena algo lastimera, en el territorio de su nido y ejecuta repetidos vuelos en picado.
El nido lo suelen disponer en árboles bajos, en regiones sin árboles o sobre los arbustos que crecen en las grietas de las paredes de rocas escarpadas. Lo construyen ellas mismas. Algunas veces se acomodan en uno de otras aves, que suele resultar soprendentemente pequeño para las grandes dimensiones del águila culebrera.
La hembra incuba en mayo y junio, durante aproximadamente 35 a 40 días, un único huevo blanco, cuya longitud supera los 70 mm y, frente a cualquier emergencia, se mantiene casi siempre sobre el nido.
El polluelo permanece entre 60 y 80 días en el nido, siendo abrigado al principio todavía por su madre, mientras el padre procura traer alimento para ambos.
La joven águila, ya en temprana edad, puede devorar serpientes que pesan mucho más que ella. La parte de serpiente no deglutida le cuelga del pico durante largo tiempo, siendo igualmente engullida, una vez que la digestión va progresando.
Los jóvenes son de una tonalidad de color mucho más pálida que los adultos, y presentan una cabeza temporalmente casi blanca.
Dieta
El águila culebrera se alimenta sobre todo de serpientes. Además, según las oportunidades, come lagartos, ranas, aves que viven en el suelo, caracoles o insectos.
Como ave de alimentación especializada, necesita un dilatado territorio de caza que, planeando a gran altura, escudriña en busca de sus víctimas. Una vez ha localizado a una, permanece cernida unos instantes en el aire aleteando.
Las águilas culebreras se atreven con serpientes de hasta dos metros de longitud, a cuyo alrededor bailotean dando aletazos, de tal manera que la serpiente no encuentra refugio posible frente a los picotazos posiblemente mortales del águila. Después, el águila la agarra por la nuca y la lucha llega a su fin. Normalmente, las águilas vencedoras emprenden el vuelo con la serpiente balanceándose pendiente de su pico, para devorarla en la copa de algún árbol. Si la serpiente es pequeña, se la tragan en vuelo.
El macho puede llevar hasta el nido grandes serpientes metidas en el buche, y el polluelo las saca como si tirara de una cuerda.
Águila imperial ibérica
Aquila adalberti
Características
Águila imperial mostrando las manchas claras de los hombros
Su envergadura alar es de 1,80 m, algo inferior a la del águila real. Su colorido es pardo, con la nuca de color claro y los hombros con manchas claras. Su cola no tiene elementos blancos.
Las hembras son algo mayores que los machos.
Hábitat
Esta especie se localiza casi con exclusividad en la Península Ibérica, en donde habita todo el año, defendiendo su territorio con gran celo.
Sus hábitats idóneos son las áreas de bosque esclerófilo típicamente mediterráneo, donde se entremezclan los matorrales, los pastizales y los riachuelos. Está presente sobre todo en las campiñas bajas del centro y sur de la Península Ibérica.
Los ejemplares más jóvenes pueden ser capturados por otras aves rapaces y por zorros. El alarmante descenso de su población se debe, no obstante, a causas exclusivamente humanas: caza ilegal, electrocución, transformación de zonas forestales en regadíos, empleo exagerado de pesticidas, etc.
A pesar de ser un ave numerosa durante la primera mitad del siglo XIX, actualmente el número de parejas reproductoras apenas supera la centena.
Reproducción
Águila imperial en el nido con su pollo
Nidifican en árboles y son amantes de su territorio, en el que disponen de varios nidos utilizados en rotación. Estos nidos, según los árboles disponibles (normalmente alcornoques y pinos), pueden estar en lo alto y también a poca altura.
A principios de año comienza su llamativo cortejo, de manera que hacia marzo ya están las parejas consolidadas. Es en esta época, durante la reproducción, cuando más sensible es el águila imperial a la presencia humana. Incluso puede abandonar la puesta si es molestado y nidificar de nuevo en un lugar más tranquilo.
Los dos o tres polluelos salen del cascarón a principios de junio, después de una incubación de 43 días. Con 35 días tienen ya el plumaje completo, y con 6 meses vuelan ya, regresando las primeras veces al nido para dormir.
Al contrario de lo que ocurre con las águilas reales, los dos polluelos suelen llegar a adultos, excepcionalmente incluso tres, aunque en épocas de escasez también practican el cainismo.
Cuando los progenitores deben abandonar el nido, cubren los huevos o los polluelos con ramitas verdes.
Al transcurrir dos meses, los pollos se alejan del nido, siendo todavía vigilados por los padres. Esta tutela se aminora, llegando a transformarse en un comportamiento agresivo, que obliga a los jóvenes a dispersarse. Volverán a los tres o cuatro años, convertidos en adultos, para criar cerca de la zona donde nacieron.
Sólo a los 6 años de edad alcanzan el plumaje de las águilas imperiales adultas.
Dieta
En comparación con el águila real, sus garras son más débiles, dedicándose a la caza de animales menores, a los que ataca casi siempre en el suelo. Básicamente son ardillas terrestres, conejos y liebres. Se sabe que atacan también a las ocas de corral.
Algunas veces sale la pareja a cazar; mientras uno levanta la presa el otro la captura.
Comen también carroña de animales.
Águila pescadora
Pandion haliaetus
Características
Águila pescadora en vuelo
Foto: Carlos Sanz
Águila pescadora en vuelo
El águila pescadora es una rapaz inconfundible. Posee unas alas muy alargadas, un pico curvado y unas uñas afiladas.
El plumaje de las partes inferiores es prácticamente blanco, salvo en las alas, que están manchadas de negro en las puntas y en las zonas de flexión. La cabeza, también de color blanco, presenta un antifaz marrón. A su vez, el manto es pardo oscuro.
Las patas son muy características: azuladas y provistas de pequeñas placas con forma de gancho.
Hábitat
Águila pescadora cerniéndose para lanzarse a pescar
Foto: Carles Pastor
Águila pescadora cerniéndose para lanzarse a pescar
Las poblaciones que crían en nuestro territorio suelen estar ligadas a la costa. Sin embargo las aves foráneas (de paso en la Península durante la migración) descansan y se alimentan en los ríos y humedales del interior.
Esta especie prefiere sobrevolar zonas tranquilas y alejadas de la influencia humana. Cuando se lanza en picado sobre la superficie del agua para pescar, da la impresión de que se sumerge.
Los ejemplares autóctonos permanecen a lo largo de todo el año cerca de sus áreas de cría, situadas en las principales islas españolas. Todo lo contrario sucede en el norte de Europa, donde los individuos se desplazan hasta África para invernar desde septiembre hasta marzo.
Se distribuye fundamentalmente por las Islas Baleares, Canarias y Chafarinas.
Reproducción
Águila pescadora llegando al nido
Nuestras águilas nidifican en cantiles costeros y no sobre árboles, como el resto. Durante el celo, el macho corteja a la hembra realizando acrobáticos vuelos o danzando junto a ella.
El nido, empleado año tras año, puede alcanzar un volumen muy grande.
La puesta está formada por unos tres huevos y es efectuada en abril. La incubación, en la que apenas participa el macho, dura entre 35 y 40 días.
Durante las primeras semanas de vida de los pollos, la madre los acompaña en todo momento. Posteriormente, al cabo de dos meses, abandonan el nido. La familia aún se mantiene unida una semana y después se deshace.
Dieta
Como su propio nombre indica, se alimenta de peces. Sus garras están perfectamente adaptadas para capturar presas muy escurridizas.
Águila real
Aquila chrysaetos
Características
Águila real en uno de sus posaderos
Foto: Carlos Sanz
Águila real en uno de sus posaderos
Tiene una envergadura alar de 2,2 m. Es el águila de mayor tamaño de nuestro territorio.
Su tonalidad es monocolor, pardo claro u oscuro. Los ejemplares jóvenes tienen la cola blanca en la raíz e incluso algunas zonas blancas en las alas.
Sus patas están emplumadas hasta el nacimiento de los dedos.
Hábitat
El águila real es un ave muy adaptable. En tiempos antiguos era nativa de toda la zona templada del hemisferio norte.
En la Península se mantiene en los Pirineos y en otras cordilleras. Las águilas reales peninsulares son animales sedentarios; no obstante los ejemplares más jóvenes recorren enormes distancias durante su primer invierno.
Reproducción
La pareja de águilas se mantiene obstinadamente fija dentro de un territorio de grandes dimensiones, donde posee varios nidos, alguno de ellos antiquísimo, que van utilizando sucesivamente. Estos nidos no están en lo más alto del monte; normalmente se encuentran en cavernas rocosas, y a veces en los árboles, por lo general en zona más baja que su terreno de caza, de tal manera que el águila parece "columpiarse" cuando vuela con una presa grande en dirección a su nido.
Cada pareja de adultos inicia los vuelos nupciales en el mes de enero. En esta época, ambos sexos vuelan juntos simulando ataques en los que entrechocan las garras. Posteriormente, arreglan uno de los tres o cuatro nidos que poseen en su área de cría.
La incubación de los dos huevos se inicia entre marzo y mayo y dura aproximadamente 43 días. Sólo incuba la hembra, permaneciendo en el nido incluso después de que los polluelos han salido del cascarón; hasta que, después de 5 semanas, las plumas rompen a través del plumón de los polluelos. A partir de entonces el pollo normalmente único; el más débil suele morir si escasea la caza se queda solo, recibiendo la comida una vez al día en el borde mismo del nido. Cuando han pasado 8 semanas, el aguilucho tiene ya el plumaje completo y a sus 80 días ya vuela.
Águila real carroñeando
Alcanza la madurez sexual a los 5 ó 6 años.
Dieta
Persigue volando a animales huidizos, pero frecuentemente la víctima se pone a salvo escondiéndose. Si después de un centenar de metros la persecución no ha dado resultado, el águila abandona.
Entre sus presas destacan las palomas, los córvidos, los conejos y las liebres. A pesar de ser un excelente cazador, en muchas ocasiones se alimenta de carroña. Le gusta apresar cabritos y corderos.
Aguilucho cenizo
Circus pygargus
El aguilucho cenizo, Circus pygargus, fue descrito por Fleischer en 1818. Es una rapaz de mediano-gran tamaño, con un gran dimorfismo sexual, una longitud de 45 cm y una envergadura alar entre 100 y 115 cm. Las hembras son notablemente más pesadas que los machos 270-410 g frente a 235-310 g.
Los machos presentan un color predominantemente gris por la parte superior y blanco en las partes inferiores, así como obispillo gris y unas estrechas franjas alares negras. La hembra presenta un color marrón rojizo, con frecuentes manchas blancas, y un obispillo blanco muy patente. Los juveniles son similares en el plumaje a la hembra, aunque la tonalidad es más anaranjada.
Posee un vuelo grácil, con una batida poderosa y elegante, planeando generalmente a escasos metros del vuelo, colocando las alas en forma de “V” durante los planeos, dando lugar a una silueta muy característica.
Hábitat y distribución
Hembra de aguilucho cenizo
Foto: Antonio Manglano
Hembra de aguilucho cenizo
Se distribuye fundamentalmente atendiendo a la disponibilidad de cultivos de cereal, siendo una especie típicamente esteparia, de medios abiertos, aunque también cría en manchas de vegetación natural como brezales o prados de montaña, especialmente en las zonas montañosas del norte de la Península.
Es una especie colonia, que se distribuye de manera parcheada, adquiriendo grandes densidades o estando ausentes en zonas con una gran similitud de paisaje.
Presenta un marcado carácter estival, que llega a la Península Ibérica a principios o mediados del mes de abril, que abandonan los lugares de cría durante los meses de agosto-septiembre.
La población española se ha estimado entre 3.000-5.000 parejas, distribuyéndose prácticamente por la totalidad del país, y aunque no se conocen tendencias poblacionales de manera fidedigna, se cree que la especie está sufriendo un alarmante declive debido a la intensificación agrícola y por la pérdida de una proporción no sostenible de pollos durante la cosecha, aunque ya hay numerosos programas de conservación tratando de salvar pollos durante el proceso de la cosecha.
Reproducción
Pollos de aguilucho cenizo en el nido
El cortejo se inicia tras la llegada de los ejemplares a las zonas de cría, dando lugar a una serie de acrobáticos vuelos durante la parada nupcial, incluyendo vuelos a gran altura y picados.
La hembra construye los nidos en el suelo, aunque el macho puede realizar alguna contribución a la construcción del nido. Las puestas se hacen a finales de abril o principio de mayo, poniendo entre 2 y 5 huevos generalmente 3. La incubación dura aproximadamente 30 días, y es llevada a cabo únicamente de las hembras, siendo alimentada durante esta época por los machos, lo cual se produce unas 5 veces al día durante esa fase y hasta en 10 ocasiones durante la fase de crianza de los pollos, que suele alargarse durante 40 días, aunque éstos se encuentran siempre en la cercanía de la hembra hasta llegado el momento de la migración.
Alimentación y costumbres
La alimentación del aguilucho cenizo incluye un amplio abanico de presas, aunque tienden a especializarse en cierto tipo de presas, destacando a grandes rasgos los micromamíferos, grandes insectos, pequeños anfibios y reptiles y aves de pequeño tamaño.
Generalmente cazan las presas realizando vuelos a baja altura y a velocidad uniforme sobre los campos, recorriendo en mayor grado los márgenes de los campos de cultivo y otras zonas de vegetación baja, donde la cantidad de alimento que encuentren en el momento de la llegada de África puede determinar la densidad de reproductores que se encuentran en una determinada zona.
Búho real
Bubo bubo
La mayor de las rapaces nocturnas ibéricas e imposible de confundir con ninguna otra. Su plumaje es pardo jaspeado.
Talla de unos 70 cm, y entre 2,5 y 3,5 kg de peso. Su embergadura alar sobrepasa los 150 cm., y tiene orejas anchas a modo de grandes cejas a diferencia del Búho chico, en el que las orejas parecen antenas, poderosas garras y ojos claramente anaranjados.
La subespecie ibérica es de menor tamaño que las más septentrionales.
Tienen una elevada capacidad auditiva y perfeccionada visión nocturna, lo que unido a sus garras y a su vuelo silencioso los convierte en uno de los más eficientes depredadores nocturnos.
Se encuentra presente en toda la Península Ibérica, y en gran variedad de hábitats, incluso en la proximidad de ciudades, siempre que haya acantilados o paredes rocosas en los que anidar y presas de las que alimentarse.
Reproducción
Búho real en cautividad.
Hace sus nidos en paredes rocosas, y habita permanentemente el territorio en el que cría.
El celo es en febrero y marzo y, si hay machos competidores, el búho residente reclamará su territorio mediante su reclamo o por otro medios. Su reclamo consiste en dos sílabas uuu-uu repetidas regularmente. También se ha observado que realizan marcación de territorio sobre rocas mediante excrementos.
Sus puestas son de dos a seis huevos, a final del invierno.`
Alimentación y costumbres
Roedores grandes y pequeños, mamíferos pequeños, erizos, pájaros de mediano tamaño. Las poderosas garras del búho real están dotadas de uñas que clavan en sus presas.
Los búhos no tienen depredadores naturales, estando su población limitada por la acción del hombre. Las poblaciones de búho se recuperan en territorios que quedan despoblados.
Su vuelo es tremendamente silencioso. Los búhos, como otras rapaces, tienen posaderos habituales desde los que otean la actividad a su alrededor, esperando que una presa delate su presencia, momento en el que caen desde el cielo en perfecto silencio.
Buitre leonado
Gyps fulvus
De tamaño mayor que un águila, su envergadura alar puede ser de hasta 260 cm. En vuelo sus alas parecen tablas. Las bate con las primarias abiertas y desplegadas, el cuello recogido y la cola corta.
Tiene una coloración canela en el plumaje del dorso, el vientre y la franja anterior de las alas, mientras que el resto de las plumas alares y de la cola son pardas oscuras. La cabeza y el largo cuello están cubiertos de un plumón blanco. Posee un característico collar de largas plumas leonadas. El pico es pardo en el centro; su base y su punta son amarillas. Los pies son de color gris plomo.
El buitre es un planeador nato, que apenas bate sus alas, ganando altura rápidamente con sólo imperceptibles movimientos de la cola. Desde el suelo arranca dándose un impulso.
Forma colonias en los cortados, los acantilados y las paredes rocosas, independientemente de que éstos se hallen en macizos montañosos o en zonas altitudinalmente bajas. Suele hallarse en las repisas de los cantiles hacia el amanecer, a la espera de que el sol caliente el aire y se formen las corrientes térmicas sobre las que planear. De este modo el buitre vuela a lo largo de todo el día sin apenas gastar energía. Al atardecer regresa a la buitrera para descansar.
Aunque es un ave sedentaria, los individuos más jóvenes pueden recorrer grandes distancias apartándose de sus progenitores.
Está presente en casi toda la Península Ibérica, salvo en Galicia, el oeste de Asturias y algunas áreas del Levante. En estas zonas pueden sin embargo observarse individuos estivales, que seguramente usen la costa cantábrica como área de campeo.
Reproducción
Buitre solitario en un posadero
El tiempo de celo empieza en diciembre y termina en abril.
Antes del apareamiento, el macho corteja a su hembra de forma grotesca y primaria. Las parejas vuelan unidas realizando pasadas rápidas sobre la cornisa donde próximamente nidificarán.
Incuban en acantilados llamados "buitreras", que datan de tiempos inmemoriales. Ambos sexos participan en la construcción del nido, elaborado con palos, paja y pelo. Ponen a finales de enero. La incubación del único huevo dura unos 52 días y está a cargo de ambos progenitores, que se turnan a intervalos de 24 ó 48 horas.
El pequeño abandonará el nido en julio o agosto.
Dieta
Se alimenta de carroña, la mayoría de las veces en franca descomposición y otras en fase incipiente.
En áreas donde son habituales los buitres, se les ve reunirse alrededor de una animal muerto con una rapidez inusitada.
Todo el día lo pasan colgados a enormes alturas, donde son invisibles al ojo humano, lanzándose hacia abajo con las alas semirrecogidas y las plumas crepitando. Cuando uno desciende, los demás le imitan.
Una vez llegado junto a la carroña, el buitre se comporta de una manera desmesuradamente tímida. Pero una vez ha dado comienzo su comilona, se enzarzan en espectaculares peleas, en las cuales suele quedarse con la mejor tajada el que llegó más hambriento.
Buitre negro
Aegypius monachus
El buitre negro es el ave de mayor tamaño de toda la Península Ibérica. Tiene una envergadura alar de unos 250 cm. Algunos ejemplares llegan incluso a los 3 m.
Su plumaje es sombrío. Las plumas del dorso son marrones con tintes negruzcos, siendo la zona ventral del cuerpo aún más oscura. El cuello y la parte de la cabeza se encuentran totalmente desnudos, mientras que la cara y la parte superior de la cabeza aparecen cubiertas por plumón. En la base del cuello llama la atención un collar de plumas pálidas de pequeña longitud.
No existen diferencias aparentes entre machos y hembras, aunque sí entre los adultos y los jóvenes, que tienen un plumaje casi negro.
Su silueta de vuelo es parecida a una tabla, con el cuello recogido mientras vuela, la cola corta y triangular y las plumas primarias muy desplegadas, lo que refuerza su empuje hacia lo alto.
Su voz, ronca y silbante, la emite raras veces.
Hábitat
Dos buitres negros (la diferencia en coloración es por la edad)
Foto: José María Álvarez
Dos buitres negros (la diferencia en coloración es por la edad)
Está presente en el cuadrante sudoeste de la Península Ibérica y en Mallorca.
Se encuentra preferentemente en bosques de encinas, alcornoques y quejigos, aunque en las islas Baleares aparece en los pinares de los acantilados costeros.
Este buitre es un ave sedentaria, si bien los individuos jóvenes realizan largos viajes exploratorios al emanciparse de los padres. Su comportamiento es menos gregario que el del buitre leonado.
Reproducción
El buitre negro cría en los árboles. El nido es renovado antes de cada temporada, pudiendo alcanzar un diámetro de 2 metros y una altura de hasta uno. Donde habitan también leonados, suele descansar en nidos vacíos de éstos.
El buitre negro no procrea cada año. Inicia la incubación en marzo. Ambos progenitores se dedican a esta tarea, que dura 55 días, de tal manera que a principios de mayo rompe el cascarón un único polluelo. La misión de incubar la realizan muy concienzudamente; algunos expertos afirman que es muy difícil durante la incubación mover a un buitre negro del nido. Sin embargo, otros han tenido experiencia con puestas abandonadas por pequeñas molestias. Recordamos a nuestros lectores que nunca se debe ocasionar molestias a los nidos en época de cría.
Buitres negro izquierda y leonado disputándose una carroña
Difieren del buitre leonado en que prefieren el tejido muscular de la carroña, desgarrando incluso el pellejo para poder devorar los músculos. Escupe los pelos, después de haberse atragantado con ellos, en forma de bola indigerible, la egagrópila.
Cuando, volando a círculos a gran altura, descubre un animal muerto, se lanza en picado con las alas recogidas y las patas colgando, produciendo un ruido zumbante.
En sus nidos se han encontrado restos de conejos, ardillas, tortugas y lagartos, cosa que hace suponer que también pueden capturar pequeñas presas vivas.
Cernícalo primilla
Falco naumanni
El cernícalo primilla, Falco naumanni, fue descrito por Fleischer en 1818. Es una rapaz de pequeño tamaño, y al igual que el resto de halcones presente las alas puntiagudas. Posee un gran parecido con el cernícalo vulgar, del cual puede resultar difícil de diferenciar a distancia, especialmente las hembras, aunque el cernícalo primilla es ligeramente más pequeño, colonial, posee un carácter marcadamente estepario y uñas de color blanco, frente a las oscuras del cernícalo vulgar.
Ambos sexos suelen emitir un reclamo de llamada “quii-qui-qui”, muy estridente que es más frecuentemente emitido en momentos de amenaza o durante la época del celo.
Hábitat y distribución
Es una especie generalista que podemos encontrar diversos medios, aunque predomina en las estepas cerealistas, típicos paisajes abiertos y llanos o con escasa pendiente. Siente preferencia por los cultivos cerealistas, especialmente por aquellos con mayor diversidad del mosaico paisajístico. Si bien es bastante común encontrarlo en iglesias o catedrales de ciudades, algunas de ellas tan grandes como Sevilla.
Es una especie migradora parcial, donde las poblaciones norteñas del área de distribución de la especie migran a África, mientras que las del centro y sur de España apenas realizan movimientos, invernando un gran número de ejemplares en la depresión del Ebro y el sur de Andalucía.
En España se ha estimado una población alrededor de las 10.000-12.000 parejas reproductoras, pero habiendo sufrido un drástico declive durante mediados del siglo XX, cuando la especie pasó de ser la rapaz más abundante de Europa, con más de 100.000 parejas, a apenas censarse 4.500 en 1988, debido a la acumulación de una serie de factores como la intensificación agrícola, el uso de insecticidas y la pérdida de oquedades naturales donde reproducirse.
Reproducción
Macho de cernícalo primilla con una presa
Es una especie colonial, pudiendo llegar a criar más de 100 parejas en una misma colonia, donde los machos son los primeros en llegar a las colonias para defender sus territorios.
Las hembras realizan las puestas en oquedades y mechinales de construcciones humanas como antiguas casas de labranza, caseríos, iglesias, catedrales, aunque también lo pueden hacer en acantilados rocosos o nidales artificiales, construidos para dicho fin.
Las hembras realizan las puestas a principios del mes de mayo, que generalmente constan de 3-5 huevos, que son incubados durante 26-27 días por ambos sexos de manera equitativa durante el día, aunque el peso recae exclusivamente sobre la hembra durante la noche.
Los pollos son cebados por ambos progenitores, aunque durante los primeros días la hembra dedica un mayor tiempo a dar calor a los pollos, alimentándolos con las presas obtenidas por el macho. Los jóvenes abandonan el nido a los 37 días de eclosionar.
Alimentación y costumbres.
La alimentación de los adultos varía con el paso de la época reproductora, siendo generalmente los ortópteros la presa más consumida a lo largo de la temporada reproductora, sobre todo durante los últimos meses de la reproducción. Sin embargo durante los primeros meses la mayor importancia relativa la habrán tenido los coleópteros. Así mismo, el consumo de micromamíferos, si bien es bajo respecto al resto de presas consumidas, pueden suponer más de la mitad de la biomasa ingerida durante dicha época. Durante el invierno, su dieta es mucho más compleja, destacando entre otros el consumo de solífugos.
Cernícalo vulgar
Falco tinnunculus
Si has viajado por las carreteras de Castilla, entre campos de cereal y prados, habrás visto alguna vez al cernícalo vulgar posado en alguna estaca o sobre una señal de tráfico, o tal vez haciendo el helicóptero, cerniéndose de ahí su nombre) sobre alguna presa potencial con la mirada fija en el objetivo, la cola desplegada y las alas mariposeando con rapidez.
Esta pequeña rapaz diurna, llamada también en algunas zonas “cernícalo real”, es el típico falcónido de alas apuntadas y cola larga y estrecha, con forma muy aerodinámica. Mide de 31 a 38 cm de longitud y tiene de 65 a 82 cm de envergadura alar.
Macho y hembra son muy diferentes. El macho tiene la cabeza gris azulada, con una ligera bigotera más oscura. Su cola también es gris, con una ancha franja negra cerca del borde, que es blanco. Su cuerpo es de color pardo caldero o rojo óxido con motas negras, y su pecho y vientre son beige claro con finas motas oscuras. Pesa unos 155 g.
La hembra es más parda, tanto cuerpo como cabeza, con barras transversales en el dorso y la cola. Por debajo tiene manchas longitudinales. Con sus 190 g, es algo más pesada que el macho.
Los individuos inmaduros son muy parecidos a las hembras, pero más rayados por la parte inferior.
Vistos volando desde abajo, las alas se ven de un gris uniforme, con listas. Son medianas, algo más anchas y puntiagudas que las de otros falcónidos.
Aunque parecido al cernícalo primilla (Falco naumanni), si bien el vulgar es algo mayor, se distinguen porque el primilla carece de manchas en el dorso, el gris de su cabeza es más uniforme y las plumas centrales de su cola sobresalen, dándole un aspecto redondeado. Las uñas del primilla son blancas, mientras que el cernícalo vulgar las tiene negras.
Hábitat
Su zona de distribución se extiende por Europa, Asia y África, y accidentalmente también se encuentra en América e Indonesia. Las poblaciones del norte de Europa pasan el invierno en el sur, mientras que las meridionales permanecen aquí todo el año.
En la Península Ibérica y Baleares habitan unas 30.000 parejas. Es el halcón más numeroso.
Es fácil de ver durante el día, ya que le gusta el campo abierto y las zonas de matorral, campiñas y dehesas. Es común verlo sobrevolando tierras de cultivo y páramos, incluso en prados alpinos. En general evita los bosques cerrados y espesos.
Hacen sus nidos en grietas de rocas o edificios, antiguos nidos de córvidos, huecos de árboles o directamente sobre el suelo. En realidad anida en cualquier terreno, incluso en acantilados marinos. Se les puede ver también anidando en pueblos y ciudades.
Reproducción
Cernícalo vulgar hembra a la entrada del nido
El nido del cernícalo, como ya hemos dicho, puede haber sido el antiguo hogar de una pareja de cornejas o urracas, o un hueco en un muro.
En primavera empieza la época de celo del cernícalo vulgar. El macho hace vuelos de exhibición, volando de lado o haciendo picados con las alas replegadas. Este cortejo lleva a un ruidoso apareamiento en una rama cercana al nido.
Los más tempraneros ponen sus huevos durante los últimos diez días de abril, pero la mayoría lo hace en mayo. Esta única puesta varía entre tres y seis huevos, que la hembra incuba durante 26 a 31 días, mientras el macho la alimenta. Si la comida no es suficiente, se interrumpe la incubación.
Al final del periodo de incubación eclosionan los polluelos con los ojos abiertos y cubiertos de plumón blanco. Durante los primeros ocho días de vida serán cuidadosamente cubiertos por las alas de la hembra; los siguientes ocho días los seguirá tapando, pero con menos celo.
Ahora que los pollos ya no necesitan tanto su calor, la madre puede salir también en busca de alimento. Éste es puesto en pedazos a la altura del pico de los polluelos, que se alimentan ordenadamente y sin peleas.
Cuando ya tienen treinta días, y su aspecto es parecido al de su madre, los pollos dejan el nido, aunque seguirán siendo alimentados por sus padres durante otro mes.
Alimentación y costumbres
Cernícalo vulgar hembra con una rata entre sus garras
La técnica de caza del cernícalo vulgar lo hace inconfundible; ni siquiera el cernícalo primilla la usa con tanta frecuencia ni de forma tan sostenida. Antes lo hemos comparado con un helicóptero, y es que su vuelo cernido, es decir, estacionario a la espera de avistar alguna presa, no puede por menos que recordarnos a las capacidades de inmovilidad en vuelo de esos vehículos aéreos.
A veces escudriña su territorio, posado en una estaca o volando de forma desordenada, con menos frecuencia planeando en semicírculos. En otras ocasiones, permanece casi inmóvil entre 10 y 20 m de altura sobre el terreno, cara al viento totalmente quieto o moviendo sus alas de forma amariposada para evitar el desplazamiento horizontal, con su cola en abanico. Cuando ve una posible presa, se lanza en picado a por ella, replegando sus alas en los últimos metros y colisionando con fuerza contra el suelo. Una vez apresado su objetivo, lo remata con un picotazo en la nuca.
Sus víctimas suelen ser roedores y otros pequeños mamíferos, lagartos, aves jóvenes aunque también adultos de aves pequeñas, ranas, etc. En verano, su alimentación consiste en gran medida de grandes insectos, como las langostas. No renuncia a presas más grandes, como comadrejas o codornices.
Emite una especie de “ki-ki-ki” fino, agudo y penetrante, sobre todo cuando está alarmado. La hembra suena más ronca, y en el área de cría repite un estridente “kri-kri-kri”.
Cigüeña blanca
Ciconia ciconia
La cigüeña blanca o cigüeña común es un ave de plumaje blanco y negro y pico rojo. Las cigüeñas jóvenes tienen el pico inicialmente negro y después marrón.
Hábitat
Viven en zonas pantanosas, prados húmedos y aguas superficiales en terrenos abiertos.
Es un ave migradora que vuela hacia sus cuarteles de invierno en África Oriental por dos rutas bien delimitadas sobre el estrecho de Gibraltar y sobre el Bósforo.
La cigüeña blanca no se encuentra en dificultades sólo a causa de la destrucción de su hábitat. Los accidentes, casi siempre mortales, debidos a choques en vuelo con líneas eléctricas no aisladas y los riesgos derivaods de las actuales campañas químicas antiplagas apenas dejan a estas aves alguna posibilidad de supervivencia. En Europa Central, en los últimos 20 años su población ha disminuido de una manera alarmante.
Reproducción
Cigüeña blanca Ciconia ciconiaSu gran nido se ubica a gran altura, sobre edificios, torres, chimeneas y árboles, en emplazamientos despejados.
El tiempo de incubación para sus 3 a 5 huevos es de 33 ó 34 días. Los pollos permanecen en el nido de 54 a 63 días. Hasta la cuerta semana después de la eclosión siempre hay un adulto que permanece vigilante junto al nido. Pasado este período, uno de los padres ya puede ocuparse de sacar adelante las crías en solitario.
Aceptan de buen grado los nidos artificiales.
Se alimenta de pequeños mamíferos, insectos, gusanos; en menor cantidad también de ranas, crustáceos, lagartijas, culebras, peces y carroña.
Cuando retornan de sus cuarteles de invierno, en un principio se alimentan prácticamente de lombrices de tierra hasta el 90%. En las zonas de invernada el elemento principal de su dieta lo constituyen los saltamontes.
Cigüeña negra
Ciconia nigra
Su forma y tamaño son parecidos a los de la cigüeña blanca o común, de la que se diferencia por su plumaje negro lustroso en el que destacan las partes inferiores blancas. Los jóvenes tienen las plumas de la cabeza, cuello y buche pardo mate, con las puntas claras; por encima son pardo oscuro casi sin reflejos. No existe dimorfismo sexual.
Hábitat
Menos popular que la cigüeña blanca por sus costumbres solitarias y su escasez, la negra es un ave típicamente serrana y montaraz.
Las peculiaridades de su biología la han reducido en la actualidad a las más apartadas zonas de nuestra geografía, que por un lado son las menos habitadas, y por otro, les proporcionan los lugares especiales que necesitan para anidar: densos bosques de robles, alcornoques o pinos y, en zonas deforestadas, grandes cantiles poco accesibles. En cualquiera de ambos biotopos, es fundamental la proximidad de abundantes aguas, ya sean cursos fluviales, charcas o embalses artificiales.
Reproducción
Cigüeña negra Ciconia nigra. En su zona de cría, las cigüeñas negras aparecen durante los meses de febrero y marzo. Las parejas, probablemente unidas durante la mayor parte del año, efectúan largos vuelos nupciales.
Ocupa nidos de años anteriores o ambos sexos construyen un voluminoso nido de ramas con materiales locales, forrado delicadamente con musgos, hierbas verdes y gramíneas, en alcornoques, robles, pinos y más frecuentemente en cornisas de acantilados, cerca siempre del agua.
La puesta, de abril a junio, consta de 3 a 5 huevos blancos. La incubación, realizada por ambos sexos, dura de 38 a 42 días. Los pollos, alimentados por los dos padres, dejan el nido a los 65-70 días.
Terminada la reproducción, las aves abandonan las zonas de cría y se concentran en grupos numerosos, en algunas zonas favorables que usa como dormideros.
Alimentación
Se alimenta de peces, culebras de agua, ranas, ratas de agua; insectos, como escarabajos, hemípteros y libélulas; alguna materia vegetal.
Cuervo
Corvus corax
Es el córvido de mayor tamaño que habita en la Península Ibérica. Tiene una longitud de unos 60 cm y una envergadura de las alas de 1,20 m. Su color es completamente negro, incluido su pico, y hace un graznido característico, grave, que suena como "croac".
Son pájaros gregarios que a menudo se presentan en grupos de dos a seis individuos. Se emparejan de por vida y son monógamos.
Hábitat
Bosques y montañas. Puede adaptarse a cualquier tipo de hábitat.
Reproducción
Como se dijo antes son monógamos y mantienen la pareja de por vida. Son carácterísticos los vuelos en picado de los machos durante la época de apareamiento.
La pareja de cuervos suele tener más de un nido que utilizan rotativamente. El nido es grande y forrado en su interior, y su resistencia puede hacer que perdure durante décadas, para lo cual la pareja realiza cada temporada los arreglos necesarios para mantenerlo. Una pareja permanece en su territorio de por vida.
La puesta se hace a mediados de febrero y dura tres semanas. Sólo incuba la hembra, la cual es alimentada en el nido por el macho hasta unas semanas después de que los huevos hayan eclosionado. Si un incidente acaba con una puesta, la hembra hará una segunda, pero al parecer no ocurre lo mismo si hay pollos y estos resultan muertos.
Los huevos son cinco o seis, de color verde y con manchas pardas y grises.
Los jóvenes acompañan a sus padres hasta el otoño, momento en que abandonan el nido y buscan su propio territorio.
Los cuervos pueden vivir tanto como un ser humano.
Aparte del hombre el único enemigo del cuervo es el búho real Bubo bubo.
Dieta
Tremendamente adaptables, son capaces de comer cualquier cosa: pequeños animales, huevos, carroña, vegetales, basura o animales marinos en la costa.
Vida y costumbres
Son pájaros que han demostrado una gran inteligencia y capacidad de interacción con el ser humano. Diversas culturas le han asignado papeles mitológicos y poderes mágicos.
Son conocidos, al igual que las urracas, por su habilidad para robar objetos, en especial los brillantes.
En algunos experimentos se han mostrado capaces de utilizar objetos como herramientas.
Escribano soteño
Emberiza cirlus
Este escribano soteño tiene una longitud de 16,5 cm. Ambos sexos se distinguen de los escribanos de igual tamaño por el obispillo pardo oliva en lugar de rojo canela. Además el macho se diferencia por la coloración de su cabeza, rica en contrastes, y el cuello negro.
Su canto recuerda al canto metálico del escribano cerillo, pero sin el remate prolongado.
Hábitat
Mientras la mayoría de escribanos son oriundos de las estepas de Asia, el escribano soteño es una especie del oeste de Europa, donde coloniza las colinas en el norte y en el sur tiende cada vez más a las montañas.
Vive entre las matas que bordean los cultivos y prados. Su población es muy numerosa entre los setos de majuelos, endrinos y rosal silvestre. Le gustan las colinas de los pueblos, fragmentadas en pequeños predios, con caminos llenos de zarzas y árboles diseminados.
Prefiere los lugares abrigados y los fondos de los valles.
Reproducción
Construye su nido dentro de un matorral a una altura no superior a la de un hombre. Otras veces lo instala sobre el suelo, debajo de la maleza. Las paredes del nido son gruesas, al estilo de los escribanos, formadas por tallos herbáceos.
La época de cría es mayo y junio; en el sur a partir de finales de abril. Por lo general tienen dos nidadas, cada una de las cuales consta de 3 ó 4 huevos y dura unos 12 ó 13 días.
Alimentación y costumbres
En verano se alimenta sobre todo de insectos, con los que cría a los polluelos.
También come semillas de hortalizas y de flora silvestre.
Garceta común
Egretta garcetta
La garceta común es la menor de las garcetas, con una longitud de hasta 60 cm y una envergadura alar que llega a los 105 cm.
Su plumaje es blanco y delicado, con plumas ornamentales en la cabeza que alcanzan los 20 cm y en el dorso hasta 24 cm, más cortas en las hembras. Sus patas son negras con dedos amarillos, y su pico es negro, recto y agudo. Sus alas en vuelo, normalmente recto, son anchas y redondeadas.
Es un ave sociable y poco asustadiza a la que podemos ver caminando por aguas someras: aguas pantanosas, lagos, lagunas y arrozales son su hábitat favorito. También gustan de recorrer los prados húmedos en busca de alimento.
La Península Ibérica es su cuartel de invierno, como el resto de la Europa mediterránea, y aquí también se reproducen, sobre todo en el delta del Ebro, albufera valenciana, Doñana y Extremadura. Muchos individuos pasan en la península todo el año.
Suelen nidificar en colonias sobre árboles, por lo general compartidos con otras aves como martinetes, espátulas y garcillas. Los dos adultos construyen el nido, el macho proporcionando materiales y la hembra construyéndolo en forma de embudo. A veces reparan el nido del año anterior.
Ponen entre abril y junio de 3 a 6 huevos, que son incubados por ambos padres durante 25 días. A las cuatro semanas, los pollos abandonan el nido.
A principios de agosto, después de la cría, los adultos pierden sus plumas ornamentales.
Se alimentan de peces, ranas, insectos acuáticos, saltamontes y libélulas.
Garza real
Ardea cinerea
La garza real es un ave de gran tamaño que se distribuye ampliamente por Europa central. Su longitud es de 90 cm y su envergadura puede alcanzar los 170 cm. Llega a pesar unos 2 kg. Tiene patas y cuello largos y un pico en forma de daga.
Es parcialmente migradora y su área de migración abarca desde los países escandinavos hasta el norte de África.
Su llamada, que realiza también fuera de las colonias, es una voz seca, ronca y sonora.
Alimentación
Es un ave muy adaptable. Se alimenta de peces, tanto en riachuelos como en la costa. También a veces aprovecha plagas de roedores o langostas, que pueden llevar a la garza a acudir a lugares sin agua.
Reproducción
Garza real Ardea cinerea. Lleva a cabo la reproducción en colonias, anidando en árboles y cañaverales; de esta forma se protegen en la seguridad de la multitud. Sin embargo, el resto del tiempo es un ave solitaria.
La puesta, de 3 a 5 huevos, es en marzo, y se realiza después de una serie de movimientos rituales para atraer pareja al nido. Al cabo de 26 ó 27 días nacen los pollos, que permanecerán en el nido durante 6 ó 7 semanas.
Golondrina común
Hirundo rustica
La golondrina es un ave con la cola ahorquillada por sus dos largas plumas rectrices, que son más cortas en los jóvenes, y la frente y garganta pardo rojizas con una banda azul oscura. Su parte inferior es blanco nacarado, y la superior es azul metálico.
Tiene un vuelo rápido, rasante y constante, caracterizado por cambios de rumbo repentinos y progresivos.
Su canto es agradable, débil y gorjeante, emitido en vuelo o posada.
Hábitat
En el sur de su área de distribución existen todavía golondrinas comunes, que viven en valles rocosos desiertos; fuera de este caso, las golondrinas se han adaptado a vivir muy cerca del hombre: criando en granjas o casas de labradores, más escasas en pequeñas ciudades, y ausentes en las grandes urbes.
Presumiblemente, la golondrina se vio empujada hacia el norte, dejando su patria subtropical, no pudiendo sobrevivir en las zonas templadas sin el hombre.
Reproducción
Las golondrinas regresan de sus lares de invierno en la primera mitad de abril, llegando primero los machos solitarios. Se les ve de regreso a su nido de siempre, donde se reúnen poco después con la misma hembra del año anterior.
El lugar clásico del nido de las golondrinas es el establo, en el que suelen vivir varias parejas en armonía. El nido se construye plano, sin otros materiales que el barro, la saliva y algo de paja. Lo sitúan tan pegado al techo de la estancia que resulta imposible mirar en su interior. Las golondrinas acarrean el barro en su boca, en bolitas. El interior del nido se hace confortable con plumas, pelos y tallos; con cuatro o cinco días el trabajo está terminado.
La época de cría es de mayo hasta agosto, período en el que tienen lugar dos incubaciones que dura cada una de 14 a 16 días. Los polluelos permanecen en el nido de 20 a 22 días. Sólo incuba la hembra, depositando 4 ó 5 huevos.
Los polluelos, una vez que saben volar, se posan en fila sobre un cable o una rama, y se dejan alimentar, durante un tiempo. Después merodean gregariamente por áreas de abundancia de comida. Los adultos, casi siempre después de un descanso de 14 días, empiezan una segunda cría.
Dieta
La golondrina se alimenta de insectos capturados en el aire, incluso de libélulas y mariposas pequeñas.
Lechuza campestre
Asio flammeus
Características
Lechuza campestre Asio flammeusTiene el mismo tamaño que el búho chico, pero con las alas más largas. Su envergadura alar es de aproximadamente 1 m.
El plumaje del pecho es listado longitudinalmente. Tiene orejas de pluma, sin sobresalir.
Reposa en el suelo. Cuando emigra, se posa a gusto en campos de colza. Vuela raso y caza también con luz diurna.
Hábitat
Vive en campiñas abiertas con cursos de agua. Es un ave errática, que descansa e incuba donde hay abundancia de alimentos, desapareciendo otra vez cuando éstos escasean.
En su travesía migratoria descansan en grupo, y son víctimas frecuentes de cazadores desaprensivos. Invernan en la cuenca mediterránea y al sur del Sáhara. Esta especie tiene una enorme zona de distribución, que abarca casi toda Eurasia templada y fría, aparte de toda América del Norte y parte de América del Sur, incluyendo las Islas Galápagos.
Reproducción
En marzo y abril el macho se exhibe en un vuelo de celo, de día y de noche, sobre el territorio del nido, con palmeo de alas, posturas aéreas inusitadas, vuelos en picado y retahílas de fuertes gritos.
La lechuza campestre es la única capaz de construir un nido, que en su caso es una necesidad, para elevar la puesta en hondonadas planas inundadas. El nido es una plataforma cubierta de tallos.
Sólo incuba la hembra, haciéndolo firmemente. Cuando un hombre se acerca a su nido, la hembra esboza una mueca, que le da un aspecto agresivo. El macho ataca a los que se internan en el territorio de su nido mediante vuelos en picado.
La puesta consta de 3 a 5 huevos, depositados a intervalos de dos días. En años de plagas de ratones, el número de huevos puede elevarse hasta 10 y más. La hembra incuba a partir del primero de ellos, durando este trabajo unos 27 días. Cuando hay abundante comida los adultos pueden sacar una nueva nidada en agosto o incluso más tarde.
Los jóvenes salen del nido a los 14-17 días. Se esconden en la vegetación del suelo. Llaman la atención de los padres, que vuelan llevando comida, mediante silbidos suplicantes.
Con cuatro semanas son ya capaces de volar, pero no de alimentarse. Mientras, los padres cuidan de su nutrición. Cuando los polluelos que no saben volar son acosados, se defienden con ataques que les hacen parecer más temibles de lo que en realidad son; también se defienden con su corto pico. Contra los enemigos aéreos se lanzan boca arriba y muestran sus garras a los atacantes.
Dieta
La lechuza acecha a sus presas desde el aire, a media altura, valiéndose de la vista y no del oído.
Se detiene a descansar sobre rocas y postes, pero casi nunca sobre los árboles. Es activa sobre todo en el crepúsculo. En ocasiones se posa en un sitio para examinarlo todo con mayor atención.
Su alimento básico son los ratones. Cuando captura muchas presas, las amontona alrededor de su nido. Aparte de los ratones apresa también aves terrestres, a las que sorprende dormidas. Además caza ratas y gansos pequeños. En las cercanías de colonias de aves marinas, durante la época de cría, se dedica a capturar los polluelos.
Lechuza común
Tyto alba
La lechuza común tiene el plumaje pardo dorado claro. Su rostro es movible, permitiéndole hacer gestos que constituyen una mímica para nosotros incomprensible que incluye varias expresiones, que nosotros percibimos como muecas. En reposo la lechuza tiene un semblante grave. Los ojos, totalmente negros, destacan mucho sobre el plumón blanco de la cara, que es muy característica por su forma acorazonada.
Tiene las alas largas, relativamente puntiagudas, con una envergadura de alrededor de 90 cm.
Sus gritos se pueden describir como ronquidos, quejidos y estertores.
Es activa exclusivamente de noche.
Hábitat
La lechuza común habita en todo el globo, principalmente en los trópicos. En Europa le gusta vivir cerca de los hombres, incubando en las torres de las iglesias, graneros agrícolas, ruinas y otras edificaciones solitarias.
A las poblaciones españolas, que son residentes, se unen durante el invierno aves de otras regiones de Europa.
Su área de distribución se extiende por toda la Península y las Islas Baleares y Canarias.
Reproducción
Lechuza común Tyto alba, anillamientoEl período de cría es en mayo, aunque en el sur se inicia en abril e incluso antes.
Los huevos se depositan sobre el suelo, siempre en el ángulo más escondido, donde ni el estruendo de las campanas las molesta. A veces incuban en un palomar. Puede ocurrir entonces que las palomas se vayan o bien que se acostumbren al extraño inquilino.
La hembra incuba ya a partir del primero de los huevos, que suelen ser 4 ó 7 en años de abundante comida, incluso 11, resultando después los polluelos de muy diferentes tamaños. La incubación dura entre 30 y 34 días.
Los polluelos permanecen en el nido unas 8 semanas. Durante la primera semana, la hembra continúa cubriendo a los polluelos, y el macho acarrea la comida para toda la familia. En esta época, una familia de lechuzas consume unos 100 ratones cada mes.
En años de escasez de ratones, los polluelos más débiles se retrasan pronto en el crecimiento y mueren. Entonces los progenitores los despedazan y los dan a comer a los hermanos. En años de abundancia, algunas parejas emprenden en otoño una segunda incubación.
Las aves jóvenes hacen, en parte, largas travesías. Después de haber emigrado y haber pasado su primer invierno en zona más cálida, son ya sexualmente maduras y donde críen por primera vez, allí se quedarán el resto de su vida.
Donde son escasas las posibilidades de establecer el nido, se les puede proporcionar cajas espaciosas, con entrada suficiente que permita el paso del puño, y con un ángulo oscuro.
Dieta
Se alimenta básicamente de ratones. En años de abundancia acumula una provisión de ellos junto al lugar de dormir o de incubar. En años de escasez, las aves pequeñas constituyen una gran proporción de la dieta de las lechuzas, sobre todo aves jóvenes y aves del suelo. Esporádicamente también las mariposas nocturnas.
Como ave estrictamente sedentaria, la lechuza común se ve sometida a los rigores del invierno: tan pronto la capa de nieve supera los 7 cm de altura, su situación se hace difícil y en las regiones que tienen más de 40 días de nieve al año la lechuza está en situación crítica.
Las lechuzas jóvenes se desplazan lejos y se estacionan donde se produce una plaga de ratones.
La lechuza común caza, de forma prácticamente exclusiva, por la noche. En lo más avanzado del crepúsculo abandona su refugio-dormitorio, siendo con relativa frecuencia arrollada por los vehículos de las carreteras.
Antiguamente, los graneros agrícolas le ofrecían no sólo ratones, sino también cobijo. En la actualidad, cada vez existen menos instalaciones de este tipo.
Milano real
Milvus milvus
Siendo una de las aves rapaces diurnas más fáciles de diferenciar por su color rojizo, su cola en horquilla muy pronunciada y sus marcas subalares blancas, es una de las rapaces preferidas entre aquellos que se inician en la observación de aves.
Tiene una envergadura alar de unos 170 cm y un peso de alrededor de 1 Kg.
Su vuelo es armonioso y elegante, generalmente planeando en grandes círculos y frecuentemente en pareja.
Al aproximarse la noche se reúnen en colonias dentro de zonas arboladas.
En los últimos años ha presentado oscilaciones de población considerables, junto con el Milano Negro Milvus migrans, con quien comparte hábitats.
Hábitat
Habita en campiñas con bosques, campos y monte bajo. Anida en los árboles, aunque habitualmente patrulla los campos abiertos en busca de roedores y otras aves, incluidas las aves de corral.
Está presente en casi toda la Península Ibérica, aunque es más infrecuente en las costas atlántica y levantina. Raro en Baleares, donde se encuentra en peligro de extinción debido al uso de venenos. Extinto en Canarias desde los años 70.
Su población está estimada en unas 2.200 parejas reproductoras, descendiendo preocupantemente desde las 10.000 parejas estimadas en 1977.
Permanece todo el año en España, aunque en invierno acuden también ejemplares de latitudes septentrionales de Europa, especialmente de Suecia.
Reproducción
Anidan en grupo en los árboles, donde establecen el nido a una altura de más de 10 metros, en la horquilla de dos ramas. El nido está formado por ramas, hierba y lana de oveja.
Las puestas son en primavera, estando compuestas de entre 1 y 3 huevos, que eclosionan al cabo de algo más de un mes de puesta.
La incubación la hace la hembra, que es sustituida por el macho durante los periodos en los que ésta debe alimentarse.
Dieta
Roedores, insectos, otras aves más pequeñas, sin despreciar la carroña. Habitualmente caza en terrenos despejados, próximos a las zonas arboladas donde anida.
Mirlo común
Turdus merula
El macho es negro mate con el pico amarillo, y un anillo también amarillo alrededor del ojo. La hembra es pardo negruzca por arriba, con tintes marrón rojizo en el pecho y mentón gris rallado. Los jóvenes son algo moteados hasta la muda de otoño.
Hábitat
Habita bosques frondosos y de coníferas con suelo húmedo; setos, jardines, barrios urbanos periféricos, parques.
Los hábitats españoles que albergan mayor densidad de mirlos son la campiña cantábrica, los parques urbanos y el naranjal levantino.
Los mirlos del bosque son muy esquivos; los de la ciudad son precavidos y desconfiados frente a cualquier extraño, pero toleran a la perfección el bullicio y ajetreo de coches y personas en su entorno.
El mirlo salta y corre a trompicones. Cuando está asustado levanta y mueve su larga cola; el estornino pinto, que coincide con él sobre los céspedes buscando comida, camina erguido, de un lado para otro, sin descanso.
En las zonas urbanas existen mirlos en abundancia, con más o menos manchas blancas en su plumaje(albinos parciales, raramente pájaros completamente blancos de ojos rojos (albinos totales.
El comportamiento de muchos mirlos urbanos es anormal. Hay machos que no cantan; otros no participan en la crianza de los polluelos; algunos intentan incubar en invierno. Las poblaciones urbanas suelen nutrirse de aves venidas de la periferia. En los países septentrionales, quien tiene un mirlo en el jardín puede conseguir que el pájaro tome comida de su mano, si actúa con calma y le da lombrices de comer, puede conseguirse que el pájaro acuda, obedeciendo su llamada. En tiempos pasados era un ave migratoria, pero al iniciarse la construcción de las ciudades se fue haciendo sedentaria. El intercambio que se produce entre las poblaciones de aves de ciudad con las de bosques es un interesante capítulo para la investigación.
Reproducción
El mirlo macho empieza a cantar en los días templados de invierno, pero tan débilmente, que no es audible más que en las proximidades. A finales de invierno o principios de primavera ya se oye la canción completa del mirlo. Si no fuera tan corriente, los pajareros la considerarían como una de las mejores melodías emitidas por un pájaro europeo, superior incluso a la del ruiseñor. Loo cierto es que el canto del mirlo es el más musical, insuperable en riqueza de melodías y en armonía.
La actividad sexual de las aves es gobernada por lo largo de los días. Con esto se explica que en las grandes ciudades, casi siempre iluminadas, se pueda oír el canto del mirlo incluso en medio de una noche de invierno: un curioso contraste para una civilización y un ambiente opuestos a la vida natural.
Por lo demás, el mirlo canta con mayor brío en los días de llovizna y en los crepúsculos matutino y vespertino.
La pareja de mirlos ocupa un territorio durante la época de cría, no tolerando en él la presencia de ningún otro mirlo. El que no lo abandona es agredido y expulsado. Los machos que pelean están tan obcecados que pierden la noción de la realidad que los rodea, y con la mano se pueden coger con facilidad. Más de una vez ha ocurrido que aparece un azor y se los lleva a los dos. También en los silos de forraje el mirlo tiene un comportamiento pendenciero hasta poner en claro cuál es el pájaro dominante. En ocasiones se agota luchando contra su imagen que él ha advertido en un espejo, en un cristal o sobre el tapacubos cromado de la rueda de un coche.
El nido tiene forma de taza, recubre su interior con una capa de tierra y el exterior con una de tallos. Más de un ama de casa ha visto cómo un mirlo (para construir su nido) cogía la tierra húmeda de los tiestos de flores recién regados. El nido suele situarse bajo, visible, como al azar, sin protección alguna en pinos pequeños, en balcones, entre jardineras o bajo el techo de un invernadero.
Normalmente incuba la hembra en solitario los 3 a 6 huevos de cada puesta; el macho la releva raras veces. La incubación dura de 11 a 14 días. Los polluelos permanecen en el nido unos 12 ó 13 días, abandonándolo cuando apenas pueden volar. Durante otros 14 días siguen suplicando comida con gritos estridentes. Hacen dos o tres puestas al año.
Dieta
El mirlo común es insectívoro a veces, se especializa en la captura de lombrices, que descubre en el prado y las saca con habilidad de su augjero, sin que se le rompan. En la época de las frutas, el mirlo las consume, por lo que muchos jardineros lo ven mal, olvidando el bien que hace al consumir insectos y gusanos. Es inútil matar a un mirlo en estos lugares, porque enseguida acudirán los mirlos de los territorios vecinos. Lo mejor es cubrir los fresales con redecillas fáciles de encontrar en los comercios especializados en jardinería.
Mochuelo común o Mochuelo europeo
Athene noctua
El mochuelo común es un búho pequeño; apenas levanta 22 cm, con una envergadura alar de unos 50 cm. Su aspecto es redondeado, más bien rechoncho y con la cabeza ancha.
Su plumaje es principalmente pardo-grisáceo, sobre el que destacan sus ojos amarillos.
Hábitat y distribución
El área de distribución del mochuelo europeo llega por el norte hasta el centro de Gran Bretaña; es decir, desde el desierto hasta la linde de la zona nórdica del bosque de coníferas. Por el este llega hasta Manchuria. Es abundante en toda esta zona. En la Península Ibérica es habitual en el litoral mediterráneo.
Ocupa zonas semidesérticas, estepas labradas o no, campos de frutales y tierras de labor, sobre todo cerca de enclaves humanos. Esta proximidad a zonas habitadas hace que el mochuelo sufra las consecuencias del tráfico rodado, apareciendo con frecuencia atropellado en cunetas.
Reproducción
El mochuelo vive en pareja de forma continuada, pasando toda su vida en el territorio de cría, en el mismo nido. Éste suele estar ubicado en una cavidad: un árbol hueco, una grieta en las rocas, un edificio en ruinas... A veces ocupa nidos de abubillas y carracas.
Durante la época de celo, que se extiende durante marzo y abril, profiere una gran variedad de gritos de reclamo, particularmente unos trinos lentos y melódicos.
La puesta tiene lugar a finales de abril o principios de mayo, y el tamaño similar de los polluelos hace pensar que la incubación no empieza hasta la puesta del último huevo. Esta incubación está exclusivamente a cargo de la hembra, que durante ese tiempo es alimentada por el macho.
Una vez eclosionados los huevos, los pollos permanecen en el agujero del nido durante un mes. A principios de julio empiezan a volar, y en agosto ya son independientes y abandonan el territorio de sus padres.
Alimentación y costumbres
En verano el mochuelo se alimenta básicamente de insectos durante el día, y en la oscuridad caza alondras y ratones.
En cualquier caso, sea lo que sea lo que coma, se lo traga sin trocear.
Es activo sobre todo en la oscuridad, pero también durante el día. Con luz, el vuelo es ondulante, pero de noche es en línea recta por encima del suelo, desde donde asciende súbitamente para posarse en un punto elevado.
Al atardecer es fácil verlo posado en un poste o un cercado, y si se asusta hace una especie de reverencias espasmódicas.
Aunque durante el celo emite reclamos variados, normalmente su canto es una especie de maullido, como kiú.
Paloma bravía
Columba livia
La paloma bravía es la forma primitiva de la que han derivado todas las razas de palomas domésticas.
Vive en libertad en el Mediterráneo, Inglaterra y sur de Asia, pero siempre alejada de los hombres. La especie del sur de Europa se distingue de las palomas zuritas, muy similares, por su obispillo blanco.
Hábitat
Las palomas bravías crían en rocas y ruinas; por el contrario, las zuritas son aves de bosque que nidifican en árboles.
Las palomas de las calles son palomas domésticas asilvestradas, que con el tiempo recuperan la forma primitiva en mayor o menor grado. Por lo tanto, podemos decir que las palomas urbanas son las descendientes de palomas bravías que fueron domesticadas y posteriormente liberadas.
Reproducción
En la voz y en el comportamiento, las palomas bravías y las urbanas son casi idénticas. Dentro del celo de las palomas hay un vuelo planeante con alas mantenidas marcadamente en posición elevada, y un fanfarrón cortejo sobre el suelo, con el pecho iridiscente hinchado, inclinaciones ante la hembra y emitiendo el típico arrullo.
La hembra construye después un nido descuidado, en las cavidades de los muros, incubando ambos progenitores, el macho regularmente en las horas del mediodía.
Después de 17 días de incubación, salen los polluelos, desvalidos, de los dos huevos que siempre ponen. Según el tiempo atmósférico son protegidos bajo las alas durante una o dos semanas.
Dieta
La paloma bravía se alimenta de granos y semillas. Dado que estos objetos duros e insípidos no son captados por los animales jóvenes como apetitosos, tienen que ir conociéndolos con la experiencia.
Vida y costumbres
Es famosa la capacidad que tienen las palomas de regresar y encontrar su lugar de origen. Es una reminiscencia de su comportamiento en estado silvestre, que se lleva a un grado máximo en las palomas mensajeras.
Paloma zurita
Columba oenas
Es de tamaño menor que la paloma torcaz y aproximadamente igual que la paloma bravía. Se distingue bien por carecer de obispillo claro.
Se diferencia de las callejeras por el reclamo, que es bisílabo y suena a "ju-ruu", en repetición múltiple.
Hábitat
Antes de empezar la explotación maderera, la paloma zurita era la más frecuente, pero como nidificante habitual de cavidades en la madera, apenas encuentra en los bosques madereros de antaño, transformados en fincas madereras, ningún agujero donde nidificar, por lo que se ha hecho escasa.
Pero donde el monte bajo clarea junto a los camos, se le pueden ofrecer cajas para sus nidos. Deben tener la profundidad de un brazo, debiendo ser el agujero de entrada lo suficientemente grande que permita el paso del puño. Dado que la paloma zurita necesita un segundo hueco para realizar otra incubación (deja el primer hueco muy pringoso), se le tendrían que ofrecer dos cajas, próximas entre sí. Cada año habría que limpiarlas, porque también a las ardillas les gusta tomarlas como vivienda, dejándolas cubiertas de ramas.
Reproducción
La paloma zurita construye dentro del hueco otro nido suplementario de leña menuda, una reminiscencia de su remoto pasado de nidificante al aire libre.
El palomo incuba aproximadamente desde las 10 hasta las 3 de la tarde, la hembra el resto del tiempo.
Los polluelos son mantenidos bajo las alas durante 8 días, y alimentados con leche del buche.
Cuando abandonan el nido, les desaparece el azul opalescente del plumaje del cuello.
Dieta
La paloma zurita se alimenta principalmente de granos, y también de bayas y bellotas.
Vida y costumbres
Las palomas zuritas, fuera del tiempo de la incubación, duermen también por la noche en huecos. Se las ha encontrado incluso en agujeros de conejos.
En su migración otoñal en octubre, se detienen en parajes con abundancia de bellotas.
Ruiseñor bastardo
Cettia cetti
Tiene el dorso castaño; la cola larga, redondeada, que agita y despliega; las partes inferiores son blancas grisáceas. Su longitud es de 13 cm.
Hábitat
Vive en la maleza impenetrable a orillas de los lagos y ríos. También en zonas pantanosas. Raramente en matorrales o bosques húmedos.
Su canto es brusco y no dura más de tres segundos.
La hembra construye un nido en forma de taza en el suelo de la maleza más espesa.
La época de cría es en mayo. La incubación dura unos 13 ó 14 días. Se desconoce el período de permanencia de los olluelos en el nido. Lo dejan cuando todavía son incapaces de volar, pero son ya excelentes trepadores, dándose a la fuga por lo más espeso de la vegetación rala cuando se sienten amenazados. Sus padres hacen lo mismo.
El ruiseñor bastardo pasa el invierno en el área sur del Mediterráneo. Regresa en abril. En latitudes meridionales es sedentario.
Dieta
El ruiseñor bastardo se alimenta de insectos, arañas, caracoles y gusanos, siempre insectos que no tengan cubierta quitinosa demasiado dura. En el suelo o en las ramas de los árboles busca y da caza a orugas, moscas, mariposas, larvas, gusanos, arañas y caracoles. Cuando éstas son difíciles de conseguir, complementa su alimentación con semillas y pequeños frutos silvestres.
Triguero
Emberiza calandra
Con sus 18 cm. de longitud, es el mayor de los escribanos nativos. Es de aspecto tosco y colorido poco vistoso. Le gusta volar con las patas colgando y con un aleteo característico.
Frecuenta los céspedes ralos con arbustos intercalados, por lo general en parajes secos y cálidos. En los trigales del sur de Europa es abundantísimo.
Aunque es ave de tierras cultivadas y praderas, se asienta también en áreas no roturadas, que dispongan de sitios para percharse y hebazales abiertos, como las colinas con retama de escobas, las junqueras, los pastizales perimarismeños, los eriales de cardo corredor o la garriga clareada.
Es una especie muy ligada a cultivos humanos, tanto de secano como de regadío; pero también se halla en dehesas, olivares y zonas de matorral típicamente meditarráneo.
La población española es sedentaria, a pesar de realizar ciertos movimientos dispersivos en agosto. Muchos individuos de otras zonas de Europa se acercan a la Península durante el invierno. En esos meses, forman grandes bandadas que descansan por las noches en los cañaverales.
Prácticamente ocupa toda la península Ibérica y las Islas Baleares y Canarias.
Reproducción
Triguero
Emberiza calandra El triguero se presenta en sus territorios de cría al norte de los Alpes a mediados de marzo, pero hasta bien entrado mayo sigue formando parte de grupos que duermen en los cañaverales y matorrales. Después estos grupos se deshacen en parejas. A veces un mismo macho tiene varias hembras, a las que vigila desde su posadero.
La hembra construye el nido a una distancia no superior a los 100 metros del posadero, desde donde el macho canta; de cualquier manera, siempre dentro del radio de visión de éste. El nido se compone de tallos y está dispuesto bajo la hierba espesa.
Ponen dos nidadas al año, entre abril y julio. La puesta de 4 ó 5 huevos es incubada sólo por la hembra. Aproximadamente cada hora el macho acude para llevársela y para que tome un descanso; al poco rato regresa sola al nido. La incubación dura unos 12 ó 13 días.
Los polluelos viven en el nido de 9 a 12 días.
Los huevos del escribano son unos de los más hermosos.
Alimentación y costumbres
El triguero se alimenta principalmente de semillas e insectos, como escarabajos, saltamontes, mariposas y orugas. Los divisa desde el posadero y se lanza sobre ellos. Cuando está en tierra picotea las semillas caídas entre el pasto o los rastrojos.
Su canto, emitido dede un posadero al efecto, suena algo así como "tsi tsi tsi rideriderit", y lo repite más de mil veces al día. Su canción se puede comparar al tintineo de un manojo de llaves.
Suele ser presa de diversas rapaces diurnas.
Urogallo
Tetrao urogallus
El urogallo macho es, sólo por su tamaño, inconfundible, aunque también puede adoptar una indumentaria más alisada: sin "perilla" y sin tornasol verde en el pecho.
La hembra es mayor que un gallo de corral, y hasta levanta su vuelo estrepitosamente. Además, su cola es redondeada.
Las aves jóvenes se parecen a la hembra.
El urogallo precisa de un entorno muy peculiar: bosques de conífera tranquilos, claros, con abundante desarrollo de vegetación herbácea y abundancia de bayas, aparte de árboles donde dormir, con ramas fuertes y bien horizontales, así como agua potable y hormigueros.
El urogallo puede llegar a acostumbrarse a la cercanía del hombre. Por eso observa tranquilamente el paso de los esquiadores sentados en las sillas colgantes de las instalaciones invernales.
Desde largo tiempo la población de urogallos va en descenso, en parte debido a la transformación de bosques naturales de coníferas en explotaciones forestales madereras y en parte también debido a que el urogallo despega con mucho impulso pero vuela mal, por lo que tarde o tembrano se rompe la cerviz contra una cerca del bosque o contra el tronco de un árbol en un bosque cerrado.
Reproducción
La época de celo del urogallo se inicia en marzo, en los últimos 10 días de abril llega a su punto culminante y termina en el primer tercio de mayo.
Los urogallos profieren sus gritos de reclamo también en octubre e incluso en noviembre.
El urogallo llega al atardecer a su lugar de celo, a pie, vuela hata el árbol donde duerme y allí, sobre una rama fuerte y horizontal, profiere gritos de reclamo durante algún tiempo. Muy temprano, al amanecer, empieza de nuevo a reclamar, las gallinas pueden acudir, por fin el urogallo salta sobre el suelo y merodea cerca del lugar de su celo profiriendo reclamos; su territorio de celo abarca aproximadamente un círculo de diámetro entre 50 y 100 m.
Le encanta encaramarse ostentosamente a la copa de algún árbol o bien a algún peñasco. En una sola mañana es capaz de "cantar" más de cien veces la tonadilla de su reclamo; en su punto culminante el urogallo ya no percibe su entorno. Mientras ha intercalado hasta más de cien veces sus saltos y aleteos. Las gallinas se acurrucan ante él y se dejan montar, hasta que se logra la copulación. Después se retiran y preparan en hoyo del nido.
El urogallo puede cubrir tres hembras en una mañana. En los días de mayor celo, el urogallo prolonga su ritual hasta bien entrada la tarde.
Siempre se ha escrito de los urogallos que son orgullosos en celo, que pierden el miedo delante del hombre y que incluso lo atacan.
La gallina pone entre 5 y 12 huevos en el hoyo del nido, en el cual se amontonan las plumas que le caen a lo largo de los 26 días de incubación. Cada día pone un huevo y los incuba tan concienzudamente que algunas han perecido al caer cualquier árbol vecino al ser talado. También las amenaza el jabalí, los perros salvajes y el azor, que las puede derribar. Aparte, casi la mitad de los polluelos perecen en las primeras semanas de su vida, de tal manera que su prole se queda en poca cosa.
En verano el urogallo se comporta como ave terrestre, que busca su alimento en el césped, hierbas, crisálidas de hormiga, bellotas, bayas, pero también lagartijas, e incluso pequeñas serpientes.
Solamente para dormir se sube a un árbol. En invierno, en cambio, se comporta básicamente como un ave arborícola, que se mantiene con las agujas de los pinos y los brotes.
De forma regular traga piedras, que le facilitan la digestión en la molleja.