martes, 22 de octubre de 2019

Las Historias Mitos y Leyendas Despedazando la Historia Profecias y mucho más




Las Historias Mitos y Leyendas Despedazando la Historia Profecias y mucho más

Los Mitos y las Leyendas de La Historia
El filólogo e historiador francés Georges Dumézil, “un país sin leyendas se moriría de frío. Un pueblo sin mitos está muerto”. Los mitos y las leyendas son relatos que, de una manera o de otra han afectado en el transcurso de la historia y han modelado algunos hechos históricos.
 Su influencia arraiga profundamente en la cultura, hasta tal punto que, en ocasiones, mito y realidad se difuminan. Los mitos y las leyendas han actuado durante la historia como conductores de la educación a través de sus moralejas y sus paralelismos. Enseñanzas escondidas entre misterios, héroes y grandilocuencia.
Actualmente la ciencia se apodera de la razón en pro de la evolución humana, aunque este hecho actúa en detrimento del arraigo de mitos y leyendas en el imaginario colectivo. Estas son, a modo de apunte, algunas de las leyendas y mitos más conocidos de la historia.



RÓMULO Y REMO
Rómulo y Remo, los fundadores de Roma según cuenta la leyenda, fueron amamantados por la loba Luperca tras ser abandonados en el río Tíber. Esta les encontró y les amamantó hasta que crecieron y fueron recogidos por un pastor llamado Fausto y cuidados por su mujer. A pesar de que este relato es debatido hasta la saciedad, parece ser que lo cierto es que es una leyenda, un mito acerca de la fundación de uno de los imperios más importantes de todos los tiempos: Roma.


 

LAS VALQUIRIAS
Los mitos fueron una pieza clave de la cultura e influían incisiva y decisivamente en muchas de las decisiones que se tomaban, ya fuera en la agricultura, en los viajes, las batallas, etc. En este sentido, al igual que en el resto de las civilizaciones antiguas, los vikingos y la cultura escandinava en general, estuvieron influenciados por sus propios mitos y leyendas.
 Las valkirias formaban parte de la mitología nórdica. Estas eran mujeres guerreras, sirvientes de Odín, que permanecían inmortales e invulnerables siempre y cuando obedecieran a los dioses y mantuvieran su virginidad intacta. Generalmente se las representaba como hermosas doncellas sobre caballos alados con la piel pálida. Su influencia incidía en la creencia del pueblo sobre cuestiones como la fertilidad de la tierra, el esplendor de los bosques y la buena salud de las praderas.


TRISTÁN E ISOLDA
El amor como influencia en la historia es un tema verdaderamente amplio. Uno de los muchos casos que han existido es la leyenda de Tristán e Isolda, perteneciente a la leyenda arturiana.  Esta cuenta la historia de amor entre Tristán, un joven caballero de la Mesa Redonda, y una princesa irlandesa llamada Isolda. 
Esta historia es una ocasión perfecta para percatarse de la influencia que tienen los mitos y leyendas en todos los ámbitos de la vida, ya que está basada en tradiciones que se remontan a la ocupación vikinga del Reino de Dublín en el siglo X.


REY ARTURO
Hasta tal punto llegó la influencia de la leyenda del rey Arturo que hoy en día es probable que gran cantidad de gente no sabría discernir si el Rey Arturo fue un rey real o fruto de la literatura. Una muestra más de la difuminada línea que a veces separa el mito de la realidad.
 Esta leyenda cuenta, en sus primeras referencias en la literatura celta, la historia de Arturo, un rey de Gran Bretaña. Se le presenta como el monarca ideal, ya sea en época bélica como en la de paz. Esta leyenda se ha utilizado en la literatura en numerosas ocasiones para explicar la Edad Media y muchos de sus acontecimientos importantes.
 Aunque no hay pruebas arqueológicas fiables que certifiquen la existencia de Arturo, no son pocas las veces que se ha planteado la existencia de Arturo como una persona real, o al menos la influencia de una persona real en la leyenda.


Las leyendas españolas 

 Los amantes de Teruel
Al este de España, en la comunidad de Aragón, se encuentra la ciudad de Teruel. Una de las iglesias más representativas de esta localidad fue reformada en el siglo XVI. Durante su remodelación se encontraron dos cuerpos momificados y acompañados de un documento que describa, en palabras del juez Domingo de Celada, lo siguiente: los cuerpos pertenecían a Isabel Segura y Juan Diego de Marcilla, cuyo enamoramiento se había visto impedido por sus familias.
La condición para estar juntos era que Diego de Marcilla se enriqueciera, con lo que decidió marchar a hacer dinero y tiempo después regresar por Isabel. En el transcurso, el padre de Isabel le buscó otro marido, con quien se casó el mismo año en que Diego de Marcilla regresaba.
El impacto de este último fue tan grande que cayó muerto al enterarse. En el funeral, Isabel le dio un último beso, en señal de culpa y reconciliación. Al hacer esto, cayó muerta en el cadáver de Juan Diego. Ante la sorpresa, los familiares decidieron enterrarlos juntos como símbolo de una aprobación tardía de su amor.


 La mezquita de Córdoba
En la ciudad de Córdoba, en la comunidad de Andalucía, se cuenta que un joven cristiano compraba flores a su enamorada, una bella joven de origen musulmán. Al pedirle matrimonio, ella aceptó también convertirse al cristianismo, pero su intención se vio impedida por unos soldados que la asesinaron el mismo día que sería bautizada.
Como castilo, estos soldados encadenaron al joven en los pilares de una mezquita. Mientras estuvo encadenado, el joven dio forma a una pequeña cruz con su uña, que hasta el día de hoy puede verse en el mármol de la columna donde pasó el resto de sus días.


La isla de San Borondón o San Brandán
Cuenta la leyenda que el archipiélago canario, ubicado frente a la costa noroeste africana, cuenta con una isla que constantemente aparece y desaparece. Esta isla debe su nombre a San Brandán de Clonfert, mejor conocido como san Borondón, un irlandés que cruzó el océano atlántico con fines evangélicos.
Al llegar a la isla, la defini rápidamente como un paraíso terrenal. Pero resultó que difícilmente podían ubicarla otros navegantes. Se trataba de una isla que algunos aseguraban haber visitado, mientras que otros, al dirigirise por las mismas indicaciones, no lograban llegar al destino. Posteriormente la misteriosa desaparición de la isla se atribuyó a la espesa niebla que cubre la región; razón por la cual se conoce hasta nuestros días como “la isla perdida” “la isla encantada” “la isla encubierta”, entre otras.


 El barranco de Badajoz
En la isla de Tenerife, de la comunidad autónoma de Canarias, existe un barranco conocido como el Barranco de Chamoco, o Barranco de Badajoz. Se trata de un gran cañón que, según la leyenda, ha sido testigo de la presencia de extraterrestres, o bien, de seres angelicales. Incluso se habla de rituales satánicos y fenómenos paranormales a los que se les han dedicado algunos estudios.
Lo anterior viene de distintas luces y figuras cuya procedencia no ha podido explicarse por los vecinos. También se le han atribuido algunas desapariciones; tanto así que, algunos especialistas en fenómenos paranormales, han atribuido al Barranco de Badajoz actividad similar a la que se atribuye al popular Triángulo de las Bermudas estadounidense.


La cruz del diablo de Cuenca
En la ciudad de Cuenca, ubicada en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, vivía un joven tan seductor que lograba conquistar a cualquier mujer que se propusiera. Sus dotes se vieron cuestionados ante la llegada de una mujer foránea de nombre Diana, que resultaba atractiva para hombres y mujeres por igual.
Cerca de las fechas de todos santos, el joven recibió una carta de Diana donde lo citaba en la Ermita de Cuenca. Tan pronto como comenzaba su acercamiento físico hacia ella, Diana quedó convertida en una terrorífica figura que reía a carcajadas y que se asemejaba el mismo diablo.
Presa del miedo, el joven corrió hasta una cruz ubicada fuera de la ermita, y se abrazó con fuerza a ella. El diablo lo persiguió y enseguida se lanzó hacia el joven, logrando dejar una huella en la cruz que hasta el dia de hoy puede apreciarse. Esta es una de las leyendas españolas más inquietantes.


Las brujas de Zugarramurdi
Sobre esta popular leyenda existen distintas versiones. Todas hacen alusión a unas brujas y brujos que vivía en el municipio de Zugarramurdi, en la provincia de Navarra. Éstos se reunían para adorar a una diosa de la tierra que existía en distintas cuevas y prados de la zonas.
Además, cuenta la leyenda que alababan a los espíritus protectores que hacían a las mujeres poseedoras de varios poderes sobrenaturales. Este espíritu se llamaba Akerbeltz, que significa “macho cabrío” en euskera. Por lo mismo, a las reuniones en dichas cuevas se les llamaba Akelarre, que quiere decir “prado del cabrón”.


 La maldición de Ochate
Existe en la ciudad de Burgos una localidad despoblada llamada Ochate, que a día de hoy es por muchos conocida como un pueblo maldito. Cuenta la leyenda que esta localidad es sede de numerosos eventos paranormales después de haber pasado por tres tragedias.
La primera fue la epidemia de viruela de 1860, donde sólo lograron sobrevivir 12 personas en la misma localidad. Años después, la población se recupera, pero enseguida, fueron presas de una mortal epidemia de tifus. Finalmente, y luego de haberse restablecido nuevamente, una epidemia de cólera terminó por acabar con los últimos pobladores. Lo que dio origen a la leyenda de la maldición de Ochate es que, casualmente, ninguno de los pueblos y localidades vecinas habían pasado por estas mismas tragedias.


 Las caras de Bélmez
A partir de la década de 1970 comenzaron a aparecer pigmentaciones en las paredes y el suelo de una casa situada en Bélmez de la Moraleda, en la comunidad autónoma de Andalucía, provincia de Jaén. Dichas pigmentaciones tomaban la forma de rostros, cuerpos y esqueletos humanos.
A pesar de los intentos de los habitantes por cubrirlas con cemento y otros materiales, estas pigmentaciones, a día de hoy continúan apareciendo. Cuenta la leyenda que estas apariciones corresponden a los cuerpos enterradas en el cementerio medieval árabe hallado en el subsuelo de la casa, aproximadamente a 3 metros de profundidad. Así pues, las caras de Bélmez no se han convertido únicamente en una importante leyenda española, sino en tema de conversación entre los amantes del misterio.



El lago Banyoles
En la provincia de Girona, ubicada en Cataluña, existe un lago llamado Estany de Banyoles, que es el más grande de toda la comunidad y uno de los más extensos de España. Tal como ocurre en el Lago Ness, cuenta la leyenda que en el Bañolas existe un monstruo con forma de dragón tiene piel gruesa, puas, alas, colmillos, grandes patas. Han sido varios los intentos por encontrarlo y matarlo, desde Carlomagno hasta un emperador con ayuda del ministro francés San Emeterio.
Así mismo, contaban los vecinos que este dragón es el responsable de las desapariciones de ganado, de inundaciones y terremotos. En épocas más recientes, se atribuyen a este monstruo desapariciones de turistas e incluso de aviones.


 El castillo de Malmuerta
En la ciudad de Córdoba, comunidad de Andalucía, existe un castillo con una alta torre llamada “Torre de la Malmuerta”. Dicen que en el siglo XV, un hombre aristócrata se enamoró de una joven y bella mujer, que podría haber sido su nieta.
Interesada también en el hombre, la mujer acepta su propuesta de matrimonio. Pero se trataba de una mujer altamente codiciada por otros hombres, muchos de ellos más jóvenes que el aristócrata. Esto despertó en el futuro marido unos celos obsesivos que lo llevaron finalmente a acabar con la vida de su amada.
Los jueces determinaron que la joven mujer había sido “malmuerta”, víctima de los actos injustos de su marido, quien fue sentenciado a vender todas sus propiedades y a erigir una torre llamada “torre de la malmuerta” en la casa donde había cometido el crimen, en honor a la mujer y en señal de arrepentimiento.


Más Leyendas de Nuestras Popular Historia 

La leyenda de la Reina Loba
Según cuenta una antigua leyenda de la provincia de Orense en Galicia, existió una mujer que gobernaba su propio feudo y cuya crueldad le granjeó el sobrenombre de la Reina Loba.
Entre sus despiadados requerimientos a los campesinos se incluía el pago de un cerdo, una vaca y gran cantidad de alimentos más, impuesto que se debía pagar a diario y que las familias se iban turnando para pagar. En el caso de que un día no recibiese su pago, los siervos de la Reina Loba se encargarían de prender fuego a la casa y las cosechas, dejándoles en la más absoluta miseria,y sin importar los motivos del impago.
Hasta que un día los habitantes de la comarca decidieron unir fuerzas para terminar con esta situación, y viendo que no sería bastante con negarse a pagar el tributo puesto que ésto acarrearía la venganza de la Reina Loba, adoptaron la firme decisión de luchar contra ella. Ya que sus únicas salidas pasaban por morir de hambre o en combate, decidieron hacer lo segundo, dar sus vidas luchando por su libertad.


Para el enfrentamiento elaboraron arcos y flechas rudimentarios, lanzas, jabalinas e incluso piedras y aprovechando la noche se encaminaron hacia el castillo de la malvada gobernante.
Tanto la reina como sus siervos se encontraban confiadamente dormidos, a sabiendas del terror que les tenían los campesinos, así que no vieron venir a la decidida multitud que se les echaba encima, trepando las murallas del castillo en silencio. 
Una vez dentro, se aseguraron las posiciones y comenzó el ataque sobre las huestes de la Reina Loba, quienes ante la sorpresa apenas pudieron reaccionar. 
Antes de poder reaccionar, la reina se quedó sin defensores y corrió a esconderse en lo más alto del castillo. Aterrada y sin dar crédito a lo que ocurría, contempló como los campesinos se abrían paso hacia ella, y temerosa del castigo que sabía que merecía, decidió arrojarse al vacío desde la torre.


La leyenda de la Tragantía
Cuenta la tradición que cuando el rey moro de Cazorla supo que los cristianos, comandados por el arzpobispo de Toledo, iban a invadir sus dominios, concluyó que la resistencia violenta no sería la solución. Triste y apesadumbrado, observaba desde el mirador del castillo de Cazorla como sus siervos abandonaban. 
La ciudad llevando sus pertenencias en carros, huyendo del horror que se avecinaba. Igual que sucediese tiempo antes en Quesada, los cristianos tomarían el empobrecido reino de Cazorla entrando en la ciudad por las bravas, arruinando cosechas y casas, y terminando con su reinado. 
En un alarde de preocupación por su pueblo, permitió que sus vasallos huyesen del lugar hasta que las cosas se hubiesen calmado, y sus súbditos se marcharon por el camino de Baza. Habiendo puesto a salvo a todo el que pudo, el rey vagó por el casi vacío castillo como un alma en pena, haciendo tiempo hasta el momento de la invasión.



Mientras los leales al rey se impacientaban por abandonar el lugar, el monarca retrasaba como podía el abandono del castillo, debido a que su hija estaba oculta en una de las salas secretas del castillo, un lugar sólo conocido por el mismo rey. Pese a que la muchacha estaba bien aprovisionada para sobrevivir, su preocupado padre no se decidía a abandonarla a su suerte.
 Pero la desgracia se cebó aun más en el rey, ya que una vez que se decidió a partir y mientras atravesaba el puente del castillo, una flecha le alcanzó en el cuello y lo derribó de su montura, y falleció al alba del día de San Juan antes de poder pronunciar una sola palabra. 
La ciudad fue conquistada por los cristianos, que al contrario de lo que temía el rey, no devastaron la ciudad, sino que se instalaron en ella trayendo además a colonos de otras regiones. En poco tiempo, Cazorla recuperó la vida de sus calles, aunque con diferentes inquilinos en sus hogares.

Mientras tanto, la princesa continuaba enclaustrada en el interior de su refugio prisión, atenta al más mínimo sonido que escuchaba, y con el paso de los días y las semanas, su angustia se tornó en desesperanza, y la desesperanza en demencia, hasta que finalmente se terminaron sus provisiones. Resignada al destino que le aguardaba, la princesa se tumbó bajo unas mantas dispuesta a dejar que el segador se la llevase, pero para su sorpresa, lo que ocurrió fue bien distinto.
Tras pasar un tiempo indeterminado presa de terribles pesadillas, en medio de un inquieto sueño, la princesa sintió que sus piernas estaban entumecidas, así que usó sus manos para devolverles la sensibilidad, pero el tacto de sus miembros inferiores resultaba frío y viscoso. 
Un escalofrío de terror recorrió su espalda, seguido de una profunda sensación de repulsión, e inmediatamente se dio cuenta de que había dejado de sentir hambre. Cuando a oscuras examinó su cuerpo, comprobó horrorizada que su mitad inferior se había tornado en una cola de serpiente.
Con el paso del tiempo, la princesa quedó transformada en un horror indescriptible, dedicada a reptar en la oscuridad de los pasillos del castillo de Cazorla. Cuenta la leyenda que, cada noche de San Juan, se puede escuchar su voz entre muros cantando una canción.

La dama blanca del castillo del Buen Amor
Nos situamos en las afueras de la localidad de Villanueva de Cañedo, al norte de la provincia de Salamanca, en un lugar cerca de la carretera que une dicha provincia con la de Zamora. Justo ahí se levanta el Castillo del Buen Amor.
 Una imponente fortaleza que a pesar de sufrir continuas modificaciones en su fachada original ha logrado conservar hasta nuestros días la grandeza que mostraba en sus inicios. ¿Y a que se debe el artículo sobre este monumento histórico? A que actualmente el Castillo del Buen Amor es lo que se podría denominar como fortaleza encantada, o por lo menos es lo que aseguran cientos de testimonios recogidos hasta el día de hoy.
No se conoce muy bien el origen principal del asentamiento, pero al parecer el castillo se construyó por orden de Juan II de Castilla sobre los cimientos de una fortaleza del siglo XI. A lo largo de su historia ha pasado por numerosas manos.


 Primero fue cedido a los Reyes Católicos junto a las tierras del lugar, posteriormente fue entregado al mariscal de Castilla Alfonso de Valencia y Bracamonte, y finalmente o por lo menos hasta el momento que nos interesa) llegó a manos de Don Alonso de Fonseca (arzobispo español.
En la actualidad el castillo es un hermoso hotel histórico, en el que sus huéspedes pueden disfrutar de un excelente alojamiento medieval. Pero desde el momento en el que se inauguró este hotel, los visitantes cuentan con otro tipo de atracción poco convencional. Y es que al parecer el lugar está encantado, o por lo menos es lo que cuentan tanto trabajadores como turistas.
 Llamadas telefónicas a altas horas de la noche y desde habitaciones completamente vacías, respiraciones entrecortadas, ruidos en las paredes, golpes que se repiten una y otra vez sin fuente aparente de ruido. Estas son algunas de los ejemplos que tanto personal del hotel como clientes han narrado durante el tiempo que el establecimiento histórico lleva abierto al público.
Para comprender estos episodios y las supuestas apariciones de una Dama Blanca que pasea fantasmagóricamente por la zona del bar del hotel quizá deberíamos conocer un aspecto destacable de la historia del castillo.



 Al parecer tras los muros de esta fortaleza se forjó el amor prohibido entre Alonso de Fonseca y María de Ulloa, quizá este sea el motivo por el que el espectro de la dama vaga errante por la noche intentando revivir los momentos gloriosos de su pasión.
Creamos o no en la leyenda de la Dama Blanca del Castillo del Buen Amor, lo cierto es que han sido numerosos los parapsicólogos que dicen haber conseguido extrañas psicofonías e imágenes bastante escalofriantes, con alguna cara oculta, de determinadas estancias de la fortaleza. Sin duda alguna un lugar ideal para pasar un fin de semana de miedo.

El Caleuche
El Caleuche es un barco fantasma o también llamado un barco de brujos que se desprende de la mitología chilota. Se lo describe como un gran barco velero antiguo, casi siempre es de color blanco y los que lo han logrado ver dicen ver chispeantes luces que provienen de su cubierta producto de una fiesta que se está realizando a bordo.
También se dice que el Caleuche tiene el poder de transformarse en un animal o tronco para pasar desapercibido, también se dice que puede sumergirse bajo las aguas con el mismo propósito. Según la leyenda este barco fantasma está tripulado por brujos Chiloé y sus sirvientes (personas que han muerto en el mar o personas que han pactado con ellos para obtener riquezas a cambio de su esclavitud). También se dice que su tripulación puede transformarse en alguna especie de animal marino.


La leyenda del Caleuche nace en el Archipiélago de Chiloé ubicado en la provincia de Chiloé  al sur de Chile, se dice que se nace o se asocia con la leyenda europea del Holandés Errante, también se lo ha considerado un OSNI Objeto submarino no identificado.
 Otra de las versiones de esta fantástica leyenda es la que se trataría de un barco mágico, creado por el Millalobo para la Pincoya y sus hermanos personajes de la mitología Chilona con el fin de que pudieran vivir en fiesta toda la vida.
Otra versión de la leyenda del Caleuche, es que aparece en los mares con la intención de embelesar a los pescadores con su música y diversión, para que después sean convertidos esclavos de su tripulación. También se dice que el Caleuche es un barco que contrabandea con algunos comerciantes a cambio de pactos mágicos que aseguran prosperidad económica a sus socios de ocasión.

El mito de Prometeo
Cuenta la mitología griega que Prometeo, osado Titán al que gustaba provocar la ira de Zeus, llevó a éste a tal punto de cólera que terminó por quitar el fuego a los hombres. Esperaba así castigar indirectamente a Prometeo, el cual se consideraba benefactor de la humanidad. Pero Prometeo, al que gustaba presumir de astuto, entró sigilosamente en el Olimpo, robó tan preciado tesoro del carro del dios Sol y, sin perder tiempo alguno, lo devolvió a los desamparados mortales.



Historia de Prometeo
Zeus, convencido de que debía castigar tanta burla, mandó llamar a Hefesto y le ordenó que creara una mujer hecha de arcilla. Una vez que estuvo terminada, le dió vida y la envió con Hermes, dios de los viajeros, ante Epimeteo, hermano de Prometeo. Esta mujer, llamada Pandora, y llevaba con ella una caja llena de terribles males que jamás debía de ser abierta. Prometeo intentó en vano que su hermano se alejara de cualquier cosa que proviniera de los dioses, pero Epimeteo se había enamorado perdidamente y quiso desposarla.
Pandora, que había sido creada con virtudes y también con grandes defectos, abrió la caja prohibida y los males se extendieron por el mundo. Ya Zeus había conseguido vengarse de los hombres.



En cuanto a Prometeo, lo mandó Zeus capturar para ser encadenado por Hefesto, dios del fuego y de los metales forjados, a un alta montaña donde, cada jornada, un águila hambrienta le devoraría el hígado. Como era inmortal, el órgano le crecía de nuevo, así que cada noche volvía tan cruel depredador a comérselo, con lo cual el sufrimiento era inimaginable y eterno.
He aquí que Heracles, que pasaba por allí rumbo al Jardín de las Hespérides, lo liberó derribando al águila con una poderosa flecha. Esta vez a Zeus le pudo más el orgullo por la hazaña de su hijo Heracles que el rencor que anidaba en su pecho, así que no persiguió más a Prometeo.
Eso sí, le obligó a llevar, durante toda la eternidad, un anillo en el que se erigía un trozo de la roca a la que tan terriblemente estuvo encadenado.

El mito de la caja de Pandora
Cuando Prometeo osó robar el fuego que portaba el dios Sol en su carro, Zeus entró en estado de cólera y ordenó a los distintos dioses crear una mujer capaz de seducir a cualquier hombre. Hefesto la fabricó con arcilla y le proporcionó formas sugerentes, Atenea la vistió elegante y Hermes le concedió facilidad para seducir y manipular. Entonces Zeus la dotó de vida y la envió a casa de Prometeo. Allí vivía el benefactor de los mortales junto a su hermano Epimeteo que, a pesar de estar advertido de que Zeus podría utilizar cualquier estrategia para vengarse, aceptó la llegada de Pandora y, enamorándose perdidamente de sus encantos, la tomó por esposa.


El mito de la caja de Pandora
Pero Pandora traía algo consigo: una caja que contenía todos los males capaces de contaminar el mundo de desgracias y también todos los bienes. Uno de los bienes era la Esperanza, consuelo del que sufre, que también permanecía encerrada en aquella caja. Y es que, por aquel entonces, cuentan que la vida humana no conocía enfermedades, locuras, vicios o pobreza, aunque tampoco nobles sentimientos.
Pandora, víctima de su curiosidad, abrió un aciago día la caja y todos los males se escaparon por el mundo, asaltando a su antojo a los desdichados mortales. Cuentan que los bienes subieron al mismo Olimpo y allí quedaron junto a los dioses. Asustada, la muchacha cerró la caja de golpe quedando dentro la Esperanza, tan necesaria para superar precisamente los males que acosan al hombre.
Apresuradamente corrió Pandora hacia los hombres a consolarlos, hablándoles de la Esperanza, a la que siempre podrían acudir pues estaba a buen recaudo.

La profecía de los papas de San Malaquías
Cuando el manuscrito con las profecías de Malaquías fue encontrado en los Archivos Vaticanos en el año 1590 pocos podían imaginar que a lo largo de los siglos venideros podría originarse tanta controversia en torno no solo a las profecías allí contenidas sino también a la autenticidad de su autoría.
¿Quién fue San Malaquías?
Todo lo que de Malaquías conocemos se lo debemos a Bernando de Clairvaux, coétaneo suyo y gran amigo, quien recogió su biografía en «La vida de San Malachy«.


Máel Máedóc Ua Morgair era el verdadero nombre del profeta Malaquías, nacido en la localidad de Armagh, en Irlanda del Norte, en el año 1094. De origen noble, entró en la alta jerarquía eclesiástica como obispo de Bangor, y fue en el año 1124 cuando ascendió a primado de Armagh y luego a arzobispo de la misma localidad en el año 1132, tras la muerte de San Celso.
Desde entonces fueron frecuentes sus viajes a Roma para visitar a su amigo Bernardo de Claraval, en uno de los cuales, en el año 1139, visitó al papa Inocencio II a fin de pedirle palios para sus sedes apostólicas. Años después, en uno de aquellos viajes, falleció en casa de Bernardo, en la localidad de Clairvaux, en el año 1148.
Como primado de Irlanda restauró el orden en el culto católico irlandés y llegó a ser canonizado por Clemente III en el año 1190.
Hasta aquí la historia que de él nos ha llegado a través de la biografía publicada. Sin embargo, de sus profecías, nada se supo en vida.


Las profecías de los Papas
Hubieron de pasar cuatro siglos hasta que el manuscrito apareciera en los Archivos Vaticanos, donde al parecer habían permanecido olvidados hasta el año 1590. Fue el historiador benedictino Arnold de Wyon, asistido por el estudioso de textos medievales Alfonso Chacón, quien publicó en el año 1595 el libro Lignum Vitae el árbol de la vida, en el que se recogían literalmente las profecías escritas por San Malaquías.
De Wyon hizo una introducción en la que atribuía el texto al profeta, indicando que las había escrito durante aquel viaje que en el año 1139 hizo a Roma, y que fueron entregadas al por entonces Papa Inocencio II.


Las profecías de Malaquías eran realmente breves, apenas 112 frases en latín en las que se hacía una alegoría a los siguientes 112 papas que gobernarían en el trono de Pedro. A cada uno de esos papas se le adjudicaba un título que podría considerarse de críptico y místico, y aunque conciso, para los más escépticos podría decirse que abierto a muchas interpretaciones, de modo que a lo largo de los siglos, de un modo u otro, siempre se conseguía encontrar algo relacionado con el Papa que pudiera ajustarse a lo dicho en la profecía.
La fama de aquellas profecías se vieron beneficiadas por esa cualidad sin la cual todo misterio o misticismo queda en el olvido: el temor que infundía, la incerteza del futuro que proclamaba.
El último de los papas contaba con una profecía, la 112, bastante más extensa que la del resto y el sentido resultó ser cuanto menos poco tranquilizador para sus creyentes. Dirigida a Petrus Romanus Pedro el romano, nombre con el que Malaquías designó al último de los Papas de su lista, la profecía rezaba así:


Durante la última persecución de la Santa Iglesia Romana reinará Pedro el Romano, quien apacentará a su rebaño entre muchas tribulaciones, tras lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruida, y el tremendo Juez juzgará a su pueblo
Anuncia Malaquías el fin de la Iglesia la destrucción de Roma, la conocida como ciudad de las siete colinas  la segunda venida de Cristo? Sea como sea, el Papa número 112, el último, el Petrus Romanus, coincide en número con el actual, Francisco I.Será según las profecías Francisco I el último Papa que conozcamos?
Añadámosle a este cocktail la situación actual mundial, la crisis de fé internacional, el creciente terrorismo islámico, las luchas entre religiones, y tendremos un ingrediente más para que los amantes de las teorías proféticas y conspiradoras le otorguen vigencia a una profecía que se remonta a siglos.

     
Cuáles son esas profecías
En lo que se dice a lo largo de esas 112 profecías está el motivo, aducen, para ser creídas. A todos y cada uno de los Papas se le ha encontrado algo relacionado con el lema que Malaquías le asignaba, fuera su escudo heráldico, su lugar de nacimiento o su profesión anterior.
A Urbano VIII lo denominó lilium et Rosa el lirio y la rosa, y precisamente este Papa era de Florencia cuyo escudo de armas contiene la flor de lis.
Marcelo II fue Furmentum flaccidus trigo marchito, un Papa con una salud enfermiza y cuyo escudo familiar contaba con espigas de trigo.
Inocencio XII era Raftrum in porta rastrillo en la puerta. El nombre de este Papa era Rastrello, que traducido del italiano quiere decir rastrillo.
A Pío VII se le asignó la frase Aquila rapax águila codiciosa. Fue el Papa que se opuso a Napoleón Bonaparte, al que excomulgó, y que acabó encarcelado por orden del Emperador. No hay que olvidar que el símbolo imperial de Napoleón fue el águila, y ambición pocos gobernantes le pudieron ganar.

Y si nos adentramos en el siglo XX, solo por nombrar a los más conocidos…
Benedicto XV, Religio dispopulata religión devastada. Fue el Papa que gobernó en el Vaticano durante la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, un periodo de devastación mundial.
Juan XXIII era Pastor et Nauta pastor y navegante. Era el patriarca de Venecia, ciudad de navegantes.
Pablo VI fue Flos florum flor de flores. Su escudo heráldico tenías tres flores de lis.
Juan Pablo II, De labore solis del eclipse solar. Karol Wojtyla nació en un día en que hubo eclipse solar y fue enterrado también en un día en que se produjo otro eclipse solar.
Qué asignarle por tanto a Francisco I para poderle aplicar el lema que para él dejó por escrito Malaquías, Petrus romanus ¿quizás el que declinase todo título eclesiástico salvo el de Obispo de Roma aquel que usó siglos atrás el apóstol Pedro su reiteración en considerarse romano o quizás que Argentina, su país natal, está considerado el del Fin del Mundo y a Francisco I lo llaman el Papa que vino del fin del mundo.


Controversias de las profecías
Los que abogan por la falsedad de los textos indican que el manuscrito no lo escribió realmente Malaquías, sino que fue escrito en el siglo XVI. Por qué si no, nada se supo de él durante siglos
Podría aducirse que bien pudiera haber estado perdido en unos archivos que cuentan con miles de volúmenes históricos, pero lo cierto es que hay estudiosos que han hecho constar datos que podrían inspirar la duda.
Como el jesuita Claude François Menistrier quien dijo que el mismo había sido ordenado por el cardenal de Orvietto, Girolamo Simoncelli, quien aspiraba al sillón que había dejado el recién fallecido Papa Urbano VII, y que al hacer coincidir las profecías de los anteriores Papas, la del que estaba por llegar, se ajustaba a él perfectamente.
O también la tesis del conocido estudioso español Benito Jerónimo Feijoo, quien encontró una gran precisión en los lemas otorgados a los Papas que gobernaron hasta Urbano VII, pero no tanta de ahí en adelante.
No hay más que ver que varios han sido los cardenales que han intentado aprovecharse de las profecías ajustándolas a su propia conveniencia, como el cardenal Spellman en pleno siglo XX, cuando sabiendo que el lema del siguiente Papa era Pastor et Nauta, alquiló un barco lleno de ovejas para recorrer el río Tíber finalmente sería Papa, para sorpresa de todos, Angelo Roncalli, Juan XXIII.


Las profecias de Nostradamus, parte I
Michel de Notredam, Nostradamus, ha sido el más famosos profeta que ha dado la Historia. Su enigmática y secreta forma de expresión, como él mismo la llamó, le ha valido a lo largo de los siglos que sea tanto denostado como admirado por sus profecías y que le califiquen desde loco visionario hasta el más grande vidente.
Nostradamus nació un 14 de diciembre de 1503 en Saint Remy, en la región de la Provenza, en Francia, y ya desde temprana edad empezó a demostrar su carácter fuerte y arrojado. Siendo aún estudiante de Medicina hubo de enfrentarse a una epidemia de peste bubónica en el año 1525, tratando y curando a muchos enfermos; fue precisamente el hecho de practicar la medicina sin estar graduado la que hizo que fuese denunciado e incluso perseguido por la Inquisición.
Ya con el título en sus manos y después de una década de curaciones milagrosas, recibió una pensión vitalicia que le sirvió para dedicarse a su pasión oculta: las artes místicas.
Nostradamus empezó a publicar sus predicciones sobre el clima y las fases lunares, pero ya en 1555 comenzó a escribir las predicciones que le han hecho famoso: las primeras 100 predicciones de casi dos mil que llegó a publicar en los siguientes dos años. Su fama creció y pronto lo llamaron a la Corte, donde Nostradamus dio el gran golpe de mano que necesitaba:



Un hombre tuerto será Rey. El joven león vencerá al viejo en el campo de batalla, en una sola lucha. Perforará sus ojos en su jaula dorada: dos huidas en una, y luego morirá con una muerte cruel
El 1 de julio de 1559 el rey intervino en una justa de caballos con tan mala fortuna que la lanza del contrincante le atravesó el casco y el ojo. Después de una larga agonía de 10 días en los que reinó tuerto, Enrique II de Francia murió. Poco después también predijo el triste destino que tuvieron los hijos de la reina Catalina. Así, las profecías, de la que os hablaremos en un próximo artículo, se sucedieron una tras otra.

Las profecias de Nostradamus, parte II
La profecía de Nostradamus en la corte francesa le valió fama reconocida, pero al mismo tiempo se ganó las dudas ajenas acerca de sus adivinaciones o charlatanería.
Su jerga, en la que mezcla italiano, griego, español, latín, francés y hebreo, era extraña, a veces indefinible, y eso provocó aún más la incredulidad en sus profecías. Quienes lo critican opinan que son predicciones tan vagas que las interpretaciones son muy liberales.
Cada una de sus predicciones eran cuatro versos aunque poéticamente imperfectos, y llegan hasta el año 3797. Son sus famosas Centurias.

Profeta o mentiroso la duda, la incredulidad siempre estará ahí; nadie conocerás jamás de donde provinieron sus poderes, si es que realmente se creen en ellos.
Sólo una leyenda popular intentó explicar una vez de dónde salían sus profecías. Según esta leyenda, Nostradamus invocó a Anael, un ángel al que pidió le revelara en un espejo el destino de los hijos de la reina. Éstos reinarían por poco tiempo, y posteriormente sería Enrique de Navarra el que gobernó el trono de Francia. La reina, deprimida, prefirió no acabar viendo el espectáculo.

Para la gran mayoría, las Centurias de Nostradamus están repletas de profecías: sin embargo, su gran mérito fue adelantar visiones de hechos muy concretos que luego se acabaron cumpliendo.
Aquí tenéis algunas de sus profecías más famosas:
La sangre de los justos será reclamada desde Londres, arrasada por el fuego, cuando tres veces veinte más seis sea escrito.
Así, Nostradamus predijo el atroz incendio que se produjo en Londres en el año 1666.
Fuego y muerte ocultos en globos serán soltados; horribles, terribles; por la noche las fuerzas enemigas reducirán la ciudad a cenizas.

Creyeron tanto está profecía respecto al Tercer Reich y la Segunda Guerra Mundial, que incluso se repartieron folletos con profecías y contraprofecías en la Gran Guerra para inclinar el ánimo de los ciudadanos hacia su bando.
Lluvia, hambruna y guerra serán incesantes en Persia; una poderosa fé traicionará al monarca.
Con esta profecía se predijo los eventos de Irán de hace unos años cuando el Shá fue destronado y subió al poder el Ayatollah Jomeini.
Son algunas de las profecías de este visionario a quien seguimos pero no queremos creer. Preferimos creer en el azar, en la ley de las casualidades y basarnos en su vaguedad para explicar que las cosas que ocurren nadie puede saberlas. Cualquier teoría, cualquier idea, puede adaptarse a la situación ocurrida.


Las Leyendas de Nuestro Tiempo
Robin Hood es una de las grandes figuras de la historia británica, a pesar de que se cuenta en muchas ocasiones que fue uno de los forajidos más célebres de Inglaterra. Pero, quién fue Robin Hood, fue un hombre real o un mito.
La primera referencia que tenemos de Robin Hood, o Robyn Hode, como se le cita textualmente, está en la segunda versión de los Embarcaderos de Plowman, escrito en 1377. La balada de Lytell Geste de Robin Hood y su banda se cantaba ya durante el siglo XV.



El manuscrito Sloane del Museo Británico contiene un escrito anónimo con la vida de Robin Hood. De acuerdo con esta descripción, se cree que nació en Lockesley, en el condado de Nottinghamshire o Yorkshire, alrededor del año 1160. Lamentablemente, el lugar ya no existe, aunque sí hay un pueblo llamado Loxley en el condado de Staffordshire.
Varias regiones de Inglaterra reivindican el haber sido el lugar del nacimiento y las correrías de Robin Hood, siendo el más conocido Notthingham y su bosque de Sherwood. No obstante, al comienzo de varios relatos se le cita como Robin de Barnsdale, colocando a sus seguidores en los bosques alrededor de Pontefract, en Yorkshire, cerca de la bahía de Robin Hood.
Pero también hay un gran número de historias que abogan por la existencia real de Robin Hood. Una de ellas cuenta que fue un defensor de Simon de Montfort, y a su lado con sus rebeldes luchó contra Enrique III en la Batalla de los Barones de 1260. Otra tradición afirma que nació en Wakefield y tomó parte en la rebelión de Thomas Lancaster contra Eduardo II en 1322.

Sin embargo la historia más real puede ser la que nos ofrece el nombre de Robert Hood que aparece en un documento legal de 1226 y al que se le califica como fugitivo. No se sabe a ciencia cierta si este Robert Hood fue el que más tarde dio lugar a la leyenda de este personaje.
Hay una tradición en la que se cuenta que Robin Hood fue indultado por el rey de Inglaterra. El rey en cuestión no se sabe cuál fue, aunque se habla de Ricardo Corazón de León, aunque un escrito medieval lo cita con el nombre de Eduardo. Históricamente hablando, Eduardo II pudo ser el monarca que se esconde tras esta historia, ya que se sabe que fue en el 1323.
El romance entre Robin Hood y Maid Marian es en sí mismo una leyenda, aunque algunos de los escritos ni siquiera lo comentan, y quizás pudo ser establecido mucho más tarde para darle un cariz romántico a la figura legendaria del personaje.


Robin Hood se convirtió así en el héroe valiente de la fantasía popular. Algunos todavía hablan de que pudiera ser una especie de dios pagano. Se fundamentan en que Robin es un nombre común entre las hadas, y tal vez pudo ser incluso una representación de un antiguo dios de los bosques.
Poco nos importa en estas fechas si Robin Hood vivió en persona o no. Lo único que sí sabemos es que sigue muy vivo en la imaginación de las gentes y que su leyenda ha cruzado en multitud de ocasiones el gran charco de las generaciones y los siglos.

         Relatos Mitos y Leyendas 

Los relatos que transmitimos de manera oral a lo largo de mucho tiempo, conocidos como “leyendas”, son uno de los elementos culturales más ricos e importantes en muchas sociedades.
Es así porque nos hablan sobre la cosmovisión, los valores, los ideales, los miedos, los intereses y las transformaciones generacionales de quienes han integrado una cultura en particular. Por lo mismo constituyen un recurso pedagógico e historiográfico importante.


Leyenda, mito y fábula: algunas diferencias
Las leyendas son narraciones que se transmiten oralmente de generación en generación. Trascienden los registros escritos, pues son relatos que se han difundido de boca en boca, generalmente de las generaciones mayores a las más jóvenes. No obstante, su transmisión se adapta a las condiciones de nuestras sociedades, con lo que las leyendas son también comunicadas y extendidas a través de textos, libros e incluso películas.
Se trata, en todo caso, de narraciones que hacen alusión a hechos sobre la vida humana, que pueden tener raíces históricas, o no, así como mezclar realidad con fantasía. Esto último es lo que hace diferente a una leyenda de un mito, pues el mito cuenta principalmente la historia de seres divinos, y es a través de dicha historia como se fundan creencias religiosas y pautas morales.


Por otro lado, tanto las leyendas como los mitos son relatos distintos a las fábulas. Se diferencian en que las fábulas tienen como protagonista animales que hablan y que a través de sus aventuras nos dejan una enseñanza.
En cualquier caso, un mismo relato puede contener elementos tanto de leyenda como de mito y fábula, y todos pueden brindar explicaciones a fenómenos naturales y sobrenaturales así como a distintos acontecimientos sociales. En todas las leyendas suelen existir distintas versiones, según el lugar específico donde se cuentan.



Las Leyendas de El
Monasterio de San Lorenzo de E l Escorial

Las puertas del infierno.
La primera de las leyendas es la que dice que el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, se construyó en ese lugar porque se pensaba que allí estaban situadas las puertas del infierno y con él encima, éstas podrían taparse. El origen de esta creencia es difuso.
Por un lado se piensa que es porque allí había una mina con sus profundas galerías pero por otra parte se alude a una gran tormenta que ocurrió el día en el que los técnicos del rey fueron a inspeccionar lugares para su emplazamiento y los relámpagos y rayos que allí cayeron les hicieron decidir que lo construirían ahí.



La parrilla.
Dicen que la planta del monasterio está inspirada en una parrilla en alusión a la muerte que tuvo San Lorenzo quemado, esta es una de las leyendas más macabras.
Maqueta del monasterio. Victoria Rachitzky Hoch 



 El perro negro.
Cuenta la leyenda que una vez iniciadas las obras, un perro negro se paseaba por las noches y con sus ladridos interrumpía las obras. El rey Felipe II decidió que le dieran caza y una vez muerto lo colgaron de una de las torres donde su cadáver permaneció durante mucho tiempo. Se pensaba que podía ser un enviado del infierno ya que allí se supone que había una de las puertas por las que se accedía a él. Años más tarde, cuando el rey se retiró allí para morir, afirmaba que seguía oyendo los ladridos.
Imagen de una de las ventanas y torres que coronan los techos de parte del monasterio. Contando Estrelas .



Apariciones de la Virgen.
Esta es una de las leyendas recientes. ¿Os suena el nombre de Luz Amparo Cuevas? Se hizo muy conocida porque entre 1981 y 2002 afirmó ser testigo de varias apariciones de la Virgen junto al Monasterio de San Lorenzo de El Escorialy de hecho el lugar continúa siendo a día de hoy de peregrinación. Curaciones milagrosas, movimientos del Sol o estigmatizaciones son algunos de los fenómenos que supuestamente se han producido allí.
Vistas desde la llamada Silla de Felipe II.


 En busca de la piedra filosofal.
Dicen que Felipe II estaba obsesionado con la piedra filosofal y que utilizaba la alquimia y a los alquimistas para dar con ella. Por este motivo, Felipe II reunió en la gran biblioteca del monasterio, gran cantidad de tratados relacionados con esta misteriosa ciencia, así como literatura sobre magia y astrología. De hecho se dice que llegó a consumir brebajes. Pero lo cierto es que Felipe II estaba interesado en la alquimia por su delicada salud porque creía que a través de esta ciencia mejoraría.
Biblioteca del Monasterio de El Escorial 



 Sala de los secretos.
Muy poca gente conoce que esa pequeña sala oscura y sin ningún ornamento que está después del panteón de Infantes es conocida como sala e los secretos. Y es que Juan de Herrera, el arquitecto, consiguió que dos personas colocadas en ángulos opuestos pudieran conversar, sin chillar y con enorme claridad, mientras que los que estaban en medio no oían nada.
Patio de Mascarones. 



 La llave maestra.
Durante el reinado de Felipe II, a todos los súbditos que tenían llaves de las estancias les llamaba la atención brujería tal vez elección divina que ellos tuvieran varias llaves y tuvieran que dar tres vueltas en cada puerta para abrirlas, y el monarca solo tuviera una y con una vuelta en cada puerta bastara.
Fachada principal. 


El renegado.
Una de las mejores leyendas es la del renegado. Cuentan que un obrero del monasterio, creyendo en los rumores de que el rey no podría sufragar los gastos de tan magna obra, se hizo con una bolsa llena de monedas y huyó al monte con tan mala suerte que cayó en una ciénaga y se hundió allí con todo el dinero que había robado, de ahí que se diga que en el pecado llevó la penitencia.
Vista del monasterio desde el monte. 



 Las esposas de Felipe II.
Ya hemos hablado de algunas apariciones en el monasterio. También se decía que las cuatro mujeres de Felipe II María de Portugal, María Tudor, Isabel de Balois y Ana de Austria paseaban, después de muertas, con cirios en sus manos por la lonja del monasterio durante las noches de luna llena.
Patio de los Reyes. 



Estatua de San Lorenzo.
Estaba claro que ‘el protagonista’ que da nombre al municipio de San Lorenzo de El Escorial tenía que tener una estatua en el monasterio y sobre él también recae una leyenda: se dice que la figura mira hacia la montaña que tiene en frente, hacia el lugar donde dicen que hay escondido un tesoro que nunca ha sido hallado.


La Mitología Griega Mitos y Leyendas


Mitología Griega
MITOLOGÍA GRIEGA
La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su acervo cultural.
Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles.



La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total.
La familiaridad con los grandes mitos de la antigüedad clásica es tan esencial a la cultura de una persona moderna como pueda serlo el conocimiento de la historia o el de las ciencias físicas. 
Puede creerse medianamente culta una persona que no conozca la leyenda de Prometeo, que no haya oído hablar de la culpa y expiación de Edipo, de la inmensa pasión de Fedra, de las heroicas hazañas de Hércules o de las interesantes aventuras de Ulises
Esta mitología comparte una estrecha similitud con la mitología romana, en cuanto a los nombres de varios dioses y personajes de importancia. También se relacionan en cuanto a la parte mitológica de la religión; creencias, tradiciones y todo lo ligado o referente a Mitología.

    


Mitología griega
Mitos, historias y leyendas relacionadas con la mitología griega. Recopilación de mitos griegos de esta antigua civilización mediterránea
Las Sibilas, profetisas de la antigüedad
Uno de los personajes más conocidos tanto de la mitología griega como de la romana es la Sibila, la cual también está presente en otras tradiciones religiosas, como pudieran ser la cristiana o la judía.
Célebre profetisa, la gran parte de las veces sus oráculos eran inspirados por el dios Apolo, lo que provocaba que fuese considerada como alguien capaz de conocer y descifrar el futuro. Era consultada por todo tipo de gentes, incluso por guerreros y monarcas.
Por lo que respecta a sus orígenes, algunas tradiciones señalan que fue la hija de Neso y del troyano Dárdano quien poseía el don de la profecía, lo que la confería en aquella época una gran fama como fiable adivina.


 Su nombre, Sibila, fue extendido desde entonces a todas aquellas mujeres que se dedicaban al mismo arte. Sin embargo, otras leyendas afirman que fue una de las hijas de Zeus, esta vez fruto de su relación con Lamia, una de las descendientes del dios Poseidón, la que poseía tal capacidad por lo que de esto se deduciría que el don es de origen divino.
Se dice, además, que vivían en las grutas o en las proximidades de cualquier corriente de agua. Sus profecías siempre eran expresadas cuando la sibila se encontraba en un estado de trance y siempre manifestadas bajo la forma de hexámetros griegos, por lo que eran transmitidas por escrito.

Helios, el dios Sol
Dentro de la mitología griega, Helios era la divinidad asociada con el Sol. Algunos de los eruditos de la época, como Hesíodo, decían de él que era hijo de Hiperión y Tea, ambos titanes, y hermano de la diosa Selene, la personificación de la luna, y de Eos, la aurora. No obstante, otros como el poeta Homero alude a él de modo frecuente aludiendo a él como Hiperión o, simplemente, como Titán.
Por lo general, es representado como una divinidad de gran belleza coronado con una brillante aureola del sol; Asimismo, guiaba todos los días por el cielo un carro hasta llegar al Océano que rodeaba la tierra, que recorría por la noche para volver a aparecer por éste al día siguiente.



En lo que respecta al carro, cabe decir que fue precisamente Homero quien primero dijo que era tirado por “toros solares”, para posteriormente ser Píndaro quien escribiera que, en realidad, eran caballos que expulsaban fuego por sus bocas. Estos corceles recibieron, en consecuencia, los nombres de “Flegonte” Ardiente, Aetón Resplandeciente, Pirois Ígneo y Éoo Amanecer.
A este respecto, la leyenda más conocida sobre Helios es la que narra la historia de Faetón, su hijo, que intentó llevar el carro de su padre por todo el cielo hasta que acabó perdiendo el control de la conducción y terminó por incendiar la Tierra.
Otra de las historias más conocidas que le tienen como protagonista es la que lo asocia con el epíteto de Panoptes, “el que todo lo ve”, aludiendo al episodio que tuvo lugar entre Afrodita y Ares, quienes se acostaban a escondidas del marido de la primera, Hefesto.
Helios, como dios que todo lo puede ver, los descubrió y no tardó en contárselo a este quien castigó a los amantes inmovilizándolos en unas redes tan finas que eran del todo imperceptibles.

Urania, la Musa griega de la Astronomía
En tiempos de la Antigua Grecia todas las inquietudes y aspectos de la vida intelectual de sus ciudadanos se consideraban apadrinadas por unas divinidades conocidas como Musas, las cuales formaban un singular coro en el Monte Parnaso bajo la dirección de Apolo, dios de la música entre otras cosas y al que se suele representar con una lira en sus manos. Poesía, danza, comedia o mímica tenían su propia Musa, así como Urania fue la designada para ser la inspiradora y protectora de la Poesía Astronómica, para convertirse con el tiempo en la Musa de la Astronomía.
En aquellos tiempos la Astronomía y la Astrología eran una misma disciplina, y quizá una prueba de su importancia en la Antigua Grecia sea el hecho de que tengan su propia divinidad. A Urania se le atribuye el haber inspirado en los hombres la curiosidad por las estrellas, el ansia de preguntarse el por qué de las cosas y también posee la habilidad de leer el futuro en los astros, la cual derivaría en las previsiones astrológicas tan comunes hoy en día.


Algunos la consideran como la hija de Urano, surgida de su padre sin necesidad de una figura materna, y otros sostienen que es hija de Mnemósine y el todopoderoso Zeus. Urania es la más joven de todas las musas y se le atribuye un hijo, llamado Lino, nacido de su relación con Apolo.
En la mayor parte de sus representaciones aparece sosteniendo un compás en una de sus manos con el que mide un globo terrestre, portando en su cabeza una diadema coronada de estrellas, estrellas que también adornan su manto. También se suelen encontrar a sus pies una serie de instrumentos de medida, representando la importancia de las matemáticas en la ciencia.

Las Historias Mitos y Leyendas Despedazando la Historia Profecias y mucho más
Despedazando la Historia 



Desmontando la historia investiga nuevas pruebas que revelan los mitos y misterios detrás de las civilizaciones antiguas y las icónicas megastructuras que construyeron. 
Cómo se construyeron las pirámides y que está escondido dentro de sus cámaras secretas Cómo se construyó el Partenón
que incluso sobrevive a los terremotos Qué secreto sagrado se encuentra debajo de los templos mayas de Chichén Itzá Utilizando una tecnología innovadora, esta serie examina de cerca estas maravillas antiguas para revelar cámaras y bóvedas ocultas y las separa piedra a piedra para exponer los secretos de su construcción.
Los mitos y misterios que envuelven las más icónicas y conocidas megaestructuras del planeta han sobrevivido al paso de los siglos alimentando la imaginación de la humanidad con las más variopintas teorías.



Tras la estela de Desmontando el Cosmos y la Historia, una nueva serie que se ha propuesto desnudar el legado de algunas de las civilizaciones más antiguas del 
planeta, icónicas estructuras que han 
sobrevivido hasta nuestros días envueltas en mitos y misterios, para sacar a la luz sus intimidades y secretos mejor guardados. 
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misterios siguiendo el trabajo de las más candentes expediciones científicas y los traslada a sus pantallas del modo más sorprendente y espectacular.
 La animación por ordenador, a la que el programa recurre en cada entrega, consigue desnudar estos monumentos capa por capa, permitiendo a los 
ocultas y bóvedas secretas que aún permanecen en sus profundidades. En esta primera temporada, el programa visitará la Acrópolis ateniense, las pirámides mayas, las catedrales medievales, el Palacio de Westminster, la Gran Pirámide de Guiza y la Gran Muralla China.


Esta es la historia de un desastre como ningún otro. Cuando el Vesubio entró en erupción en el año 79 d.C., siete millones de toneladas de escombros cayeron sobre Pompeya, sellando la suerte demás de un millar de personas. El desastre aisló la ciudad del resto del mundo: quedó conservada y protegida como ninguna otra sobre la faz de la Tierra.
 El redescubrimiento de Pompeya nos permitió acceder al mundo antiguo.Y ahora, con nuevos hallazgos e innovadores planteamientos, este documental narra la historia de las gentes que se vieron sorprendidas por esta catástrofe.


La Mitología Griega 
La mitología griega está formada por un conjunto de relatos cuyo origen se remonta a una etapa anterior a la ocupación de la península griega, lo que se demuestra por el paralelismo con otras mitologías de origen indoeuropeo.
Este conjunto de relatos no constituyen una religión en sí misma, pero sí constituyen un reflejo de ciertas creencias de los antiguos griegos respecto al universo y el hombre. Estos relatos de transmisión oral fueron de alguna manera "fijados" por escrito por poetas, dando lugar a veces a las distintas versiones que conservamos de ellos.
La mitología griega consiste explícitamente en una extensa colección de relatos e implícitamente en artes figurativas, como cerámica pintada y ofrendas votivas. Los mitos griegos explican los orígenes del mundo y detallan las vidas y aventuras de una amplia variedad de dioses, héroes y otras criaturas mitológicas. Estos relatos fueron originalmente difundidos en una tradición poética oral, si bien actualmente los mitos se conocen principalmente gracias a la literatura griega.



Las fuentes literarias más antiguas conocidas, los poemas épicos la Ilíada y la Odisea, se centran en los sucesos en torno a la Guerra de Troya. Dos poemas del casi contemporáneo de Homero, Hesíodo, la Teogonía y los Trabajos y días, contienen relatos sobre la génesis del mundo, la sucesión de gobernantes divinos y épocas humanas, y el origen de las tragedias humanas y las costumbres sacrificiales. 
También se conservaron mitos en los himnos homéricos, en fragmentos de poesía épica del ciclo troyano, en poemas líricos, en las obras de los dramaturgos del siglo V a. C., en escritos de los investigadores y poetas del Período helenístico y en textos de la época del Imperio romano de autores como Plutarco y Pausanias.
Los hallazgos arqueológicos son una importante fuente de detalles sobre la mitología griega, con dioses y héroes presentes prominentemente en la decoración de muchos objetos. Diseños geométricos sobre cerámica del siglo VIII a. C. representan escenas del ciclo troyano, así como aventuras de Heracles. En los subsiguientes periodos arcaico, clásico y helenístico aparecen escenas mitológicas homéricas y de otras varias fuentes para complementar la evidencia literaria existente.


La mitología griega ha ejercido una amplia influencia sobre la cultura, el arte y la literatura de la civilización occidental, y sigue siendo parte del patrimonio y lenguaje cultural occidentales. Poetas y artistas han hallado inspiración en ella desde las épocas antiguas hasta la actualidad y han descubierto significado y relevancia contemporáneos en los temas mitológicos clásicos.

Orígenes
Tuvo sus orígenes en Creta como resultado de la fusión del panteón cretense, compuesto por divinidades terrestres y agrícolas, con el conjunto de dioses que aportaron los pueblos aqueos, quienes tomaron también de Creta el culto a los héroes y la configuración del mundo infernal.
Con la invasión de los dorios desapareció la Cultura micénica y se inició la historia de Grecia. El conocimiento de la mitología griega ha llegado hasta nosotros gracias a Hesíodo, quien escribió la Teogonía, Los trabajos y los días y el Catálogo de las mujeres; a Homero, con su Ilíada y su Odisea y también gracias a fragmentos de poesías épicas de diversos autores. Los escritores posteriores no tuvieron más que acudir a estas fuentes para encontrar argumentos con los que elaborar sus tragedias como Esquilo, Sófocles y Eurípides, o relatos épicos como los de Apolonio de Rodas y Virgilio.


Clasificación de los mitos
Los mitos suelen clasificarse en
Cosmogónicos: cuando trata sobre el origen del Universo,
Teogónicos cuando versa sobre el origen de los dioses,
Antropogónícos tratan el origen del hombre,
Etiológicosacerca del origen de determinadas instituciones,
Escatológicos sobre la vida de ultratumba,
Morales
de la lucha entre el bien y el mal.


Teorías sobre sus orígenes
Hay varias teorías modernas sobre los orígenes de la mitología griega. Según la teoría escritural, todas las leyendas mitológicas proceden de relatos de los textos sagrados, aunque los hechos reales han sido disfrazados y alterados. 
Según la teoría histórica todas las personas mencionadas en la mitología fueron una vez seres humanos reales, y las leyendas sobre ellas son meras adiciones de épocas posteriores. Así, se supone que la historia de Eolo surgió del hecho de que éste era el gobernante de algunas islas del mar Tirreno. La teoría alegórica supone que todos los mitos antiguos eran alegóricos y simbólicos. 
Mientras, la teoría física se adhiere a la idea de que los elementos de aire, fuego y agua fueron originalmente objetos de adoración religiosa, por lo que las principales deidades eran personificaciones de estos poderes de la naturaleza. Max Müller intentó comprender una forma religiosa indoaria determinando su manifestación original. 



En 1891, afirmó que el descubrimiento más importante que se ha hecho en el Siglo XIX respecto a la historia antigua de la humanidad fue esta simple ecuación Dyeuspitar sánscrito Zeus griego Júpiter latino Tyr nórdico. En otros casos, los cercanos paralelismos en el carácter y la función sugieren una herencia común, aunque la ausencia de evidencia lingüística haga difícil probarla, como en la comparación entre Urano y el Varuna sánscrito o las Moiras y las Nornas.
Por otra parte, la arqueología y la mitografía han revelado que los griegos fueron inspirados por algunas civilizaciones de Asia Menor y Oriente Próximo. Adonis parece ser el equivalente griego más claramente en los cultos que en los mitos de undios moribundo de Oriente Próximo.
 Cibeles tiene sus raíces en la cultura anatolia mientras gran parte de la iconografía deAfrodita surge de las diosas semíticas. Hay también posibles paralelismos entre las generaciones divinas más antiguas Caos y sus hijos y Tiamat en el Enûma Elish. Según Meyer Reinhold, los conceptos teogónicos de Oriente Próximo, incluyendo la sucesión divina mediante la violencia y los conflictos generacionales por el poder, hallaron su camino a la mitología griega.
       

 Además de los orígenes indoeuropeos y de Oriente Próximo, algunos investigadores han especulado sobre las deudas de la mitología griega con las sociedades prehelénicas Creta, Micenas, Pilos, Tebas y Orcómeno. Los historiadores de la religión estaban fascinados por varias configuraciones de mitos aparentemente antiguas relacionadas con Creta el dios como toro, Zeus y Europa, Pasífae que yace con el toro y da a luz al Minotauro, etcétera. El profesor Martin P.
 Nilsson concluyó que todos los grandes mitos griegos clásicos estaban atados a los centros micénicos y anclados en épocas prehistóricas. Sin embargo, de acuerdo con Burkert la iconografía del periodo del palacio cretense prácticamente no ha dado confirmación alguna a estas teorías.



Fuentes literarias
Los relatos míticos juegan un papel importante en casi todos los géneros de la literatura griega. A pesar de ello, el único manual general mitográfico conservado de la antigüedad griega fue la Biblioteca mitológica de Pseudo Apolodoro, que intenta reconciliar las historias contradictorias de los poetas y proporciona un gran resumen de la mitología tradicional griega y las leyendas heroicas.
Apolodoro vivió entre c. 180 120 a. C. y escribió sobre muchos de estos temas, pero sin embargo la Biblioteca discute sucesos que tuvieron lugar mucho después de su muerte, y de ahí el nombre Pseudo Apolodoro. Quizá sus escritos sirvieran como base de la colección.
Entre las fuentes literarias más antiguas están los dos poemas épicos de Homero, la Ilíada y la Odisea. Otros poetas completaron el ciclo épico, pero estos poemas menores posteriores se han perdido casi en su totalidad. Aparte de su nombre tradicional, los himnos homéricos no tienen relación con Homero. Son himnos corales de la parte más antigua de la llamada época lírica.
 Hesíodo, un posible contemporáneo de Homero, ofrece en su Teogonía ‘Origen de los dioses’ el relato más completo de los primeros mitos griegos, tratando de la creación del mundo, el origen de los dioses, los Titanes y los Gigantes, incluyendo elaboradas genealogías, relatos populares y mitos etiológicos. 



Los Trabajos y días de Hesíodo, un poema didáctico sobre la vida agrícola, incluye también los mitos de Prometeo, Pandora y las cuatro edades. El poeta da consejo sobre la mejor forma de triunfar en un mundo peligroso, vuelto aún más peligroso por sus dioses.
Los poetas líricos tomaron a veces sus temas de los mitos, pero el tratamiento se fue haciendo cada vez menos narrativo y más alusivo. Los poetas líricos griegos, incluidos Píndaro, Baquílides y Simónides, y los bucólicos, como Teócrito y Bión, cuentan sucesos mitológicos individuales. 
Adicionalmente, los mitos fueron cruciales para el drama ateniense clásico. Los dramaturgos trágicos Esquilo, Sófocles y Eurípides tomaron la mayoría de sus tramas de la edad de los héroes y la Guerra de Troya. Muchas de las grandes historias trágicas como Agamenón y sus hijos, Edipo, Jasón, Medea, etcétera tomaron su forma clásica en estas obras trágicas. El dramaturgo cómico Aristófanes también usó mitos, en “Las aves” y “Las ranas”.


Los historiadores Heródoto y Diodoro Sículo y los geógrafos Pausanias y Estrabón, que viajaron por todo el mundo griego y recogieron las historias que oían, proporcionan numerosos mitos y leyendas locales, dando a menudo versiones alternativas poco conocidas.
 En particular Heródoto buscó las diversas tradiciones que se le presentaban y halló las raíces históricas o mitológicas en la confrontación entre Grecia y el Este, intentando reconciliar los orígenes y mezclas de distintos conceptos culturales.
 La poesía de las épocas helenística y romana, aunque compuestas como ejercicios literarios más que culturales, contienen sin embargo muchos detalles importantes que de otra forma se habrían perdido. Esta categoría incluye las obras de:
Los poetas romanos Ovidio, Estacio, Valerio Flaco, Séneca y Virgilio, con el comentario de Servio.
Los poetas griegos de la antigüedad tardía Nono, Antonino Liberal y Quinto de Esmirna.
Los poetas griegos del periodo helenístico Apolonio de Rodas, Calímaco,Pseudo Eratóstenes y Partenio.


Las novelas antiguas de autores griegos y romanos como Apuleyo, Petronio, Loliano y Heliodoro.
Las Fabulae y De astronomica del escritor romano conocido como Pseudo Higino son dos importantes compendios no poéticos de mitos. Otras dos fuentes útiles son las Imágenes de Filóstrato y las Descripciones de Calístrato.
Finalmente, Arnobio y varios escritores bizantinos proporcionan detalles importantes de mitos, algunos de ellos procedentes de obras griegas perdidas. Entre estos se incluyen un léxico de Hesiquio, la Suda y los tratados de Juan Tzetzes y Eustacio. 
El punto de vista moralizador cristiano sobre los mitos griegos se resume en el dicho en panti muthoi kai to Daidalou musos ‘en todo mito está la profanación de Dédalo’, sobre el que dice la Suda que alude al papel de Dédalo al satisfacer la lujuria antinatural de Pasífae por el toro de Poseidón, Dado que el origen y culpa de estos males se atribuyeron a Dédalo y fue odiado por ellos, se convirtió en el objeto del proverbio.


Dioses griegos
Generaciones de dioses griegos.
Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles.


Heródoto afirma que Homero y Hesíodo fueron quienes dieron nombre a los dioses y asignaron a cada uno de ellos su quehacer o cometido, al mismo tiempo que les dieron su forma y atributos; aún reconociendo la importancia de la fuente no podemos olvidar que Homero recoge en sus escritos una tradición oral que se remonta a varias generaciones que estos autores se limitan a fijar entre los años 850 a 750 adC.



Los citados autores describieron a los dioses como arquetipos de la Humanidad; la escultura griega y, en general, su arte, se encargarían de retratar a los dioses olímpicos con una perfección y belleza que ha llegado a nuestros días como modelos artísticos; ahora bien, aquellos dioses también eran arquetipos de la realidad humana en todas sus acepciones y, por tanto, también la realidad religiosa del pueblo.


Dioses menores
Además de los doce dioses principales del panteón griego, existen otras deidades de menor poder y prestigio. Aunque muchos de estos dioses se ven relegados a simples lacayos de sus poderosos familiares, también merecen un apartado donde se les preste la debida atención. En esta sección vamos a saldar esa deuda pendiente.
 Dioses menores.


Personajes Mitológicos

Héroes y Semidioses
Según Hesiodo, los héroes eran seres de una raza diferente a la de los mortales y a la de los dioses. Los semidioses son personajes nacidos de la unión de un mortal y de un dios muchos de ellos son hijos de Zeus.



Muchos de los héroes que la mitología griega nos muestra, son seres humanos mortales que han sido honrados después de su muerte con ese “carácter” ya que su destino fue digno de ser narrado tras su fallecimiento, por extraordinario.
Así, Tántalo, Edipo o Cécrope son unos héroes, al igual que Heracles, Aquiles o Perseo. Su comportamiento a menudo los lleva al “hybris” que actualmente lo conoceríamos como “a lo heroico” y su muerte es la mayoría de las veces violenta.


Por extensión, todo aquel personaje que ha conocido un destino digno de ser contado es nombrado héroe. Dentro de estos héroes encontraríamos a los jefes militares de la Ilíadao o a los héroes epónimos de Atenas.
Como antes hemos adelantado, los semidioses son la gran mayoría hijos de Zeus. Son hijos que el Dios ha engendrado en mortales, ya que el descendía muchas veces a la Tierra con este propósito. Como ejemplo podríamos ver a la madre de Perseo, Dánae. En esa ocasión Zeus se transformó en lluvia de oro para entrar dentro de la torre donde la joven fue encarcelada.


Criaturas mitológicas
Los monstruos representan el espanto por lo desconocido y abundan en la mitología griega. Se pueden dividir en varios tipos: los híbridos, que se componen de partes de otros animales o seres humanos; aquellos que tienen su origen en metamorfosis, casi siempre provocadas por un castigo divino; y los que simplemente tienen cualidades corporales fuera de lo normal.
En la mitología griega, los Titanes masculino y Titánides femenino en griego antiguo  eran una raza de poderosos dioses que gobernaron durante la legendaria edad dorada.
Los Titanes fueron doce desde su primera aparición literaria, en la Teogonía de Hesíodo; en su Biblioteca mitológica Apolodoro añade un decimotercero, Dione, una doble de Tea.


Estaban relacionados con diversos conceptos primordiales, algunos de los cuales simplemente se extrapolaban de sus nombres: el océano y la fructífera tierra, el sol y la luna, la memoria y la ley natural. Los doce Titanes de la primera generación fueron liderados por el más joven, Cronos, quien derrotó a su padre, Urano ‘Cielo’, a instancias de su madre, Gea ‘Tierra’.
Posteriormente los Titanes engendraron una segunda generación, notablemente los hijos de Hiperión Helios, Eos y Selene, las hijas de Ceo Leto y Asteria y los hijos de Jápeto Prometeo, Epimeteo, Atlas y Menecio.
Los Titanes precedieron a los doce olímpicos, quienes, guiados por Zeus, terminaron derrotándolos en la Titanomaquia ‘Guerra de los Titanes’. La mayoría de ellos fueron entonces encarcelados en el Tártaro, la región más profunda del inframundo.
Primera generación
La primera generación de Titanes, hijos de Urano y Gea,



Titanes
Océano, el río que circundaba el mundo.
Ceo, titán de la inteligencia.
Crío, dios de los rebaños y las manadas, esposo de Euribia hija de Ponto y padre de Palas.
Hiperión, el fuego astral.
Jápeto, esposo de la oceánide Clímene y padre de Prometeo, ancestro de la raza humana.
Cronos, el más joven, que destronó a Urano y fue rey de los dioses.
Titánides


Febe, la de la corona de oro.
Mnemósine, personificación de la memoria y madre de las Musas con Zeus.
Rea, reina de los dioses con Cronos.
Temis, encarnación del orden divino, las leyes y las costumbres, y madre de las Horas y las Moiras con Zeus.


Tetis, diosa del mar.
Tea, diosa de la vista.
Algunos autores consideran también parte de esta generación a Dione, si bien otros la consideran una oceánide.
Segunda generación
El matrimonio entre hermanos era corriente en la mitología griega, y varios Titanes y Titánides se unieron, engendrando una segunda generación de Titanes:
Océano y Tetis engendraron las ninfas Oceánides, los ríos Oceánidas y manantiales.
Hiperión y Tea a Helios el sol, Selene la luna y Eos la aurora.
Ceo y Febe a dos hijas, Lete y Asteria.
Cronos y Rea formaron la pareja más importante, pues fueron los reyes de los dioses, y tuvieron seis hijos:
Hestia, diosa del hogar.


Hera, diosa de la fidelidad y el matrimonio, reina del Olimpo.
Hades, dios del inframundo.
Deméter, diosa de la agricultura.
Poseidón, dios de los océanos.
Zeus, dios supremo, rey de todos los dioses del Olimpo.
Otros descendientes de la primera generación son:



Asteria, hija de Ceo y Febe.
Astrea, diosa de la justicia, predecesora de Dice.
Astreo, padre de los vientos y las estrellas errantes.
Atlas, castigado a sostener sobre sus hombros con los pilares que mantenían la tierra separada de los cielos.
Eos, la aurora.
Eósforo, la estrella de la mañana y de la tarde Venus.


Epimeteo, hermano de Prometeo, progenitores de la humanidad.
Helios, el sol.
Leto, madre de Apolo y Artemisa.
Menecio, hijo de Jápeto y Asia.
Palas, dios de la sabiduría.
Perses, hijo de Crío y Euribia.


Prometeo, el amigo de los mortales que robó el fuego de los dioses.
Selene, diosa de la luna.
Titán, hermano de Helios y dios quizá del calendario anual.
Otros miembros de la segunda generación no suelen ser llamados Titanes:
Caanto, hermano de Melia.
Dione y Metis, que se suelen considerar oceánides.
Los Oceánidas o dioses-río.
Las Oceánides, ninfas marinas.
Pico, rey del Lacio.
Quirón, el centauro.



MITOLOGÍA GRIEGA
Está recogida en un conjunto diverso de textos sobrevivientes a la historia, en los que se da cuenta de cómo los antiguos griegos se explicaban el mundo, practicaban su religión y representaban su cultura, así como en esculturas, ilustraciones, cerámicas y otras formas de arte que responden al mismo imaginario.
Los relatos que componen la mitología griega fueron inicialmente de naturaleza oral, ya que en muchos casos son previos a la invención de la escritura. Estos relatos eran recitados por bardos o aedas, y posteriormente plasmados o versionados por escrito.



Algunos de ellos son también la fundación de la literatura griega, en particular los poemas épicos de Homero: la Ilíada y la Odisea, cuyos sucesos ocurren alrededor de la Guerra de Troya 1250 a.C. según Herodoto, o también los poemas de Hesíodo sobre la génesis del mundo y de los reinos griegos: la Teogonía y los Trabajos y días.
Otra fuente importante de estos mitos lo constituye la obra teatral de los grandes dramaturgos de la Grecia Antigua: Sófocles, Eurípides y Esquilo. En estas piezas se relataban episodios referentes a la tradición mítica y heroica, particularmente bajo forma de tragedias: relatos sobre la caída en desgracia de los héroes ante los dioses.


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