sábado, 9 de mayo de 2020

El Apocalipsis nuestro Tiempo el fin del Mundo




El Apocalipsis nuestro Tiempo el fin del Mundo
Historia del Apocalipsis el fin del Mundo

Quién no ha escuchado, desde la propagación del coronavirus, que ha llegado el final de todo. Todos muertos, el virus acabará con todos; es el final. Las narraciones del final forman parte de nuestra historia y, sin duda, nosotros mismos nos encontramos ahora produciendo documentos culturales acerca de la caída apocalíptica y la aniquilación de la vida, que legaremos a nuestros descendientes. 

A este respecto, creemos que resulta de interés regresar a la gran referencia en el estudio de las ficciones apocalípticas, el ensayo de Frank Kermode titulado El sentido de un final 2000, ed. Gedisa, que parte de la vinculación entre la narración y el mito.
Las narraciones apocalípticas que escuchamos  todos los días desde la irrupción del coronavirus requieren de acuerdos sobre el comienzo y el final del mundo, lo que dota de sentido a la vida. El final que nos narramos, por tanto, refleja nítidamente nuestras preocupaciones presentes.



Estudiando la historia del género apocalíptico, el crítico británico señala que la teología podía insistir en la caída al mismo tiempo que afirmaba que esta no podía ser predicha por el hombre. Kermode entiende que la estructura apocalíptica depende del mito de la Transición definido en el siglo XII por Joaquín de Fiore, quien se basó en la Trinidad para dividir la historia en tres partes, trasformando el presente en un periodo de transición en un mundo dirigido a la caída; esto conllevaría que los hombres tuviera la sensación de vivir en un momento de transición decisivo. 


“Antes del Fin existe un periodo que no pertenece exactamente al Fin ni al saeculum que lo precede sino que posee sus propias características. Este periodo de Transición no parece haber sido definido hasta finales del siglo XII, pero la definición alcanzada entonces la de Joaquín de Fiore ha dado pruebas de ser sumamente durable. Su origen se encuentra en el reinado de tres años y medio de la Bestia que, en las Revelaciones, precede los Últimos Días. 



La última transición debía comenzar en 1260, fecha obtenida mediante la multiplicación de cuarenta y dos por treinta, el número de años en cada generación entre Abraham y Cristo. Entonces se consideraba que esta cifra correspondía al advenimiento del Anticristo” pág 23. Pero las profecías de que en tal fecha, o en tal otra, se produciría la aniquilación de la vida humana sobre la tierra, iban siempre acompañadas de burlas al deseo de que irrumpiera el final.



La Iglesia se mostraba muy hostil hacia las interpretaciones de la Revelación que pudieran contradecir la lectura ortodoxa. Sin embargo, la profecía histórica de los joaquinistas logró expandirse en ámbitos no ortodoxos a partir del siglo XIII, y esto a pesar de que se la condenó en 1260. Así, la profecía histórica se entiende desde la estructura tripartita definida por Joaquín de Fiore, que dividía la historia en tres; pasado, transición presente y un futuro apocalíptico predicho en cierta fecha.



Aunque en las ficciones apocalípticas contemporáneas podemos detectar una estructura similar a la establecida por Joaquín de Fiore, sin embargo, hay una diferencia fundamental respecto a la concepción del presente; mientras que en la profecía de los joaquinistas el presente es un tiempo de transición hacia el advenimiento del Anticristo, en la conciencia del final de las narraciones contemporáneas se concibe al presente como una temporalidad siempre en crisis, entre el instante presente y la propia muerte del sujeto. 



Es decir, el final apocalíptico ya no está proyectado hacia el futuro en una fecha concreta, sino que se percibe como inmanente a nuestra propia percepción del presente; por tanto, el final ya no es una profecía histórica, sino que pasa a ser un conflicto individual.



En la ficción apocalíptica contemporánea el conflicto del final pasa a ser individual, no remitiendo expresamente a las fuentes bíblicas; además, a diferencia de los textos tradicionales, sí expresa el mito del fin de siglo. Sin embargo, Kermode entiende el mito de fin de siglo como expresión narrativa de la angustia moderna. 



“La angustia reflejada por el fin de siècle es perpetua, y los hombres no esperan el final de cada siglo para reflejarla; cualquier fecha es útil. Y desde luego sentimos el sentido de un final. No ha disminuido y es tan endémica en lo que llamamos modernidad como lo es utopismo apocalíptico en la revolución política. Cuando vivimos con el ánimo impregnado de crisis final, ciertas pautas o maneras de asumirla se muestran nítidamente.” 



Pero, más allá de que pudiera mostrarse que ese mito de fin de siglo era una respuesta imaginaria a las contradicciones sociales de la modernidad, desvelando así la angustia como respuesta ideológica de unas clases burguesas temerosas e individualistas, lo que nos interesa aquí es señalar brevemente lo más interesante de la estructura de las narraciones apocalípticas, a saber, que estas no niegan la utopía, sino que únicamente la condicionan.


 Para que la utopía sea posible, siguiendo el pensamiento apocalíptico, antes debe llegar la catástrofe; esa es la condición. Para ilustrar esto recurriremos a la novela más popular de Ballard; El imperio del sol 2012, ed. Alianza. Recluido en el estadio deportivo, Jim advertirá el resplandor que a los lectores se nos aparece como siniestro, fantasmal, mortífero producido por la bomba atómica que acababa de lanzar el ejército norteamericano, como una señal de que el fin se acerca y que por tanto su liberación y la de sus padres se encuentra ya muy cerca. “Bombas atómicas.Malo para los japoneses, pero bueno para ti, muchacho. Y para tus padres.” 



Si recurrimos a la historia del género apocalíptico, es porque pretendemos señalar que no debemos confundir la distopía y la decadencia con la esperanza de renovación que podemos leer, siguiendo a Kermode, en las ficciones apocalípticas. Estas incorporan tanto la catástrofe como la posibilidad del recomenzar de todas las cosas, incorporando el final del mundo y la inauguración del reinado de Cristo en la tierra, la caída y el levantamiento, el final y el recomienzo. En los discursos apocalípticos, la esperanza se encuentra de una forma diferente a la utopía, pues requiere del cumplimiento de una proposición previa; el final apocalíptico. Pero que la esperanza esté condicionada no quiere decir que no podamos encontrar sus huellas.



Es en este sentido que afirmamos que la decadencia del mundo, su destrucción, aparece como esperanza de renovación en los discursos apocalípticos del coronavirus, en tanto que esa pandemia está sirviendo para demostrar que no todo está perdido en relación al futuro de la vida sobre la tierra, pues el virus está gripando las economías de diversos países, demostrando la validez de las ideas acerca de la necesidad del decrecimiento, de manera que el descenso de los flujos de producción.



Transporte, consumo, o turismo, está logrando actualmente atenuar el impulso destructivo del capital, incluso limpiar parcialmente la atmósfera del planeta; es en este preciso punto que podemos comprender de manera más nítida el pensamiento del autor apocalíptico que puede ser nuestro propio vecino, que nos ha dicho que el final de todos llega con el coronavirus, a saber, que sólo cuando llega el final podemos alumbrar un nuevo comienzo


A través de la historia mundial mucho se ha dicho sobre los cuatro jinetes, las siete trompetas del Apocalipsis, de la llegada del anticristo y la gran batalla final entre el bien y el mal, un conjunto de señales que nos indicarán que el fin del mundo llegó. Sin embargo, aún existen muchas dudas a cerca de la fecha exacta en el que esto podría suceder, por lo que científicos y estudiosos de la biblia siguen investigando sobre este posible suceso. Así que por el momento, sólo nos queda hacer un recuento sobre cuáles son las señales del Apocalipsis de las que tanto de habla. 
Uno de los temas más mencionados dentro de las señales de Apocalipsis es la de la llegada de un falso Jesucristo -Satán haciéndose pasar por el mesías-. Este falso Jesucristo logrará engañar a toda la sociedad y los gobiernos, sin embargo, el verdadero Dios llegará para hacerle frente en una batalla que durará cerca de 5 meses y en la que una tercera parte de la población mundial desaparecera.



Debido al maltrato del ser humano con la naturaleza y el desgaste extremo de sus recursos naturales, la humanidad comenzará a sufrir las consecuencias. Terremotos, huracanes, falta de comida a causa de las guerras son algunos de los efectos que anunciarán la llegada del fin del mundo. 
Los virus y las pandemias no son algo nuevo en nuestra historia, pues basta recordar la peste negra durante el siglo XIV, la cual logró matar a cerca de 100 millones de habitantes. De acuerdo con los signos del Apocalipsis está será otra de las señales que marquen la llegad del fin de una era. 



Según los relatos bíblicos, se hace referencia a un objeto que logrará la destrucción de la tierra, el cual estará acompañado de un gran terremoto a nivel mundial. Aunque esta teoría nunca ha sido desechada por los científicos, pues la amenaza de la caída de un asteroide a la tierra siempre está presente. 
La biblia hace referencia a un conflicto armado en contra de Israel, la tierra prometida, el cual podría ser liderado por Irán respaldado por Rusia. Aunque también se habla de un conflicto entre naciones como Gaza, Líbano, Iraq o Corea del Norte, la cual estaría guiada por un poder nuclear. 



Otra de la señales del Apocalipsis señala que Jerusalén regresará a manos Judías, pero al pronunciar a Israel como una nación libre, se podría decir que esta profecía ya se realizó. Y en el caso de una llamarada como señal del fin de la humanidad, se cree que la furia de Dios será tan grande que convertirá al sol en una gran llamarada que acabará con la humanidad. 
Esta señal está relacionada con los efectos del calentamiento global y con el único evento registrado en 1859, cuando la radiación solar fue tan intensa que las líneas del telégrafo colapsaron, por lo que podría volver a presentarse un fenómeno similar.


El Apocalipsis
Cuando escuchamos hablar del apocalipsis, inmediatamente lo asociamos con el fin del mundo, pero en nuestro planeta tan convulsionado, cualquier suceso natural de gran trascendencia nos hace pensar que el final está muy cerca.
La humanidad ha experimentado enfermedades, hambruna y muerte, provocadas por guerras o el uso de armas químicas, que han sido producto del egoísmo y la sed de poder del hombre, que cada vez se aleja más del camino de Dios.
Lo cierto de todo, es que Dios con el apocalipsis buscará limpiar y purificar a la civilización global de sus pecados, para finalmente salvarla.



El apocalipsis constituye el último libro del Nuevo Testamento, que fue escrito por el apóstol San Juan, entre los años 94 y 96, tras las revelaciones que recibió de Jesucristo en relación al final de los tiempos.
El Apocalipsis de San Juan tiene un contenido histórico ya que se refiere a personajes y hechos de aquel tiempo, transcendental porque presenta la lucha entre el bien y el mal, y un contenido profético debido a que devela algunos acontecimientos que sucederán en un futuro.
La simbología usada en las revelaciones buscaba animar a los creyentes cristianos perseguidos por el Imperio Romano, a que solo ellos pudieran interpretarla, es por esto, que su compresión tiende a dificultarse, y la iglesia la usa muy poco en términos populares.



Aquellos que toman en cuenta los símbolos para descifrar el fin del mundo, el anticristo y el regreso de Jesucristo.
Quienes atribuyen el significado de la escritura sólo como un hecho meramente histórico
Otros que realizan predicciones en relación al destino de la humanidad.
Y los que opinan que las visiones no son proféticas sino más bien tienen un sentido moral.
A ciencia cierta, no se sabe ni el día ni la hora del fin de los tiempos, ya que las revelaciones sólo dan signos, existiendo dentro del libro partes muy claras pero otras que son indescifrables.



Jesucristo le ordena a San Juan hacer una manifestación para siete iglesias del Asia Menor.
Mensaje de Jesucristo a las siete congregaciones indicando el destino de los tiempos hasta el fin del mundo.
La visión de Dios desde su trono celestial.
Las revelaciones del destino de la humanidad los siete sellos y los cuatro jinetes, las siete trompetas y el comienzo de la tragedia, las siete señales y la bestia, los siete cáliz y el juicio a los pecadores, el anticristo, los mil años y el juicio final.
La eterna bienaventuranza: el nuevo cielo y la nueva tierra
En el apocalipsis se unen muchos eventos espirituales con sucesos históricos de esos tiempos, para formar finalmente una sola profecía que promulga el devenir de la humanidad.


Historia del Apocalipsis el fin del Mundo

1 comentario:

  1. El Apocalipsis nuestro Tiempo el fin del Mundo

    Eventos asombrosos estremecerán pronto al mundo entero! Grandes PROFECÍAS en el libro de Apocalipsis muestran cómo y cuándo ocurrirán estos eventos catastróficos. Este folleto contiene entendimiento vital que cambiará para siempre su perspectiva sobre el FUTURO. ¡Pero usted debe tener las LLAVES para abrirlo! Y debe examinar cada escritura citada junto con la totalidad de Apocalipsis. Este impresionante libro de profecía está abierto, revelado y explicado — ¡por fin!
    La intranquilidad crece diariamente alrededor del mundo. El terrorismo aumenta. Las malas noticias se incrementan, mientras que las buenas noticias son cada vez más escasas. ¡Las condiciones empeoran diariamente!

    El hombre ha aprovechado el poder del átomo. La ciencia y la tecnología aparentemente se han salido de control, produciendo nuevas invenciones más horrendas. Ahora, más y más países poseen armas de destrucción masiva. Este peligro es agravado porque la desconfianza y las contiendas entre las naciones nunca han sido mayores.

    Además, la decadencia e inmoralidad humana, el hambre, la enfermedad, el racismo y la competencia entre rivales étnicos, el crimen y la violencia están explotando. ¿Hacia dónde nos están llevando estas tendencias declinantes? ¿Sobrevivirá la vida humana?

    ¿Qué depara el futuro? Todos quieren saberlo. Muchos tienen opiniones, pero pocos reconocen dónde encontrar las RESPUESTAS. Otros piensan que entienden las profecías de la Biblia y esto probablemente es más cierto del libro de Apocalipsis. Sin embargo, todas las interpretaciones humanas populares de ese libro, en el mejor de los casos, rayan en lo ridículo. ¡Éstas son un completo revoltijo de ideas donde un poco de verdad es mezclada con mucho error! Éstas son casi dolorosas de leer sin embargo, las principales revistas reportan que grandes números de personas sí creen estos escenarios peligrosos y falsificados.

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