La Pintura y Biografia de Vincent van Gogh
Vincent van Gogh
1853-03-30-1890-07-29
Vincent van Gogh
Pintor holandés
Uno de los artistas más populares del postimpresionismo
Obras. Los girasoles, La habitación de Arles, Los comedores de patatas.
Periodos. Realismo artístico, Posimpresionismo, Impresionismo.
Género. Pintura del paisaje y bodegón
Padres. Anna Cornelia Carbentus y Theodorus van Gogh
Nombre.Vincent Willem van Gogh
Altura. 1,7 m
Vincent van Gogh nació el 30 de marzo de 1853 en Groot Zunder.
Fue alumno en el Instituto Hannik Tilburg, donde permaneció hasta que abandono los estudios a los 15 años.
Con veintisiete años había trabajado en una galería de arte, en una librería y había dado clases de francés. En 1877, quiso hacerse teólogo aunque fue rechazado por no saber ni latín, ni griego.
Dos años más tarde fue enviado como misionero a la región de Mons entre los mineros de Borinage, en Bélgica.
Sus experiencias como predicador se pueden observar en sus primeras composiciones sobre campesinos, de las cuales la más conocida es la tosca y directa Los comedores de papas 1885, Museo Vincent van Gogh, Amsterdam, Holanda, uno de los diez únicos grabados que el pintor hizo a lo largo de su carrera.
Oscuras y sombrías, a veces descarnadas, sus primeras composiciones ponen en evidencia el intenso deseo de expresar la miseria y los sufrimientos de la humanidad tal y como él los vivió entre los mineros de Bélgica.
En 1886 viaja a París para vivir con su hermano Théo van Gogh, que era marchante de arte, y allí, se familiarizó con los nuevos movimientos artísticos que estaban en pleno desarrollo.
Recibió gran influencia de la obra de los impresionistas y de la de los grabadores japoneses como Ando Hiroshige y Hokusai, comenzó a experimentar con las técnicas de la época. Más adelante adoptó los brillantes matices pictóricos de artistas franceses como Camille Pissarro y Georges Seurat.
En 1888, Vincent van Gogh abandono la capital francesa para trasladarse al sur de Francia con la esperanza de atraer a algunos de sus amigos y fundar con ellos un Taller del Mediodía. Bajo el sol ardiente de la Provenza, pintó escenas rurales, cipreses, campesinos y otras características de la vida de la región.
Durante el periodo que pasó en Arles, empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules intensos relacionados con obras tan conocidas como Dormitorio en Arles 1888, Museo Vincent van Gogh y Noche estrellada 1889, Museo de Arte Moderno, Nueva York, Estados Unidos. Son también de esta época Descargadores en Arles 1888 y Les Vessenots en Auvers 1890, ambas en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid España.
Para él todos los fenómenos visibles, los pintara o los dibujara, parecían estar dotados de una vitalidad física y espiritual. Logró contagiar su entusiasmo al pintor Paul Gauguin, al que había conocido en París, para que fuera a verle a Arles.
Tan solo les duró dos meses la paz y la armonía ya que después empezaron a tener violentos enfrentamientos que culminaron en una pelea en la que Van Gogh, fuera de sí, amenazó a Gauguin con una navaja; esa misma noche, sumido en un profundo remordimiento, Van Gogh se cortó parte de la oreja.
Pasó algún tiempo internado en un hospital de Arles y un año en el manicomio de Saint Rémy, situado en esa misma región. Durante ese periodo siguió trabajando entre los varios ataques de locura que sufrió. Más tarde pasó tres meses en Auvers atendido por un médico cuyo retrato pintó El doctor Paul Gachet,1890, Museo de Orsay, París. Vincent van Gogh padeció de muchos problemas físicos debido, en parte, a la pobreza y a la desnutrición.
Vincent van Gogh fue adicto a la caña de ajenjo, peligrosa bebida narcótica popular a finales del siglo XIX. Parece ser que padeció sífilis, tinnitus, envenenamiento por plomo, síndrome de Meniere y de epilepsia. Sus dos hermanos murieron jóvenes y su hermana, Wilhelmina, pasó la mayor parte de su vida en un asilo mental.
Inmediatamente después de acabar su inquietante Cuervos sobre el trigal 1890, Museo Vincent van Gogh, se disparó un tiro en el estómago el 27 de julio de 1890. A pesar de su herida se arrastró de vuelta a la casa en Auvers-sur Oise, donde murió dos días después en brazos de su hermano Theo.
"Yo arriesgué mi vida por mi trabajo, y mi razón siempre fue menoscabada": estas son las palabras de Vincent en su última carta encontrada en su bolsillo el 29 de julio.
Realizó cerca de 900 cuadros y 1600 dibujos. En 1973 fue inaugurado en Amsterdam el Museo Vincent van Gogh.
Obras seleccionadas
La cosecha, 1888
El huerto blanco, 1888
El dormitorio, 1888
El puente de Langlois, 1888
La casa amarilla, 1888
La noche, 1889
Los girasoles, 1888
Lirios, 1890
Campo de trigo con cuervos, 1890
El puente de Langlois en Arles, 1888
El Moulin de la Galette, 1887
La italiana, 1887
Retrato del artista, 1887
El salón de baile en Arles, 1888
Retrato de Eugène Boch, 1888
La noche estrellada sobre el Ródano, 1888
La habitación de Arles, 1889
Campo de olivos, 1889
Autorretrato, 1889
Retrato del doctor Gachet, 1890
Campos en Cordeville, 1890
Pinturas de Vincent van Gogh
Tras su muerte, una exposición retrospectiva en 1890 lo puso en la mirada del público. Desde entonces, se ha convertido en uno de los artistas más influyentes del arte contemporáneo.
Conozcamos algunas de sus obras más importantes y descubramos también la evolución de su trazo artístico.
Los comedores de patatas, 1885
Acostumbrados como estamos a los populares cuadros coloridos de Van Gogh, Los comedores de patatas nos sorprende. Con una paleta terrosa y casi barroca, Van Gogh representa la escena de una familia de campesinos compartiendo en la cena las papas que ellos mismos han cultivado. Ha hecho lo que no hicieron los artistas previos: ha “desmaquillado” a los personajes, los ha mostrado en su rudeza y en su diferencia.
Con esto le ha dicho que no a la mirada burguesa que se conforma en el pintoresquismo para no hacerse cargo de la brecha social. Este cuadro corresponde a la primera etapa del pintor, que algunos llaman etapa negra, que tuvo lugar durante su estancia en Nuenen.
Calavera con cigarrillo encendido, 1885-1886
Una clave de humor se esconde en este lienzo dentro de una atmósfera oscura y terrosa, con una paleta semejante al primer lienzo de esta lista. Un esqueleto lleva entre sus dientes un cigarrillo encendido en aire burlón. Las formas son logradas por medio de pinceladas gruesas y burdas que dan carácter expresivo a la representación.
Japonaiserie: Puente bajo la lluvia después de Hiroshige, 1887
El arte japonés ejerció gran influencia en los movimientos artísticos finiseculares del XIX, tanto así que, en 1872, Jules Claretie acuñó el término japonismo en su libro L'Art Francais para identificar esta tendencia convertida en una auténtica fuente de creatividad.
Vincent van Gogh se dedicó a estudiar, copiar y versionar las obras más emblemáticas del arte nipón, al que consideraba provisto al mismo tiempo de sencillez compositiva y capacidad expresiva. Admirador de Utagawa Hiroshige, Van Gogh desarrolló esta versión de El puente Ohashi en Atake bajo una lluvia repentina.
El dormitorio, 1888-1889
En la obra El dormitorio Van Gogh comienza a mostrar el estilo por el cual lo conocemos mejor. Dejando atrás la etapa pictórica vivida en Nuenen e instalado en Arlés, el pintor comienza a replantear el color desde un enfoque simbólico. Lamentablemente, durante una inundación el cuadro original sufrió algunos daños, lo que motivó al pintor a realizar la segunda versión. Luego haría otra más pequeña para su madre y su hermana Wilhemina.
De acuerdo a sus propias palabras expresadas en una carta a su hermano Theo, Van Gogh quería expresar en su cuadro la tranquilidad y el reposo propios de una habitación austera. Combina la noción de la perspectiva occidental con la ausencia de volumen en los objetos del arte japonés.
El sembrador, 1888
El tema del sembrador es recurrente en la obra de Van Gogh, acaso por su sensibilidad ante la vida campesina, acaso por su sensibilidad cristiana recuerda a la parábola del sembrador. Aunque no nos queda clara su intención, lo cierto es que en este cuadro Van Gogh vuelve a inspirarse, por un lado, en el pintor francés Millet; por el otro, en el arte japonés, especialmente en lo que toca a la vegetación.
Dentro del lienzo destaca el tratamiento del disco solar, en el que las pinceladas se presentan concéntricas, trazo único del pintor. Van Gogh pinta la escena de memoria bajo la motivación recibida por su entonces amigo, Gauguin.
El viñedo rojo, 1888
Van Gogh representa con gran realismo la escena de una vendimia. Su trazo es grueso y se deja al descubierto. Las figuras humanas son destacadas con contornos debidamente delimitados. La nerviosidad del trazo le brinda textura a los campos, que yacen bajo una luz otoñal rojiza. El sol, nuevamente, repite las pinceladas concéntricas.
Este fue el único cuadro vendido por Van Gogh en vida, que no fuera a su hermano Theo. Fue adquirido por Anne Boch, la hermana de Eugène Boch.
Retrato El cartero Joseph Roulin, 1888
El cartero Joseph Roulin conversaba frecuentemente con Van Gogh, quien intercambiaba correspondencia de forma asidua con su hermano Theo y Emile Bernard. El cuadro destaca por el uso de la técnica conocida como cloisonismo, en la que colores planos, como el azul del traje del cartero, se cierran con contornos delimitados y evidentes.
Distinta suerte corre el rostro y, en particular, la barba, que ha sido resuelta por medio de pequeñas pinceladas que crean un efecto casi boscoso. El resultado de piernas y manos al nivel de dibujo resulta ciertamente extraño.
Terraza del café en la noche, 1888
Van Gogh crea una atmósfera contrastante con dos ambientes: el amarillo y luminoso café, y la noche expectante que se abre al fondo de la calle. Así, el amarillo y el azul dominan la escena como complementos perfectos. En el cielo, las estrellas como lámparas artificiales anuncian lo que llegará a ser el estilo encontrado en La noche estrellada. El empedrado lo logra con líneas curvas que asemejan escamas. En el medio de la penumbra, este café vibrante y difuso reclama una cuota de alegría.
Girasoles, 1888-1889
Los girasoles fueron un motivo muy desarrollado en la pintura de Vincent van Gogh. Hizo muchas versiones. En cada una de ellas, Van Gogh logra transmitir una gran fuerza expresiva por medio de recursos como el color vibrante, el trazo nervioso, el caos de los pétalos y el uso de la luz. Hará grupos con tres, con cinco, con doce y hasta con quince flores.
La noche estrellada, 1889
Este es, sin duda, el cuadro más emblemático del autor. El cielo de aquella noche estrellada se fija en la memoria de quien lo ve. Es una fantasía luminosa, una realidad móvil, distorsionada, dinámica, que más que flotar, parece avanzar en líneas ondulantes sobre la verticalidad y geometría constructiva que habita la ciudad.
La verticalidad es subrayada también por un ciprés, pero este, elemento natural, emerge de la base como una llama vegetal que busca arder en ese fuego celeste. Al lado del firmamento encendido, la realidad construida por el hombre luce diminuta. El cuadro fue pintado durante su estancia en el sanatorio de Saint Rémy de Provence.
Lirios, 1889
En este cuadro, que Van Gogh pintó durante su reclusión voluntaria en el sanatorio, el pintor representa los lirios del jardín en primer plano, dando uso a la técnica del cloisonismo, al menos en el plano principal. A medida que el foco se aleja, el pintor opta por una mayor indefinición de las formas, jugando con la psicología de la percepción del color.
La piedad, 1889
Van Gogh realiza una versión propia del cuadro La piedad de Eugene Delacroix a partir de una litografía impresa en diagonal opuesta al óleo original.
De allí que la versión de Van Gogh tenga otra orientación. La coloración será también hecha a partir de su propia imaginación, ya que la litografía de referencia era en blanco y negro. ¿Pero por qué acudir a este tema.
Algunos piensan que el artista holandés rivalizaba por entonces con Gauguin y Bernard, volcados ahora a las escenas místicas, a quienes acusaba de no poner “nada de verdad” en sus trabajos. Pero la religiosidad también es un tema presente en los pensamientos de Van Gogh. En ella, intermitentemente, el artista encuentra algún consuelo.
Van Gogh acudía con frecuencia a las litografías que su hermano Theo le enviaba. En una oportunidad, le escribe a su hermano:
Esta última vez, durante mi enfermedad, me sucedió un desafortunado incidente; la litografía de la Pietá de Delacroix y algunas otras hojas, se cayeron sobre aceite y pintura y se deterioraron. Me afligí, pero luego me ocupé en pintarla, y ya la verás algún día. Hice una copia de tamaño 5 ó 6, y creo que tiene sentimiento.
Almendro florido, 1890
En esta obra, Van Gogh deja ver, una vez más, los ecos de la influencia japonesa presentes en el trazo de las flores, que contrastan con el cloisonismo de las ramas delineadas. Este fue dedicado a su sobrino recién nacido, a quien pusieron el nombre de Vincent Willem en homenaje al pintor.
La iglesia de Auvers-sur-Oise, 1890
Agotado de Arlés, sus últimos meses los pasó Vincent van Gogh en Auvers-sur-Oise. Será ese el escenario de inspiración de este nuevo cuadro. Una vez más, surge un azul intenso y misterioso coronando la composición en el cielo.
El tema principal será la catedral que, a pesar de su volumetría vertical, rompe la rigidez de la línea por medio de un trazo nervioso, haciéndola lucir deformada, casi onírica. En la base, dos caminos se abren formando una especie de “v” que rodea la catedral. En el vano que se forma, yace la sombra del edificio sagrado.
Una mujer recorre el camino de la izquierda. Ella le da vida y sentido a un paisaje tan hermoso como perturbador. Su técnica mezclará el puntillismo impresionista con el cloisonismo de Gauguin y Bernard.
Retrato El doctor Paul Gachet, 1890
Van Gogh fue atendido por el doctor Paul Gachet, quien además era amante del arte y aprendiz de pintor. Gachet aceptó posar para Van Gogh, quien hizo de él dos retratos. El primero de ellos es el que presentamos aquí.
El artista lo representa con un traje azul y boina blanca, con el rostro apoyado sobre la mano y el codo hincado sobre la mesa. Un aire pensativo y melancólico invade el rostro. Sobre el mantel, se ven dos libros y un ramillete de planta digital, un tipo de planta de uso medicinal. Estos objetos completan los atributos del doctor, como si de un santo se tratase.
La técnica acude a la superposición de colores unos sobre otros, trazos separados, manchones, sombras logradas con tonos verdosos, trazos concéntricos alrededor de la cabeza del doctor, todo ello para construir una atmósfera nerviosa y viva, donde predomina el azul en contraste con la paleta de amarillos.
Trigal con cuervos, 1890
Este es el último lienzo que pintó Vincent van Gogh. El pintor representa un campo de trigo bajo un cielo inquieto, debido a la fuerza de las pinceladas de azules variados. Algo como unas luces celestes se vislumbran sin mayor claridad y se fusionan con la atmósfera.
En la franja inferior, el trigal está dividido por tres caminos de tierra. Estos caminos son ramificaciones de lo que parece un camino unificado, y se abren como una pata de gallina.
Entre ellos, al igual que el cuadro anterior, se forman dos “v”. En esos vanos en forma de “v”, el trigal aparece en tonos amarillos vibrantes interceptados por manchas de castaños, negros y ocres que muestran un cierto caos y dinamismo. Parece que el viento sopla con fuerza.
De los trigales sale volando una bandada de pájaros asociados a los cuervos. Van Gogh ha esquematizado su representación al máximo: los cuervos son apenas sugeridos por trazos negros casi infantiles. Sobre su trabajo ha dominado la expresión simbólica por medio del color y los elementos plásticos llevados al mínimo indispensable.
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Van Gogh en la puerta de la eternidad
El pintor holandés post-impresionista, Vincent Van Gogh, huye de París y se refugia en un pequeño pueblo de Francia.
Allí es tratado amablemente por algunos pero muy mal por otros, que no lo entienden y no tienen compasión hacia él.
El pintor Paul Gaugain llega un tiempo a vivir con él, pero acaba yéndose porque no es fácil convivir con Van Gogh.
Nos muestra la relación que tuvo con su hermano Theo, la persona más importante en su vida, y da giros a la historia que ya se conoce sobre la vida de este gran pintor.
No es la primera vez que se hace una película sobre Van Gogh, pero nunca sobran películas que nos hagan aprender más sobre el mejor pintor de todos los tiempos, y que mientras vivió jamás vendió un cuadro. Por qué fue así.
Hace muy poco nos deleitamos con Loving Vincent 2016, cinta que necesitó de seis años de producción para hacer todas sus escenas pintadas al óleo en 2018 fue nominada a Mejor Película de Animación, Sed de vivir 1956, Sueños 1990 del director japonés Akira Kurosawa y Van Gogh: Painted with Words 2010, con Benedict Cumberbatch.
Van Gogh en la puerta de la eternidad, nos lleva a Arles y Auvers-sur-Oise en donde Van Gogh pintó sus cuadros más emblemáticos, buscando la mejor luz, el mejor amanecer, jamás cansándose de la naturaleza, con su gran hipersensibilidad que fue la que lo hizo un gran pintor, pero a la vez la que le causó problemas de poca empatía con la gente, de no poder pertenecer a la sociedad, de ser considerado un loco.
El Van Gogh de las pinturas se parece mucho a Willem Dafoe y esto es porque el propio director de la película, que también es pintor, realizó los cuadros y añadió rasgos de Dafoe a Van Gogh.
Dafoe, el actor que hace de Van Gogh aprendió a pintar para la película y hace algunos trazos en los lienzos para darle mayor realismo a su personaje.
Lo que vale la pena de esta cinta es que logra que el espectador empatice con Van Gogh y logre despertar emociones, eso es lo realmente importante en una cinta, generar emociones, y el director Schnabel siempre lo hace, logra que suframos, nos alegremos, lloremos, y lo que él quiera.
Van Gogh sufría de padecimientos mentales, eso es un hecho, pero esa misma “locura” lo hizo querer pintar y pintar, y perfeccionarse y observar la luz, los amaneceres y la naturaleza con otros ojos y lograr esos cuadros que nadie más lograba y pues sí, hay que reconocer que un gran artista necesita un toque de locura.
El sacerdote que sale en la película, es de alguna manera las voces de esa época y de esta época, en donde todo lo juzgamos con una sola mirada y punto de vista, el materialismo, el éxito económico, la aceptación de los demás, y puede existir una mirada mucho más profunda y humana, y la gran mayoría puede no tener la razón.
Van Gogh siguió su vocación a pesar de todo, y cuando pintaba era feliz. Cuántos de nosotros seguimos nuestra verdadera vocación.
Dirigida por el estadounidense Julian Schnabel La escafandra y la mariposa su ópera prima fue la biografía del fallecido artista neoryorquino Jean Michel Basquiat 1996. Antes que anochezca 2001, sobre el novelista cubano Reinaldo Arenas.
Schnabel dirige a la perfección esta nueva versión sobre la vida de Van Gogh y logra simplemente emocionarnos.
William Dafoe nació en Estados Unidos y es Van Gogh, nos muestra lo que un gran actor puede llegar a hacer, por ejemplo, olvidarnos que tiene 63 años y que la edad de Van Gogh cuando murió era de 37 años, Dafoe simplemente es el pintor.
Así como Van Gogh no tiene edad en sus cuadros Dafoe tampoco.
Tuvo que prepararse leyendo cartas y biografías del pintor.
Una de sus películas más notables fue La última tentación de Cristo, uno se preguntaría cómo es posible que un mismo actor pueda personificar a dos personajes tan diferentes entre sí, pero Dafoe puede, este año está nominado al Premio Oscar como Mejor Actor.
Jean Claude Carrière, fue colaborador del director de cine Luis Buñuel, él es el guionista de Van Gogh en la puerta de la eternidad.
El guión es ágil, ameno y polémico.
La cámara se coloca en primer plano mientras Van Gogh pinta, también tiene tomas en blanco y negro, en varias ocasiones nos lleva a ver a la naturaleza con los ojos de Van Gogh.
La Pintura y Biografía de Vincent van Gogh