Las Cuevas del Cerro del Águila en Ávila
Historia de Ávila
Las Grutas del Águila son unas de las maravillas de la naturaleza ubicadas en las profundidades de las tierras de la provincia de Ávila. Disfruta de un panorama excepcional, de estas grutas llenas de estalactitas y estalagmitas muy antiguas que os dejarán a ti y a tu familia de piedra. El recorrido es de aproximadamente 1 km, así que es recomendable llevar una chaqueta por la cantidad de humedad de las grutas.
Lo mejor es ir con tiempo y preparar un plan completo. Uno de los lugares cercanos a visitar son las Arenas de San Pedro, un pueblo precioso con tiendas, hoteles y restaurantes. El Castillo de la Triste Condesa y el Palacio del Infante Don Luis de Borbón, hermano de Carlos III, y el Convento de San Pedro de Alcántara, en un paraje natural espectacular, además, a las afueras del pueblo, hay un precioso puente medieval de piedra sobre el río.
Poyales del Hoyo es un pueblecito de poco más de 3 km cuadrados donde se puede visitar el Museo de las Abejas del Valle, el Museo del Juguete Gigantea, la Iglesia parroquial del siglo XV y un montón de rutas para realizar con la familia e incluso hacer picnics.
Si tenéis pensado comer por la zona, pero no sabéis exactamente dónde, podéis entrar en este enlace para ver una selección de restaurantes de la zona con opiniones de los visitantes.
Os recomendamos entrar en la web de Turismo de la Diputación de Ávila para investigar un poquito más las opciones que tenéis.
Cuevas del Águila
y descubre un mundo oculto
Las cuevas se encuentran enclavadas en el pequeño Cerro de Romperropas, también conocido como Cerro del Águila, que da nombre a las cuevas. La roca caliza permanece oculta por el bosque de encinas que decora el cerro, por eso sorprende aún más el paisaje subterráneo que vamos a encontrar.
La visita a las cuevas se realiza a pie, por ello es aconsejable llevar calzado apropiado debido al alto grado de humedad. A la entrada se encuentran unos paneles de interpretación con información complementaria para la visita.
Un vigilante/guía acompaña a los visitantes por este fascinante mundo subterráneo aportando información sobre el descubrimiento, la formación y la singularidad de esta sorprendente cavidad kárstica, única en el centro de la Península Ibérica.
Historia
Descubrimiento
Su descubrimiento se produjo accidentalmente en la tarde del 24 de diciembre de 1963 cuando cinco chavales que merodeaban por el Cerro de Romperropas o Cerro del Águila, se sorprendieron al observar que salía vapor por un agujero. El vapor de agua se producía por la diferencia de temperatura en el interior, unos 17ºC, y el frío del exterior.
Con la ayuda de cuerdas y linternas los chicos se aventuraron a entrar por lo que parecía una gatera de apenas 60 cm de diámetro. Descendieron durante un rato y recorrieron unos 50 o 60 metros gateando hasta llegar a la gran bóveda principal. Después, estuvieron perdidos en el interior de las cuevas durante casi cinco horas, hasta que lograron encontrar de nuevo el agujero por donde habían entrado.
Luego vino todo lo demás, dar la noticia del gran acontecimiento a las autoridades, dueños de la finca, expertos, etc. Tras duros trabajos de acondicionamiento y desde el 18 de julio de 1964 las Cuevas del Águila están abiertas al público todos los días del año.
HACE MILES DE AÑOS
En algún momento hace miles de años, el suelo cedió unos centímetros, lo que ocasionó la rotura de numerosas columnas, muchas de las cuales presentan un separación plana entre los dos trozos a media altura.
MÁS DE 500 MILLONES DE AÑOS
La formación de cuevas se compone de calizas Paleozoicas atribuidas al Cámbrico inferior. ¿Qué significa esto? Que se formaron hace 500 o 540 millones de años. Imagínate, se formaron cuando invertebrados como los Trilobites eran las especies dominantes en la tierra.
MORFOLOGÍA
Una cueva consiste en una cavidad kárstica formada mediante procesos geológicos milenarios, tales como filtraciones de agua de lluvia y corrientes subterráneas. La cueva dejó de funcionar como conducción subterránea y, desde entonces, mediante la lentísima filtración de aguas superficiales cargada de CO2 que disuelven el carbonato cálcico, crean formaciones de estalactitas, estalagmitas, gours, coladas, excéntricas, entre otros tipos de espeleotemas. Se estima que un espeleotema crece aproximadamente un centímetro cada 150 años.
Las cuevas del Águila, el hallazgo milenario abulense
Con 14 millones de años de antigüedad, sus estalactitas y estalagmitas son resultado de la filtración de cal y hierro por la roca caliza.
Las cuevas del Águila tienen una temperatura constante durante todo el año, en torno a 18 °C y cerca del 95% de humedad | Alba Felipe
Hace 50 años, cinco jóvenes cambiaron la tradicional cena de Nochebuena por una experiencia algo más aventurera, un paseo nocturno por el cerro de Romperropas. No se trata del comienzo de una de las aventuras escritas por Enid Bliton, cuyos cinco protagonistas daban nombre a la saga Los Cinco, sino de una historia real abulense.
El 24 de diciembre de 1963, cuatro hermanos y un amigo curioseaban por el cerro de Romperropas, cuando se toparon con una columna de vaho que salía de un agujero del suelo. Sin dudarlo ni un segundo, se adentraron por ese orificio de aproximadamente 60 centímetros de ancho y se arrastraron reptando unos 50 metros hasta llegar a una gruta. Estuvieron perdidos casi 5 horas con la única compañía de unos candiles. Aunque, muy a su pesar, no dieron con algún tesoro oculto propio de las fábulas piratescas, descubrieron un hallazgo mucho más espectacular, unas galerías inmensas repletas de formaciones rocosas que tras ser admiradas unos instantes siempre causan el mismo efecto, dar rienda suelta a la imaginación.
No obstante, no nos cabe la menor duda de que esta historia tiene que sonar mucho más emocionante contada por sus protagonistas, de modo que si te animas, decirte que aún viven y puedes encontrarlos en Arenas de San Pedro, un pueblo cercano.
Son muchos los visitantes que coinciden en los parecidos de algunas formaciones. Esta, por ejemplo, ha sido bautizada como ‘La Mazorca’ | Alba Felipe
Las cuevas del Águila están ubicadas en Ramacastañas, un pueblo de Ávila situado en pleno valle del Tiétar conocido como «la Andalucía de Ávila», por tener las temperaturas más altas de toda la provincia y a solo 9 kilómetros de Arenas de San Pedro. El cerro donde se encuentra pertenece a la sierra del Águila, lugar que daría nombre a la cueva.
Esta gruta, de 10.000 metros cuadrados, se ha formado por las filtraciones del agua de lluvia y sales minerales que arrastraba a través de la roca caliza, dando lugar a espectaculares estalactitas, estalagmitas y gours que cumplen ya 14 millones de años y que no paran de crecer. La cal filtrada da una tonalidad blanquecina a las formaciones, el hierro, un color amarillento, el magnesio las tiñe de gris y negro, y la arcilla y el barro, de un tono rojizo.
Las formaciones gotean, por lo que ver charcos es algo común. De hecho, encontramos una «fuente de los deseos» en la que los visitantes lanzan monedas con la esperanza de ver cumplidas sus peticiones.
Detalle de algunas de las numerosas y espectaculares estalactitas y estalagmitas que visten las grutas del Águila | Alba Felipe
Si le echas un poco de imaginación, podrás ver en muchos de ellos curiosas formas, como la Virgen del Pilar, una mano o una cabeza de toro, que el guía te irá enseñando a medida que avances en la visita. Además, podremos observar que algunas formaciones se han partido, con motivo de movimientos sísmicos que se produjeron en el pasado.
DÓNDE ESTÁN? ¿QUÉ SON?
Las Cuevas o Grutas del Águila están en Ramacastañas, en la provincia de Ávila, a 9 km de Arenas de San Pedro, en el Valle del Tietar, al sur de la Sierra de Gredos.
Las Cuevas son una cavidad kárstica originada por diferentes procesos geológicos como corrientes de aguas subterráneas o filtraciones de agua de lluvia. La formación de estalacticas y estalagmitas se sigue llevando a cabo por la humedad de la cueva
CUÁNDO Y CÓMO SE DESCUBRIERON?
Las Cuevas o Grutas del Águila se descubrieron el día de nochebuena. Cuatro hermanos y un amigo perseguían un conejo en el cerro de Romperropas. Observaron como de un agujero salía vaho y humo. Y no se acobardaron. Entraron por el agujero, llegaron hasta una gran sala, se perdieron y, varias horas después, encontraron una salida.
Las estalactitas crecen un centímetro cada 150 años. Piénsalo detenidamente. Un centímetro cada 150 años. Podrías estar toda tu vida observando una estalactita y no la habrías visto crecer ni tan siquiera un centímetro.
Y algunas de estas estructuras miden varios metros.
Los propios descubridores enseñaron las cuevas a la gente hasta que se jubilaron hace no mucho tiempo. Aquellos chavales que iban detrás de un conejo, encontraron trabajo de una forma, realmente, curiosa.
QUÉ TIEMPO TIENEN?
Qué pueden tener 3, 15 o 50 millones de años. No me cabe en la imaginación un millón de años y, mucho menos, 15 o 50. Sólo consigo marearme cuando pienso en esas cifras.
La iluminación es fantástica. Tenue, moderada, pero, estratégicamente, ubicada. Resalta las formas y les da volumen y personalidad.
Historia de Ávila
Ávila, con acento en la Á es la forma correcta de escribir su nombre en español. Puede haber sido la antigua ciudad conocida como Abula, mencionado por Ptolomeo en su Geographia II 6, 60 que se encuentra en la región de Bastetania Ibérica.
Abula se menciona como una de las primeras ciudades en Hispania que fue cristianizada, concretamente por San Segundo. Sin embargo, Ávila puede haber sido la antigua Obila, mientras que Abula puede haber sido el pueblo de Abla.
Prehistoria y romanos
Monumento conocido como "Los Cuatro Postes"
Restos romanos junto a la Puerta de San Vicente.El nombre de la ciudad viene de los distintos pueblos y tribus que han vivido a lo largo de milenios en la provincia. Los primeros fueron los vetones, que la llamaron Óbila (monte alto), siendo uno de los castros más importantes de esta tribu, junto con Sanchorreja, Berrueco, Mesa de Miranda, Las Cogotas, El Raso y Ulaca. Los vetones dejaron vestigios por toda la geografía de la provincia de Ávila, especialmente en forma de verracos. Más tarde la poblaron los romanos, dándole el nombre de Abila o Abela. Los romanos dejaron también su marca en la ciudad, que consistía por entonces en el actual casco viejo, la parte rodeada por las murallas. Calzadas, mosaicos o la plaza del Mercado Grande, o El Grande, son parte de los vestigios romanos que quedan.
El interior de la ciudad aún mantiene el trazado típico de las ciudades romanas tipo hiberna (castros estables), de contorno rectangular, con dos calles principales (cardo y decumano) que se cortan ortogonalmente en el centro donde estaba el foro. Actualmente este trazado aparece sólo parcialmente modificado, reconociéndose fácilmente antiguas entradas romanas en las puertas de San Vicente y Gonzalo Dávila, donde los cubos defensivos originales fueron conglobados en la muralla medieval. También se mantienen las manzanas cuadrilongas recuerdo de las insulae romanas. El Cardo máximo corresponde a la actual Calle de Vallespín; mientras que el Decumano máximo lo constituirían la Calle de los Caballeros y la Calle de Bracamonte. Todas ellas confluyen en el «Mercado Chico» que fue el antiguo foro. Por su parte, la necrópolis romana estaba al este, más allá de la Calle de San Segundo, de modo que en toda esa parte de la muralla se pueden observar piezas funerarias reaprovechadas como materiales de construcción: estelas, aras, cipos, «verraquitos» y cápsulas cinerarias de granito, incrustados en los lienzos del muro oriental.
Aparte de los restos arquitectónicos, hay numerosos restos cerámicos, monedas y otros objetos arqueológicos representativos de la vida cotidiana en la Antigüedad.
Visigodos
Los primeros asentamientos visigodos en la península se consideraban geográficamente muy cerrados. Según Palol y sus estudios, los asentamientos visigodos en España comprenden las ciudades de Burgos, Soria, Guadalajara, Toledo, Ávila, Cáceres, Madrid y Palencia, lo que induce a pensar que la elección de estos asentamientos es estratégica. Aunque su ubicación concreta no está determinado en la ciudad de Ávila se sabe que fue una de las plazas fuertes de la época visigoda. Durante los siglos VI y VII no hubo conflictos en la ciudad.
Los visigodos utilizaban la tierra para cultivos de cereal y ganadería, según las pizarras encontradas sobre todo en el municipio de Diego Álvaro. La importancia de Ávila en este periodo se debe a un carácter religioso según la documentación que detalla la intervención de los prelados de Abela en los concilios toledanos.
Arqueología
Corrobora el devenir visigodo en Ávila el templo de Santa María de la Antigua. Las crónicas registran que este monasterio fue fundado antes del año 687, siendo monasterio mixto (para ambos sexos) hasta la llegada de los árabes. Su importancia era tal que se cita como el lugar donde murió Santa Leocadia, hija del Rey Wamba. En esta iglesia estaría enterrado también el duque Severiano, un noble visigodo.
Edad Media
Invasión musulmana
No se puede precisar por falta de datos las circunstancias y vicisitudes durante la etapa de dominación musulmana ni tampoco concretar la relación social, económica, cultural, política y religiosa que pudieran tener esta creencia en Ávila. Lo único que parece seguro es que durante los primeros años de la invasión musulmana la ciudad se convirtió en un punto estratégico, siempre deseada por árabes y cristianos como enclave defensivo, y los enfrentamientos por su posesión fueron permanentes. Hubo incursiones de los reyes cristianos en la ciudad después de la ocupación musulmana pero no llegaron a asentarse. Alfonso I y su hijo Fruela llevaron a cabo varias expediciones llegando a entrar en la ciudad (740-742) sin ánimo de permanecer, más bien con intención de destruir las defensas, recaudar botín y a la vez, aprovechando que los pobladores cristianos de la ciudad seguían al rey en su repliegue, obtenían pobladores para las tierras ocupadas y guerreros para la defensa de los reinos cristianos.
Tras estas incursiones, se suceden en Ávila tres siglos de los que se conocen pocos aconteceres. Ávila, como otras poblaciones de la meseta, debido a que queda en tierra de nadie, sujeta a las sucesivas expediciones de unos y otros, con la consiguiente destrucción de campos y poblaciones, quedó prácticamente despoblada. Desde el siglo VIII estas zonas o ciudades pueden considerarse dentro del llamado "desierto estratégico" en el que hubo un fuerte despoblamiento, convirtiéndose a su vez en tierra de nadie y siendo escenario de las correrías de ambas fuerzas.
Reconquista
Flanco noroeste de las Murallas de Ávila. En el siglo XI Don Raimundo de Borgoña, yerno de Alfonso VI de Castilla fue el encargado de la repoblación del centro de la península, y con el fin de proteger Toledo surgen las ciudades amuralladas de Salamanca, Ávila y Segovia. Más tarde la repoblación de la península se va llevando más al sur dejando a Ávila en un segundo plano casi sin relevancia en la época, aunque envía procuradores a las Cortes castellanas.
En la baja Edad Media siglo XV y XVI la ciudad vuelve a renacer gracias a las idas y venidas de la corte. La ciudad y la provincia prosperaron enormemente y fueron el lugar de nacimiento de numerosos personajes religiosos, escritores y consejeros espirituales como Santa Teresa de Cepeda y Ahumada en la capital y San Juan de la Cruz en la provincia Fontiveros.
Guerras Civiles castellanas
Durante la guerra civil castellana fue sede de los partidarios del infante Alonso. Su concejo fue uno de los principales organizadores de la Guerra de las Comunidades y en ella se formó la primera junta de los comuneros.
A partir del siglo XVII la ciudad empieza una larga decadencia y una despoblación que la dejó con apenas 4.000 habitantes, empezando una lenta recuperación en el siglo XIX, con la construcción del ferrocarril.
El siglo XX
El proceso de desarrollo e intensa urbanización que se inicia en el siglo XX han conducido a la ciudad a un segundo plano de la realidad española. Las primeras décadas del siglo han mostrado asimismo un cierta tendencia de la ciudad a preservar sus tradiciones frente a los cambios sociales que se habrían de producir necesariamente en todo el país.
En 1936 tras el estallido la Guerra Civil, la ciudad enseguida pasa a formar parte de la zona ocupada por las tropas sublevadas, no produciéndose acontecimientos históricos de relevancia.
Durante la dictadura franquista se intensifica el proceso de despoblación de la provincia que ha de afectar necesariamente a la ciudad.
Historia de la Ávila prerromana y romana
Probablemente los primeros pobladores del territorio abulense fueron las tribus celtibéricas de los vetones y arévacos, allá por el siglo VIII antes de Cristo. La ciudad de Ávila nacería de esta manera como un modesto castro llamado "Obila", alrededor de lo que hoy es la Plaza del Mercado Chico.
Verraco celtibérico expuesto en la antigua iglesia de Santo Tomé el Viejo
Esta condición de "lugar fuerte" no la va a perder durante los siglos venideros y serán muchos los pueblos que la pugnarán y habitarán.
Cenotafio de San Vicente. Ávila
La llegada de los romanos no provocó grandes enfrentamientos con los pueblos autóctonos, comenzando un periodo de intensa romanización como lo demuestran los restos de calzadas y puentes conservados a lo largo y ancho de la provincia. No obstante, la ciudad no debió llegar a ser más que un emplazamiento militar de segundo orden en el contexto de la Hispania romana.
Plaza del Mercado Chico. Posible ubicación del antiguo foro romano
El "forum", corazón de las ciudades romanas parece que de nuevo se hace coincidir con la actual Plaza del Mercado Chico, alrededor de la cual se terminaría por levantar un primer recinto murado, que en su costado oriental y los primeros tramos norte y sur coinciden con la actual muralla medieval, pero que no se desplazaría hasta el río Adaja sino que atajaría por lo que hoy es la Travesía de Santo Domingo.
Sillares romanos en el lienzo oriental de la muralla
Además de sillares graníticos en el lienzo oriental de la ciudad ha quedado abundante material funerario utilizado también en la muralla, parte del puente romano del río Adaja, y fragmentos de algunas calzadas.
Puente sobre el río Adaja
La cristianización comienza en el siglo II y alcanza relevancia a finales del IV con el nombramiento de Prisciliano como obispo.
Martirio de los Santos Vicente, Sabina y Cristeta por los romanos en el siglo IV
Tras la caída del imperio, Ávila permaneció bajo poder visigodo, aunque los testimonios de su presencia son escasos. Lo más destacable es la aparición de tumbas germánicas entre las iglesias de San Pedro y Santa María de la Antigua, que pudieron pertenecer a un monasterio visigodo ubicado en esta última. También se sabe que los obispos de Ávila acudían habitualmente a los Concilios de Toledo.
Historia de Ávila alto medieval
Como para toda España, uno de los hechos capitales de la historia abulense acontece en el año 711 con la invasión árabe de la península. Pues sólo un año después, Ávila ya es ciudad bajo poder musulmán, aunque el rey asturiano Alfonso I, aprovechando las revueltas beréberes del centro de la península toma la ciudad para llevar a sus pobladores a Asturias, a mediados del siglo VIII.
Así comienza un periodo de casi 400 años en que este territorio se convierte en campo de batalla fronterizo, con una población escasa, sin estabilidad económica, política ni cultural.
Durante tres siglos son innumerables las acciones militares de ocupación y devastación que astur-leoneses, castellanos y árabes protagonizan para la toma de Ávila y otras plazas fronterizas, pasando de mano en mano, pero nunca llegando a causar una organización urbana estable.
Los musulmanes, más acostumbrados y deseosos de tierras fértiles y de buen clima, no manifestaron interés real por su posesión, salvo por fines militares. Los cristianos del norte, por el contrario, perseveraron en la intención de su repoblación, pero los vaivenes de las acciones bélicas solían malograr este empeño.
La repoblación definitiva de Ávila en el siglo XI
A pesar de la situación de precariedad citada, siempre debieron permanecer pequeños núcleos de población cristiana que permitirían la continuidad de los lugares de culto tardorromanos y visigodos, y que tenderían un puente histórico con las gentes y culturas que terminarían por revitalizar la antigua urbe a finales del siglo XI.
En efecto, tras las peores devastaciones de Almanzor al filo del milenio, desaparece el Califato de Córdoba y ello permite a castellanos y leoneses recuperarse e iniciar un esfuerzo conquistador mucho más firme que en épocas precedentes. Este proceso culminaría con la conquista de Toledo por Alfonso VI en el año 1085.
Murallas
Con el avance de la frontera, Ávila, como otras antiguas ciudades: Salamanca, Segovia, Sepúlveda, etc. pasan a la retaguardia, pero al mismo tiempo son potenciadas al convertirse en plazas estratégicas de defensa de esa frontera adelantada. Alfonso VI ordena a Don Raimundo de Borgoña, de origen francés y esposo de su hija Urraca, la misión de repoblar estas plazas, con gentes procedentes de diversas regiones norteñas.
La Muralla de Ávila es el símbolo medieval de Ávila
La repoblación de la ciudad de Ávila y su entorno se desarrolla según un plan sistemáticamente concebido al albergue de importantes privilegios reales.
Rosetón de San Pedro de ÁvilaGentes de diversas procedencias inician una especie de éxodo hacia estas tierras fronterizas. Leoneses, burgaleses, cántabros, asturianos, gallegos, francos e incluso moros cautivos forman un mestizaje que dio un intenso vigor a la ciudad. Comienza, entonces, una época de incesante actividad repobladora y constructiva que creará una sociedad completamente nueva, llegando a tener -según Barrios- 6.615 habitantes en 1250, constituidos por cristianos, moros y judíos.
Capitel del nártex de la Basílica de San Vicente, Ávila
Éste es el momento de la gran eclosión del románico en la ciudad de Ávila. No se sabe si a finales del siglo XI estarían comenzadas algunas iglesias. Quizás sí en San Andrés. Durante la primera mitad del siglo XII se iniciarían otras como San Vicente y a finales de ese siglo el románico se extendería a las numerosas parroquias intramuros y extramuros.
La grandiosidad de la Basílica de San Vicente de Ávila es ejemplo de la historia de Ávila
El carácter militar y religioso que impregna este resurgir de Ávila va a marcar su personalidad para los siglos venideros. Es por ello que veremos a caballeros abulenses en las principales acciones reconquistadoras de los siglos XII y XIII.
Fachada occidental de San Pedro de Ávila
La provincia actual de Ávila quedó repartida en dos Comunidades de Villa y Tierra, la de Ávila y la de Arévalo, ambas con vastísimos territorios bajo su influencia.
Orígenes
Los primeros habitantes de los que se tiene constancia es una tribu celtíbera que parece ocupó la zona en el siglo VIII a. C., en concreto fueron los vetones los que se asentaron en un pequeño castro llamado Obila.
Plaza Mayor de Ávila, el centro de la vida civil, historia de Ávila
Más tarde los romanos se establecieron en la región, manteniendo la conquista de la ciudad durante seis siglos, en los cuales se hicieron las primeras obras de ingeniería, como calzadas, puentes y murallas.
Tras los romanos llegaron los visigodos, pueblo que gobernó hasta la invasión ibérica de los árabes en el siglo VIII.
Durante tres siglos fueron constantes las batallas en la ciudad entre los musulmanes y los cristianos, porque lo que en éste tiempo nadie llega a asentarse definitivamente.
Conquista cristiana
En el año 1085, después de la conquista de Toledo por el rey Alfonso VI, se potencia el crecimiento de las ciudades del norte, como Ávila, Segovia y Salamanca, para que sirvieran de defensa a la capital.
Con éste fin, el rey encarga a su hija y su yerno, Raimundo de Borgoña, la tarea de repoblar la zona con personas provenientes de otras regiones más al norte.
Historia de Ávila
Muralla de Ávila, la muralla medieval mejor conservada de España
A partir de entonces comenzó un rápido proceso de crecimiento de la ciudad, en ese período se construyó la muralla, la catedral y otras iglesias menores.
Ávila llegó a convertirse en una de las diecisiete ciudades del Reino de Castilla que tenía derecho a voto en las Cortes, un gran privilegio durante la Edad Media y Moderna.
Santa Teresa de Ávila
Uno de los personajes más conocidos de la historia de Ávila es Teresa de Cepeda y Ahumada, más tarde canonizada como Santa Teresa de Ávila.
La religiosa, nacida en la ciudad el 28 de marzo de 1515, fundó junto con San Juan de la Cruz el primer convento de Carmelitas Descalzas, rama perteneciente a la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo centrada en los votos de pobreza.
Guerras y contiendas
Tras la Guerra de las Comunidades la ciudad inició un imparable declive, favorecido además con el traslado de la capitalidad a Madrid, quedándose en segunda línea de las grandes urbes españolas.
La Guerra de Independencia contra los franceses a principio del siglo XIX y la Guerra Civil en el siglo XX, agravaron aún más la situación, siendo la ciudad saqueada e incendiada en varias ocasiones.
Convento de Santa Teresa en Ávila
Actualidad
A partir de la segunda mitad del siglo las cosas cambiaron, se potenció el turismo atraído por los valiosos monumentos que se conservan.
En 1985 recibió la máxima calificación que se le puede conceder a los sitios de interés turístico, la ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tres años antes, el casco histórico ya había recibido la catalogación de Bien de Interés Cultural.
Para conocer más sobre la historia de Ávila, puedes apuntarte a una visita guiada o un tour de misterios y leyendas
Al abrigo de la Sierra de Gredos se alza Ávila, declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Tras las murallas de esta capital castellano-leonesa se esconde un valioso conjunto de iglesias y palacios renacentistas, testigo del esplendor pasado de la urbe como centro de producción textil.
Su condición de cuna de Santa Teresa de Jesús ha dejado en toda la ciudad, tanto dentro como fuera del recinto amurallado, un gran número de edificios religiosos vinculados a la vida de la mística.
La Comisión Europea ha concedido a Ávila el premio de 2010 a la Ciudad Accesible.
Los excelentes asados y el famoso chuletón de ternera de Ávila son sólo una parte del rico recetario de la provincia, sin olvidar, en el apartado de repostería, las célebres yemas de Santa Teresa.