jueves, 7 de mayo de 2020




Historia del Arca de la Lianza 


El Arca de la Alianza ha obsesionado a historiadores, arqueólogos y religiosos durante siglos. Es probablemente el objeto sagrado más misterioso de la tradición judía y cristiana, con permiso del Santo Grial. Según cuenta el Antiguo Testamento, su diseño fue dictado por Yahveh a Moisés para almacenar las Tablas de la Ley. 
Sin embargo, su rastro histórico se pierde hace 2.600 años, en Jerusalén. Desde entonces, las teorías que han intentado explicar su posible paradero se han acumulado, hasta el punto que los nazis llegaron a perseguir sus supuestos poderes paranormales, que garantizaban la victoria en la batalla a quien lo portase.


Son muchos los investigadores que están intentando entender un poco mejor el mito. Este mismo verano, un grupo de arqueólogos liderados por el profesor israelí Israel Finkelstein, de la Universidad de Tel Aviv, ha excavado Qiriath-Jearim, la conocida como ciudad del bosque. 
Es uno de los pocos lugares donde la Biblia localiza al Arca que aún no habían sido investigados en profundidad. Según el libro de Samuel, fue el lugar donde se trasladó después de ser recuperada de manos de los filisteos, y permaneció allí durante 20 años, hasta que el rey David lo devolvió a Jerusalén, donde terminaría almacenada en el Templo de Salomón.
Los arqueólogos barajan otras teorías muy distintas y que pueden poner patas arriba todo lo que conocíamos acerca de este tesoro, como expone un reportaje publicado en 'Haaretz'. Para empezar, que el Arca pudo pasar mucho más tiempo en Qiriath-Jearim de lo que se pensaba. 



Para seguir, que es muy probable que durante la mayor parte de su existencia estuviese asociada con cultos que nada tienen que ver con lo que hoy se conoce como judaísmo. Por último, que no fue David quien trasladó el arca a Jerusalén. En definitiva, que el mito cumplió una función propagandística como consolidación del poder de reyes israelíes.
“Es posible que el Arca permaneciese durante mucho más tiempo en Qiriath-Jearim, y que fuese Josías quien lo trasladase a Jerusalén para centralizar toda la actividad religiosa y política, y sus biógrafos reforzasen su autoridad creando la historia de David”, explica al medio israelí.
 “Eso puede explicar por qué no hay más relatos sobre él”. El propio Antiguo Testamento lo desvela, recuerda el autor, ya que es Josías el que indica a los levitas que pusiesen “el Arca en la casa que edificó Salomón, hijo de David, rey de Israel” en 2 Crónicas 35:3. Fue Josías quien expandió las fronteras de Judea y centralizó el culto a Yahvé en el Templo de Jerusalén, relegando al resto.


Las excavaciones muestran que Qiriath Jearim siguió siendo un importantísimo lugar de culto mucho después del traslado del Arca, lo que hace sospechar a los arqueólogos que pudo encontrarse allí todo ese tiempo.
 Una actividad religiosa tan importante que competía con la del Templo de Jerusalén y a la que atendían ante todo los benjaminitas, una de las tribus de Israel. Se encontraba en la frontera entre el reino del norte de Israel y Judea. La invasión de los asirios permitió finalmente que Josías expandiese el reino de Judea hacia las tribus que se resistían, como la de los benjaminitas y trasladase el Arca a Jerusalén.


Para muchos estudiosos de la Biblia, la historia del Arca es un texto separado del Antiguo Testamento que se incorporó al libro de Samuel con posterioridad, y quizá con fines políticos o religiosos, al igual que puede ocurrir con las leyendas de David o el propio Salomón; incluso en el caso de que estos existiesen, los textos que narran sus gestas no fueron contemporáneos. 
Qiriath Jearim, que se encuentra a apenas 12 kilómetros al oeste de Jerusalén. Concretamente, según indica el libro de Samuel, el Arca se conservó “en la casa de Abinadab en la montaña”. Según Römer, los versículos de la Biblia que indican que el Arca albergaba las Tablas de la Ley probablemente se escribieron durante el reinado de Josías o más tarde.
Construida para trasladar las tablas de los Diez Mandamientos a la Tierra Prometida, el Arca de la Alianza desapareció misteriosamente hace unos 2.600 años a pesar de estar custodiada en el Templo de Salomón. 
El Arca de la Alianza es el cofre construido para guardar las Tablas de los Diez Mandamientos que fueron entregadas por Yahveh a Moisés en el monte Sinaí y que el pueblo hebreo trasladó hasta la Tierra Prometida.


Salomón construyó un majestuoso templo donde el Arca de la Alianza estuvo protegida durante casi cuatro siglos, pero luego desapareció misteriosamente hace más o menos 2.600 años.
Los arqueólogos han buscado esta reliquia incansablemente pero no ha aparecido ningún vestigio de la misma ¿Tuvo la reina de Saba algo que ver con este hecho.
La historia de la época antigua relacionada con el Oriente Próximo y el Oriente Medio está contenida en la Biblia, libro que se compone del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento narra las memorias del pueblo hebreo, mientras que el Nuevo Testamento se refiere a la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Entre ambos textos se recopilan escritos que cubren un período de mil años. 


Sin embargo, los judíos tienen su propia biblia, que se llama Tanaj y consta de veinticuatro libros que versan sobre diferentes eventos de su devenir histórico; estos textos también forman parte del Antiguo Testamento y, por lo tanto, de la Biblia cristiana.
Existen algunas discrepancias entre lo que dice la Biblia y los hechos que los historiadores han comprobado a través de sus fuentes científicas, las cuales se fundamentan en los descubrimientos arqueológicos así como en otros documentos que consideran fidedignos.
Para la mayoría de los historiadores, la Biblia es parcialmente creíble, aunque diversos hallazgos arqueológicos han confirmado gran cantidad de acontecimientos que están recogidos en la misma.
Hasta el momento, los arqueólogos no han comprobado la existencia de Salomón, ni tampoco de la reina de Saba.  Pero en Israel, así como en todo el Oriente Próximo y Medio Oriente, la actividad arqueológica es incansable.
Tanto propios, como extranjeros que se sienten atraídos por la increíble riqueza histórica que en la zona se encuentra, buscan los testimonios físicos de las miles de referencias contenidas en la Biblia.


Hay evidencias de que existió un grupo de tribus nómadas que habitaba la región de Mesopotamia  y que se trasladó, en el año 1850 a.C., a las tierras de Canaán. Se trata  del pueblo hebreo.
Canaán era una zona privilegiada por ser  riquísima en agua y por lo tanto muy fértil, además de que contaba con preciados minerales y una extraordinaria ubicación estratégica ya que poseía salida al mar Mediterráneo. Adicionalmente, era la zona de paso de todo el comercio de la época.
Según cuenta la Biblia, Dios se le apareció al patriarca Abraham cuando éste tenía cien años y le dijo que de su estirpe nacerían muchos pueblos y muchos reyes, y que les daría unas tierras hacia donde habrían de dirigirse:


“Porque Yahveh, tu Dios, te introduce en la buena tierra; tierra de arroyos, de fuentes, de manantiales; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de ¡ olivos, de aceite y miel; tierra  en la cual no comerás pan con escasez y donde no te faltará nada; tierra cuyas piedras son de hierro y de cuyos montes sacarás cobre ”. DEUTERONOMIO 8:7
Emprendió entonces Abraham el camino hacia a Canaán, seguido de las tribus hebreas, para al llegar convertirse en agricultores sedentarios que se mezclaron con los pobladores que ya estaban en aquel territorio.›
Pero pasados más o menos cien años una terrible sequía azotó a la región, por lo que los hebreos y otros habitantes de Canaán tuvieron que emigrar  a Egipto, donde al principio los trataron bien pero terminaron siendo esclavos.


Se dice que aproximadamente en el año 1330 a.C., luego de permanecer más de cuatrocientos años en Egipto, Dios se le apareció nuevamente al pueblo hebreo, esta vez a Moisés en monte Sinaí, y lo exhortó a que volvieran a su tierra: la Tierra Prometida, mientras ponía en sus manos  las Tablas de la Ley.
Las Tablas de la Ley eran dos piedras planas donde estaban grabados los Diez Mandamientos. También Yahveh, al momento de entregar a Moisés los  diez preceptos por los que habrían regirse, le indicó que debía construir un arca para guardar las Tablas, especificándole las medidas exactas.
Regresaron entonces los hebreos al lugar del que habían salido, en un viaje que duró cuarenta años y llevando consigo el Arca de la Alianza con las Tablas de la Ley. En el largo recorrido, cuando acampaban, levantaban una tienda de campaña como templo provisional, colocaban allí el Arca y honraban a Yahveh.


El Arca de la Alianza está oculta a un kilómetro del actual templo de Jerusalén. Eso, al menos, declaró recientemente el rabino Chaim Richman al periodista Jake Wallis Simons, del diario británico The Telegraph. En la entrevista, agregó que la reliquia está "oculta en cámaras subterráneas, cavadas en los días de Salomón".
No es una teoría. Según el director internacional del Instituto del Templo, "los judíos tienen una cadena ininterrumpida de información grabada y transmitida de generación en generación, lo que indica su posición exacta. Sabemos dónde ha estado el Arca durante miles de años. Podríamos cavar para sacarla, pero esta zona está controlada por los musulmanes".
Richman lleva años tratando de recuperarla. 


La institución que dirige fue fundada en 1987 por el rabino Yisrael Ariel, un antiguo paracaidista del ejército israelí durante la Guerra de los Seis días que capitaneó las iniciativas para erigir el Tercer Templo de los judíos y hacer cumplir las profecía. Con aparente el consentimiento del gobierno de Israel.
A día de hoy, el Instituto del Templo ha reproducido la mayoría de los objetos sagrados que figuraban en el templo de los judíos: El arpa, la Menorah o candelabro de siete brazos, la mesa de los panes, las trompetas de plata y ha confeccionado los hábitos de medio centenar de voluntarios que confían en convertirse en sacerdotes del Tercer Templo de Jerusalén. Pero, por mucho que esta organización haya avanzado tanto en la confección de ropajes e instrumentos de culto, les hace falta un elemento capital: El Arca de la Alianza. Los judíos asumen que este objeto sagrado está dotado de «toque divino» y que, por tanto, es  irreproducible.


Historia del Arca de la Lianza 





1 comentario:

  1. Historia del Arca de la Lianza

    El Arca de la Alianza ha obsesionado a historiadores, arqueólogos y religiosos durante siglos. Es probablemente el objeto sagrado más misterioso de la tradición judía y cristiana, con permiso del Santo Grial. Según cuenta el Antiguo Testamento, su diseño fue dictado por Yahveh a Moisés para almacenar las Tablas de la Ley.

    Sin embargo, su rastro histórico se pierde hace 2.600 años, en Jerusalén. Desde entonces, las teorías que han intentado explicar su posible paradero se han acumulado, hasta el punto que los nazis llegaron a perseguir sus supuestos poderes paranormales, que garantizaban la victoria en la batalla a quien lo portase.

    Son muchos los investigadores que están intentando entender un poco mejor el mito. Este mismo verano, un grupo de arqueólogos liderados por el profesor israelí Israel Finkelstein, de la Universidad de Tel Aviv, ha excavado Qiriath-Jearim, la conocida como ciudad del bosque.

    Es uno de los pocos lugares donde la Biblia localiza al Arca que aún no habían sido investigados en profundidad. Según el libro de Samuel, fue el lugar donde se trasladó después de ser recuperada de manos de los filisteos, y permaneció allí durante 20 años, hasta que el rey David lo devolvió a Jerusalén, donde terminaría almacenada en el Templo de Salomón.

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