sábado, 26 de octubre de 2019

La Historia de España Tras la Historia y sus Acontecimientos



La Historia de España 
Tras la Historia y sus Acontecimientos 


La historia de España
La historia de España es un compendio de influencias de las diferentes culturas que han habitado el territorio.
Los primeros pobladores de la Península fueron celtas e íberos. De este período datan los primeros testimonios escritos sobre la Península. Se dice que Hispania nombre con que los romanos conocían a la Península es un vocablo de raíz semita procedente de Hispalis Sevilla. Desde el año 1100 a.C. Y hasta mediados del siglo III a.C., el contacto comercial y cultural con las altas civilizaciones mediterráneas vendrá de la mano de fenicios y griegos.
 Al final de esta etapa, ambas civilizaciones serán desplazadas por cartagineses y romanos, respectivamente. La presencia romana en Hispania duró siete siglos, durante los cuales se configuraron los límites básicos de la Península en relación con otras poblaciones europeas. 


A la administración territorial heredada de Roma se suman instituciones tales como el concepto de familia, el latín como lengua, la religión, el derecho…
A comienzos del siglo V nuevos pobladores procedentes del norte se asientan en la península: los visigodos, en el interior, y los suevos, al oeste.
 Estos pueblos germánicos se veían a sí mismos como continuadores del apagado poder imperial. La integración entre hispano-germánicos fue un proceso rápido, excepto en el noreste peninsular, habitado por vascos, cántabros y astures, resistentes tanto a la infiltración romana, como visigótica y, más tarde, musulmana. La descomposición del aparato estatal visigodo provocará, a principios del siglo VIII, la sucesiva infiltración de tropas árabes y bereberes del otro lado del estrecho de Gibraltar.


 A mediados del siglo VIII los musulmanes han consumado la ocupación y Córdoba se convierte en el centro del floreciente Estado andalusí. La presencia árabe en España durará cerca de siete siglos y dejará una huella indeleble en el acervo cultural español. 
Los pequeños reductos cristianos del norte de la Península, tras un extenso período de convivencia pacífica, pasan a protagonizar la Reconquista, que culminará con la toma de Granada en 1492 bajo el reinado de los Reyes Católicos, tradicionalmente considerados como los forjadores de la unidad peninsular y de la empresa imperial del Renacimiento español. 
También durante el reinado de los Reyes Católicos, y bajo su auspicio, Colón descubre el Nuevo Continente América, nueva frontera de lo que será el mayor imperio de Occidente.El siglo XVI representa el cenit de la hegemonía española en el mundo, un proceso que durará hasta mediados del XVII.
Con los Reyes Católicos, y sobre todo con Felipe II, se configura plenamente lo que en el siglo XVI fue el prototipo de Estado absolutista moderno.


 Felipe V inaugura la dinastía de los Borbones españoles, tras la muerte sin descendencia de Carlos II, el último de los Austrias. La Ilustración española se caracteriza por ser una época de equilibrio externo, reformas y desarrollo interior. 
La crisis del Antiguo Régimen abrió las puertas a la invasión napoleónica. La guerra de la Independencia fue una guerra contra la invasión francesa, pero también fue una guerra revolucionaria por la decisiva participación del pueblo y por la clara formación de una conciencia nacional que se plasmaría, más tarde, en la Constitución de 1812.


Las Cortes de Cádiz promulgan así, una de las primeras Constituciones del mundo donde se ratifica como principio básico que la soberanía reside en la Nación. 
El conflicto entre liberales y absolutistas, o lo que es lo mismo, entre dos formas de entender la configuración del Estado, será una constante a lo largo del siglo XIX español. El efímero reinado de Amadeo de Saboya, una primera experiencia republicana y la posterior Restauración monárquica, en la figura de Alfonso XII, acercan a España a los albores del siglo XX con una serie de graves problemas no resueltos, que se agudizan tras la definitiva pérdida de los últimos reductos del imperio colonial: Cuba y Filipinas.


Pese al paréntesis de la I Guerra Mundial, en la que España se mantiene neutral, y tras la Dictadura de Primo de Rivera, se vuelve a reproducir la crisis monárquica, que lleva al exilio al Rey Alfonso XIII. De las urnas nace la primera experiencia democrática española en el Siglo XX: la II República, efímero intento de acometer las grandes reformas que necesitaba el país, y que verá frustrada su andadura por el levantamiento militar del general Franco y el estallido de la Guerra Civil de 1936.



 La victoria militar del general Franco abre un largo período dictatorial que durará hasta 1975, y que está caracterizado por un férreo control político interno y el aislacionismo en el terreno internacional, lo que no impide un incipiente desarrollo económico en la década de los sesenta. 




Tras la muerte del General Franco, los españoles acometen de forma pacífica la transición de la dictadura a la democracia, en un proceso que ya se conoce como "el modelo español". 
Don Juan Carlos I, como Rey



 de todos los españoles, se constituye en el primer abanderado de un Estado social y democrático de Derecho, que se plasma en la Constitución de 1978. En 2014 le sucede en el trono su hijo, el rey Felipe VI.



 SIGLO XX
España padeció a finales del siglo XIX una grave crisis política que amenazaba el sistema de Monarquía parlamentaria basado en el turno de partidos. Esta crisis la intentaron detener tanto la Dictadura de 1923 y la República de 1931, aunque no lo consiguieron. El extremismo de la Dictadura no consiguió salvar el sistema ya que acompañó a la Monarquía hacia su caída. Después, la República no logró obtener el consenso de los españoles y la crisis se agravó hasta llegar a una ruptura violenta ya que desembocó en la Guerra Civil de 1936 que enfrentó a los españoles durante tres sangrientos años.
No obstante, junto a los cambios políticos, durante los primeros cuarenta años se transformaron en profundidad la forma de vida de los españoles ya que se produjeron alteraciones urbanas, el éxodo del campo a la ciudad y cambios en los medios de comunicación y transporte (la televisión, el teléfono, la radio, el coche.
El general Franco salió victorioso de aquella Guerra y gobernó España hasta 1975, la dictadura más larga de la historia contemporánea española. Su manera de gobernar y su autoridad afectaron la vida de casi todos los españoles durante casi cuarenta años. Fue querido y odiado a partes iguales, aunque fue olvidado por la mayor parte de los españoles.Durante esos 40 años su dictadura ha tenido etapas muy distintas. España en 1975 era bastante más abierta al exterior que en 1939, aunque las instituciones políticas seguían caracterizadas por la falta de participación y de libertad.



El régimen franquista surgió de la eliminación del régimen republicano y nunca tuvo legitimidad democrática y sus actuaciones políticas lograron reacciones de repulsa fuera de nuestras fronteras y manifestaciones dentro de España.
El fin del franquismo coincidió con la muerte del dictador, que fue relevado como jefe del Estado por el rey don Juan Carlos. Desde ese momento se evidenció que España había entrado en una nueva etapa política. El discurso del nuevo monarca habló de un gobierno para todos los españoles que intentara superar cuarenta años de división entre ellos. El nuevo régimen se encauzó rápidamente hacia una democracia.



Hijo póstumo de Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo-Lorena, quien ejerció la regencia durante su minoría de edad, entre 1885 y 1902. El 17 de mayo Alfonso XIII fue declarado mayor de edad y juró la Constitucion como rey de España. Lo fue hasta la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931.
Este monarca se hizo cargo de una España caracterizada por la pérdida de prestigio internacional tras el fin del imperio colonial y por la decadencia del sistema del turno de partidos que impidió que se estableciera en España una verdadera democracia.
 Una serie de intelectuales propugnaban la necesidad de actualizar las estructuras básicas del estado; según ellos, habría que suprimir el caciquismo, consolidar la industria e impulsar la cultura para crear una sociedad avanzada y democrática. En País Vasco y Cataluña consideraban que esta regeneración democrática pasaba por conseguir una amplia autonomía, con lo que el problema nacionalista se acrecentó.
Con esta situación los partidos políticos tradicionales no lograron regenerar el país, no se consiguió una verdadera verdadera democracia liberal que condujo a la instauración de la dictadura del Primo de Rivera, aceptada por el rey. 
Fue abandonado por la clase política tras su apoyo a este general. Abandonó España tras las elecciones municipales de 1931 que se convirtieron en un plebiscito entre monarquía o república. Fue enterrado en Roma el 28 de febrero de 1941 aunque sus restos fueron trasladados en 1980 al Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial.


Miguel Primo de Rivera y Orbaneja nació en Jerez de la Frontera el 8 de enero de 1870 y pertenecía a una familia de tradición militar. Destinado muy joven a Melilla donde luchó en la campaña africana. Fue trasladado a Cuba como ayudante del capitán general Martínez Campos, con quien participó en las guerras de Cuba y Filipinas. 
Regresó a la metrópoli, ya con el grado de teniente coronel y fue destinado a Marruecos, aunque también intervino en la guerra de Melilla 1909. En 1915 volvió a la península como gobernador militar de Cádiz. Después fue capitan general de Valencia y Madrid pero fue destituido del cargo por estar a favor de la retirada de las colonias norteafricanas. 
En 1922 fue capitan militar de Barcelona, donde tuvo en contra a los sectores catalanistas radicales y los anarquistas, aunque contó con el apoyo con la LLiga Regionalista de Cambó por su política de mano dura contra la delincuencia y la conflictividad social.
La situación política era complicada y se agravó por el desastre de Annual, que motivó la apertura del expediente Picasso para depurar responsabilidades, el asesinato del presidente del Gobierno Eduardo Dato 1921 y la difícil situación económica causada tras el término de la Primera Guerra Mundial. 


Primo de Rivera, tras consultar al resto de los capitanes generales y con el favor del mismo rey Alfonso XIII, dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923. Suspendió la constitución de 1876, impuso la censura de prensa, disolvió el Gobierno y el Parlamento e implantó un régimen dictatorial dirigido por un Directorio Militar.
Se consolidó en el poder mediante un Directorio Civil en 1925. Contó con el apoyo de parte del ejército y de la extrema derecha para crear un régimen que sustituyera al sistema parlamentario de la Restauración en el que una Asamblea redactaría otra constitución y aprobaría unas leyes fundamentales.
Creó el partido conservador Unión Patriótica. Esperaba tener una oposición socialista transformada en laborista, aunque esta alternancia en el poder que intentó parecerse a la británica no cuajó.
La crisis económica provocada por el Crack de 1929 afectó negativamente a España, con un coste de la libra casi tres veces mayor que el de la peseta, empeoró la situación del país. Además, socialistas, republicanos, intelectuales de izquierdas, estudiantes y obreros se manifestaron en contra del régimen. 
Hasta los propios militares conspiraban contra Primo de Rivera (hubo una conspiración fracasada en su contra en 1926, conocida como la Sanjuanada). Con tanta oposición al régimen, Primo de Rivera presentó su dimisión al rey el 28 de enero de 1930 y se exilió a París donde murió dos meses después.


El 14 de abril de 1931 se instauró en España la Segunda República, nacida sin violencia y apoyada por gran parte de los españoles. El Estado adoptó nuevos simbolos como la bandera, compuesta por tres franjas horizontales roja, amarilla y morada, un escudo parecido al monárquico aunque sin la corona y el Himno de Riego.
La coyuntura mundial no fue favorable en el momento de su implantación. La grave crisis económica de 1929 dañó a amplios sectores de la economía española. También la reducción del comercio exterior (un 33 % menos que en 1928). A todo esto se añade el gran aumento de la población provocado por la interrupción de la emigración a América y la repatriación de muchos emigrantes expulsados de los países en crisis que provocaron el incremento del paro obrero (675.000 desempleados en 1936).
En las elecciones municipales del 12 de abril las principales capitales de provincia (41 en total) apoyaron a la República. Aunque en las zonas rurales los monárquicos obtuvieron más votos. La nueva Constitución se aprobó en diciembre de 1931 según la cual el Estado se constituía como una "República de trabajadores , que se organiza en régimen de libertad y justicia".
 Reconocía la autonomía de las regiones e implantó el sufragio universal que permitía por primera vez votar a las mujeres y a los soldados. También ampliaba el derecho de sugfragio activo y pasivo a los ciudadanos de ambos sexos mayores de 23 años. El jefe del Estado era elegido por un comité que incluía a diputados y compromisarios nombrados en elecciones generales.



Fue elegido presidente Niceto Alcalá Zamora (republicado moderado) y Manuel Azaña (republicano de izquierdas) como jefe de Gobierno. El nuevo Parlamento unicameral (sin Senado) se preparaba para las reformas y en la calle seguían los conflictos: huelgas reprimidas con dureza, se asaltaron conventos y se ocuparon tierras en Salamanca y Extremadura.
Niceto Alcalá Zamora nació en la localidad cordobesa de Priego el 6 de julio de 1877 y fue el primer presidente de la Segunda República española. De familia liberal, fue un gran intelectual ya que a la edad de diecisiete años se licenció en Derecho y a los veintidós ingresó en el cuerpo de abogados del Estado.
Afiliado al Partido Liberal en 1912. En 1917 fue ministro de Fomento en el gobierno de Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas, y de Defensa en 1922.
Tras el fin de la dictadura de Primo de Rivera se declaró republicano. En 1930 presidió el Comité Revolucionario con el objetivo de terminar con la monarquía. Una vez proclamada la República en 1931 fue elegido presidente del Gobierno provisional aunque abandonó el cargo junto a Maura el 14 de octubre de 1931 por la cuestión clerical que enfrentó a republicanos conservadores con izquierdistas, socialistas y radicales. Estaba en desacuerdo con la declaración de laicismo del Estado que recogía el artículo 26 de la nueva Constitución.
En 1936 tras la victoria del Frente Popular fue destituido del cargo tras ser acusado de disolver las Cortes de forma inconstitucional. Después de unas semanas en las que provisionalmente se encargó de la jefatura del Estado Diego Martínez Barrio fue sustituido por Manuel Azaña el 11 de mayo de 1936.
Terminada la Guerra Civil se instaló en Argentina en 1942, donde vivió de sus artículos, libros y conferencias hasta su muerte en 1949.


Manuel Azaña nació en Alcalá de Henares el 10 de enero de 1880. Fue un político, abogado, secretario del Ateneo de Madrid y escritor español que desempeñó los cargos de presidente del Gobierno de España y presidente de la Segunda República Española. 
Licenciado en por la Universidad de Zaragoza el 3 de julio de 1898 con la calificación de sobresaliente, fundó el partido Acción Republicana en 1925, participó en el Pacto de San Sebastián en 1930 y trabajó en el comité encargado de preparar la llegada de la Segunda República. Formó parte como primer ministro de la Guerra del primer gobierno republicano.
En 1931 fue nombrado jefe del Gobierno, cargo que ocupó hasta 1933. Su mandato fue de talante reformista ya que emprendió importantes reformas en el ejército (mediante 30 decretos pretendió dejar al ejército la resonsabilidad de la guerra y devolver a la administración civil los poderes que el ejército acumulaba durante el siglo anterior), aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña y la Ley de Reforma Agraria.
 Dejó el poder el 19 de noviembre de 1933 tras ganar las elecciones generales la coalición formada por el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux y la Confederación Española de Derechas Autónomas CEDA de José María Gil-Robles. No obstante, Azaña conservó su escaño de diputado.


En abril de 1934 fundó el partido Izquierda Republicana. La insurrección del 6 de octubre le llevó a la cárcel, aunque no estuvo implicado. Fue nombrado de nuevo presidente de la República en mayo de 1936 tras la victoria del Frente Popular, que era una coalición de Gobiernos de Izquierdas. Enfrentado a la sublevación militar del 18 de julio de 1936. Al final de la Guerra Civil 1939 se exilió a Montauban Francia donde murió el 3 de noviembre de 1940.
Los primeros gobiernos de la coalición republicano-socialista se marcaron como objetivos prioritarios: restringir la influencia de la iglesia en la sociedad; la reforma agraria para aumentar la productividad de las tierras y mejorar las 
condiciones de vida de los jornaleros y campesinos; la reforma del ejército para reducir el exceso de mandos y mejorar su funcionamiento; dotar a Cataluña de un Estatuto de Autonomía. Se pretendía lograr la transformación política y social de España. Para ello los gobiernos elaboraron abundante legislación.


El gobierno de radicales y cedistas pretendió poner en funcionamiento un programa de reformas introduciendo en la Constitución todo aquello que defendían: creación de una segunda Cámara Senado, defensa de los privilegios de la Iglesia, abolir la reforma agraria y freno a las autonomías.
 La consecuencia fue el aumento del descontento social y la desconfianza de catalanes y vascos que veían mermadas sus aspiraciones autonómicas. También el sindicato socialista UGT declaró la huelga social revolucionaria. El país estaba casi ingobernable. La dura represión del gobierno sobre todo en Asturias y algunos escándalos financieros terminaron con el Gobierno radical-cedista y dieron lugar a la convocatoria de nuevas elecciones.


Francisco Franco, llamado el Caudillo y el Generalísimo, fue un militar y dictador español desde 1939 hasta su muerte en 1975. Nacido en el seno de una familia con tradición militar, se convirtió en el general más joven de España y uno de los generales más jóvenes de Europa en la década de 1920. 
Fue uno de los promotores, junto a otros altos cargos militares, del golpe de Estado de julio de 1936 contra el gobierno democrático de la frustrada Segunda República, que desembocó en la Guerra Civil Española.
Tras su graduación en la Academia de Infantería de Toledo en 1910 como segundo teniente de infantería, solicitó como destino Marruecos donde ascendió. Siendo comandante fue destinado a Oviedo en 1916 donde intervino en la represión de la huelga revolucionaria de 1917. 
En 1925, tras el desembarco en Ahucemas ascendió a general de brigada y se convirtió en el general más joven de Europa. Dos años después fue nombrado director de la Academia Militar de Zaragoza, puesto que desempeñó hasta la proclamación de la Segunda República. Lerroux le nombró asesor militar del Gobierno en 1933 y le fue encomendada la tarea de sofocar y reprimir la huelga general en Asturias en octubre de 1934.
Tras las elecciones del 16 de febrero de 1936, que fueron ganadas por el Frente Popular, Azaña fue nombrado presidente del Gobierno. Una de las medidas que tomó fue la de alejar de los centros del poder a aquellos generales que consideraba favorables al alzamiento contra el Gobierno republicano. El general Goded fue destinado a las islas Baleares y Franco, perdiendo la jefatura del Estado Mayor, fue enviado como comandante general a las islas Canarias. Franco consideró que le estaban desterrando.


La muerte del general Sanjurjo en accidente de aviación cuando se disponía a viajar a Burgos para asumir el mando del Golpe de Estado obligó a los sublevados a la creación de una Junta de Defensa que determinó que el general Mola capitaneara la sublevación desde el norte y Franco desde el sur. Fue el comienzo del ascenso de Franco al poder: líder indiscutible de las fuerzas militares sublevadas en septiembre de 1936 y jefe del Estado el 1 de octubre del mismo año.
 El 19 de abril de 1937 se convirtió en el jefe de Falange Española y Tradicionalista y de las JONS, partido único en el que se apoyó para establecer un régimen fascista en sus inicios y que se convirtió en la dictadura franquista, caracterizada por ser conservadora, católica y anticomunista.
El 1 de abril de 1939, tras finalizar la Guerra Civil, comenzó una larga dictadura hasta su muerte el 20 de noviembre de 1975. Con la coronación de Juan Carlos I el 22 de noviembre comenzó la transición democrática.


Juan Carlos I fue rey de España desde el 22 de noviembre de 1975 hasta su abdicación el 19 de junio de 2014, fecha en la que fue sucedido de la jefatura del Estado por su hijo Felipe VI. Nieto de Alfonso XIII, nació en Roma en 1938.
En una entrevista celebrada el 25 de agosto de 1948 entre Franco y el conde de Barcelona en Vizcaya, se acordó que el entonces príncipe se trasladaría a España para cursar allí sus estudios. 
Primero en San Sebastián y Madrid. Después en la Academia Militar de Zaragoza (1955-1957), la Escuela Naval de Marín en Pontevedra (1957-1958) y la Academia General del Aire de San Javier en Murcia (1958-1959). En 1961 terminó su formación en la Universidad Complutense de Madrid, donde realizó los estudios de Derecho Político e Internacional, Economía y Hacienda Pública.
El 13 de septiembre de 1961 se anunció oficialmente el compromiso de Juan Carlos con la princesa Sofía de Grecia. El 14 de mayo de 1962, la se casaron en Atenas por los ritos ortodoxo y católico. Designado sucesor de Franco a título de rey tras ser su ratificación por las Cortes Españolas el 22 de julio de 1969, con el objetivo de mantener la esencia del régimen.
Juan Carlos I ocupó interinamente la jefatura del Estado entre el 19 de julio y el 2 de septiembre de 1974, y desde el 30 de octubre hasta la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975. Dos días después fue proclamado rey de España por las Cortes Españolas como Juan Carlos I. Se inició la Transición Española hacia la democracia.



Paró el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, el conocido como «23-F». Ese día, durante la segunda votación de la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo, tomaron el Congreso de los Diputados parte de las fuerzas de la Guardia Civil dirigidas por el teniente coronel Antonio Tejero. La intervención en Televisión de Juan Carlos I desautorizando el golpe terminó con la insurrección.
Realizó numerosos viajes al exterior, ejerciendo como embajador, que permitieron el fortalecimiento y la mejora de las relaciones con el mundo árabe, América Latina y los países occidentales. El 14 de mayo de 1977, su padre, el Conde de Barcelona, transfirió sus derechos dinásticos históricos y la jefatura de la Casa Real en la persona de Juan Carlos, cuando constató la imposibilidad de acceder personalmente al trono. 


El cargo del rey es apolítico, confirmado en la Constitución de 1978 y sin poder ejecutivo ya que España es una monarquía parlamentaria.
Tuvo un final de reinado complicado por el caso de corrupción Nóos, en el que están presuntamente implicados su hija Cristina y su yerno Iñaki Urdangarin. También lo hicieron difícil la cacería de elefantes a la que había sido invitado en Botsuana y que suscitó muchas críticas por parte de la opinión pública ya que se produjo en plena crisis económica.
 Además, ha sido intervenido quirúrgicamente varias veces en las últimas decadas de su vida. No obstante, en el comunicado institucional en el que explicaba las razones por las que presentó su abdicación comentó que "hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven". Su hijo Felipe VI accedió a la Corona de España con 46 años y se convirtió en el monarca más joven de Europa.


La Prehistoria desde sus comienzos 
Los mas antiguos yacimientos arqueológicos encontrados en España se consideran entre al 30.000-50.000 a. C. caso de las pinturas rupestres más emblemáticas, como el caso del hombre de Orce, el Arte Rupestre, etc.
 Entre los restos mas importantes encontrados en España podemos mencionar los de Atapuerca en la provincia de Burgos, la Cueva de Las Grajas en Archidona, Málaga, la Cueva de Altamira en la provincia de Santander, Cova Negra en Játiva y Pinar en la provincia de Granada.



La España Ibérica - Iberos y Celtas
Iberos fue el nombre que los griegos dieron a los habitantes originarios de la Península Ibérica. Se trataba de diversos pueblos diferenciados. 
Evidencias arqueológicas, antropológicas y genéticas estiman que llegaron a la península en el periodo Neolítico 5000-3000 años a.C.. Hay corrientes que estiman que procedían de las regiones mediterráneas situadas más al este y otras que consideran que formaban parte de los habitantes originales de Europa occidental Irlanda, Gran Bretaña y Francia, los creadores de la gran cultura megalítica sobre la que tantas muestras se conservan aún en España.


Uno de los principales testimonios del desarrollo cultural con personalidad propia de los iberos es su lengua, de la que se han encontrado numerosos textos en excavaciones. Se conocen tres tipos de escrituras paleo-hispánicas: la escritura del suroeste, la meridional y la ibérica levantina. Sólo la levantina se ha podido descifrar en parte por la existencia de monedas escritas en esta lengua y en latín. Pero en su mayoría, las lenguas iberas, al no estar emparentadas con otra lengua conocida, no se ha podido descifrar aún.
Algunas muestras de arte íbero son: La Bicha de Balazote  Albacete del siglo VI a. C., el Guerrero de Porcuna  del siglo V a. C., la Dama de Elche Alicante, datada entre los siglos V y IV a. C. y la Dama de Baza Granada del siglo IV a. C.
De entre todos los iberos que habitaban la Península Ibérica, las fuentes históricas mencionan a los tartesios y a sus descendientes turdetanos y túrdulos como los más cultos de entre ellos. Efectivamente la civilización de Tartessos fue la primera que se conoce en la Europa Occidental. Esta civilización tendría ya otro nombre a la llegada de los romanos, llamándose entonces Turdetania a la región que habitaban.



Los celtas, tribus originarias de los Alpes que compartieron una cultura iniciada en la edad de hierro 1200 BC-400 AD cruzarían los Pirineos en dos grandes migraciones: en el siglo IX y VII a. C., estableciéndose en su mayor parte al norte Galicia, Asturias, Cantabria, y norte de Castilla, donde se mezclaron con los iberos para conformar el grupo llamado celtíbero. Este pueblo no sólo se estableció en el norte de España, sino también en Francia, Islas Británicas y parte del este de Europa.
Parece ser que las montañas en que vivía el pueblo vasco nunca fueron penetradas por ningún tipo de invasión, por lo que se considera que esta población estuvo en estas tierras sin mezclarse desde muy antiguo. También su lengua tiene raíces antiquísimas por lo que hoy no se encuentran paralelos con ninguna otra conocida.



Fenicios, Griegos y Cartaginenses
Los fenicios llegaron a la Península Ibérica hacia el 1104 a. C. Después comenzarían a fundar ciudades como Onuba hoy Huelva y factorías comerciales para apoyar sus frecuentes relaciones comerciales con este pueblo, como Gadir  Cádiz en el s. VIII a.C., Malaca Málaga y Abdera Adra, Almería en el s. VII a.C.
Los griegos se instalan más al norte de la costa, en Rhodes Rosas y Emporion Ampurias, en la actual Cataluña, encontrando a los iberos y dando las primeras referencias de este pueblo. También fundan la ciudad Akra Leuka Alicante.
Con la derrota de Tiro a manos sirias, los fenicios que habían fundado la ciudad de Cartago se independizan fundando el Estado Púnico. A partir de aquí comenzarían una campaña imperialista dirigida al dominio del Mediterráneo, algo que significaría el fin de la independencia de los pueblos iberos y de la alta civilización de Tartessos.


Conquista cartaginesa
En el siglo III a. C., los cartaginenses inician en la Península Ibérica un proyecto imperialista mediterráneo, en el que fundan Qart Hadasht Cartagena, que se convierte rápidamente en una importante base naval.
Cartago y Roma entrarán finalmente en una serie de guerras Guerras Púnicas por la hegemonía en el Mediterráneo occidental. Tras la derrota en la Primera Guerra Púnica, Cartago intenta resarcirse de sus pérdidas de Sicilia, Cerdeña y Córcega, incrementando su dominio en Iberia.
Amílcar Barca, Aníbal y otros generales cartagineses sitúan los antiguos enclaves comerciales fenicios de Andalucía y el Levante bajo su control y proceden después a la conquista o extensión de su área de influencia sobre los demás pueblos iberos. A finales del siglo III a. C., la mayor parte de las ciudades y pueblos al sur de los ríos Duero y Ebro, la zona no habitada por los celtas o celtiberos así como las islas Baleares estaban bajo el dominio cartaginés.


En el año 219 a. C. se produce la ofensiva de Aníbal contra Roma, tomando la Península Ibérica como base de operaciones e incluyendo un gran porcentaje de hispanos en su ejército.
El intento de someter a la colonia griega de Sagunto situada al norte de Valencia, aliada de Roma, daría lugar a la Segunda Guerra Púnica, que culminará con la derrota cartaginense. 
Hispania romana 206 a. C.  siglo V
Después de que Roma hubiera derrotado por completo a Cartago, también invadió sus colonias en España, terminando por conquistar la península casi por completo.
Así aparece en la historia la provincia de Hispania, que llegó a formar parte del imperio romano adquiriendo gran importancia dentro del mismo, incluso dos emperadores romanos Trajano y Adriano nacieron en ella, en la provincia de Sevilla.


España absorbe por completo la cultura romana y adopta su lengua. Numerosas ciudades romanas en la Península Iberica son prueba del esplendor que el pais vivió en esas fechas.
La Hispania Visigoda
En el 406 los vándalos, suevos, y alanos invadieron el imperio romano. En el 409 cruzaron los pirineos para invadir la Península Ibérica.
Mientras tanto, los visigodos, que habían tomado Roma hacía dos años, llegaron a la región en el 412, fundando el reino de Toulouse, en el sur de Francia, y extendieron su influencia gradualmente hacia la Península, desplazando a los vándalos y alanos al norte de África.
Luego, tras la conquista de Toulouse por los francos y la pérdida de gran parte de sus territorios en Francia, trasladaron la capital del reino visigodo a Toledo.
Se asentaron mayoritariamente por la zona de la Meseta Norte de Castilla, en el centro de la cuenca del río Duero, empezando a crear pequeños núcleos rurales fuera de las grandes urbes romanas. En estos núcleos agrarios se tiende al autoconsumo y se empieza a crear una sociedad pre-feudal. Estas comunidades godas convivían con las comunidades hispano-romanas, pero eran independientes y cada cual tenía sus propias leyes. Con el paso del tiempo tenderían a mezclarse mediante matrimonios mixtos y la unificación de sus leyes.


En cuanto a la religión, los visigodos seguían el arrianismo, y la mayoría de la población de hispano-romanos, era católica. La conversión al catolicismo del rey godo Recaredo en el año 587 favorecería a la plena integración entre las comunidades godas y las hispano-romanas.
La España Musulmana y la Reconquista
El dominio de los visigodos duró hasta el año 711, cuando un ejército musulmán, con unos 50.000 soldados, cruzó el estrecho de Gibraltar y venció al ejército visigodo en la batalla de Guadalete, cerca de Cádiz.
Rodrigo, el último rey godo, fue derrotado y en unos cuatro años terminarían los musulmanes por dominar casi toda la península, convirtiéndose ésta en un emirato, o provincia del imperio musulmán, llamada Al-Andalus.
Los s. VIII y XI, significarían un creciente poderío musulmán, a pesar de que se forman núcleos de resistencia al Norte de la península. Los territorios conquistados se van arabizando y se independizan políticamente del imperio norte-africano.


En el s. X Abderramán III convierte Al-Andalus en califato independiente, con independencia religiosa, siendo una época de gran prosperidad cultural, gracias a las innovaciones en las ciencias y en las letras y la especial atención que dedicaron al desarrollo de las ciudades.
Las ciudades más importantes fueron Valencia, Zaragoza, Sevilla y Córdoba, la cual llegó a ser en el s. X centro cultural de la época y la mayor ciudad de Europa Occidental, contando con 500.000 habitantes.
Sin embargo la decadencia llegó en el s.XI, cuando comenzaron las pugnas entre las distintas familias reales musulmanas y el califato se desmembró en un mosaico de pequeños reinos taifas. El movimiento de Reconquista se hizo cada vez más fuerte, la primera derrota la tendrían los musulmanes en Covadonga, Asturias, de mano del Rey Pelayo en el año 722. A partir de aquí, sobre todo tras la decadencia de los reinos musulmanes, se sucedieron las victorias de los reinos del Norte que fueron avanzando hacia el sur hasta dominar por completo la península.
En el s. XIV los musulmanes españoles sólo poseían el reino de Granada, que mantuvieron hasta finales del s. XV, cuando los Reyes Católicos lo incorporaron a la corona de Castilla.


Los Reyes Católicos
El matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, los Reyes Católicos, en 1469, herederos de los dos reinos más importantes del Norte, cambió definitivamente el polo de la Reconquista. Así, tras la última derrota en 1.492 en que Granada se incorpora a España, se inicia un nuevo capítulo en la historia: La Unificación de todo el territorio español bajo una única corona y una única religión, la católica.
En esta decisión de recristianización aparece uno de los capítulos más negros de la historia española, se decide la expulsión de los judíos o musulmanes que no quisieran convertirse al catolicismo y nace la Inquisición.
El mismo año de la toma de Granada, Cristóbal Colon llega por primera vez a América con sus naves. A ello le seguiría la carrera expansionista para la conquista de las tierras americanas, a las que posteriormente otros países como Portugal, Francia e Inglaterra se le unirían.


 Toneladas de plata y oro se trajeron del nuevo continente, y España se convierte en una de las naciones más poderosas del mundo.
Las dinastías de los Habsburgo y de los Borbones
Tras la muerte de Isabel la Católica, en 1504, su hija Juana, casada con Felipe, hijo del rey de Austria y emperador del Sacro imperio Romano-Germánico, le sucede en el trono.
 Con ello se fusionan ambos reinados, creándose un gran imperio. Sin embargo Felipe al que llamaron el hermoso, muere muy joven y a Juana se le incapacitó por loca. Su hijo Carlos I heredaría el imperio. Pero en su madurez decide retirarse a la vida religiosa recluyéndose, en 1.556 en el Monasterio de Yuste, con ello el imperio se desmembró dividiéndose entre los miembros de la familia Habsburgo, la familia española y la austriaca.
Bajo la dinastía Habsburgo, España se convirtió en la primera potencia de Europea y el primer imperio de la historia que integraba territorios de todos los continentes habitados. En esta época se vive un gran progreso económico, gracias al comercio europeo y de ultramar, y un período floreciente en las artes y las letras durante el llamado "Siglo de Oro Español".
Era un periodo de constantes guerras en que diversos paises europeos competían por esta egemonía. España libró campañas militares en muy diversos frentes Francia, Países Bajos, Inglaterra e Imperio Otomano; unas para conservar sus territorios y otras por alianzas ya que jugaba un papel crucial en política internacional. A pesar de su supremacía militar, tantos años de guerras supusieron un importante desgaste, que a la larga condujeron al declive y ruina de la Monarquía.


Cuando el último rey de la dinastía de los Habsburgo murió sin descendencia, Felipe de Borbón, sobrino del rey de Francia, Luís XIV, le sucedió en el trono.
Como consecuencia de la Revolución Francesa, España declaró la guerra a la nueva república, pero fue derrotada. Napoleón tomó el poder y envió sus tropas contra España en 1808, imponiendo a su hermano José en el trono. Los españoles mantuvieron una Guerra de Independencia que duraría 5 años. Tras la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo, en 1815, Fernando VII vuelve al trono de España y comienza un sistema de rígido absolutismo.
Como consecuencia de la designación como heredera de su hija Isabel II, mediante la derogación de la Ley Sálica que impedía la sucesión real de mujeres, su hermano Carlos se revela contra ello iniciándose la Guerra de los Siete Años. La recesión económica y la inestabilidad política fueron lógicas consecuencias tras la guerra, y España perdió sus colonias de ultramar, con la excepción de Puerto Rico, Cuba y Filipinas.
La revolución de 1868 obligó a Isabel II a renunciar al trono. Se convocaron Cortes Constituyentes que se pronunciaron por el régimen monárquico y se ofrece la corona a Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. Su breve reinado dio paso a la proclamación de la I República, que tampoco gozó de larga vida, con el Golpe de Estado del General Pavía que disolvió el Parlamento.
Con ello se proclama rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II. En 1885 murió Alfonso XII y se encargó la regencia a su viuda Maria Cristina de Austria, hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII. La rebelión en 1895 de Cuba en pro de la independencia, decide a los Estados Unidos a declarar la guerra a España. Con su derrota, España perdió sus últimas colonias en ultramar.


Siglo XX
El siglo comienza con una gran crisis económica y la subsiguiente inestabilidad política desembocó en el Golpe de Estado del general Primo de Ribera, que estableció una dictadura militar hasta 1930, en que presentó su dimisión al rey y marchó a París donde murió.
Las elecciones de 1931 conocieron la victoria de las izquierdas, y a la vista de los resultados el rey renunció al trono y abandonó el país. Se proclamó la II República. A ello siguió una época de grandes crisis políticas y disturbios. Las elecciones de Febrero de 1936 dieron de nuevo el triunfo a las izquierdas en el llamado Frente Popular. El 13 de Julio fue asesinado Calvo Sotelo, jefe del Bloque Nacional, que agrupaba a monárquicos de Renovación Española y a los tradicionalistas.


El 17 de julio se sublevan las guarniciones de África Española y España queda dividida en dos. El 1 de Octubre el general Franco era nombrado jefe de Estado de la zona nacional y reconocido como tal por Alemania e Italia. El apoyo alemán sobre todo y también por parte de Italia fue mucho más decisivo que el soporte ruso a la España republicana, por lo que en 1939 termina la guerra con la victoria de los nacionalistas.
A pesar de que Franco mantuvo al país neutral en la II Guerra Mundial, su dictadura militar condujo a un aislamiento internacional de carácter político y económico. En 1956 Marruecos adquiere su independencia y se pone en marcha un plan de estabilización económica del país. En 1969 Franco nombra a Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, príncipe de España, su sucesor a título de Rey.



Franco murió en 1975, estableciéndose una Monarquía Constitucional. Tras las primeras elecciones democráticas Adolfo Suárez, del partido de Centro Democrático, fue elegido presidente, introduciéndose importantes reformas políticas e iniciándose las negociaciones para la entrada de España en las Comunidades Europeas.


Tras su dimisión en 1981, en la misma ceremonia de investidura de su sucesor Calvo Sotelo, tuvo lugar un intento de golpe de Estado, que fue abortado en un día.
Las siguientes elecciones de 1982, trajeron la victoria del Partido Socialista, con Felipe González como presidente, que se mantendría en el poder durante las tres siguientes legislaturas.
 En 1985 España entra en la OTAN y en 1986 ingresó en la Comunidad Europea. En 1992 España aparece de forma llamativa en el escenario internacional con la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona, la declaración de Madrid como Ciudad Cultural Eur



Juegos Olímpicos en Barcelona


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