martes, 3 de noviembre de 2020

La Historia de los Océanos



                                         La Historia de los Océanos 

La Historia de los Océanos 

Los océanos, grandes desconocidos, son hoy, y cada día más una parte esencial de la Tierra que regula su temperatura y que además permite contrarrestar el efecto nocivo del ser humano.Si bien no han cambiado desde sus inicios en lo que a su situación geográfica se refiere, si lo han hecho sus corrientes y sus componentes.Los océanos están en la Tierra desde que el hombre tuviera conocimiento de ellos, y han servido a la humanidad para conectar y comunicar sus vidas con independencia del lugar en el que se encontraran y la distancia a la que estuvieran. A lo largo del planeta encontramos un total de 5 Océanos que ocupan alrededor del 71% de la superficie terrestre y representan más del 97% del agua de todo el planeta. Estos son: el Atlántico, el Pacífico, el Índico, el Ártico y el Antártico.

El Océano Pacífico es el de mayor extensión representando el 46% de la superficie oceánica y conecta la costa del continente Americano con la asiática y Oceanía. Es además una zona con gran presencia de fosas marinas, las cuales tienen una gran conexión con la presencia de grandes cordilleras montañosas como los Andes, las Rocosas o la Cordillera Central. Además, es está zona donde se encuentran la mayor parte de volcanes activos y donde se localiza la actividad sísmica mayor del planeta.


El Océano Atlántico, es el segundo en cuanto a extensión, representando alrededor del 24% de la superficie oceánica, y conecta la costa occidental europea con la africana y lacosta oriental americana. Actualmente es el Océano principal en cuanto a tráfico marítimo ya que en él tienen lugar las principales conexiones comerciales entre Europa y América. En el fondo destaca la Dorsal de Atlántico siendo esta una cordillera que se encuentra en proceso de formación y es la responsable de que la superficie entre América y África cada vez sea mayor.El Océano Índico es el tercero en cuanto a extensión representando un 20% aproximadamente de la superficie oceánica. Es también una zona de creciente intercambio comercial entre Europa y Asia Oriental.El Océano Antártico, representa en torno al 7% de la superficie oceánica y rodea completamente a la Antártida, y junto al Ártico son los dos únicos en circundar el mundo de forma completa. Es una región que está en permanente disputa. El hielo que cubre la Antártida es la mayor reserva de agua dulce del mundo representando alrededor del 81%.

El Océano Glaciar Ártico representa alrededor del 3% de la superficie oceánica de la Tierra y se encuentra situado en el Polo Norte, estando sus aguas congeladas totalmente en la mayor parte del periodo del año. Sirve de conexión entre América, Europa y Asia.Además de todo lo anterior, podemos decir que menos del 10% de los océanos han sido explorados por el ser humano, siendo por tanto un universo prácticamente desconocido.Los Océanos han sido históricamente trascendentales para el devenir de los imperios y de las colonias. Prueba de ello lo encontramos en las innumerables batallas y conquistas que por sus medios se produjeron, pues fue la vía de exploración más aventurada de la época.Con este motivo, podemos hacer referencia a la expedición que marcó sin duda un antes y un después en la historia de la civilización, y está fue sin duda la Primera Vuelta al Mundo de Magallanes y Elcano.En 2019 comenzaron las conmemoraciones del V Centenario de aquella gran hazaña. Podemos recordar cómo se realizó aquella expedición en las exposiciones celebradas en el Museo Naval, la Biblioteca Nacional o en el Archivo de Indias de Sevilla.

Fue un 2 de octubre del año 1519 cuando un grupo de hombres a las órdenes de Magallanes, se lanzaron a los mares y al desconocido mundo de los Océanos. Era el momento de romper con aquel pensamiento de qué Europa era el centro del mundo y de los mares. Allí pasaron 3 años, recorriendo primero la costa africana, cruzando el atlántico hasta América, rodeándola para cruzar el Pacífico hasta las Islas Filipinas, y por el Indico hasta volver a España rodeando África de nuevo.Cómo Cristóbal Colón, el objetivo era alcanzar Oriente por la otra parte del Globo, pero el error en el cálculo terrestre les llevo a encontrarse primero con América, el Nuevo Mundo, el cual había que rodearlo de alguna forma, para luego a través de un Océano inmenso desconocido, el Pacífico, poder llegar a las Molucas, y completar así el objetivo del viaje.

Tiempo después, una vez alcanzado el objetivo, se decidió poner rumbo de vuelta pero en lugar de hacerlo desandando el camino, se apostó por avanzar hacia delante sin otra meta que volver sin dar un paso hacia atrás. De esta manera, se rodeó Asia por el Océano Índico, hasta reencontrarse con el continente Africano, desde el cual, tras su amplio rodeo, se alcanzaría de nuevo puerto en el mismo lugar de partida.Esta Primera Gran Circunavegación marcó un antes y un después en el mundo Oceánico puesto que sirvió para el avance de la cartografía y la navegación ante lugares que eran desconocidos, el desarrollo de la industria naval y la mejora de las comunicaciones marítimas, abriendo nuevas rutas de conexión entre las diferentes partes del mundo.

Los Océanos también tienen un papel imprescindible en el futuro, por una razón la comercial que sigue en auge continuo, con un 90% del comercio internacional marítimo, y por otra su influencia climática, la cual está siendo cada vez más destacada, puesto que son ellos quienes tienen una incansable labor de limpiar la atmosfera, labor que es cada vez es más complicada, puesto que con el aumento de desechos vertidos a las aguas se reduce su capacidad de producción de fitoplancton, el principal motor de oxígeno que produce el mar y que es a su vez enviado a la atmósfera.

Por otro lado, con un nivel medio del mar subiendo entre 10 y 25 centímetros en los últimos 100 años, es el momento de actuar, puesto que si nos pusiéramos en lo peor, si se fundiese todo el hielo en el mundo los Océanos podrían incrementar su nivel en 66 metros con unas repercusiones catastróficas.En este sentido, es destacable la labor internacional que se está realizando en aumentar la concienciación de la importancia de proteger los Océanos, por ejemplo, con la inclusión en la Agenda 2030 mediante uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en este caso, el Objetivo 14, el cual enfatiza la necesidad de conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, mares y recursos marinos del mundo.

El pasado diciembre de 2019 en la COP25 organizada por el Gobierno chileno en Madrid, tuvo lugar un paso importante en lo que a protección de los Océanos se refiere, ya que se dio un primer paso al incluir las aguas marinas en las estrategias formales de mitigación y adaptación al cambio climático, siendo consideradas como una parte integral del sistema climático de la Tierra.

Por otro lado, Naciones Unidas trabaja en lo que ha denominado el Decenio de las Naciones Unidas de Ciencias del Océano para el Desarrollo Sostenible 2021-2030 que tendrá como objetivo proporcionar un marco común que sirva para garantizar que la ciencia oceánica pueda apoyar plenamente las acciones de los países para gestionar de manera sostenible el océano y en particular, para lograr la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, a través de la creación de una nueva base, a través de la interfaz ciencia-política, para fortalecer la gestión del océano y las costas en beneficio de la humanidad.

El Origen de los Océanos

Para nosotros, los mares son perpetuos y han existido desde siempre, pero esto es una ilusión. Al principio del todo de nuestro planeta Tierra, nuestro globo contenía masa en mucho menor grado. Polvo y restos del espacio circundante en forma de meteoritos eran atraídos debido a la gravedad de la creciente Tierra, y resulto ser suficiente gravedad para mantener la atmosfera original de hidrogeno y helio frente a las fuerzas de los vientos solares. Ambos elementos químicos eran abundantes en el espacio y fueron capturados por la gravedad de la Tierra.

En aquellos tiempos no había ni océanos ni mares. Solo roca fundida con corteza flotando en la parte superior. Debido a la enorme fricción interna de la Tierra, la roca fundida reacciono con otros elementos, formando nuevos tipos de roca y agua. Este agua emergió hacia la superficie en forma de vapor súper caliente y formo una nueva atmosfera con un 71% de agua, un 23% de nitrógeno y un 5% de sulfuro. Muy lentamente, durante millones de años, esta manta de vapor súper caliente se enfrió y gotitas empezaron a condensarse en partículas de polvo. Solo cuando la Tierra se siguió enfriando mas, se empezaron a formar las primeras lagunas de agua hirviendo. 

Esto ocurrió hace unos 3,9 millones de años. La joven Tierra no tenia valles por aquel entonces y cuando llovía intensamente el nivel de agua ascendía igualmente por todos lados. Fue realmente un verdadero planeta azul con un mar donde solo los volcanes más altos emergían como islas de fuego. Este antiguo mar se fue enfriando durante los siguientes 100 millones de años hasta que apareció la primera bacteria.Hace unos 3,8 millones de años y hasta que la fotosíntesis generación de energía con luz solar apareció hace unos 3,5 millones de años. Con este proceso las moléculas orgánicas se crearon con agua, dióxido de carbono y luz solar como componentes principales y con la generación de oxigeno. 

Este oxigeno, de hecho, una consecuencia de la vida de aquel tiempo, cambiara drásticamente la apariencia de la Tierra y de sus océanos. En la época del primer océano la corteza, solamente de un par de kilómetros de grosor, estaba formada principalmente de basalto que repetidamente se fundía cuando se sumergía en la roca fundida de debajo, debido a la inmensa actividad geológica. Cuando se iba enfriando lentamente, se formaba el granito y debido a que su peso especifico era menor que el del basalto, volvía a la superficie. Durante un largo periodo estos inmensos bloques de granito formaron los continentes. Debido a la continua fusión, rotura, separación e ir a la deriva de la corteza se formo la imagen de la Tierra actual, junto con sus océanos. 

Comparado con el resto de los océanos, el Atlántico es un bebe. Se creó por la ruptura y subsiguiente deriva de África/Europa y Norte/Sur América, hace unos 150 millones de años, en la era mesozoica. Desde entonces se ha convertido en el segundo océano más grande y todavía sigue creciendo un par de centímetros por año. Dos factores, los volcanes y la actividad tectónica, condicionaran el destino de los océanos.

La Historia del Origen del Agua de Mar

Según las hipótesis de geofísicos la edad de la atmósfera y de los océanos es de 4000 millones de años. Los océanos sLa Historia e habrían generado por actividad volcánica a partir de la misma masa gaseosa arrancada al sol; dicha masa al condensarse dió como resultado el agua líquida y la corteza sólida. La Tierra tiene 4600 millones de años y se formó a partir de pequeños trozos desprendidos de la gran masa gaseosa.

 En los primeros 1000 millones de años ocurre un proceso de desgasificación a través de actividad volcánica que inyecta agua en la atmósfera y que se precipita en los océanos. La corteza que se solidificó en la Tierra es de 180 km de espesor y permite el volcanismo.A partir del rift de las dorsales centro - oceánicas lugares en que el fondo del océano está expandiéndose a velocidad de varios centímetros por año, emergen lavas basálticas con aguas juveniles que contienen en solución muchos de los principales componentes del agua de mar: Cloro, Bromo, Yodo, Carbono y Nitrógeno.

Según una antigua leyenda Escandinava, el mar es salado porque en alguna parte del fondo oceánico un molino mágico está constantemente moliendo sal y lanzándola hacia afuera. El molino, como se hace visible en la teoría geofísica de las corrientes de convección, es el rift centro - oceánico que se extiende a lo largo de 64000 Km a través de todas las principales cuencas oceánicas.

La existencia de agua al estado líquido es una de las características más originales e importantes de nuestro planeta. En sus tres estados sólido - líquido - gaseoso, el agua libre se divide en tres fracciones de masa desigual:

Agua oceánica que es la fracción más importante: 97%Aguas continentales superficiales ríos, lagos, glaciares, inlandsis, humedad del suelo que totalizan 3%.Agua atmosférica en la forma de vapor de agua: 0.001%.Las propiedades químicas del agua del océano.El océano está formado por una compleja solución salina, con una concentración constante.El agua del mar es una solución en la que se encuentran un gran número de elementos químicos, gases disueltos y nutrientes.Las sales disueltas son electrolitos en solución acuosa ionizada, lo cual da al agua de mar propiedades físico - químicas complejas. Entre las sales más importantes, se distinguen:

La salinidad global de una muestra semejante es de 35o/oo.Otros elementos que se encuentran en solución son:Elementos raros: yodo, sílice, estroncio, aluminio, hierro, cobre, oro, etc.Gases disueltos: oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono.Sales nutritivas fosfatos y sustancias orgánicas disueltas o coloidales. Sales nutritivas esenciales para la vida animal y vegetal fosfatos y sustancias orgánicas disueltas o coloidales.

Debido a procesos químicos reguladores por su estructura molecular, el agua de mar posee poder de disolución de las sustancias iónicas, los principales elementos se mantienen en proporciones constantes intercambio de cationes y aniones. Así, la composición química del agua de mar es constante debido a:Factores de solubilidad que hacen precipitar algunas sales que aparecen en exceso y las incorporan a los sedimentos.Debido a la circulación general de las masas de agua oceánicas ya que este fenómeno continuo en el tiempo y en el espacio, asegura una agitación y mezcla constante del agua.

La actividad biológica de seres vivos que fijan selectivamente ciertas sales solubles particularmente carbonatos y silicatos y las transforman en sales insolubles en parte de sus cuerpos, conchas, etc y que a su muerte, se incorporan a los sedimentos.Desde el punto de vista físico, la principal consecuencia de la presencia de sales disueltas en el agua de mar es el descenso del punto de congelación. Para 35o/oo de salinidad el agua de mar tiene un punto de congelación de -1.91°C.

Propiedades térmicas del agua de mar

El agua tiene un alto calor específico y esta propiedad es significativa cuando se observa el comportamiento térmico del océano que es capaz de almacenar por un tiempo la energía térmica solar actuando como una reserva de calor.La variación de la temperatura en los océanos es menor que en la tierra, por lo tanto las amplitudes térmicas son menores en los océanos.La fuente de energía radiante de los océanos es el sol que emite un espectro de radiación de diferente frecuencia: 50% infrarroja, 41% de luz visible, 9% ultravioleta, rayos x y gamma.

La radiación infrarroja pasa a través de la atmósfera y es absorbida en el agua. Dicha absorción es superficial, se hace en el primer metro de agua. Así, el recalentamiento solar ocurre en los primeros metros del océano y la energía calórica es llevada a la profundidad sólo por conducción y mezcla vertical."En el océano la energía radiante es gradualmente absorbida a través de la superficie hacia la profundidad. Casi la mitad de la energía es absorbida en el primer metro, incluyendo la totalidad de la radiación infrarroja".

Densidad del agua de mar.

La densidad tiene gran significado en la circulación oceánica. Se expresa en gramos por centímetro cúbico. La densidad del agua depende fundamentalmente de la temperatura y la salinidad.El agua pura destilada alcanza un máximo de densidad a 4ºc y es igual a 1. Por otra parte, cuando se agregan iones a un volumen fijo de agua su masa aumenta. Así, un aumento de salinidad produce un aumento en la densidad del agua, por lo tanto, como el agua de mar es una solución contiene sales en disolución es más densa.

Variación de la densidad con la salinidad

La salinidad también afecta la temperatura a la cual el agua de mar se congela; así, a medida que la salinidad aumenta se requiere una temperatura de congelación más baja. El punto de congelación disminuye regularmente de 0ºc en el agua pura a –1.9ºc en el agua salada a 35o/oo.Variación del punto de congelación con la salinidadLa temperatura también afecta la densidad del agua de mar. Así, la densidad disminuye con el aumento de la temperatura y mientras más fría sea, el agua será más densa.

Variación de la densidad con la temperatura

La densidad del agua de mar de 35o/oo de salinidad es de 1.0267. Por convención se utiliza la denominación de "s t" para expresar los valores de densidad. Un valor sigma t expresa para 1 cm3 el número de miligramos que sobrepasa la unidad; en el caso señalado, el valor es de 26.7 s t.Comparación cuantitativa del efecto en la densidad por cambios de temperatura y salinidad:La importancia de la temperatura y la salinidad como factores que influencian la salinidad del agua, se puede remarcar al hacer una comparación cuantitativa del efecto en la densidad por cambios en la salinidad y la temperatura. De este modo, un cambio de salinidad de 1 o/oo tiene más efecto en la densidad que un cambio de 1ºc.

La diferencia de densidad producida por un cambio de salinidad de 1o/oo es de 0.001 gr/cm3.La diferencia de densidad producida por un cambio de temperatura de 1ºc, es entre 0.00005 y 0.00035 gr/cm3.Sin embargo, cuando consideramos las aguas superficiales del océano como un todo, observamos que la temperatura es el factor más importante porque sus variaciones entre –2 y 35ºc son mucho mayores que las variaciones de salinidad 33o/oo a 37o/oo.

Océano.

 Una historia de conectividad entre el Mediterráneo y el Atlántico desde la prehistoria al siglo XVI. Para el ser humano la mar es, y siempre ha sido, un espacio ajeno. Mientras que la tierra es familiar, incluso reconfortante, la mar es extraña y amenazante. Entonces, ¿por qué nos lanzamos a ella? ¿Qué nos hizo aventurarnos hacia lo desconocido? Océano es la historia y la prehistoria de Europa narrada desde la mar, o, mejor, desde dos mares enfrentados, el Mediterráneo y el Atlántico.En esta obra, de amplia perspectiva y profundo conocimiento, sir Barry Cunliffe, catedrático emérito de Arqueología Europea de la Universidad de Oxford, nos lleva desde las primeras tentativas de exploración del Mediterráneo, hace 100 000 años, hasta los viajes transoceánicos del siglo XVI, que cartografiarían el globo.

Con una visión renovadora sobre la historia de todo un continente, el libro explora las expediciones en busca de tierra, fama y fortuna que tentaron a los europeos, primero a lo largo y ancho de ese mar interior que es el Mediterráneo, y después hacia las profundidades de ese temible e inabarcable océano que es el Atlántico.

Desde los cazadores recolectores del Paleolítico hasta los descubridores españoles, desde los mercaderes fenicios a los piratas vikingos, y desde Piteas a Colón, Océano dibuja el espacio de conectividad y comunicación que fueron y son el Mediterráneo y Atlántico, arterias por las que fluyeron gentes, objetos, productos e ideas. Y cuenta la historia de cómo la innata curiosidad humana ha moldeado el mundo, hallando así una respuesta a los interrogantes que antes planteábamos: la pugna entre el ser humano y la mar ha sido la fuerza motriz de la Historia.

Los Mares y Océanos’ 

Es el nombre que se le dio al viaje de regreso o de vuelta desde las Indias Orientales la parte más lejana de Asia, como Filipinas hasta América. Los marinos vascos Legazpi y Urdaneta fueron los primeros en realizar, y también en descubrir, la posibilidad del tornaviaje a través de esta inmensidad oceánica. Partieron desde Cebú el 1 de junio de 1565 y llegaron a Acapulco México el 8 de octubre. El tornaviaje se basaba en la comprensión del mecanismo de la “vuelta”. Hay que tener en cuenta que la duración total del viaje suponía invertir unos 3 meses para la ida y, como mínimo, el doble para la vuelta. Cuando se descubrió la corriente oceánica que facilitaba el regreso, “tan solo” fueron necesarios 4 meses para el retorno, generándose un importante ahorro de tiempo de unos 60 días.

El viaje de ida

La ida era “relativamente” fácil en comparación con la vuelta. El principal obstáculo a salvar eran las enormes distancias. Si tomamos como referencia el trayecto colombino, la expedición al Pacífico representa tres veces la del primer viaje del Almirante.Las condiciones mismas de navegación en esta zona del océano no presentaban mayores dificultades, una vez conocido el sistema de los vientos dominantes en el hemisferio norte, lo que se logró en el siglo anterior. Al conocimiento sobre cómo actuaban los vientos alisios, también valido para el océano Pacífico, se añade otra ventaja en comparación con el viaje atlántico: la existencia de escalas posibles dispersadas a lo largo de la ruta, como en algunos de los archipiélagos de Micronesia por ejemplo en Las Marianas y en la isla de Guam, así como las Islas Marshall.

La vuelta

Sin embargo, a esta relativa facilidad de la ida, corresponde una gran dificultad para el regreso. La aplicación del principio del tornaviaje en el contexto pacifico supuso un aumento muy significativo de las distancias, siendo éste aun más difícil de superar porque se realizaba dentro de una inmensidad marítima, sin escalas antes de alcanzar la costa americana.

De hecho, la fijación de esta ruta por los dos marinos vascos fue el resultado de varios fracasos previos, que exigieron casi medio siglo de intentos frustrados. Urdaneta, al llegar a la latitud de Japón, encontró la llamada corriente de Kuro Shivo, formada por las aguas que van desde Japón hasta California. Al aprovechar esta corriente resultó que el tornaviaje duraba cuatro meses, lo que fue un hito para la época.Este descubrimiento fue el que permitió el establecimiento del “galeón de Manila”, partiendo de Acapulco.

Galeón de Manila o la “nao de China”

El Galeón de Manila fue una línea regular de intercambios que unió México con Filipinas desde el último tercio del siglo XVI hasta los primeros años del siglo XIX 1565-1815, aunque la ruta continuó en funcionamiento algunos años más a través de una serie de barcos menores que prolongaron el tráfico entre Manila y Acapulco.Ésta permitía llevar a España, pasando antes por el continente americano, productos asiáticos tales como sedas, porcelanas, marfil y, sobre todo, las especias. Fue precisamente el acceso directo y exclusivo a estas riquezas asiáticas lo que suscitó la envidia y los ataques de las demás potencias europeas.Tenía un coste muy elevado, y uno de cada cinco galeones desapareció por causas diversas, la mayoría por la climatología adversa y los accidentes de navegación. Era muy difícil atacar estos fuertes navíos, por lo que fueron muy pocos los que cayeron víctimas de la piratería.

Para concluir

Las rutas marítimas establecidas a través del océano Pacífico permitieron un intercambio económico y cultural, cuyo enlace entre Europa y Oriente fue la Nueva España México, al menos al principio. Estos viajes periódicos supusieron la circulación de personas, mercancías, ideas y conocimientos. La mayoría de los objetos que se han conservado nos dan a conocer el contacto, y también el impacto, que tuvieron las diferentes culturas americanas y asiáticas en Europa.Los mares y océanos que rodean el planeta, a pesar de que hoy son conocidos, no siempre han sido identificados como tales. Aunque era habitual la vista del mar que bañaba cada territorio, parecía difícil saber hasta dónde llegaba la inmensidad azul que se veía desde la costa.

El océano Atlántico fue uno de ellos. Hoy sabemos que es el segundo más grande del mundo, pero en tiempos antiguos producía más terror que cualquier otra cosa. Ello suponía que quiénes se atrevían a adentrarse en él eran considerados auténticos héroes. Siempre hubo marinos valientes que atravesaron las columnas de Hércules antes así llamado el actual Estrecho de Gibraltar para pasar al gran mar. Las míticas Casitérides, famosas por sus yacimientos de estaño, estaban en algunas de las rutas fenicias. También marinos griegos y romanos se atrevieron a cruzar las columnas Piteas, por ejemplo para dirigirse al norte de Europa o hacia el sur, en busca de la afamada púrpura.

Sus nombres

Así este inmenso océano, ha recibido muchos nombres, según la cultura de los navegantes que llegaron hasta él. Durante la época antigua y medieval en Europa formó parte del “Alveus Oceani”, que separaba la tierra habitada del precipicio en el que se podía caer y del que nunca se regresaba.

También fue llamado mar Tenebroso, mar Pedregoso, de las Tinieblas o de la Melancolía. Avanzada la Edad Media recibió los nombres de mar del Norte para la parte septentrional, y para el sur mar Aethiopicus, Oceanus Occidentalis o Meridionalis. No se acaban aquí las denominaciones, pero no es necesario mencionarlas todas.

Sí que es importante recordar que hubo un pueblo que no temía a mar alguno: los vikingos. Durante los llamados siglos oscuros recorrieron el Atlántico norte con sus magníficos barcos.

Las islas

Ni que decir tiene que los errores a la hora de cartografiarlo fueron muchos; uno de ellos, bastante chocante hoy día, fue situar las islas Azores en Galicia. Igualmente los mitos y las leyendas tomaron forma, por lo que aparecieron islas que nunca existieron o se identificaron las que aparecían con las imaginadas. Tile o Thule, Frislandia, la isla de las Siete Ciudades, San Borondón o la isla del Brasil son algunas de ellas, pero los textos y tratados cartográficos están llenos de éstas.

Los peligros

Cuando Cristóbal Colón llegó a América por primera vez, la noticia hizo que ese mar desconocido empezara a hacerse algo más familiar. Se sabía que había tierra en la otra orilla, por lo que la idea del precipicio se empezó a olvidar. De cualquier forma, los peligros seguían siendo muchos, las corrientes eran muy fuertes y los naufragios más frecuentes de lo deseable. El mar indómito estaba empezando a conocerse, tanto por la parte norte como por el sur, gracias a los múltiples viajes de exploración del siglo XVI.

Este océano tenía dos de los puntos más terroríficos para los navegantes de la Edad Moderna: el Cabo de Hornos, situado en el extremo meridional del continente americano y el Cabo de Buena Esperanza, al sur de África. Existía por ello la costumbre de colocarse un aro en la oreja cada vez que se atravesaba uno de ellos.Las cartas náuticas seguían estando pobladas de monstruos marinos que atacaban a los barcos, devoraban a sus tripulantes y provocaban la ruina.

Se descubre un nuevo océano

Sólo cuando en el horizonte histórico surgió un nuevo océano, la mar del Sur hoy el Pacífico, el ya conocido Atlántico se hizo más cercano, puesto que sus aguas bañaban las costas de muchos pueblos europeos, africanos y americanos. En la vieja Europa había ahora un nuevo mar que conquistar. En Oceanía primero, y posteriormente en el continente americano, hacía mucho tiempo que el Pacífico se había convertido en una autopista, que permitía transitar entre las miles de islas que lo poblaban.

El Atlántico, ese océano que surgió hace millones de años, había sido el fin del mundo en la época antigua y medieval, pero durante los siglos modernos se convirtió en un largo puente hacia nuevos mundos. Hoy encierra importantes riquezas, guarda miles de pecios entre los que se encuentra el más famoso de todos, el Titanic y contiene una dorsal oceánica, que a la vez que va separando poco a poco el continente americano de Europa y África, ha ido formando islas volcánicas, como Islandia, Santa Elena, Ascensión, Tristán de Acuña o la Isla de Malpelo.

Estas grandes masas de agua que rodean los continentes son críticas para la especie humana. Sin embargo, la pesca excesiva y la amenaza del calentamiento global amenazan con dejar estas zonas estériles.

El océano es una masa continua de agua salada que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra. Las corrientes oceánicas rigen las condiciones meteorológicas del mundo y agitan el caleidoscopio de la vida. Los humanos dependen de estas prolíficas aguas para su comodidad y su supervivencia pero el calentamiento global y la pesca excesiva amenazan con perturbar el océano y dejarlo vacío.

Los geógrafos dividen el océano en cuatro secciones principales: el Pacífico, el Atlántico, el Índico y el Ártico. Los océanos más pequeños son denominados mares, golfos y bahías como el Mar Mediterráneo, el Golfo de Méjico y la Bahía de Bengala. Las masas independientes de agua salada como el Mar Caspio y el Gran Lago Salado son distintas a los océanos del mundo.

Los océanos contienen aproximadamente 1,35 billones de kilómetros cúbicos de agua lo que representa aproximadamente el 97% del suministro de agua de la Tierra. El agua tiene aproximadamente un 3,5% de sal y contiene rastros de todos los elementos químicos encontrados en la Tierra. Los océanos absorben el calor del sol y lo transmiten a la atmósfera y los distribuyen alrededor del mundo a través de las constantes corrientes oceánicas. Esto dirige las condiciones meteorológicas mundiales y actúa como un calentador en invierno y como el aire acondicionado en verano.La vida comenzó en el océano y el océano sigue siendo el hogar de la mayoría de la fauna y la flora de la Tierra, desde diminutos organismos unicelulares a la ballena azul, el animal vivo más grande del planeta.

La mayoría de la flora del océano consiste en algas microscópicas llamadas fitoplancton que flota en la superficie y a través de la fotosíntesis produce aproximadamente la mitad del oxígeno que los humanos y el resto de otras criaturas terrestres respiran. Las macroalgas y las kelp son grandes algas fácilmente visibles para el ojo humano. Las plantas marinas con raíces, como las que forman las praderas marinas solo pueden sobrevivir a una profundidad a la que los rayos puedan ayudar a la fotosíntesis, aproximadamente a unos 200 metros. Aproximadamente la mitad de los océanos tienen una profundidad de más de 3.000 metros.

5 de septiembre de 2010

Estas grandes masas de agua que rodean los continentes son críticas para la especie humana. Sin embargo, la pesca excesiva y la amenaza del calentamiento global amenazan con dejar estas zonas estériles.El océano es una masa continua de agua salada que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra. Las corrientes oceánicas rigen las condiciones meteorológicas del mundo y agitan el caleidoscopio de la vida. Los humanos dependen de estas prolíficas aguas para su comodidad y su supervivencia pero el calentamiento global y la pesca excesiva amenazan con perturbar el océano y dejarlo vacío.

Los geógrafos dividen el océano en cuatro secciones principales: el Pacífico, el Atlántico, el Índico y el Ártico. Los océanos más pequeños son denominados mares, golfos y bahías como el Mar Mediterráneo, el Golfo de Méjico y la Bahía de Bengala. Las masas independientes de agua salada como el Mar Caspio y el Gran Lago Salado son distintas a los océanos del mundo.

Los océanos contienen aproximadamente 1,35 billones de kilómetros cúbicos de agua lo que representa aproximadamente el 97% del suministro de agua de la Tierra. El agua tiene aproximadamente un 3,5% de sal y contiene rastros de todos los elementos químicos encontrados en la Tierra. Los océanos absorben el calor del sol y lo transmiten a la atmósfera y los distribuyen alrededor del mundo a través de las constantes corrientes oceánicas. Esto dirige las condiciones meteorológicas mundiales y actúa como un calentador en invierno y como el aire acondicionado en verano. La vida comenzó en el océano y el océano sigue siendo el hogar de la mayoría de la fauna y la flora de la Tierra, desde diminutos organismos unicelulares a la ballena azul, el animal vivo más grande del planeta.

La mayoría de la flora del océano consiste en algas microscópicas llamadas fitoplancton que flota en la superficie y a través de la fotosíntesis produce aproximadamente la mitad del oxígeno que los humanos y el resto de otras criaturas terrestres respiran. Las macroalgas y las kelp son grandes algas fácilmente visibles para el ojo humano. Las plantas marinas con raíces, como las que forman las praderas marinas solo pueden sobrevivir a una profundidad a la que los rayos puedan ayudar a la fotosíntesis, aproximadamente a unos 200 metros. Aproximadamente la mitad de los océanos tienen una profundidad de más de 3.000 metros.

Las mayores profundidades del océano están en su mayoría desprovistas de vida pero los puntos calientes biológicos aparecen alrededor de respiraderos hidrotermales. Estas estructuras en forma de chimenea arrojan gases y agua rica en minerales que provienen de la parte inferior de la corteza terrestre. Las lombrices, las almejas y los mejillones se reúnen alrededor de los respiraderos para alimentarse de las bacterias amantes del calor. Peces extraños con ojos sensibles, colmillos traslucidos y cebos bioluminescentes merodean en las aguas cercanas.

Otros peces, pulpos, calamares, anguilas, delfines y ballenas surcan las aguas abiertas mientras que los cangrejos, langostas, estrellas de mar, ostras y caracoles reptan y se escabullen por el fondo del océano. Las criaturas como las medusas no tienen por dónde huir y la mayoría quedan al antojo del viento y las corrientes. Los mamíferos como las nutrias, las morsas e incluso los osos polares también dependen del océano para su supervivencia y entran y salen según las necesidades de supervivencia.

Las colonias de pólipos forman arrecifes de coral cuando mueren. Los arrecifes se encuentran principalmente en las aguas tropicales poco profundas y son el hogar de un brillante mosaico de pólipos, plantas y peces. Los arrecifes de coral también son víctimas visibles de la actividad humana. El calentamiento global, sedimentación y otros fenómenos están estresando los corales hasta la muerte y los pescadores demasiado entusiastas recogen con sus redes más comida de lo que los arrecifes pueden restaurar.

Las actividades humanas tienen impacto en casi todas las partes del océano. Las redes perdidas y desechadas siguen siendo letales para los peces, gaviotas y mamíferos marinos que resultan atrapados por ellas ya que quedan a la deriva. Los barcos vierten petróleo y basura y transportan bichos a hábitats donde no están preparados para su llegada. Los manglares están libres de casas e industrias. Más de la mitad de la población de EE.UU. vive en zonas costeras y tira basura y aguas residuales al océano. Los residuos líquidos de fertilizantes de los cultivos convierten grandes franjas de océano en zonas muertas incluyendo un área del tamaño de Nueva Jersey en el Golfo de Méjico. El dióxido de carbono está volviendo ácida el agua del océano y la llegada de agua dulce de los glaciares que se derriten amenaza con alterar las corrientes que influencian las condiciones meteorológicas. Los conservacionistas piden con insistencia protección internacional para proteger y reponer las menguantes existencias de peces en el océano y las reducciones de gases de invernadero para reducir el calentamiento global.            

Existe un continuo debate tanto público como científico acerca de la posibilidad de un cambio futuro en el clima producto de las actividades humanas tales como la quema de combustibles fósiles a partir del siglo XVIII. En este contexto, este artículo presenta una breve revisión del rol del océano en el sistema climático donde se ilustra cómo el océano regula y controla el clima terrestre. Una característica importante del presente estado climático oceánico es la circulación termohalina global que permite el intercambio de calor y gases invernaderos de una manera semejante a una cinta transportadora a través del interior del océano. 

La detección de un efecto invernadero producido por el hombre es una tarea difícil debido a la variabilidad natural del clima. Cambios diarios, estacionales y decadales en la temperatura son mucho mayores, por ejemplo, que los cambios anticipados de origen antropogénico que serían de unas décimas de grado. Esta variabilidad climática es discutida describiendo varios ejemplos relevantes. En la última sección del artículo se describen observaciones de cambio climático en el océano Pacífico Sur Oriental. 

Es en este lugar donde se estaría manifestando el indicio de un calentamiento global oceánico a través de datos recientemente adquiridos. Una comparación con registros de los años 60 indica un calentamiento del océano subsuperficial. Mientras los personas que toman decisiones y generan políticas hoy esperan por señales más acentuadas de un incremento en el efecto invernadero y la comunidad científica continúa indagando por evidencia más contundente al respecto, se ha logrado construir conocimiento de fenómenos climáticos desconocidos hace 2 décadas producto de la investigación global del clima y del océano.

Estado Promedio del Sistema Climático

El efecto invernadero natural permite la vida en la tierra. Sin la barrera protectora de la atmósfera y sus constituyentes naturales como el vapor de agua, dióxido de carbono y otros gases del efecto invernadero, la temperatura promedio de la superficie terrestre sería de -19ºC. La mayor parte de las formas de vida presentes en la actualidad no habrían prosperado.  Por el contrario, la radiación solar entrante en onda corta es re-emitida como radiación de onda larga en la superficie que es absorbida por los gases de invernadero evitando que se escape al espacio. Estos gases absorben radiación en onda larga emitida por la superficie terrestre calentando el planeta hasta una temperatura promedio de 15ºC. 

El balance natural entre la energía solar entrante y la radiación re-emitida en onda larga mantiene el estado de equilibrio del sistema climático global Intergovernmental Panel on Climate Change Panel intergubernamental de cambio climático IPCC, 1995. Una consecuencia lógica de los cambios en la concentración de gases invernadero en la atmósfera sería, por ejemplo, cambios en la temperatura media. Existe hoy evidencia convincente producto de observaciones y estudios con modelos del sistema climático global, que esto está de hecho ocurriendo. El equilibrio del sistema climático está siendo alterado por la actividad del hombre.

La cantidad de radiación solar que entra a la superficie de la tierra posee una distribución no uniforme geográficamente. Existen intercambios continuos de calor entre el océano y la atmósfera, el océano gana calor en el ecuador y lo entrega, a la atmósfera, en las zonas polares.  El resultado neto es que la atmósfera y el océano transportan aproximadamente la misma cantidad de calor desde el ecuador hacia los polos. A su vez, esta diferencia de temperatura mantenida por la radiación solar entrante es una de las principales causas de la circulación oceánica y atmosférica. Si bien la atmósfera y el océano juegan un rol similar en el transporte de calor desde el ecuador hacia los polos, la distribución de este calor en el interior de ellos es bastante diferente.

El contenido calórico atmosférico total es almacenado sólo en los primeros 1 a 2 metros del océano debido a una mayor capacidad calórica del agua y de su habilidad para absorber calor. Por lo tanto, el océano al ocupar un 70% de la superficie terrestre actúa como el regulador del estado medio climático en el planeta. El océano mitiga las variaciones extremas de temperatura ya sea absorbiendo  o transmitiendo calor desde o hacia la atmósfera. Un ejemplo bien estudiado de este tipo de interacción océano-atmósfera y de como el océano regula y suaviza las condiciones extremas es el océano Atlántico Norte.  La corriente del golfo y su extensión hacia Europa transporta calor hacia altas latitudes cediéndolo a la atmósfera y moderando el clima regional de Europa Noroeste.

La circulación de la capa superficial del océano Atlántico Norte es, en parte, un componente de la circulación oceánica global, que es a su vez creado principalmente por el viento. Esta circulación también forma la rama superior de la circulación termohalina. Esta circulación opera a escalas temporales de varios siglos. El agua es transportada de una región a otra mucho más lentamente que la circulación creada por el viento. El flujo es promovido por una combinación de enfriamiento del agua superficial, congelamiento, dilución, formación de agua densa en las regiones polares de ambos hemisferios, mezcla vertical y surgencia de agua en otras partes del océano. Para compensar la formación de agua fría y densa que desciende, agua más cálida y liviana circula hacia las regiones donde se hunde el agua cerrando así el giro de  la circulación. Este 'transportador' oceánico es un componente clave del sistema climático global controlando su estado promedio.

Los gases invernadero en la atmósfera como el dióxido de carbono determinan la temperatura media de la atmósfera. Al igual que los flujos de calor entre la atmósfera y el océano, estos gases son continuamente intercambiados entre ambos sistemas. Los reservorios susceptibles a ser perturbados por el efecto antropogénico en el ciclo del carbono son la biosfera, la atmósfera y el océano. De éstos, el mayor reservorio de carbono es el océano y la mayoría del dióxido de carbono emitido por la quema de combustibles fósiles va a ser almacenado eventualmente en el océano profundo. El proceso natural de almacenamiento es causado por una combinación de producción de agua profunda en las áreas polares y de procesos biológicos que operan en todo el océano a escala global. Ambos procesos bombean carbono en el océano y son conocidos como la bomba de solubilidad y bomba biológica respectivamente.

Frecuentemente se piensa que el hundimiento de agua superficial es un mecanismo de ventilación ya que aguas superficiales saturadas en oxígeno fluyen hacia las zonas más profundas, rejuveneciendo las aguas subsuperficiales pobres en oxígeno. Las áreas de hundimiento del océano global son verdaderas ventanas en las cuales el océano profundo se comunica con la atmósfera.  Propiedades como el oxígeno y dióxido de carbono son transportadas lejos de estas ventanas a través del interior del océano semejante a lo que ocurre en una cinta transportadora. Una parcela de agua superficial y su contenido de propiedades atmosféricas  toma, en promedio, varios siglos en regresar a la superficie a su posición inicial. De esta forma el océano actúa como memoria de los estados climáticos del  pasado reciente de la atmósfera.  El almacenamiento de propiedades atmosféricas en el océano, en una escala temporal de varios siglos, cambia las condiciones atmosféricas del futuro.

Originalmente se pensaba que la mayor parte del hundimiento de agua que fuerza la circulación termohalina ocurría en el océano Atlántico septentrional. En ese lugar un promedio de 10 a 15 millones de metros cúbicos de agua cada segundo, equivalentes a más de 10 veces toda el agua que entra al océano por ríos, es llevada a profundidades de varios miles de metros . Esta agua se conoce como North Atlantic Deep Water NADW, -Agua Noratlántica Profunda-. Para reemplazar el contenido total de agua producto de este proceso de formación se requieren alrededor de 1000 años, estableciéndose así la escala de tiempo de la cinta transportadora. El agua que circula en el océano profundo actualmente tuvo su último contacto con la atmósfera varios siglos atrás.

Desde las áreas polares en el norte el agua profunda fluye como una corriente de profundidad hacia el sur. Una vez cruzado el ecuador, ésta se mueve hacia el hemisferio austral donde finalmente se une a la corriente Circumpolar Antártica. Esta corriente es ocasionada por el viento y circula hacia el oriente sin limites continentales extendiéndose por 16000 Km. El flujo de la corriente Circumpolar Antártica facilita el transporte del NADW hacia las profundidades de los océanos Indico y Pacífico. Debido al principio de conservación de masas la NADW removida del hemisferio norte debe ser reemplazada por un flujo de agua superficial hacia el norte.  Es allí, en hemisferio sur  y en los océanos Indico y Pacífico donde el agua surge y las propiedades del océano profundo ascienden lentamente hacia la superficie. 

Este movimiento es muy lento con un promedio global de 4-5 metros por año aproximadamente. El agua superficial forma la rama menos densa de la circulación termohalina y se combina con las corrientes causadas por el viento en su viaje de retorno hacia el océano Atlántico Norte. Este simple concepto de la circulación termohalina surgió durante los últimos 50 años, comenzando con los clásicos trabajos de Stommel y Arons 1960a y 1960b y Munk 1966, culminando con Broecker 1991 y su popular representación esquemática de la cinta transportadora. Recientemente la comunidad científica ha retomado las hipótesis propuestas originalmente por Stommel y Arons.

Se argumenta nuevamente que una cantidad equivalente de agua profunda se forma en el océano austral Broecker et al. 1998 contribuyendo como una segunda fuente para la circulación de la cinta transportadora. Bajo revisión está también la visión original en la que el movimiento emergente del agua profunda tiene lugar uniformemente en el océano Munk y Wunsch, 1998. Existe evidencia que el movimiento hacia arriba, de agua fría y pesada, es posible a través de la acción global de mareas causadas por el efecto de la luna y el sol. Gran cantidad de la energía mareal es disipada sobre la intrincada topografía de las dorsales oceánicas, taludes y plataformas continentales, potenciando localmente la mezcla vertical que tradicionalmente se pensaba era uniforme en el interior del océano. Esta mezcla revuelve agua de la superficie y del fondo calentando así el océano profundo y enfriando su superficie.

La circulación termohalina actual depende del balance de los flujos de calor y agua dulce en el océano Atlántico Norte. Ambas propiedades controlan la densidad y flotabilidad del agua oceánica superficial. Existe evidencia que este balance ha sido perturbado en el pasado.  La circulación termohalina global colapsó en varias ocasiones durante el pasado geológico de la tierra. El colapso mismo puede ocurrir en un periodo de tan solo pocas décadas, un proceso rápido en comparación con otros procesos geológicos, y tendría graves consecuencias sobre las condiciones atmosféricas locales y globales.

Actualmente, se lleva a cabo investigación en forma continua sobre la circulación termohalina con el uso de modelos oceánicos y climáticos. Además, un número siempre creciente de observaciones del sistema climático es utilizado para validar los resultados de estos modelos que son la única herramienta de predicción de las consecuencias de un cambio climático futuro. El World Ocean Circulation Experiment WOCE coordinado en una oficina internacional en el Reino Unido comenzó a principio de los noventa con el objetivo de establecer una base de datos global del presente estado del clima oceánico. La base de datos va a estar disponible para vigilar cambios climáticos futuros de escala global Siedler et al. 2001.

 Variabilidad Climática del Oceáno

El clima de la tierra, que puede ser caracterizado por variables tales como la temperatura promedio de la superficie, sufre variaciones en diferentes  escalas de tiempo. Algunas de estas variaciones resultan en cambios semi-permanentes y por lo tanto resultan en cambios climáticos. Un ejemplo es el paso de períodos glaciares a interglaciares y vice-versa, que ocurre en escalas de decenas de miles de años. Muchas iniciativas se están llevando a cavo para registrar el estado presente del clima interglaciar. 

El WOCE va a proveernos de una visión actualizada de este estado oceánico interglaciar. Cambios en el estado medio del clima presente entendidos como variabilidad natural ocurren en escalas de tiempo de meses, años décadas o incluso siglos. El ciclo anual a través de las estaciones, por ejemplo, resulta en una alternancia de calentamiento y enfriamiento de las capas superiores del océano en orden de varios grados Celsius .  Habiéndose establecido el comportamiento basal del presente estado climático a través de experimentos como WOCE, el programa de Variabilidad y Predicción del Clima CLIVAR, con participación multinacional, ha empezado recientemente a estudiar todos los aspectos del clima terrestre por los próximos diez años.

Una cantidad creciente de evidencia práctica y teóricas indica que el estado climatológico medio o estado de equilibrio del sistema climático global está siendo activamente perturbado por la sociedad. Desde el comienzo del siglo XVIII la sociedad moderna comenzó el uso masivo de combustibles fósil como carbón, petróleo y gas. Estos poseen grandes cantidades de carbono que es lanzado a la atmósfera durante el proceso de combustión en forma de dióxido de carbono. De hecho, el incremento atmosférico de dióxido de carbono desde los años 50 no tiene precedentes en la historia del globo. 

Hoy en día, la concentración de dióxido de carbono atmosférico crece más rápido que en cualquier período geológico registrado. Los registros geológicos  de temperatura atmosférica y concentración de dióxido de carbono muestran una alta correlación entre ambos. Estos registros se extienden por varias decenas de miles de años y parecen señalar que los incrementos en dióxido de carbono son seguidos por aumento en la temperatura.

Inicialmente, sólo estudios teóricos y de modelación del sistema climático sugerían que la temperatura media de la tierra podría verse afectada por la gran cantidad de carbono lanzado a la atmósfera por la actividad humana. Durante la última década se realizaron sendos esfuerzos para detectar este incremento a través de observaciones. La búsqueda y detección de evidencia de cambio climático antropogénico son deseadas por muchos funcionarios que trabajan en instituciones donde se determinan políticas. 

Tal hallazgo entregaría una guía clara para los legisladores y para futuras acciones de reducción de gases invernadero. En su reporte más reciente, el Intergovernmental Panel on Climate Change Panel Intergubernamental de Cambio Climático, confirmó el consenso de más de 2000 investigadores del clima: 'La actividad humana está cambiando el sistema climático hacia un estado medio global más cálido'.El esfuerzo para detectar cambio climático antropogénico por medio de observaciones se ha hecho particularmente difícil debido a que el sistema climático exhibe variabilidad en diferentes escalas de tiempo. El rango de temperatura asociada a tal variabilidad excede el cambio pronosticado, como consecuencia de los gases de invernadero, en varios grados . 

La variabilidad del sistema climático se extiende desde ciclos diarios y estacionales a fenómenos interanuales como la Oscilación Austral de El Niño, e incluso la Oscilación del Atlántico Norte que tiene una escala temporal de varias décadas. Los cambios diarios de la temperatura superficial del mar se extienden sólo algunas decenas de metros bajo la superficie, por otra parte, los cambios estacionales se propagan por algunos cientos de metros generando una capa de mezcla de variación estacional . El océano compensa cualquier variabilidad de corto término. Sin embargo perturbaciones persistentes en la atmósfera poseen impacto a escala de la circulación global que a su vez retroalimenta la circulación atmosférica.

Un conocido y estudiado ejemplo de variabilidad interanual es la Oscilación sur de el Niño en el océano Pacífico Ecuatorial. Este fenómeno es recurrente en intervalos de 3-4 años aproximadamente. Bajo condiciones normales, los vientos alisios acumulan agua superficial cálida del este en el oeste, estableciendo una región de agua cálida en el Pacífico Occidental con las temperaturas superficiales más altas de todo el océano , achurado rojo oscuro. Durante el evento del Niño los vientos alisios se revierten y empujan esta agua cálida desde el oeste hacia el este, resultando en un calentamiento anómalo del Pacífico Oriental.

El retorno a condiciones normales de viento resulta en una inversión del flujo que devuelve la masa de agua cálida al Pacífico Occidental. Esta oscilación es comparable a un efecto balancín causante de variación interanual de la temperatura superficial del mar . Un sobre-flujo de agua cálida hacia el oeste comparado a condiciones normales es causante del evento de la Niña, un enfriamiento inusual del Pacífico Oriental. En consecuencia, la circulación del océano y de la atmósfera alternadas se asocian a anomalías en las precipitaciones las cuales generan perturbaciones significativas tanto sociales como económicas a los países afectados. La industria pesquera es particularmente sensible a estas perturbaciones. El episodio del Niño 1982 produjo una pérdida de ocho mil millones de dólares para la economía mundial sin mencionar las pérdidas humanas debido a las inundaciones aluviones y otros desastres naturales.

Mucho esfuerzo se ha invertido en entender los fenómenos físicos que causan esta variabilidad interanual del sistema océano atmósfera ecuatorial. Esto llevó al establecimiento de un sistema de monitoreo que consiste en un arreglo de alrededor de 70 estaciones permanentes a lo largo del Pacífico Ecuatorial. Éstas vigilan continuamente el océano y las condiciones atmosféricas tales como temperatura y velocidad del viento.

 Un sistema de observación oceánica en combinación con el desarrollo de modelos acoplados océano-atmósfera permite ahora predecir futuros eventos con cierto grado de confiabilidad. Del análisis reciente de temperaturas del océano superficial basadas en mediciones satelitales de temperatura oceánica y mediciones de correntómetros se ha concluido que el inicio de El Niño en el Ecuador puede estar precedido, en varios meses, por un calentamiento en el océano Pacífico Sur Oriental. Por lo tanto, la vigilancia de los cambios de temperatura en esas localidades podría establecer un sistema de alerta temprana para un evento como El Niño Ecuatorial Shaffer et al., 1999. El estudio de la variabilidad del clima y la vigilancia global del sistema océano-atmósfera ha conducido al descubrimiento de otras perturbaciones del sistema climático global. Las más recientes se han denominado Onda Circumpolar Antártica, Oscilación del Atlántico Norte y Dipolo del Océano Indico. Estas perturbaciones son cambios del estado medio del clima que ocurren cada 3-7 años o después de varias décadas.


En el océano Pacífico se ha detectado una oscilación referida actualmente como Oscilación Decadal del Pacífico.  Esta es una rotación natural del estado climático que ocurre cada 20 a 30 años. En ella, el estado climatológico medio cambió hacia condiciones más cálidas a mediados de los 70. Estas rotaciones de las condiciones marinas tales como la temperatura superficial del mar son a menudo descritas definiendo un índice. Un ejemplo es el índice de oscilación austral, que está basado en las diferencias de presión atmosféricas en la superficie del mar y proporciona información sobre el estado de la Oscilación El Niño del Sur. Un segundo ejemplo está basado en las diferencias de los promedios mensuales de temperatura superficial del mar, y es conocido como es el Índice de Oscilación Decadal del Pacífico .

 Cambio Climático en el Pacífico

Un cambio similar, al observado inicialmente en la temperatura superficial en el Pacífico Occidental, fue encontrado a lo largo de la costa sudamericana, donde datos de temperatura en la costa de Valparaíso Chile revelan un efecto de calentamiento persistente desde mediado de los años 70 La formación de masas de agua en distintas regiones del océano es un mecanismo a través del cual el cambio climático es llevado al interior del océano. A escala global, se ha demostrado la importancia de la NADW. Antes de que esta masa de agua circule nuevamente en el Atlántico Norte, como parte de la circulación termohalina, experimenta diversas transformaciones y tipos de circulación a modo de cintas transportadoras secundarias de escala regional.

Esto ocurre en cuencas oceánicas individuales como la del Pacífico Sur bordeada por Sudamérica en el este y por Australia en el oeste . Uno de estos patrones de circulación de cinta transportadora involucra la formación de Subantartic Mode Water que se refiere a una de las variedades o 'modo' de agua Subantártica y su transformación en Antartic Intermediate Water Agua Intermedia Antártica. Mientras el NADW ventila el océano global y substituye el agua profunda del océano por agua superficial nueva en escalas de tiempo de varios siglos, la formación del agua 'modo' e intermedia ventila el océano a profundidades medias en escalas de tiempo de varias décadas. 

La vía de circulación propuesta se muestra como un amplio camino rayado en el océano Pacífico Sur. El agua formada es removida de la superficie del océano a través de la mezcla profunda de la capa superficial durante el invierno del hemisferio sur  y luego fluye por el interior del océano. Luego circula con los giros oceánicos y surge en las regiones polares o ecuatoriales después de varias décadas. Las aguas 'modo' e intermedia son caracterizadas por una máxima concentración de oxígeno y una mínima salinidad. A escala global, el agua intermedia es el agua subsuperficial más dulce del océano . Las lenguas de baja salinidad se extienden desde la superficie del océano austral hacia abajo y hacia el norte en el rango de 800-1000 m de profundidad.


Vídeo  Fotos Los Océanos 

La Historia de la Antártida

        


                    La Historia de la Antártida 

La Antártida

El término “Antártida” proviene de dos palabras griegas: “anti” lo opuesto de y “arktos” el oso. Los griegos denominaban “arktos” al Polo Norte, en referencia a la constelación de la Osa Menor, en la que se encuentra la estrella polar, referencia guía para ubicar rápidamente el norte durante la noche.

Cuando se habla de la“Antártida”, se hace referencia a todas las tierras emergidas al sur de los 60°S, mientras que “Antártico” o “el Antártico”, es un concepto que incluye no sólo a las tierras emergidas, sino también a las regiones marítimas, cuyo límite externo se encuentra en la “Convergencia Antártica”, línea circumpolar de encuentro entre las aguas polares, de menor temperatura y mayor densidad, y las aguas menos densas y más templadas de los Océanos Índico, Pacífico y Atlántico.

 La “Convergencia” también llamada “Zona del Frente Polar” no es un límite fijo, sino que varía según la estación y la longitud considerada, y suele situarse, en promedio, en torno a los 58°S. Se trata de un concepto biogeográfico, que señala un límite abrupto en la composición del plancton y las aves marinas a un lado y otro de la Convergencia.La Antártida cubre una superficie aproximada de unos 14.000.000 km2, de los cuales menos del 1% constituyen áreas libres de hielo. Es el continente más frío, más seco, más ventoso y con mayor altura media más de 2000 m sobre el nivel del mar del planeta.

Existe una serie de variables que hacen que la Antártida sea un continente climáticamente extremo. Sin embargo, el comportamiento y la conexión de estas variables son aún procesos poco conocidos. La observación regular del clima antártico se remonta recién a partir de la década de 1970, y sólo en algunas contadas regiones existen datos confiables de más de 100 años.

Temperatura

La situación polar de la Antártida es, sin dudas, un elemento clave para explicar las bajas temperaturas del continente. En los polos, debido a la inclinación del eje terrestre respecto del plano de órbita del planeta, la radiación solar recibida por unidad de superficie es menor que en bajas latitudes, efecto que se acentúa en invierno. Sin embargo, las marcas registradas en la Antártida son mucho más extremas que las del Ártico, por lo cual es necesario recurrir a explicaciones adicionales para entender el porqué de las tan bajas temperaturas antárticas. 

El efecto albedo, es decir la cantidad de radiación solar que una región refleja, es otro de los responsables de las mínimas temperaturas antárticas. El gran domo de hielo y nieve que cubre la Antártida refleja entre el 80 y el 90% de la energía que recibe del Sol, energía que, como se ha visto, ya es inferior a la recibida en otras latitudes. Este efecto albedo se acentúa entre marzo y septiembre, cuando el hielo marino forma una superficie de reflexión adicional, de área similar a la del continente.

Pero aún así, las diferencias entre el Ártico y el Antártico seguirían sin ser tan pronunciadas. Es allí donde aparece el efecto de la geografía. En primer lugar, Antártida es un continente elevado: más del 50% de su superficie se halla por encima de los 2000 m, y cerca de un 25%, a más de 3000 m de altura. 

Dado que la temperatura desciende un grado por cada 100 m ganados en altura, más de un 50% del continente posee marcas 20°C por debajo de sus equivalentes a nivel del mar, como es el caso del Ártico. Por último, la configuración del continente también juega un rol de importancia: la forma más o menos circular de la Antártida hace que la influencia benigna del mar sólo pueda sentirse en las costas. Las regiones internas de la Antártida, por ende, prácticamente carecen del efecto moderador del mar, acentuando los rasgos de continentalidad.

El comportamiento de las temperaturas en la Antártida puede dar lugar a la definición de dos grandes regiones: las zonas costeras con una subregión situada en la Península Antártida, y la Meseta Polar. Alrededor de las costas antárticas la temperatura media de verano ronda los 0°C, e incluso trepa hasta algunos grados positivo en la zona norte de la Península. 

Ya en invierno las marcas descienden hasta -10°C, -20°C o hasta -30°C dependiendo de la región. Si se consideran promedios de verano e invierno, puede decirse que las zonas costeras muestran amplitudes térmicas moderadas, de alrededor de 10-15°C. En cambio, las condiciones climáticas de la meseta polar son mucho más extremas: difícilmente las marcas estivales superan los -20°C, y los promedios invernales suelen ser inferiores a -60°C. El verano, que aparece y desaparece repentinamente, es extremadamente corto, y no suele prolongarse más de un mes, o dos, como máximo.

Vientos

La circulación atmosférica sobre la Antártida presenta un diseño circular, muy similar al que idealmente podría llegar a modelarse. El aire frío de la zona polar es más denso que el de las latitudes más templadas. Como consecuencia de ello, las masas de aire templado se hunden gradualmente hacia el polo. La rotación de la Tierra desvía a esas masas de aire en movimiento en un sentido anti-horario sobre el polo sur, situación que se reproduce en forma inversa en sentido horario- en el polo norte.

Este movimiento anti horario genera un 

diseño de vientos constantes provenientes del Oeste, que rodean, y aíslan, al continente antártico, impidiendo el ingreso de aire más cálido proveniente de zonas más templadas. En verano, este modelo circular se altera, particularmente en la zona de la Península Antártica, cuya configuración y ubicación permite el ingreso de vientos septentrionales, con el consecuente ascenso adicional de la temperatura.

Por otra parte, en las zonas costeras se verifica un tipo particular de movimiento eólico conocido como “vientos catabáticos”. El aire más frío de la zona polar, por su mayor densidad, fluye por gravedad  hacia los márgenes del continente, generando un flujo centrífugo de vientos los vientos catabáticos. Al llegar a la costa, estos vientos son forzados a desviarse a causa de la fuerza de Coriolis debida a la rotación terrestre, dando como resultado un diseño de vientos costeros provenientes del Este. Las ráfagas producidas por el movimiento de estas masas de aire aparecen en forma repentina y pueden alcanzar velocidades cercanas a los 200 km/h. La influencia de estos vientos, sin embargo, sólo alcanza a sentirse en una estrecha faja costera.

La Antártida es uno de los continentes más secos del planeta, y esto se debe básicamente a la conjunción de tres factores: su posición polar, el diseño de vientos y la altura de la Antártida.En primer lugar, el aire frío es capaz de retener menor humedad que el aire más templado, de modo que la atmósfera antártica, de por sí, se caracteriza por índices muy bajos de humedad. 

El diseño circular de vientos, por su parte, impide que aires más templados cargados de humedad, provenientes de latitudes más bajas, ingresen al continente. Sin embargo, cuando esto ocurre, especialmente en verano y en la Península Antártica, el viento es forzado a elevarse a la altura de la meseta polar o de las cadenas montañosas, descargando  precipitaciones orográficas en las zonas costeras y penetrando al continente como vientos secos.

Así, teniendo en cuenta los índices de precipitaciones, pueden identificarse en la Antártida tres zonas bien diferenciadas: a la Meseta Polar, donde las precipitaciones son muy escasas y el promedio anual es menor a los 100 mm, marca comparable a las registradas en el desierto del Sahara, b las costas de Antártida Oriental donde las precipitaciones orográficas llevan estas marcas a valores que oscilan entre los 200 y los 600 mm, que, aún

Así, determinan condiciones áridas a semiáridas, y la Península Antártica y las islas Shetland del Sur, sector en donde se registran precipitaciones que alcanzan los 1000 mm, dando como resultado regímenes subhúmedos a húmedos. Todas las precipitaciones en la Antártida ocurren en forma de nieve, con excepción de las lluvias estivales que se producen en algunos sectores del norte de la Península Antártica, como las islas Shetland del Sur.

Su tamaño es mayor que el de Australia y algo menor que el de América del Sur. Está separado de la última por el pasaje Drake o mar de Hoces, de casi 1000 km, mientras que la distancia a África y a Australia es de 3800 y 2500 km, respectivamente. Es un continente rodeado por océanos, a diferencia del Ártico, que es, en esencia, un océano rodeado por continentes.La Antártida, en una vista en planta, describe una forma de coma, con una región de forma circular, la Antártida Oriental, y un apéndice que se extiende y adelgaza hacia el norte: la Antártida Occidental.

La Antártida Oriental, con frente al Océano Índico, posee un radio de algo más de 2000 km, y se halla prácticamente cubierta por un gran domo de hielo, que llega a alcanzar profundidades mayores a 4000 m. Por debajo de este domo, la altura promedio del basamento rocoso es cercana a los 0m. El paisaje de la Antártida oriental es monótono, formado por una extensa planicie de hielo, la Meseta Polar, que sólo se halla interrumpida por algunas cadenas montañosas, y unos pocos cerros aislados que sobresalen del campo de hielo, conocidos como nunataks. La línea de costa es también muy regular, dominada por un frente de hielo casi continuo de unos 50 metros de altura, con escasos sitios de playas libres.

La Antártida Occidental, por su parte, da frente a los Océanos Atlántico y Pacífico. Su rasgo más destacado es la Península Antártica, un archipiélago que se prolonga 1200 km hacia al norte, en dirección a Tierra del Fuego, y se halla cubierto por un extenso manto de hielo y por glaciares de valle, cuyas acumulaciones promedio llegan a los 2000 m. A diferencia de la Antártida Oriental, el paisaje que ofrece Antártida Occidental es mucho más variado, dominado por cadenas montañosas y fiordos ocupados por lenguas glaciarias, con una línea de costa mucho más irregular y con una mayor presencia de playas y puertos naturales libres de hielo. 

Buena parte del basamento sobre el que se apoya el hielo de la Antártida Occidental se halla por debajo del nivel del mar. De hecho la altura promedio de ese zócalo de rocas es de  -800 m. No obstante ello, la Antártida Occidental posee varios picos por encima de los 3000 m, incluyendo el Monte Vinson, de 4897 m, la altura máxima del continente antártico. La división entre las regiones oriental y occidental es abrupta y está dada por una cadena montañosa que se extiende a lo largo de 3500 km, entre el Mar de Ross y el Mar de Weddell, conocida como los Montes Transantárticos, cuyas alturas máximas trepan hasta los 4500 m.

Las principales unidades geográficas están dadas por barreras de hielo, cadenas  montañosas, archipiélagos, y regiones costeras conocidas como “Tierras”, que normalmente no presentan rasgos distintivos que las diferencien de otras costas, pero que fueron así llamadas por los primeros exploradores que, sin poder acceder a ellas debido a la presencia de extensas plataformas de hielo que impedían su paso, sólo podían avistarlas desde la lejanía.

La Antártida, testimonio del pasado del planeta

La capa de hielo que cubre la Antártida es uno de los mejores registros existentes para entender cómo se comportó el clima de la Tierra en el pasado. La Antártida «esconde las huellas del pasado del planeta Tierra». Así se explica en el libro Past Antarctica Elsevier, que acaba de publicar el geógrafo e investigador Ramón y Cajal de la UB Marc Oliva. La obra supone el primer esfuerzo realizado hasta ahora para reconstruir el pasado del continente «más frío, seco y remoto» de nuestro planeta sintetizando el conocimiento que existe sobre él en las diferentes disciplinas como la geología, la climatología la biología o la historia.

El geógrafo Marc Oliva, que publica el libro junto a Jesús Ruiz Fernández, de la Universidad de Oviedo, afirma que «la capa de hielo que cubre la Antártida es uno de los mejores registros existentes para entender cómo se comportó el clima de la Tierra en el pasado». Ahora bien, a pesar del interés científico, «el aislamiento físico del continente antártico, la dureza de las condiciones climáticas imperantes y el reducido número de estaciones científicas hacen muy difícil la investigación para averiguar cómo fue la Antártida en el pasado».

El continente antártico, tal y como lo entendemos hoy en día, nació como resultado de la tectónica de placas: cuando el istmo de tierra que lo conectaba con Sudamérica se rompió, comenzó una migración de la Antártida hacia el polo sur, paralela a un enfriamiento a larga escala. Así se empezó a acumular una ingente masa de hielo que persiste hasta nuestros días. El libro que ahora se publica recoge aportaciones de las diversas perspectivas sobre la evolución que ha experimentado hasta ahora el continente antártico y organiza las investigaciones en cuatro apartados: variabilidad climática pasada, geología y dinámica geomorfológica, biodiversidad y cambios ecológicos en el pasado, y expediciones humanas y tendencias climáticas recientes.

Marc Oliva explica que el libro nació porque «detectamos que, a menudo, las diferentes especialidades no tienen trato entre sí». Por ejemplo, los geomorfólogos estudian las zonas donde el hielo se ha retirado y la edad en que lo hizo. Pero que la zona se deshelase hace 10.000 o 25.000 años tiene consecuencias para los biólogos, ya que si hay hielo, no hay especies vegetales, «y saber la edad en que el hielo se retiró posibilita entender por qué hay unas determinadas comunidades vegetales u otras». En conclusión, «el libro nace con la voluntad de estrechar vínculos, interacciones entre las diferentes disciplinas que estudian el pasado en el continente helado para poder prever mejor el futuro».

Sobre ese futuro, Oliva apunta que «en el aspecto climático los informes internacionales proyectan cambios importantes, especialmente en la Antártida occidental y la península antártica, donde el calentamiento podría aumentar la fusión de los glaciares y la superficie libre de hielo». Ello podría hacer que el ser humano quisiera aprovechar la ausencia de hielo y explotar los recursos que esconde el continente, «aunque existe la firme voluntad por parte de los países firmantes del Tratado Antártico de que el continente siga siendo un santuario para la ciencia y la paz».

Marc Oliva es el investigador principal del Grupo de Investigación Antarctic, Arctic and Alpine Environments ANTALP de la UB. Ha participado en ocho expediciones a la Antártida y cuatro al Ártico. También ha investigado en distintas cordilleras del planeta para analizar los procesos de la superficie de la Tierra que tienen lugar en entornos climáticos fríos. Su investigación se centra en el estudio de los procesos geomorfológicos actuales y pasados, así como en el clima pasado en las regiones polares y en las altas montañas.

La Antártida vivió  su jornada más calurosa desde que se tiene registro, ya que superó los 18 grados y quebró la marca de 17.5 del 24 de marzo de 2015.En ese sentido, este jueves el termómetro se clavó en 18.3 grados en la zona donde está instalada la base Esperanza de la Argentina.Esta marca superó en casi un grado el récord anterior que se había dado el 24 de marzo de 2015 cuando se registraron 17.5, ya que la temperatura se comenzó a medir, en forma regular en la base, en 1961.

La Base Marambio también registró la temperatura más alta para lo que es febrero se mide desde 1971 al alcanzar 14.1 grados y superar los los 13.8 grados que hubo el 24 de febrero de 2013.Estas marcas en la Antártida se produjeron en la misma jornada en la que se vive la segunda ola de calor en el área metropolitana de Buenos Aires, donde la sensación térmica llegó a los 42 grados, con una temperatura superior a los 35. De la Antártida




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