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jueves, 19 de marzo de 2020
Eclesiástica
del Santo Padre El Papá Francisco
El primer Papá americano es el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio, de 76 años, arzobispo de Buenos Aires. Es una figura destacada de todo el continente y un pastor sencillo y muy querido en su diócesis, que ha visitado a lo ancho y a lo largo, incluso trasladándose en medios de transporte público, en los quince años de ministerio episcopal.
Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos, ha dicho más de una vez para explicar la opción de vivir en un apartamento y de prepararse la cena él mismo. A sus sacerdotes siempre les ha recomendado misericordia, valentía apostólica y puertas abiertas a todos. Lo peor que puede suceder en la Iglesia, explicó en algunas circunstancias, es aquello que De Lubac llama mundanidad espiritual, que significa ponerse a sí mismo en el centro.
Y cuando cita la justicia social, invita en primer lugar a volver a tomar el catecismo, a redescubrir los diez mandamientos y las bienaventuranzas. Su proyecto es sencillo: si se sigue a Cristo, se comprende que pisotear la dignidad de una persona es pecado grave.
Su biografía oficial es de pocas líneas, al menos hasta el nombramiento como arzobispo de Buenos Aires. Llegó a ser un punto de referencia por sus fuertes tomas de posición durante la dramática crisis económica que devastó el país en 2001.
En la capital argentina nació el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses: su padre, Mario, era contador, empleado en ferrocarril, mientras que su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos.
Se diplomó como técnico químico, y eligió luego el camino del sacerdocio entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963, al regresar a Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel.
Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San José, y obtuvo la licenciatura.
El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo Ramón José Castellano. Prosiguió la preparación en la Compañía de 1970 a 1971 en Alcalá de Henares España, y el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. De nuevo en Argentina, fue maestro de novicios en Villa Barilari en San Miguel, profesor en la facultad de teología, consultor de la provincia de la Compañía de Jesús y también rector del Colegio.
El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años. Después reanudó el trabajo en el campo universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel. En marzo de 1986 se traslada a Alemania para ultimar la tesis doctoral; posteriormente los superiores le envían al colegio del Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.
Es el cardenal Antonio Quarracino quien le llama como su estrecho colaborador en Buenos Aires. Así, el 20 de mayo de 1992 Juan Pablo II le nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio recibe en la catedral la ordenación episcopal de manos del purpurado. Como lema elige Miserando atque eligendo y en el escudo incluye el cristograma ihs, símbolo de la Compañía de Jesús.
Concede su primera entrevista como obispo a un pequeño periódico parroquial, Estrellita de Belén. Es nombrado enseguida vicario episcopal de la zona de Flores y el 21 de diciembre de 1993 se le encomienda también la tarea de vicario general de la arquidiócesis. Por lo tanto no sorprendió que el 3 de junio de 1997 fuera promovido como arzobispo coadjutor de Buenos Aires. Antes de nueve meses, a la muerte del cardenal Quarracino, le sucede, el 28 de febrero de 1998, como arzobispo, primado de Argentina. El 6 de noviembre sucesivo fue nombrado Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en el país y desprovistos de Ordinario del propio rito.
Tres años después, en el Consistorio del 21 de febrero de 2001, Juan Pablo ii le crea cardenal, asignándole el título de san Roberto Bellarmino. En esa ocasión, invita a los fieles a no acudir a Roma para celebrar la púrpura y a destinar a los pobres el importe del viaje. Gran canciller de la Universidad Católica Argentina, es autor de los libros Meditaciones para religiosos 1982, Reflexiones sobre la vida apostólica 1986 y Reflexiones de esperanza 1992.
En octubre de 2001 es nombrado relator general adjunto para la décima asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicada al ministerio episcopal, encargo recibido en el último momento en sustitución del cardenal Edward Michael Egan, arzobispo de Nueva York, de presencia necesaria en su país a causa de los ataques terroristas del 11 de septiembre. En el Sínodo subraya en particular la misión profética del obispo, su ser profeta de justicia, su deber de predicar incesantemente la doctrina social de la Iglesia, pero también de expresar un juicio auténtico en materia de fe y de moral.
Mientras, en América Latina su figura se hace cada vez más popular. A pesar de ello, no pierde la sobriedad de trato y el estilo de vida riguroso, por alguno definido casi ascético. Con este espíritu en 2002 declina el nombramiento como presidente de la Conferencia episcopal argentina, pero tres años después es elegido y más tarde reconfirmado por otro trienio en 2008. Entre tanto, en abril de 2005, participa en el cónclave en el que es elegido Benedicto XVI.
Como arzobispo de Buenos Aires diócesis de más de tres millones de habitantes piensa en un proyecto misionero centrado en la comunión y en la evangelización. Cuatro los objetivos principales: comunidades abiertas y fraternas; protagonismo de un laicado consciente; evangelización dirigida a cada habitante de la ciudad; asistencia a los pobres y a los enfermos. Apunta a reevangelizar Buenos Aires teniendo en cuenta a quien allí vive, cómo está hecha, su historia. Invita a sacerdotes y laicos a trabajar juntos.
En septiembre de 2009 lanza a nivel nacional la campaña de solidaridad por el bicentenario de la independencia del país: doscientas obras de caridad para llevar a cabo hasta 2016. Y, en clave continental, alimenta fuertes esperanzas en la estela del mensaje de la Conferencia de Aparecida de 2007, que define la Evangel II nuntiandi de América Latina.
Hasta el inicio de la sede vacante era miembro de las Congregaciones para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina.
Biografía del Santo Padre Francisco Jorge Mario Bergoglio fue electo Sumo Pontífice el 13 de marzo del 2013
17 de septiembre de 2015 23. Jorge Mario Bergoglio, electo Sumo Pontífice el 13 de marzo del 2013, nació en la capital argentina el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses.
Se diplomó como técnico químico y eligió luego el camino del sacerdocio, entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús. Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963, al regresar a Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel.
Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San José y obtuvo la licenciatura.
El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo Ramón José Castellano. Prosiguió la preparación en la Compañía de 1970 a 1971 en Alcalá de Henares España, y el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. De nuevo en Argentina, fue maestro de novicios en Villa Barilari en San Miguel, profesor en la facultad de teología, consultor de la provincia de la Compañía de Jesús y también rector del Colegio.
El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años. Después reanudó el trabajo en el campo universitario y entre 1980 y 1986 es de nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel. En marzo de 1986 se traslada a Alemania para ultimar la tesis doctoral; posteriormente los superiores le envían al colegio del Salvador en Buenos Aires y después a la iglesia de la Compañía de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y confesor.
Es el cardenal Antonio Quarracino quien le llama como su estrecho colaborador en Buenos Aires. Así, el 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II le nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio recibe en la catedral la ordenación episcopal de manos del purpurado. Como lema elige Miserando atque eligendo “lo miró con misericordia y lo eligió” y en el escudo incluye el cristograma IHS, símbolo de la Compañía de Jesús.
El 3 de junio de 1997 fue promovido como arzobispo coadjutor de Buenos Aires. Antes de nueve meses, a la muerte del cardenal Quarracino, le sucede, el 28 de febrero de 1998, como arzobispo, primado de Argentina. El 6 de noviembre sucesivo fue nombrado también Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en el país y desprovistos de Ordinario del propio rito.
Tres años después, en el Consistorio del 21 de febrero de 2001, san Juan Pablo II le crea cardenal, asignándole el título de san Roberto Bellarmino. Hasta el inicio de la sede vacante era miembro de las Congregaciones para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina.
CORONAVIRUS Coronavirus: Última hora, en directo | Casi 10.000 contagiados y 309 fallecidos en España Los casos de coronavirus en España no dejan de subir y ya se acercan a los 10.000. En total son 9.191 casos confirmados de covid-19 en el territorio y 309 fallecidos Quim Torra, presidente de la Generalitat de Catalunya, tiene síntomas de coronavirus y se encuentra confinado en la Casa dels Canonges
Pasajeros procedentes de Seúl, Corea del Sur, reciben instrucciones al llegar al aeropuerto internacional de Narita, en Japón, antes de ser puestos en cuarentena por el coronavirus COVID-19.KIMIMASA MAYAMA / EFE Grandes epidemias como la peste de Atenas, la peste negra, la llamada “gripe española” o el sida alteraron la situación del mundo e influyeron en el curso de la historia, señala a Efe el médico, profesor, escritor y divulgador Pedro Gargantilla, quien cree que es pronto para saber si el coronavirus tendrá un efecto de tanto impacto mundial.
Este experto asegura que el efecto económico ya se está produciendo y aunque es pronto para saber si esta epidemia tendrá el alcance de un cambio histórico, las medidas de aislamiento y cuarentena, la recesión de China o las consecuencias en el tejido industrial y empresarial, entre otros daños, van a suponer “pérdidas difíciles de cuantificar, con un efecto devastador” en el comercio, los negocios o el turismo.
“Vivimos en una sociedad de confort y cualquier agente externo físico, químico o biológico hace tambalear sus pilares. Vivimos en una aldea globalizada; en un avión, en unas horas, estás en Wuhan y, poco después, en Nueva Zelanda. Las posibilidades de transmisión de agentes biológicos como existen ahora, no existían antes. Ahora, te llevas el patógeno contigo a la otra parte del mundo”, expone Pedro Gargantilla, profesor de Historia de la Medicina de la Universidad Francisco de Vitoria.
Ildefonso Hernández Aguado, portavoz de SESPAS y catedrático en la Universidad Miguel Hernández de Elche. "Cualquier medida que retrase el pico de la curva epidémica del coronavirus es apropiada" Gargantilla, también jefe de Medicina Interna del Hospital de El Escorial (Madrid), ofrece dos datos para aportar tranquilidad: la mortalidad del coronavirus en torno al 2 %,y su capacidad de transmisión de 2,3 por cada persona infectada, mientras que en el caso del sarampión, por ejemplo, una persona puede llegar a contagiar a 18.
Los gobiernos y las autoridades sanitarias, analiza este experto, están tratando de evitar nuevas epidemias de coronavirus en el futuro e intentando que esta nueva enfermedad “no se quede en nuestras vidas, que desaparezca; el objetivo es evitar un nuevo agente infeccioso en el mundo que provoque neumonías y enfermedades respiratorias”.
Otras grandes epidemias de la historia La peste de Atenas fue la primera de ellas, en el siglo V a. C. el siglo de Pericles, que falleció por esta epidemia. “Atenas era hegemónica en el Peloponeso y la peste que se desencadenó (entonces peste era sinónimo de epidemia) supuso que Esparta tomara el relevo de Atenas como estado más importante de Grecia.
En el siglo XIV, hacia 1384, la peste negra asoló Europa. Los mongoles llegaron a la península de Crimea e intentaron conquistar una ciudad de los genoveses, catapultaron por encima de la muralla muertos infectados de peste y se inició un epidemia que recorrió todo el continente menos Islandia.
La peste negra, prosigue este profesor, supuso cambios importantísimos en la economía y un fortísimo retroceso; la mortandad fue del 60 por ciento y el bache poblacional tardó 100 años en recuperarse. “Desapareció el comercio, cayeron las ciudades, la gente se fue al campo, murieron reyes, afectó a todos los estratos sociales”, añade.
La llamada “gripe española” de 1918 causó tantos muertos como la I Guerra Mundial, y hay quien comenta que la contienda bélica acabó por la epidemia. “Esta epidemia no surgió en España, pero España, ajena a la guerra, informó mucho de los casos y por ello lleva su nombre”, recuerda Gargantilla, quien resalta que entre la gripe y la guerra se hundió la actividad económica y afectó enormemente a los movimientos migratorios.
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, surgido en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019, continúa atravesando fronteras. La epidemia, una de las mayores crisis sanitarias de los últimos años cuyas consecuencias son todavía impredecibles, se ha extendido por más de 130 países y afecta unas 170.000 personas, de las que 6.500 han perdido la vida. En España, el número de casos positivos con Covid-19 asciende a más de 7.900, el segundo más alto de Europa solo por detrás de Italia, repartidos en todas las comunidades autónomas. Un total de 295 afectados han muerto.
Qué es Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60 pero cuyo origen es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan distintas enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave de neumonía). Gran parte de los coronavirus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz. De hecho, la mayoría de las personas contraen en algún momento de su vida un coronavirus, generalmente durante su infancia. Aunque son más frecuentes en otoño o invierno, se pueden adquirir en cualquier época del año.
El coronavirus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo. Se trata de un tipo de virus presente tanto en humanos como en animales.En los últimos años se han descrito tres brotes epidémicos importantes causados por coronavirus.
SRAS-CoV: El síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y SRAG) se inició en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8.000 personas en 37 países y provocó más de 700 muertes. La mortalidad del SRAS-Cov se ha cifrado en el 10% aproximadamente. MERS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se han notificado hasta octubre de 2019 más de 2.400 casos de infección en distintos países, con más de 800 muertes. La letalidad es, por tanto, del 35%.
COVID-19: A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces el goteo de nuevos infectados por el virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que provoca el COVID-19, ha sido continuo y su transmisión de persona a persona se ha acelerado. Los casos declarados de nemonía de Wuhan ya superan con creces a los de la epidemia de SRAS, pero la tasa de letalidad es más baja. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la situación de pandemia. Hay personas infectadas en la mayoría de los países y los profesionales sanitarios insisten en la necesidad de seguir las medidas preventivas y evitar la alarma social. De momento, el país más afectado en Europa es Italia. En España, las autoridades sanitarias y las sociedades científicas consideran que nuestro país está preparado para contener la transmisión.
Causas Los coronavirus se transmiten de forma limitada entre humanos, pero hasta la fecha se desconoce el origen de estos virus. En todo caso, se sabe que ciertos animales, como los murciélagos, actúan como reservorios. Como en otros virus que causan neumonía, cuando se transmiten en humanos, el contagio se produce generalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas respiratorias que las personas producen cuando tosen, estornudan o al hablar. Todo parece indicar que nuevo coronavirus, COVID-19, también conocido como coronavirus de Wuhan, tiene una procedencia animal. De hecho, los primeros casos se han relacionado con un mercado de animales vivos de la ciudad de Wuhan, en China.
En cuanto al MERS, es probable que los camellos sean un importante reservorio para este tipo de coronavirus y una fuente animal de infección en los seres humanos, como especificaba la Organización Mundial de la Salud en su nota descriptiva sobre la enfermedad. Sin embargo, se desconoce la función específica de los camellos en la transmisión del virus y también la ruta o rutas exactas de transmisión. En origen, el coronavirus MERS-CoV es un virus zoonótico que se transmite de animales a personas. Según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree que el virus se originó en murciélagos y se transmitió a los camellos en algún momento de un pasado lejano. Se cree que el coronavirus del SRAS tuvo su origen en los murciélagos, saltando posteriormente a alguna otra especie de pequeño mamífero, como la civeta, y por último a los humanos.
Evalúa tus síntomas Síntomas En general, los síntomas principales de las infecciones por coronavirus pueden ser los siguientes. Dependerá del tipo de coronavirus y de la gravedad de la infección:
Tos. Dolor de garganta. Fiebre. Dificultad para respirar (disnea). Dolor de cabeza. Escalofríos y malestar general.
Secreción y goteo nasal. En espectro clínico de este tipo de infecciones varía desde la ausencia de síntomas hasta síntomas respiratorios leves o agudos. Esta tipología suele cursar con tos, fiebre y dificultades respiratorias. Es frecuente que haya neumonía y, en el caso del MERS, también se pueden registrar síntomas gastrointestinales, en especial, diarrea. Tal y como ocurre con el virus de la gripe, los síntomas más graves (y la mayor mortalidad) se registra tanto en personas mayores como en aquellos individuos con inmunodepresión o con enfermedades crónicas como diabetes, algunos tipos de cáncer o enfermedad pulmonar crónica. En los casos más graves pueden ocasionar insuficiencia respiratoria. En la pandemia de COVID-19 se ha constatado que en torno al 80% de las personas infectadas presentan síntomas leves.
Prevención Hasta la fecha no se dispone de vacuna alguna ni de tratamiento específico para combatir la infección por coronavirus. Mantener una higiene básica es la forma más eficaz de evitar contraer este virus en los lugares en los que existe un mayor riesgo de transmisión, fundamentalmente las zonas en las que se han registrado casos. Es conveniente lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con personas ya infectadas, protegiendo especialmente ojos, nariz y boca. A las personas infectadas (o que crean que pueden estarlo) se les aconseja el uso de mascarillas y usar pañuelos para cubrirse la nariz y la boca cuando se tose o se estornuda
La población general sana no necesita utilizar mascarillas, ya que ayudan a prevenir la transmisión del virus si las llevan las personas que están enfermas. El Ministerio de Sanidad advierte de que un uso inadecuado de mascarillas puede contribuir al desabastecimiento en aquellas situaciones para las que están indicadas Las medidas preventivas deben seguirlas especialmente aquellas personas que padezcan diabetes, insuficiencia renal, neumopatía crónica o inmunodepresión, ya que tienen más riesgo de padecer enfermedad grave en caso de infección por coronavirus.
Tipos En los coronavirus humanos, la gravedad puede variar sustancialmente entre un tipo y otro: Coronavirus del resfriado Esta variante de coronavirus corresponde a los tipos 229E y OC43, que provocan los síntomas comunes de un resfriado, aunque en los casos más graves también pueden ocasionar una neumonía en personas de edad avanzada o en neonatos. Síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) Es una forma grave de neumonía. Provoca dificultad respiratoria y fiebre superior a los 38 grados. El brote de 2002 se extendió por todo el mundo, aunque su frecuencia siempre ha sido mayor en el este asiático.
Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) Causa graves problemas respiratorios, además de fiebre, tos y dificultad para respirar, aunque en un primer momento puede ser asintomático. En los casos más graves también se produce expectoración de sangre, diarrea y vómitos. Tuvo su primer brote en el año 2012 y desde entonces se han reportado muchos casos en Oriente Medio, aunque también ha llegado a Europa y Estados Unidos.
Coronavirus COVID-19 El nuevo coronavirus detectado a finales de 2019, causante del COVID-19, en China muestra una secuencia genética que coincide con la del SRAS en un 80%. No obstante, en un principio parece menos virulento y con una tasa de letalidad inferior. En cambio, su transmisión ha sido muy superior, ya ha causado varios miles de casos más que el SRAS y, como consecuencia, el número de fallecimientos también es mucho más elevado.
Diagnóstico Para determinar si el malestar que sufre un paciente proviene de un simple resfriado o de un coronavirus los médicos puede realizar un cultivo de nariz y garganta, o incluso un análisis de sangre. En casos de sospecha de coronavirus se suele realizar una tomografía de tórax para determinar los síntomas de neumonía, así como otros análisis de coagulación de sangre, un análisis bioquímico y un conteo sanguíneo. También se realizan pruebas de anticuerpos y aislamiento del virus del SARS.
Asimismo, con el fin de contener la transmisión, se efectúa una evaluación a aquellas personas que presentan los síntomas y que puedan ser proclives a contraer el virus. El control de la temperatura (con cámaras térmicas y termómetros digitales) de las personas que llegan a un aeropuerto procedentes de zonas afectadas ha sido una de las medidas que se han puesto en marcha para detectar posibles casos del COVID-19, tal y como se hizo con los brotes anteriores. También se realizan cuestionarios a los viajeros; en caso de sospecha, se les somete a evaluación y, en su caso, se les traslada a centros sanitarios.
Tratamientos No existe una vacuna contra el coronavirus humano que causa resfriado, pero los casos más leves pueden superarse siguiendo los mismos pasos que un catarro común. Esto no requiere intervención médica y simplemente con lavarse las manos de forma frecuente, guardar reposo y beber líquidos de forma abundante los síntomas desaparecerán a los pocos días. También se pueden tomar analgésicos como ibuprofeno o paracetamol para aliviar dolores de garganta o fiebre. En casos de coronavirus SRAS, MERS CoV y COVID-19, suele ser conveniente el ingreso hospitalario en los casos graves. En los casos que los médicos lo consideran necesario, se administran antivirales, dosis altas de esteroides para reducir la inflamación pulmonar y un soporte respiratorio con oxígeno; en ocasiones puede precisar antibióticos, pero solo en caso de que existan infecciones bacterianas sobrevenidas, es decir, sobreinfección. En resumen, este tipo de infecciones respiratorias se tratan con antivirales (según el criterio del profesional sanitario) y medidas de soporte. El tratamiento se suele adaptar en función de la gravedad del paciente, ya que hay casos en los que se producen neumonías graves, pero en otros las manifestaciones son leves.
Qué es Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60 pero cuyo origen es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan distintas enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave de neumonía). Gran parte de los coronavirus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz. De hecho, la mayoría de las personas contraen en algún momento de su vida un coronavirus, generalmente durante su infancia. Aunque son más frecuentes en otoño o invierno, se pueden adquirir en cualquier época del año.
El coronavirus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo. Se trata de un tipo de virus presente tanto en humanos como en animales. En los últimos años se han descrito tres brotes epidémicos importantes causados por coronavirus:
SRAS-CoV: El síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y SRAG) se inició en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8.000 personas en 37 países y provocó más de 700 muertes. La mortalidad del SRAS-Cov se ha cifrado en el 10% aproximadamente. MERS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se han notificado hasta octubre de 2019 más de 2.400 casos de infección en distintos países, con más de 800 muertes. La letalidad es, por tanto, del 35%. COVID-19: A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces el goteo de nuevos infectados por el virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que provoca el COVID-19, ha sido continuo y su transmisión de persona a persona se ha acelerado. Los casos declarados de nemonía de Wuhan ya superan con creces a los de la epidemia de SRAS, pero la tasa de letalidad es más baja. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la situación de pandemia. Hay personas infectadas en la mayoría de los países y los profesionales sanitarios insisten en la necesidad de seguir las medidas preventivas y evitar la alarma social. De momento, el país más afectado en Europa es Italia. En España, las autoridades sanitarias y las sociedades científicas consideran que nuestro país está preparado para contener la transmisión.
Causas Los coronavirus se transmiten de forma limitada entre humanos, pero hasta la fecha se desconoce el origen de estos virus. En todo caso, se sabe que ciertos animales, como los murciélagos, actúan como reservorios. Como en otros virus que causan neumonía, cuando se transmiten en humanos, el contagio se produce generalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas respiratorias que las personas producen cuando tosen, estornudan o al hablar. Todo parece indicar que nuevo coronavirus, COVID-19, también conocido como coronavirus de Wuhan, tiene una procedencia animal. De hecho, los primeros casos se han relacionado con un mercado de animales vivos de la ciudad de Wuhan, en China.
En cuanto al MERS, es probable que los camellos sean un importante reservorio para este tipo de coronavirus y una fuente animal de infección en los seres humanos, como especificaba la Organización Mundial de la Salud en su nota descriptiva sobre la enfermedad. Sin embargo, se desconoce la función específica de los camellos en la transmisión del virus y también la ruta o rutas exactas de transmisión. En origen, el coronavirus MERS-CoV es un virus zoonótico que se transmite de animales a personas. Según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree que el virus se originó en murciélagos y se transmitió a los camellos en algún momento de un pasado lejano. Se cree que el coronavirus del SRAS tuvo su origen en los murciélagos, saltando posteriormente a alguna otra especie de pequeño mamífero, como la civeta, y por último a los humanos Evalúa tus síntomas Síntomas En general, los síntomas principales de las infecciones por coronavirus pueden ser los siguientes. Dependerá del tipo de coronavirus y de la gravedad de la infección:
Tos. Dolor de garganta. Fiebre. Dificultad para respirar (disnea). Dolor de cabeza. Escalofríos y malestar general. Secreción y goteo nasal. En espectro clínico de este tipo de infecciones varía desde la ausencia de síntomas hasta síntomas respiratorios leves o agudos. Esta tipología suele cursar con tos, fiebre y dificultades respiratorias. Es frecuente que haya neumonía y, en el caso del MERS, también se pueden registrar síntomas gastrointestinales, en especial, diarrea.
Tal y como ocurre con el virus de la gripe, los síntomas más graves (y la mayor mortalidad) se registra tanto en personas mayores como en aquellos individuos con inmunodepresión o con enfermedades crónicas como diabetes, algunos tipos de cáncer o enfermedad pulmonar crónica. En los casos más graves pueden ocasionar insuficiencia respiratoria. En la pandemia de COVID-19 se ha constatado que en torno al 80% de las personas infectadas presentan síntomas leves.
Prevención Hasta la fecha no se dispone de vacuna alguna ni de tratamiento específico para combatir la infección por coronavirus. Mantener una higiene básica es la forma más eficaz de evitar contraer este virus en los lugares en los que existe un mayor riesgo de transmisión, fundamentalmente las zonas en las que se han registrado casos. Es conveniente lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con personas ya infectadas, protegiendo especialmente ojos, nariz y boca. A las personas infectadas (o que crean que pueden estarlo) se les aconseja el uso de mascarillas y usar pañuelos para cubrirse la nariz y la boca cuando se tose o se estornuda La población general sana no necesita utilizar mascarillas, ya que ayudan a prevenir la transmisión del virus si las llevan las personas que están enfermas. El Ministerio de Sanidad advierte de que un uso inadecuado de mascarillas puede contribuir al desabastecimiento en aquellas situaciones para las que están indicadas Las medidas preventivas deben seguirlas especialmente aquellas personas que padezcan diabetes, insuficiencia renal, neumopatía crónica o inmunodepresión, ya que tienen más riesgo de padecer enfermedad grave en caso de infección por coronavirus.
Tipos En los coronavirus humanos, la gravedad puede variar sustancialmente entre un tipo y otro: Coronavirus del resfriado Esta variante de coronavirus corresponde a los tipos 229E y OC43, que provocan los síntomas comunes de un resfriado, aunque en los casos más graves también pueden ocasionar una neumonía en personas de edad avanzada o en neonatos. Síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) Es una forma grave de neumonía. Provoca dificultad respiratoria y fiebre superior a los 38 grados. El brote de 2002 se extendió por todo el mundo, aunque su frecuencia siempre ha sido mayor en el este asiático.
Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) Causa graves problemas respiratorios, además de fiebre, tos y dificultad para respirar, aunque en un primer momento puede ser asintomático. En los casos más graves también se produce expectoración de sangre, diarrea y vómitos. Tuvo su primer brote en el año 2012 y desde entonces se han reportado muchos casos en Oriente Medio, aunque también ha llegado a Europa y Estados Unidos. Coronavirus COVID-19 El nuevo coronavirus detectado a finales de 2019, causante del COVID-19, en China muestra una secuencia genética que coincide con la del SRAS en un 80%. No obstante, en un principio parece menos virulento y con una tasa de letalidad inferior. En cambio, su transmisión ha sido muy superior, ya ha causado varios miles de casos más que el SRAS y, como consecuencia, el número de fallecimientos también es mucho más elevado.
Diagnóstico Para determinar si el malestar que sufre un paciente proviene de un simple resfriado o de un coronavirus los médicos puede realizar un cultivo de nariz y garganta, o incluso un análisis de sangre. En casos de sospecha de coronavirus se suele realizar una tomografía de tórax para determinar los síntomas de neumonía, así como otros análisis de coagulación de sangre, un análisis bioquímico y un conteo sanguíneo. También se realizan pruebas de anticuerpos y aislamiento del virus del SARS. Asimismo, con el fin de contener la transmisión, se efectúa una evaluación a aquellas personas que presentan los síntomas y que puedan ser proclives a contraer el virus. El control de la temperatura (con cámaras térmicas y termómetros digitales) de las personas que llegan a un aeropuerto procedentes de zonas afectadas ha sido una de las medidas que se han puesto en marcha para detectar posibles casos del COVID-19, tal y como se hizo con los brotes anteriores. También se realizan cuestionarios a los viajeros; en caso de sospecha, se les somete a evaluación y, en su caso, se les traslada a centros sanitarios.
Tratamientos No existe una vacuna contra el coronavirus humano que causa resfriado, pero los casos más leves pueden superarse siguiendo los mismos pasos que un catarro común. Esto no requiere intervención médica y simplemente con lavarse las manos de forma frecuente, guardar reposo y beber líquidos de forma abundante los síntomas desaparecerán a los pocos días. También se pueden tomar analgésicos como ibuprofeno o paracetamol para aliviar dolores de garganta o fiebre. En casos de coronavirus SRAS, MERS CoV y COVID-19, suele ser conveniente el ingreso hospitalario en los casos graves. En los casos que los médicos lo consideran necesario, se administran antivirales, dosis altas de esteroides para reducir la inflamación pulmonar y un soporte respiratorio con oxígeno; en ocasiones puede precisar antibióticos, pero solo en caso de que existan infecciones bacterianas sobrevenidas, es decir, sobreinfección.
En resumen, este tipo de infecciones respiratorias se tratan con antivirales (según el criterio del profesional sanitario) y medidas de soporte. El tratamiento se suele adaptar en función de la gravedad del paciente, ya que hay casos en los que se producen neumonías graves, pero en otros las manifestaciones son leves. Coronavirus: covid-19, la enfermedad del nuevo virus surgido en China ya tiene nombre oficial
Covid-19". Así se llama oficialmente la enfermedad que causa el nuevo coronavirus surgido en China, según anunció este martes la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Ya tenemos nombre para la dolencia: covid-19", señaló el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en Ginebra. El nombre está compuesto por "co" por "corona", "vi" por "virus" y "d" por "disease" (enfermedad, en inglés), mientras que el 19 se refiere al año en que surgió este nuevo brote, identificado el 31 de diciembre. La OMS hizo el anuncio del nombre en un momento en el que las muertes a causa del virus superaron las 1.000 y los contagios se cuentan por decenas de miles. La palabra "coronavirus" se refiere al grupo de virus al que pertenece, pero no a este nuevo brote en sí.
Desde el surgimiento de esta nueva enfermedad, los expertos urgieron a encontrar un nombre oficial para evitar la confusión o nombres coloquiales que estigmatizaran. Por qué el nuevo coronavirus aún no tiene nombre (y por qué es importante que lo tenga) ¿Cuán preocupados debemos estar por el coronavirus? "El peligro cuando no tienes un nombre oficial es que la gente empieza a usar términos como 'virus de China' y eso puede dar lugar a una respuesta negativa contra ciertas poblaciones", explicaba a principios de mes Crystal Watson, académico y profesor asistente del Centro de Seguridad Sanitaria Johns Hopkins (EE.UU.), en conversación. No obstante, la tarea de encontrar un nombre adecuado no fue fácil. "Tuvimos que encontrar un nombre que no se refiriera a una ubicación geográfica, ni a un animal o individuo, o a un grupo de personas; y que al mismo tiempo fuera pronunciable y se relacionara con la enfermedad", precisó el director general de la OMS. "Tener un nombre es importante de cara a prevenir el uso de otros nombres que pueden ser imprecisos o estigmaticen. También nos proporciona un formato estándar que usar en caso de nuevos brotes de coronavirus".
Cómo se elige un nombre como éste La tarea urgente de darle un nombre formalmente a este virus es responsabilidad del Comité Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV, por sus siglas en inglés). La experiencia de brotes anteriores le sirven al comité a modo de advertencia. El virus H1N1 en 2009 empezó a ser conocido como "gripe porcina". Esto llevó a Egipto a sacrificar todos sus cerdos, a pesar de que fue propagado por personas y no por estos animales. Los nombres oficiales pueden también ser problemáticos. Por ejemplo, en 2015, la OMS criticó el nombre del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés). "Hemos visto que ciertos nombres de enfermedades provocan una reacción negativa contra los miembros de comunidades religiosas o étnicas en particular, crean barreras injustificadas para los viajes y el comercio, y provocan el sacrificio innecesario de animales comestibles", señaló la organización en un comunicado. Por esta razón emitió directrices. Según estas, el nombre del nuevo coronavirus no debía incluir:
sitios geográficos nombre de personas el nombre de un animal o un tipo de comida referencias a una cultura o industria en particular Considera además que el nombre debía ser corto y descriptivo, como por ejemplo el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés). Las cifras de la epidemia Hasta este 11 de febrero, se habían registrado 1.017 muertes y más de 42.200 casos de infecciones en China. Fuera de sus fronteras, los números son mucho menores: 319 casos confirmados en 24 países y 1 sola muerte, según la OMS. El número de fallecimientos ya ha superado al de la mortífera epidemia del SARS, que azotó el país asiático y el mundo en 2003 dejando casi 800 muertes. El número de muertes por coronavirus ya supera el de víctimas de la epidemia de SARS en 2003 El pasado lunes, se registró un récord de fallecimientos en un día: 103 personas murieron tan solo en la provincia central de Hubei, el epicentro del covid-19 en el país asiático.
Pese a ello, el número de nuevos contagios a nivel nacional registró una bajada de casi el 20% respecto al día anterior, de 3.062 a 2.478.
Esta semana el gobierno chino decidió apartar de sus puestos a varios funcionarios públicos por su gestión de la crisis, después del escándalo surgido a raíz de la muerte del médico Li Wenliang, uno de los primeros doctores en alertar del covid-19 y reprendido por la policía por ello. Li acabó infectándose del covid-19 y murió a causa de ello, una tragedia que provocó numerosas manifestaciones de dolor e ira en China por el trato que recibió de las autoridades. “Murió un héroe”: la oleada de críticas e indignación en China tras la muerte del joven doctor que advirtió sobre el nuevo coronavirus El secretario del Partido Comunista de China (PCCh) en la Comisión de Sanidad de Hubei, y el director de ese mismo organismo, son los funcionarios de mayor rango destituidos hasta esta semana.
La sede de la OMS en Ginebra acogerá hasta este miércoles un encuentro de 300 expertos de todo el mundo en virología, epidemiología y otras ramas científicas para estudiar vías de investigación del hasta ahora conocido como coronavirus de Wuhan y posibles tratamientos y vacunas. La reunión busca avanzar en el conocimiento del origen de la nueva enfermedad, sus vías de transmisión, su gravedad y las medidas que han de tomarse contra ella, informó la OMS. Según Tedros, "las medidas tomadas por Wuhan y el resto de China están frenando la expansión del virus y debemos aprovechar esto para golpear duro y luchar unidos contra éste, o de lo contrario habrá más precios y mayores costes".
El director general de la OMS consideró que existe una posibilidad realista de contenerla si se destinan a ello suficientes recursos.
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