Palacios Reales Monasterios Parques y Jardines en España
Patrimonio Nacional se rige por la Ley 23/1982, de 16 de junio, que regula su doble finalidad: por una parte, dichos bienes están destinados al uso y servicio de Su Majestad el Rey y de los miembros de la Familia Real para la alta representación que la Constitución y las leyes les atribuyen; por otra, Patrimonio Nacional debe cumplir las funciones culturales determinadas por la naturaleza y la importancia histórica de dicho sistema de bienes, declarados en su mayor parte de interés histórico-artístico, lo que requiere actuaciones de mantenimiento, restauración, investigación, conservación, exhibición, docencia y difusión cultural.
Patrimonio Nacional gestiona ocho Palacios Reales, cinco Residencias Reales de Campo y diez Monasterios y Conventos fundados por la Corona, además 20.500 hectáreas de bosque y 589 de jardines históricos, de las cuales 154 han sido reconocidas como Paisajes Culturales Patrimonio de la Humanidad. Asimismo, administra los bienes muebles y las Colecciones de Arte conservadas en dichos lugares, así como los bienes asignados para el uso y servicio de la Corona y las donaciones hechas al Estado por Su Majestad el Rey.
Los Reales Sitios son utilizados para las ceremonias de Estado y actos oficiales más relevantes del Reino de España. Los más destacados son los que se celebran en el Palacio Real de Madrid. Los Museos de Patrimonio Nacional en los Reales Sitios están abiertos al público. Los visitan anualmente más de tres millones de personas, lo cual convierte a la institución en uno de los principales Organismos culturales de España.
Palacios Reales de España
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PALACIO REAL DE MADRID
El actual Palacio está construido sobre las ruinas del antiguo Alcázar, destruido por un incendio en 1734. Fue el rey Felipe V quién ordenó la construcción del Palacio Nuevo. De estilo barroco y con estructura de bóvedas, el edificio albergaría la Corte, una de las más importantes de Europa.
El Palacio Real de Madrid es de planta cuadrada con un patio principal en el centro, el Patio del Príncipe. La fachada principal se abre al sur sobre la Plaza de Armas y al oeste a través del Archivo General de Palacio y la Real Armería. Entre sus estancias, destaca el conjunto artístico del Salón del Trono, salón Gasparini, Capilla y Comedor de Gala. A poniente se extienden hacia el río los jardines de Palacio, conocidos como “Campo del Moro”.
En la actualidad el Palacio Real de Madrid es la sede oficial de su Majestad el Rey para el ejercicio de las funciones de alta representación que la Constitución le otorga.
Está abierto a la visita pública, a la investigación en la Real Biblioteca o en el Archivo General de Palacio. Su interior alberga buen número de obras de arte de las colecciones reales, talleres de restauración y almacenes de tapices.
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REAL MONASTERIO DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL
La fundación de este colosal edificio, considerado Patrimonio de la Humanidad, se debe a Felipe II, quien encargó, en 1562, el proyecto a Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera. El Monasterio es el monumento más representativo de las aspiraciones ideológicas y culturales del “Siglo de Oro Español” y se basa en una original síntesis de las formas artísticas italianas y flamencas. El conjunto del Monasterio incluye Palacio, Convento, Colegio, Biblioteca, Basílica, Panteón de Reyes y los Jardines del Rey, de la Reina y de los Frailes.
Los frescos de las bóvedas del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial fueron pintados por los artistas italianos Zuccaro, Tibaldi y Cambiasso. Estas magníficas pinturas forman parte de la decoración de la Biblioteca, Sacristía, Salas Capitulares, Claustro Bajo, Escalera Principal o Galería de Batallas. El conjunto artístico se completa con esculturas de Monegro, cuadros de El Bosco, Navarrete o El Greco y tapices de la serie “Paños de Oro” de la Reina Isabel La Católica. Especial relevancia tienen el Patio de los Evangelistas, el Museo de Pintura o los Palacios de Austrias y Borbones.
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REAL SITIO DE EL PARDO
El Monte de El Pardo, que se extienden al norte de Madrid con casi 16.000 hectáreas de bosque, es una reserva ecológica que atrajo el interés de los monarcas castellanos desde la Edad Media. La construcción de un pabellón de caza sentó las bases de los posteriores conjuntos palatinos, entre los que se destaca el Palacio Real de El Pardo.
Se levantó por orden de Enrique IV, aunque se reformaría en época del Emperador Carlos V y se ampliaría con el Rey Carlos III. En Palacio destacan los tapices de Goya y Bayeu, así como los frescos de Gaspar Becerra.
En el Real Sitio de El Pardo se encuentran la Casita del Príncipe (siglo XVIII), construida para Carlos IV por el arquitecto Juan de Villanueva; y La Quinta del Duque de Arco. Actualmente, en el Monte de El Pardo están ubicados el Palacio de La Zarzuela, residencia de Sus Majestades los Reyes de España y el Pabellón de SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias.
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REAL SITIO DE ARANJUEZ
Los mismos arquitectos de El Escorial – Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera – serían los encargados de levantar este Palacio por orden de Felipe II. Situado entre los ríos Tajo y Jarama, quedaría finalmente terminado con Fernando VI, con la incorporación de dos alas en tiempos de Carlos III. La decoración del Palacio recoge sobre todo aportaciones del siglo XVIII, entre las que destacan el Gabinete de Porcelana y el Salón de Espejos, así como un amplio número de cuadros, tapices, mobiliario y lámparas.
Durante el siglo XVIII se realizaron ampliaciones en el Real Sitio de Aranjuez, en concreto en los magníficos Jardines del Príncipe: la Casa del Labrador, que constituye un auténtico museo de las artes decorativas y suntuarias y el Museo de Falúas Reales que alberga una de las colecciones más espectaculares de embarcaciones de recreo de los Reyes.–
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REAL CONVENTO DE SAN PASCUAL
El Real Convento de San Pascual, en Aranjuez, fue construido por el arquitecto Sabatini entre 1765 y 1770, por orden de Carlos III, que lo convirtió en convento franciscano. Durante el reinado de Isabel II pasaría a las monjas concepcionistas circunstancia que se mantiene como en otros Patronatos de fundación Real hasta hoy en día.
La arquitectura del convento y la Iglesia abierta al público se debe al romano Fonton y entre sus obras, destaca el cuadro del altar mayor de Antonio Rafael Mengs.
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REAL SITIO DE LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO
Situado en la sierra de Guadarrama, su nombre proviene de una antigua granja que los monjes jerónimos de El Parral poseían en Segovia. Felipe V se retiró a este lugar en 1724 y engrandeció los jardines y el palacio que fue usado como residencia de verano de todos sus sucesores hasta Alfonso XIII. En su interior destacan las pinturas de Lucas Jordan, Bassano y Teniers y las esculturas de mármol de Carrara.
Además, son de gran interés las bóvedas pintadas al fresco, los cuadros y el mobiliario de los siglos XVIII y XIX.
En el exterior, los magníficos jardines obra de Boutelou contituyen uno de los mejores ejemplos paisajísticos del siglo XVIII que se conservan. Sin embargo, son sus fuentes las verdaderas protagonistas de La Granja.
Decoradas con espléndidas esculturas de plomo, destacan los grupos escultóricos de Neptuno, Apolo y Andrómeda, en la amplia perspectiva de la Carrera de Caballos; otras fuentes monumentales reciben los nombres de la Cascada Nueva, las Ocho Calles, El Canastillo, Las Ranas, Los Baños de Diana y la fuente de La Fama.
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PALACIO REAL DE RIOFRÍO
Tras la muerte de Felipe V, la Reina Isabel de Farnesio residió en La Granja durante el reinado de Fernando VI (1746-1759). En estos años, adquirió el llamado Coto de Riofrío e inició la construcción de un nuevo Real Sitio.
El Palacio, dieciochesco, de planta cuadrada y estilo italiano, fue levantado por el arquitecto Santiago Bonavía en medio de un hermoso bosque de 625 hectáreas, poblado de gamos y ciervos, y que conforma un notable paraje natural.
Las cuatro fachadas del edificio, prácticamente iguales y pintadas de rosa, albergan un majestuoso patio central y una monumental escalera doble, que conduce a las principales estancias de Palacio.
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PALACIO REAL DE LA ALMUDAINA
El nombre de La Almudaina – en árabe, ciudadela o recinto amurallado – resume en sus muros la historia de las Islas Baleares, dado que todas las civilizaciones que han pasado han dejado allí su huella.
Fundada sobre un antiguo castro romano, durante la dominación musulmana sería la residencia de los gobernadores de la isla. Sin embargo, a partir del siglo XIII, bajo la dominación cristiana, La Almudaina se convertiría en sede de la Corona, dándole la forma actual, conservando las estructuras fundamentales del Alcázar y sus baños árabes.
En el interior, se pueden destacar las estancias de la Capilla del Rey o Capilla de Santa Ana, la Capilla de San Jaime, o el magnífico Salón Gótico. El Palacio se encuentra decorado con muebles y tapices flamencos del siglo XVI y XVII y españoles del siglo XVIII. En la actualidad, es la residencia oficial de SS.MM. los Reyes durante su estancia en las Islas.
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REALES ALCÁZARES
Considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1988, el Alcázar de Sevilla es, de entre todas las residencias reales de la Corona, la más singular porque aglutina conjuntos arquitectónicos y jardines de diferentes periodos artísticos.
A lo largo de su historia se han ido realizando ampliaciones y reformas sobre el conjunto inicial. Este conjunto de cambios guarda testimonios de los Reyes Católicos, Carlos V, Felipe II e Isabel II.
Entre los espacios más notables se encuentran el Palacio Mudéjar del Rey don Pedro, las estancias góticas de Alfonso X, las habitaciones de los Reyes Católicos y las decoraciones renacentistas de la época de Carlos V. El Cuarto Alto es la residencia oficial de SS.MM. Los Reyes durante sus estancias en Sevilla.
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MONASTERIO DE LAS DESCALZAS REALES
El Monasterio de Las Descalzas Reales, en Madrid era el antiguo palacio del Contador Real de Carlos V. Su hija doña Juana creó el patronato real en 1557 con las religiosas franciscanas descalzas, procedentes de Gandía (Valencia).
Su interior conserva la estructura y muchos de los elementos decorativos del antiguo palacio del siglo XVI, además de extraordinarios tapices tejidos en Bruselas, sobre cartones de Rubens.
En 1987 recibió el Premio del Consejo de Europa como Museo del Año, debido al valor artístico y su carácter de museo no convencional, por tratarse de un Monasterio de Clausura habitado por las religiosas franciscanas descalzas que abre sus salas al público en visita guiada.
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REAL MONASTERIO DE LA ENCARNACIÓN
El Monasterio fue fundado en 1611 por la Reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, encomendándole su tutela a la orden religiosa de las agustinas recoletas. El edificio se debe a los arquitectos Juan Gómez de Mora y Fray Alberto de la Madre de Dios, si bien fue prácticamente reedificado por Ventura Rodríguez en 1767.
Su Iglesia es considerada una de las más bellas de la capital y el convento conserva en su interior importantes conjuntos pictóricos y escultóricos de los siglos XVII y XVIII, con obras de Lucas Jordán, Juan Van der Hamen o Pedro de Mena. Especial atención merece el relicario que alberga un conjunto de 700 piezas realizadas en bronce, coral, marfil y maderas finas.
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REAL MONASTERIO DE SANTA CLARA DE TORDESILLAS
Construído sobre un antiguo palacio mudéjar en Valladolid, fue la infanta Beatriz quien fundó el Monasterio en 1363, que se convierte en convento de las Clarisas y al que se añadiría, durante los siglos XV y XVI la Iglesia de estilo gótico.
Se conservan importantes elementos del antiguo palacio mudéjar, como la fachada del Palacio, la capilla mayor – con una techumbre octogonal que constituye una obra maestra de los artistas mudéjares toledanos y andaluces – y el patio de entrada o Compás.
El Monasterio alberga pinturas castellanas de la Escuela de Berruguete y frescos de diferentes épocas, además de telas policromadas. Los Baños Árabes del Real Monasterio de Santa Clara de Tordesillas están considerados únicos en Europa.
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MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL DE LAS HUELGAS
El Real Monasterio de Huelgas, en Burgos, de religiosas cistercienses, fue fundado en 1187 por Alfonso VIII y por su esposa doña Leonor cuyos restos descansan en la nave central del templo.
De esta época destaca el claustro románico y la Capilla de la Asunción, ejemplo del arte almohade. De la segunda mitad del siglo XIII data la gran obra del templo actual, donde destaca la Sala Capitular y el refectorio. Se pueden contemplar desde todos los ángulos los magníficos claustros de San Fernando y “Las Claustrillas”
El Monasterio alberga el Museo de Telas Medievales, inaugurado por SS.MM. los Reyes en 1987 y ampliado en 2009, en el que se muestran conjuntos completos de indumentaria medieval únicos en el mundo.
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MONASTERIO DE YUSTE
Situado en la comarca natural de La Vera (Cáceres), el edificio actual se reconstruyó en el siglo XX sobre las ruinas de un viejo monasterio que sirvió de residencia a Carlos V en los últimos meses de su vida (1556-1558). A lo largo de los siglos XV y XVI, el edificio monacal se amplió hasta alcanzar el aspecto que hoy presenta.
De esta época es la iglesia y los dos claustros, uno de factura gótica y otro de tiempos renacentistas. El Monasterio es un importante punto de referencia por su significación histórica, además de por la belleza natural del entorno en el que está ubicado. El Monasterio de Yuste ha conseguido el galardón de Patrimonio Europeo debido a los valores históricos que representa, al haber sido la última morada del Emperador Carlos V.
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PANTEÓN DE HOMBRES ILUSTRES MADRID
Junto a la Basílica de Atocha se alza el Panteón de Hombres Ilustres, construido a finales del siglo XIX según el proyecto de Fernando Arbós. Casi todo el edificio es un muro sin aberturas, con franjas horizontales blancas y grises de piedra caliza.
En su interior se pueden ver seis mausoleos individuales en los que se encuentran las sepulturas de José Canalejas; el General Manuel Gutiérrez de la Concha; Práxedes Mateo Sagasta, Eduardo Dato, Antonio Ríos Rosas y Antonio Cánovas del Castillo.
Los artistas Manuel Benlliure y Agustín Querol firman dos impresionantes ejemplos de la escultura funeraria. En un pequeño claustro existe un mausoleo colectivo construido por suscripción popular cuyo autor es Federico Aparici.
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LA REAL BASÍLICA NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA
Desde mediados del siglo XII, Atocha era una pequeña ermita en la que se rendía culto a la imagen románica de la Virgen de Atocha. La sagrada imagen, venerada por los madrileños y los Reyes, se convirtió en “Patrona de la Corte”, mientras que la de La Almudena quedó como “Patrona de la Villa”, para dejar a salvo la competencia existente entre ambas advocaciones. El edificio actual se construyó en el siglo XX.
El santuario de Atocha, que pasaría a Reales Patronatos en 1602, ha sido muy querido por los monarcas españoles y es tradición presentar a los Infantes en los primeros meses de vida a la Virgen de Atocha.
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MONASTERIO DE SANTA ISABEL
El Real Monasterio de Santa Isabel, agrupa dos fundaciones: un colegio de niñas establecido por Felipe II y un convento de clausura de monjas agustinas recoletas, fundado por la esposa de Felipe III, doña Margarita de Austria.
La Iglesia, con planta de cruz latina y cúpula, tiene portada barroca y fue diseñada por Juan Gómez de Mora, en 1640. En la clausura se conservan numerosas obras pictóricas de los siglos XVII y XVIII.
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COLEGIO DE LAS DONCELLAS DE TOLEDO
El Colegio de las Doncellas Nobles, en Toledo, fue fundado en 1551 por el Cardenal Juan Martínez Siliceo, arzobispo toledano de finales del siglo XVI y, desde entonces, sus patronos son Su Majestad el Rey de España y el Arzobispo de Toledo.
La arquitectura actual es del siglo XVIII, con un bello claustro y una galería hacia el jardín, obra de Ventura Rodríguez. La Iglesia y la torre son obras barrocas del maestro de la catedral de Toledo, Sierra. En la portada de la iglesia se integra un bello bajorrelieve del siglo XVI de Vázquez el Viejo.
Los jardines con más historia de España
España es un punto de confluencia de las culturas de Oriente y Occidente; por los avatares de su historia ha recibido la presencia de numerosos pueblos, y el encuentro de esas culturas se expresa de forma original e intensa a través del arte del jardín. De Andalucía a Galicia, pasando por Castilla y León, Cataluña o Madrid, el viajero se dispone a recorrer los jardines con más historia de España.
El punto de partida lo sitúa al sur de la Península Ibérica, en tierras andaluzas para ser más concretos. Hasta la capital cordobesa se desplaza el viajero para conocer el pasado del Patio de los Naranjos, el más antiguo y uno de los más bellos que existen en toda España. Emplazado junto a la impresionante Mezquita de Córdoba, la primera disposición ajardinada construida en su entorno se corresponde a tiempos de Abderramán I, hacia el año 776.
Seguramente, la dureza del clima cordobés aconsejó la plantación de árboles por el imán o jede de la oración Sa’sa’a ibn Sallam. El agua que le daba vida empezó a fluir sin interrupción desde el 25 de enero del año 967. En el subsuelo permanecen todavía los depósitos y un aljibe mandado construir por Almanzor. En la sencillez de su plantación, el ritmo de las hileras, su frescor y su sombra, está el encanto de esta pequeña joya de la jardinería hispano-musulmana.
En dirección sureste y sin salir del territorio andaluz, llega a otra colosal obra de la arquitectura nazarí, que está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La espectacular Alhambra de Granada cuenta con un jardín no menos fascinante: el Generalife. La aplicación de los preceptos de la jardinería musulmana alcanza aquí su clímax. El Generalife es un palacio-jardín, cuyo nombre significa ‘excelso huerto’.
Aunque se dice que fue construido en el siglo XIV, parece probable que el Generalife se iniciase ya a finales del siglo XIII para recreo del monarca musulmán. Se trata del único palacio de verano que conservamos de los varios construidos en la Sabika por los reyes nazaríes. Su arquitectura cuenta con unas proporciones perfectas, pero es más notable aún su vegetación, que resulta frondosa. Al igual que en la Alhambra, el otro elemento primordial es la luz. El patio es la fuente luminosa de la casa y desde aquí la luz entra filtrándose por los pabellones hasta la intimidad más absoluta.
Todavía podemos admirar en la actualidad lo que debieron ser los magníficos jardines del Alcázar de Sevilla, el más antiguo de los palacios de la Corona. De su legado pasado musulmán se conserva la realidad tangible del patio almohade reconstruido en las Casas de Contratación, las mismas donde el oro de América llegaba siglos después y era descargado en carretas.
La Granja de San Ildefonso.
Una de las numerosas fuentes que se pueden ver en la Granja de San Ildefonso.
En el jardín musulmán el espacio es geométrico, regular, cerrado, con estanques y canales. En él se combinan sabiamente las texturas, los colores, la pared del estuco blanca, el follaje verde, el azul del cielo reflejado en el agua y se añade el detalle polícromo de los azulejos. Para permitir el riego y no encharcar los paseos y caminos enlosados, el elemento vegetal se sitúa en un plano inferior, lo que permite disfrutar con cordura, con gran potencia visual, contemplar estos jardines.
De Andalucía, el viajero da el salto más al norte, a Castilla y León. En la provincia de Segovia perduran los jardines de La Granja de San Ildefonso, que decoran un palacio convertido en el retiro que el rey Felipe V había elegido para sí en vida. La Granja siempre ha sido famosa por sus jardines y la maravilla de sus fuentes, surtidores y estatuas. Si Versalles sorprende por su serenidad y grandeza, La Granja atrae por su encanto, su elegancia y sus acertadas proporciones.
Es imposible no rendirse ante el encanto de la Gran Cascada, los Baños de Diana, la Fuente de Neptuno o la de la Fama. El conjunto, del siglo XVIII, abruma: 26 fuentes de plomo, 54 estatuas de mármol blanco, 67 bancos de mármol y alrededor de 40 grupos con un total de 148 esculturas y cincuenta jarrones.
Ponemos rumbo al este para arribar a la Ciudad Condal. En Barcelona sobresalen los jardines del Parque Güell, obra arquitectónica de Antonio Gaudí. Este parque de alucinante aspecto fósil no fue concebido como un lugar de recreo o una zona verde para el disfrute de los ciudadanos, sino como un nuevo tipo de hábitat urbano para unas pocas familias selectas. Gaudí quiso crear en él un jardín propiamente mediterráneo, en el que se conservarían las plantas autóctonas de la zona.
Las obras comenzaron en 1907 y el Parque Güell acabó por convertirse en un parque municipal de la ciudad de Barcelona con galerías, viaductos, puentes, grutas, sinuosos senderos, una arquitectura y decoración como traída de otro mundo, y con asombrosas vistas sobre el mar y la ciudad que pusieron sobre manifiesto la maestría como urbanista de Antonio Gaudí.
El Parque Güell.
Es una de las obras urbanísticas más conocidas de Gaudí. La siguiente parada la sitúa el viajero en Madrid. En concreto, a 50 kilómetros de la capital. El Real Sitio de Aranjuez aparece como una isla frondosa en la confluencia de los ríos Tajo y Jarama. El microclima del que goza, la fertilidad de su tierra y la abundancia de aguas que fueron canalizadas a través de un sistema de regadío, lo convirtieron en lugar de disfrute y solaz de los monarcas españoles durante la primavera.
En 1534, Carlos V decidió la creación del Real Bosque y Casa de Aranjuez. Felipe II le otorgó la denominación de Real Sitio. Felipe II, Felipe IV y Felipe V continuaron las obras de embellecimiento. El esplendor llegó a Aranjuez de la mano de Fernando VI, que deseaba que la corte se estableciera allí. Entre el conjunto de sus jardines destacan algunos de los mejores ejemplos de los distintos estilos de la jardinería española, como el jardín del Rey, el de la Isla, el del Parterre o el del Príncipe.
El Parque de El Retiro.
Los jardines del Buen Retiro tienen sus orígenes hacia el año 1630, en tiempos del rey Felipe IV, y fue el primero de los grandes reales sitios de las monarquía europeas, anterior incluso a Versalles. En la actualidad se trata de un espacio que abarca las 108 hectáreas y que cuenta con un enorme patrimonio artístico y natural, de visita obligada pata todo viajero que arribe a la ciudad.
Estos son solo algunos de los jardines con más historia de España. Auténticos vergeles que el viajero no debe perderse. O también donde perderse, como así nos lo aconseja habitissimo, la guía para las reformas del hogar que conecta clientes y profesionales. Y que también te da ideas para crear un jardín atractivo.
1.
PALACIO REAL DE MADRID
Cuando, en 1734, un incendio destruyó parcialmente el Alcázar Real, Felipe V decidió que fuera sustituido en el mismo emplazamiento que ocupaba sobre un risco del Manzanares por un palacio de mayor tallaje y no aquel otro edificio inhóspito. El nuevo Palacio Real se construyó con piedra procedente de la Sierra de Guadarrama y de las canteras de Colmenar y su primer inquilino fue Carlos III. Con una extensión de 135.000 m2 y 3.418 habitaciones, es mucho más grande que el Palacio de Buckingham o el Palacio de Versalles. Sin embargo, y a pesar de ser la residencia oficial del Jefe del Estado, no está habitado. El actual rey de España prefiere el Palacio de la Zarzuela, que con 3.100 m2 tiene una escala mucho más humana. Al Palacio Real le queda el papel de escenario para las ceremonias de Estado y actos más solemnes en el Salón del Trono. Un escenario excepcional, dado el valioso patrimonio artístico que se acumula en el palacio y sus fantásticos jardines.
2.
PALACIO DE SOBRELLANO, COMILLAS
Fue el palacio de Sobrellano, una fantasía medievalista encargada al arquitecto Joan Martorell, el sueño más personal del controvertido empresario Antonio López y López, Primer Marqués de Comillas. Lo ordenó construir en el mismo pueblo natal que le vio irse con una mano delante y otra detrás a hacer las Américas, a modo de residencia veraniega. Eso sí, con suficientes aires aristócratas como para albergar al rey Alfonso XII y todo su séquito. Su soberbia fachada, con galerías abiertas y estilizadas columnas rematadas por flores de lis, llama la atención. No se queda atrás el interior, la gran escalinata central de mármol, el salón del billar o incluso un salón del trono. junto al palacio, otro edificio destacable, la capilla-panteón, donde descansan los restos de los diferentes miembros de la familia.
3.
PALACIO REAL DE LA ALMUDAINA, PALMA DE MALLORCA
La ubicación de este palacio que data del siglo XIV es espectacular, junto al mar y tan pegado a la Catedral de Palma que ambos edificios llegan a convivir en el mismo encuadre visto desde el puerto. El Palacio Real de La Almudaina es una síntesis plasmada en materia y forma de la historia y de los hitos cruciales por los que ha ido pasando la isla a lo largo del tiempo.
Si desde fuera llama la atención, su interior es totalmente evocador. Y es que desde sus orígenes, fue sede de la corte de los reyes de Mallorca y hoy, residencia que usan los reyes de España cuando viajan a la isla. Ya la escalinata real pone en situación de las muchas maravillas que aguardan durante el recorrido, con los aposentos reales, el salón gótico o la capilla de Santa Ana con los espacios que suelen despertar más admiración.
4.
PALACIO DE LOS NAZARÍES GRANADA
Dignos de la belleza exótica de los cuentos recogidos en Las mil y una noches, este conjunto palacial, residencia de los reyes de Granada, lleva a la máxima expresión el concepto intimista de refinamiento y armonía de los últimos gobernadores hispano-árabes de Al Andalus, los Nazaríes.
No uno, sino tres palacios son los que forman este conjunto dentro de La Alhambra: El Palacio Real, El Palacio de Comares y el Palacio de los Leones (o de Mohammed V). Todos, anticipo del paraíso, oasis para el goce de los sentidos. Entre ellos, una colección de espacios irrepetibles de jardines, patios y fuentes, como las salas de los Abencerrajes y de las Dos Hermanas o el Harén, por ejemplo.
5.
PALACIO REAL DE OLITE
Llegando a la pequeña ciudad navarra ya se divisan unas torres en el horizonte que avanzan la presencia fabulosa del Palacio de Olite. Se perdió toda la rica y abundante decoración interior, compuesta por yeserías, azulejos, vidrieras y artesonados dorados; pero entrar en él es igualmente un viaje en el tiempo para disfrutar de rincones fabulosos y de sus torres desde las más diversas perspectivas.
Espacios como el jardín de la reina, al que daban las ventanas de su aposento, son de una atmósfera romántica vibrante. El palacio estaba a la altura de los más lujosos de Europa y contaba con diversos jardines colgantes y hasta había espacio para un zoo con animales tan exóticos en la época como un león o un camello.
6.
REAL PALACIO DE LA MAGDALENA, SANTANDER
Fueron los beneficios saludables de los baños de mar los que atrajeron hasta Santander a lo más granado de la sociedad de mediados del S. XIX. Se contó incluso con la presencia del rey Alfonso XII, por lo que el Ayuntamiento quiso brindarle una residencia de verano a la altura. Entre 1908 y 1912, y siguiendo los planos de Gonzalo Bringas y Javier González de Riancho, se construyó el Real Palacio de La Magdalena.
Fue todo un hito arquitectónico, construido con sillarejo en los paramentos, ayudó a hacer popular estilo ecléctico montañés-inglés y tuvo el efecto de bola de nieve virtuosa al hacer que muchos edificios de la ciudad se contagiaran de su calidad y belleza. La ubicación escogida no podía ser mejor: la Península de La Magdalena, balcón privilegiado sobre la Bahía de Santander. La península es en sí misma todo un destino para pasar el día, con dos playas, diferentes parajes naturales y el conjunto palaciego, que también cuenta con el Paraninfo, las Caballería, además del propio Palacio.
7.
PALACIO EPISCOPAL DE ASTORGA
Dicen que cuando Gaudí abandonó Astorga con la obra inacabada, se le llegó a oír decir que “ni subido en globo volvería a cruzar esa ciudad”. Sin embargo, hoy el Palacio Episcopal de Astorga es uno de los iconos más queridos, junto a la catedral y a las murallas, de los maragatos. Fue una de las pocas obras que Gaudí diseñó lejos de Cataluña y la hizo a petición de su amigo, el obispo de la diócesis de Astorga Joan Baptista Grau i Vallespinós.
Levantado con granito del Bierzo, no hay duda de que el edificio neogótico es el que llama más poderosamente la atención de todos los monumentos de la ciudad. Tal vez sea porque a muchos les viene a la mente el palacio de La Bella Durmiente al verlo. Y lo cierto es que tiene un aspecto propio de palacio de hadas, algo que hizo que los promotores del proyecto no acabaran de estar demasiado seguros de que fuera del todo apropiado para su cometido.
8.
PALACIO DEL INFANTADO, GUADALAJARA
Viéndolo en el centro histórico de la ciudad nadie diría que el 6 de diciembre de 1936 la legión Cóndor bombardeó el palacio. Hoy luce como nuevo, pero la Plaza de los Caídos en la Guerra Civil, frente al palacio, se encarga de recordarlo.
El edificio se muestra de primeras con toda la exuberancia de la que es capaz, aunque vistas las dos fachadas principales por separado podría parecer que pertenecen a dos edificios distintos si no fuera por estar labrada en caliza traída especialmente de Tamajón, localidad ubicada a 51 km de la ciudad. Si por fuera es llamativo dado los contrastes en que abunda, con las ventanas renacentistas y la traza gótica, con su muro esquemático y su recargada portada, dentro despierta la admiración su bellísimo Patio de los leones y otros muchos espacios singulares.
9.
PALACIO DE LARRINAGA, ZARAGOZA
Todo por amor, ese es el mensaje que parece querer transmitir este palacio que unos definen como neorrenacentista y otros como eclecticismo zaragozano. Sea como sea, destaca por su belleza, única en edificios de sus características en tierras aragonesas. Fue diseñado por Félix Navarro, uno de los arquitectos más prestigiosos de la época, y se finalizó su construcción en 1908 para que pudiera ser usado como residencia de retiro del matrimonio formado por Miguel Larrinaga de Luzárraga y Asunción Clavero, que tenían una naviera en Liverpool.
Sin embargo, nunca fue ocupado. La esposa murió antes de que llegara la ansiada jubilación. Tras su defunción, Miguel Larrinaga ya no encontró sentido en mantener el palacio en su patrimonio y lo vendió con todo lo que había en su interior. Hoy, el edificio se puede alquilar para celebrar bodas, así que, de algún modo, sigue teniendo como razón el amor.
10.
PALACIO DUCAL DE GANDÍA
Parece mentira, pero poco queda ya en Gandía que recuerde al clan más célebre y desmesurado de la historia de Europa en los siglos XV y XVI, los Borja, salvo unas estatuas en el centro de la ciudad y el Palacio Ducal, uno de los edificios más representativos del gótico civil valenciano. Por fuera parece no prometer gran cosa, pero el interior es otra cosa. En él abunda la decoración más suntuosa y el despliegue de elegancia.
Destacan el Patio de Armas, en cuya escalera escenifica Goya su cuadro San Francisco de Borja despidiéndose de su familia; la Galería Dorada, del s. XVII, con azulejos originales de la época; y la Capilla Neogótica de los Borja. Como curiosidad, la habitación de Francisco de Borja se conserva prácticamente tal y como estaba en aquel entonces.
11.
PALACIO DUCAL DE LERMA
¿Quién dijo que en un palacio sólo pueden dormir la realeza? Hoy en día, el palacio Ducal de Lerma que ordenó construir el duque, D. Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, con la fortuna que parece ser había amasado de manera no muy ortodoxa (es uno de los pioneros en eso del tráfico de influencias y de la corrupción política), resulta que es todo un Parador Nacional, restaurado en 2003.
Así pues basta hacer el checking para dormir en este palacio de la época de los Austrias y sentirse como el duque de Lerma o Felipe III cuando por allí recaía durante sus escapadas para cazar en la villa.
12.
PALACIO REAL DE ARANJUEZ
El Real Sitio de Aranjuez ha sido la residencia campestre más querida por los Reyes españoles. Ya los Reyes Católicos eligieron este paraje, entre los ríos Tajo y Jarama, como lugar de real descanso en primavera. Entonces lo hacían en el antiguo Palacio Maestral, que fue levantado entre 1387 y 1409. Luego fue Felipe II quien se propuso hacer de Aranjuez la gran villa de inspiración italiana que es hoy, rematada en el siglo XVIII por Carlos III.
Hoy el Real Sitio de Aranjuez, que forma parte del Paisaje Cultural de Aranjuez, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, es uno de los destinos turísticos más visitados de la Comunidad de Madrid. Su visita es toda una lección de historia de España, además de un baño de belleza palaciega que es un placer para los sentidos y la vista más arquitectónica.
13.
PALACIO DE RAJOY SANTIAGO DE COMPOSTELA
Que un pazo también puede ser un palacio es algo que se puede comprobar fácilmente solo con ir a la Praza do Obradoiro, donde si se tiene ojos para algo más que la Catedral, se verá en el lado opuesto a esta un edificio enorme de evidente corte neoclásico francés. Eso sí, nunca ha alojado a reyes o príncipes, sino que fue mandado construir por el arzobispo Raxoi en 1766 como residencia de los niños del coro y seminario.
No estuvo falto de polémica en su época, pues el antiguo administrador del Hospital Real inició varios litigios contra su construcción iba a dejar sin ventilación y luz natural al hospital. Menos mal que no le hicieron demasiado caso y el palacio siguió en pie. Si no, hoy no se podría disfrutar de su elegante fachada, con su frontal central y ese soportal de arcos de medio punto donde guarecerse los días de lluvia.
Parques y Jardines Españoles
PARQUE DE EL RETIRO
El pulmón verde de Madrid, de gran variedad botánica, alberga numerosas anécdotas. Podrá conocerlas todas en este tour cuyo punto de encuentro es la bella plaza de la Independencia. Desde ahí, se camina hacia el mítico estanque del parque,
presidido por el monumento a Alfonso XII, para luego visitar los palacios: el de Velázquez y el famoso Palacio de Cristal. Hay tiempo para recorrer la antigua Casa de Fieras, el primer zoológico de Madrid y admirar joyas como el Ángel Caído. Precio: 9 euros. Puede reservar aquí.
LA ALHAMBRA
"No sé si llamé cielo a esta tierra que piso, si esto de abajo es el paraíso ¿Qué será la Alhambra, cielo?". Con estos versos definía Lope de Vega la belleza del monumento más visitado de España. La Alhambra es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1984 y, para muchos, una de las siete maravillas del mundo moderno.
Este tour recorre los Palacios Nazaríes, la Palacio de Carlos V y los restos de la medina y la alcazaba. Como broche final le esperan los jardines de El Generalife, donde los emires nazaríes, entre partales, fuentes y acequias, gustaban de descansar y planear sus futuras conquistas políticas y sentimentales. Le acompañará un guía turístico oficial apasionado por Granada.
EL PARQUE GÜELL BARCELONA
El Park Güell, entre otras obras diseñadas por Antonio Gaudí fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1984 por "su excepcional contribución creativa". Es un lugar fantástico para descubrir todos los secretos de la arquitectura gaudiana.
Estamos ante el parque público más singular de Barcelona como descubrirá en esta visita que explora todas las intervenciones del arquitecto en el paisaje.
REALES ALCÁZARES (SEVILLA)
El Archivo de las Indias, la Catedral y el Real Alcázar en Sevilla fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1987. Hoy en día, el Alcázar de Sevilla es el edificio más visitado que está ubicado en el corazón de la ciudad.
Durante el tour, un guía experto nos contará por qué estamos ante el Palacio Real más antiguo de Europa y desvelará todos los rincones donde se han rodado series como Juego de Tronos. La visita recorre las numerosas estancias, patios y salones que reflejan la mezcla de culturas cristiana e islámica.
EL PALMERAL DE ELCHE (ALICANTE)
La cita es en el corazón de Elche, frente a la oficina de turismo. Durante esta visita guiada se exploran no uno, sino dos Patrimonios de la Humanidad.
El primero es el archifamoso palmeral, un paisaje natural único y que supone una herencia del paso de los musulmanes por la Península Ibérica. Este lugar fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2000 y está considerado como el bosque de palmeras más grande de Europa.
JARDINES Y PARQUES DE ESPAÑA
La riqueza de los jardines de España es excepcional. Los hay de origen árabe, también de estilo italiano o inspirados en el diseño de la naturaleza, pero todos son lugares donde un simple paseo puede hacer volar la imaginación. La visita a estos oasis de paz es una excusa magnífica para disfrutar de un respiro en la visita de las ciudades que los cobijan.
Pasear por una gran ciudad entre edificios históricos y grandes avenidas, museos, tiendas, bares o restaurantes no está exento de relajarse entre árboles centenarios, fuentes y jardines. Estos son diez ejemplos de parques y jardines de España donde desconectar en medio del «caos».
Disfrutar de un paseo al aire libre es uno de los pequeños placeres de la vida, pero todavía lo será más si encima recorremos algunos de los parques y jardines más bonitos de nuestro país. Algunos son parques que encontrarás en plena ciudad, otros son los alrededores de monumentos y construcciones que completarán estos relajantes recorridos. Mientras que para otros, tocará adentrarnos en villas y pueblos para conectarnos con la naturaleza mientras disfrutamos de unas preciosas vistas, ya sean al mar o a la montaña. ¡Aquí tenemos una selección para todos los gustos!
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LABERINTO DE HORTA, EN BARCELONA
Este pequeño tesoro está considerado el jardín más antiguo que se conserva en Barcelona. Se trata de un armonioso ejemplo de parque de inspiración italiana de finales del siglo XVIII.
Cuenta con templetes con columnas toscanas, esculturas y un delicioso laberinto que le da el nombre al parque, realizado con cipreses recortados. La zona de jardín está rodeada por un tupido bosque de pinos. Incluye un museo que recopila la historia del parque.
2
EL JARDÍN DE CACTUS DE LANZAROTE
Creado en 1991 para mostrar parte de la flora autóctona de esta isla de origen volcánico, fue la última obra que César Manrique legó a las Canarias. El artista levantó su proyecto sobre una antigua cantera y distribuyó los más de 10.000 ejemplares de cactus de forma armónica, como si de un lienzo se tratase. En lo más alto del conjunto se levanta un viejo molino de viento.
3
JARDÍN DE LA ALFABIA, MALLORCA
En la carretera de Palma a Sóller se halla el pequeño núcleo de Bunyola, donde se puede pasear por el bello conjunto de jardines de Alfabia, que reflejan distintas tradiciones paisajísticas. En su origen en este lugar se hallaba una explotación agrícola de la época de ocupación musulmana de la isla, dispuesta en terrazas y dedicada al cultivo de cítricos y frutales.
En época renacentista, al pasar a manos aristócratas, fueron transformados para otorgarles un mayor aire de suntuosidad, al estilo de los jardines italianos del siglo XVIII. Aquí se pasea por románticos rincones como. La Pérgola, un pasadizo cubierto de hiedra y flanqueado por surtidores que manan agua dando una agradable sensación de frescor.
4
PARQUE JARDINES DEL RETIRO, MADRID
Las 118 hectáreas de este famoso parque son el principal pulmón verde de la ciudad y un oasis de paz para muchos madrileños y visitantes. El espacio se empezó a construir en el siglo XVII por orden del conde-duque de Olivares, entonces consejero del rey Felipe IV.
Junto a sus zonas ajardinadas acoge bellos palacetes, áreas de paseo y lagos por los que navegar en pequeños botes. Muy cerca, en el Paseo del Prado, también se puede descubrir el Real Jardín Botánico, uno de los más antiguos de España inaugurado en 1775, que cobija una muestra de plantas de todos los continentes.
5
EL VERGEL DEL ALCÁZAR DE CÓRDOBA
En el Alcázar de los Reyes Cristianos cordobés aún se percibe la sensorial tradición árabe de refrescar las huertas y los oasis con acequias, fuentes y canales. Donde los califas hacían cultivar hortalizas y hierbas aromáticas, hoy se puede pasear por un hermoso jardín de tres niveles que tiene senderos limitados por setos, cipreses, cítricos y palmeras.
En 1328, el rey Alfonso XI mandó construir sobre el antiguo palacio califal el actual recinto amurallado que, un siglo después, ocuparon los reyes católicos durante la reconquista de Granada. Situado entre el Guadalquivir y la Mezquita-Catedral, el Alcázar conserva las torres de los flancos (Leones, Homenaje, Inquisición y Palomas) y muestra restos romanos hallados en el subsuelo en la Sala de los Mosaicos.
6
EL GENERALIFE DE GRANADA
Este palacio de descanso y recreo de los reyes nazaríes se construyó en el siglo XIII sobre el Cerro del Sol, junto a las murallas de la maravillosa Alhambra, un conjunto monumental que habría que visitar al menos una vez.
Sus jardines son íntimos, arropados por el murmullo del agua y la fragancia de las flores, como sucede en los patios de la Acequia y el del Ciprés de la Sultana. Los miradores y muchos recodos de estos jardines regalan amplias vistas al granadino y encalado barrio del Albaicín y a las cumbres de Sierra Nevada.
7
JARDINES DE LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO (SEGOVIA)
Ubicado a 11 km de la capital segoviana, es otro ejemplo en nuestro país de jardín de estilo italiano, donde se puede disfrutar de una treintena de fuentes monumentales, numerosos estanques y esculturas, y una gran zona de bosque.
Los jardines se extienden alrededor del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso (siglo XVIII), una de las residencias de verano de antiguos reyes. El recinto incluye un Palacio Real y la Real Fábrica de Cristales, que fue una manufactura donde se elaboraba el menaje y decoraciones para la realeza.
8
JARDÍN DE MONFORTE, VALENCIA
Este bello rincón de Valencia es un refugio para aquellos que buscan disfrutar de la tranquilidad. El espacio fue trazado en el siglo XIX en corte neoclásico, y decorado con pérgolas, estaturas de mármol, estanques, surtidores y un pabellón de descanso.
Se pueden elegir zonas distintas para pasear, como el Parterre Viejo, con setos recortados y estatuas sobre pedestales, y el Parterre Nuevo, con setos de ciprés y mirto con formas geométrica de cuadrantes en torno a un patio con surtidores. El conjunto lo completan una rosaleda y un rincón de trepadoras.
9
JARDÍN BOTÁNICO VIEIRA Y CLAVIJO, EN GRAN CANARIA
Este hermoso vergel fue inaugurado en 1952 recordando con su nombre a José Viera y Clavijo, naturalista canario del siglo XVIII. Localizado en Tafira, a unos 7 km del centro de Las Palmas, se trata del jardín botánico más grande de España.
Sus más de 27 hectáreas dan cobijo a una amplia representación de la flora endémica de las Islas Canarias, y también de la zona llamada de la Macaronesia, que comprende Madeira, Azores y Cabo Verde. Este edén cuenta con rincones románticos y con vegetación diferenciada, como la Plaza de las Palmeras, el Jardín de Cactus, el Pinar, el Jardín Escondido, el Puente de Piedra, la Fuente de los Sabios, el Bosque de Laurisilva o la Plaza de los Nenúfares.
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EL PAZO DE MARIÑÁN, CERCA DE A CORUÑA
Cerca del pueblo de Bergondo, a unos 20 km de A Coruña, se puede visitar este histórico y romántico pazo que disfruta de un bonito parque alrededor.
Los orígenes de esta casa solariega se remontan a mediados del siglo XV, cuando fue erigido como un palacete-fortaleza. Sus jardines, con setos de boj recortados, son posteriores, del siglo XVII, y se diseñados a semejanza de los de Versalles.
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JARDINES DE LA ALHAMBRA GRANADA
Lo dijo el profesor Chueca Goitia: «Cuanto más se contempla la Alhambra, más se tiene la sensación de que el ideal de los árabes era vivir sobre un jardín». Y es que si en todo jardín el agua es el elemento vitalizador, en la colina roja de Granada...
Se convierte en la esencia de sus jardines, dispuestos sabiamente entre el conglomerado de edificios que conforman esta joya monumental. El Patio de la Alberca, el de Comares o de los Arrayanes y el de los Leones son excelentes muestras. Fuera de las murallas, el Generalife, la finca de recreo de los sultanes nazaríes, también es un espacio para disfrutar de la naturaleza.
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JARDÍN BOTÁNICO DE LA OROTAVA
A Carlos III se debe este jardín situado en el Puerto de la Cruz, en la isla de Tenerife, que pasa por ser el botánico más antiguo de Canarias. Un espacio para amantes de la botánica, donde crecen grandes ficus con enormes raíces al aire, 150 especies diferentes de palmeras y una apabullante flora tropical procedente de los cinco continentes.
Paseando por sus caminos uno tiene la sensación de estar en una selva. Todas las especies están catalogadas con su correspondiente cartelito y algunas incluyen incluso un código QR para escanear con el móvil y escuchar datos interesantes.
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JARDINES DEL PALACIO DE VIANA
Palacios en Córdoba hay unos cuantos, pero ninguno como el de Viana, con sus cinco siglos de historia y que, sin salir de él, ofrece un recorrido histórico y sensorial por la historia de los patios cordobeses, desde el patio de vecinos de origen medieval
a los renacentistas, símbolo de poderío y linaje, o los herederos del jardín-huerto árabe. Son esos espacios en los que la arquitectura se pone al servicio del jardín para rendir un homenaje a las plantas, a las flores, a la luz y al agua.
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JARDINES PAZOS GALLEGOS
En la localidad coruñesa de Vilagarcia de Arousa, el jardín del Pazo de Rubianes (pazoderubianes.com) es un auténtico mundo vegetal en el que conviven cerca de cien especies diferentes junto a la camelia, la más representativa, aunque también tiene zonas de huerto, bosques, viñedos y montes de alcornoque por los que pasear.
Como él, los jardines de otros pazos gallegos estallan en flor durante la primavera: el pazo de Oca, en el municipio de. La Estrada, el de Ribadumia, en pleno valle del Salnés, el de Lourizán, en Agrovello, o el del castillo medieval de Soutomaior, el que está considerado el jardín más importante de Galicia.
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JARDÍN DE CÁCTUS LANZAROTE
En el norte de Lanzarote y en un entorno agrícola, el jardín de cactus obra del gran artista isleño César Manrique, como tantas otras creaciones de la isla, une arte y naturaleza en un enorme anfiteatro de piedra volcánica.
En él crecen más de mil especies diferentes de cactus, traídos de varias zonas del archipiélago y de lugares tan dispares como Perú, Kenia, Marruecos o Estados Unidos.
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JARDINES DEL PALACIO DE ARANJUEZ
A los reyes siempre les gustó pasar la primavera en Aranjuez, acompañados por el rumor del Tajo crecido. Sobre una vega famosa por sus fresas y sus espárragos, el Real Sitio atesora un montón de maravillas naturales y artísticas, pero ninguna que haga sombra al Palacio Real, que data de tiempos de Carlos III, y a sus jardines. El del Rey, ante la fachada meridional, con estatuas y caminos empedrados, fue ideado con la idea de que el monarca pudiera disfrutarlo desde sus balcones.
El del Parterre, en la fachada este, acoge la monumental Fuente de Hércules, y el aledaño Jardín de las Estatuas, 14 bustos de emperadores romanos y personajes de la antigüedad clásica. El de la Isla está junto al palacio y bordeando el Tajo, y el del Príncipe reúne gran variedad de árboles, estanques, fuentes, cenadores, templetes y estatuas, además de fuentes sobresalientes, como la de Narciso y la de Apolo.
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JARDINES DE LA COSTA BRAVA
Hay muchas formas de descubrir este tramo del litoral catalán, pero en primavera, la más original es la enlazar tres de sus célebres jardines, los de Cap Roig, en Palafrugell, con mil especies botánicas procedentes de los lugares más recónditos del planeta y esculturas de reconocidos artistas en torno a su castillo;
Santa Clotilde, en Lloret, encaramados a un acantilado y escalonados en terrazas, y el Jardín Botánico de Marimurtra, en Blanes, un universo vegetal con más de 4000 especies de los cinco continentes. En los tres, el Mediterráneo siempre como telón de fondo.
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JARDINES DE UNA INFANTA ENAMORADA DE SEVILLA
María Luisa Fernanda de Borbón, hija menor del rey Fernando VII y por lo tanto infanta de España, residió casi toda su vida en Sevilla. Su marido, el duque de Montpensier, vivía con ella en el Palacio de San Telmo, actual sede del Parlamento de Andalucía. Tras la muerte de su esposo, la infanta María Luisa donó los terrenos del palacio a la ciudad de Sevilla.
Así nace el precioso parque de María Luisa, declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico. Para aquellos que quieran conocer los románticos lugares de este bello lugar, no pueden perderse entonces la visita guiada por el parque de María Luisa.
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JARDINES PARQUE DE LA ALAMEDA PONTEVEDRA
Espacios verdes en la ciudad de los peregrinos La Plaza del Obradoiro, lugar donde se halla la seo compostelana, constituye la última escala del largo camino que emprenden los peregrinos en su ruta hacia Santiago de Compostela. Un lugar perfecto para descansar y reponerse del largo viaje es el parque de La Alameda.
Algunos bancos de sus avenidas ofrecen además unas excelentes panorámicas de la catedral. Si alguno de esos lugares para descansar ya está ocupado, siempre podemos ir a hacerle compañía al escritor Valle-Inclán, cuya escultura está presente en otro de los bancos del parque. Parque de La Alameda La visita guiada por los parques de Santiago os permitirá conocer no solamente La Alameda, sino también otros destacados espacios verdes de la ciudad.
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JARDÍN BOTÁNICO VIERA Y CLAVIJO
Una colección única de especies macaronésicas Lo primero de todo una aclaración: ¿Qué es y dónde está la Macaronesia? Así se denomina a un conjunto de archipiélagos del Atlántico Norte cercanos a la costa africana. Concretamente hace referencia a las Azores, Madeira, Islas Salvajes, Canarias y Cabo Verde.
Aclarado este aspecto, ya podemos hablar del Jardín Botánico Viera y Clavijo, situado en las afueras de Las Palmas de Gran Canaria. Su colección destaca precisamente por albergar distintas especies procedentes de las islas macaronésicas.
Jardín Botánico Viera y Clavijo Si pensáis pasar vuestras próximas vacaciones en la isla de Gran Canaria, una opción muy recomendable es esta excursión a Las Palmas y la Caldera de Bandama, que incluye la visita al Jardín Botánico Viera y Clavijo.
Palacios Reales Monasterios Parques y Jardines en España
ResponderEliminarPatrimonio Nacional se rige por la Ley 23/1982, de 16 de junio, que regula su doble finalidad: por una parte, dichos bienes están destinados al uso y servicio de Su Majestad el Rey y de los miembros de la Familia Real para la alta representación que la Constitución y las leyes les atribuyen; por otra, Patrimonio Nacional debe cumplir las funciones culturales determinadas por la naturaleza y la importancia histórica de dicho sistema de bienes, declarados en su mayor parte de interés histórico-artístico, lo que requiere actuaciones de mantenimiento, restauración, investigación, conservación, exhibición, docencia y difusión cultural.