sábado, 11 de abril de 2020



Vida y Obra de Julio Verne
Julio Verne
Jules Verne; Nantes, 1828 - Amiens, 1905 Escritor francés considerado el fundador de la moderna literatura de ciencia ficción. 
Predijo con gran precisión en sus relatos fantásticos la aparición de algunos inventos generados por los avances tecnológicos del siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales.
La vida de Julio Verne es aparentemente una sucesión de decisiones sensatas: estudió derecho siguiendo la tradición familiar, contrajo matrimonio con una viuda rica, logró una posición acomodada y sólo cuando su arrollador éxito se lo permitió se dedicó en exclusiva a la literatura.


Esta acomodación burguesa, sin embargo, no fue fruto espontáneo de un carácter dócil. A los once años, enamorado de una prima suya, se embarcó en un barco que partía a las Indias con la romántica idea de traerle un collar de coral. 
La aventura fue abortada en el último segundo por su padre, que le propinó una paliza; ello y el posterior desdén de la prima alimentó al parecer la misoginia de Verne y una secreta rebeldía que, incapaz de manifestarse en la sociedad bienpensante, hallaría un cauce de expresión en la desbordada fantasía de su literatura.
Pero si bien puede considerarse a Verne un náufrago en la monotonía de una sociedad prevenida frente a los productos de la imaginación y desconfiada hacia el genio, no menos cierto es que, quizás para burlar tales suspicacias, su aislamiento y sus ensueños literarios fueron siempre razonables.


 Tras su primera aventura infantil, descubierta y sofocada, Julio Verne aprendió la lección y no volvió a rebelarse salvo en sus libros, pero de un modo críptico y elusivo.
 Como si temiera decir demasiado y le aterrorizara lo explícitamente inverosímil, heterodoxo o provocador, el autor se apresuraba a exorcizarlo por medio de demostraciones destinadas a confinar la rareza en los límites de la razón humana.
 Así, lo visionario quedaba arrinconado en beneficio de lo razonablemente posible considerando el ritmo de los avances técnicos de la época. Y la fe en el progreso se hermana en sus héroes con el valor, la inteligencia y la bondad, siempre triunfantes sobre la ignorancia y la estrechez de miras.
Tal polaridad definió la etapa de su vida previa a su consagración literaria, en la que alternó la literatura con el obligado cumplimiento de sus deberes. A los ocho años ingresó con su hermano Paul en el seminario Saint Donatien. 
Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de Nantes y viajó a París para seguir la carrera de leyes, cumpliendo con ello los deseos de su padre, el abogado Pierre Verne. En 1848 comenzó a escribir algunos sonetos y textos de teatro, y dos años más tarde aprobó su tesis doctoral de derecho y optó por la carrera de letras.


Julio Verne 1892
Sus inicios literarios fueron difíciles; sus piezas de teatro no tuvieron una divulgación importante, y recurrió a la docencia para sobrevivir. Desde 1852 hasta 1854 trabajó como secretario de E. Seveste en el Théâtre Lyrique, y publicó algunos relatos en Le musée des familles, como Martín Paz 1852.
 En 1857 se convirtió en agente de bolsa y empezó a viajar; visitó Inglaterra, Escocia, Noruega y Escandinavia, y continuó sus escritos. 
En 1859 contrajo un matrimonio que no cabe juzgar sino como de conveniencia; Verne mantuvo su misoginia más allá del mismo, igual que la relación con su padre opuesto a su veleidades literarias fue y seguiría siendo siempre conflictiva: alcanzada la independencia económica, jamás volvió a poner los pies en el hogar paterno
Posteriormente conoció al editor Hetzel, quien se interesó por sus textos y le publicó Cinco semanas en globo 1863, obra que lo lanzó al éxito y lo estimuló a proseguir con la temática de la novela de aventuras y fantasía.
 El mismo editor le encargó una colaboración regular para la revista Magazine d'éducation et de récréation, y en poco tiempo alcanzó una gran celebridad.


 Aprovechando sus conocimientos geográficos, adquiridos a través de numerosos viajes por Europa, África y América del Norte, y su entusiasmo por la revolución tecnológica e industrial, Verne se convirtió en un especialista de los relatos de viajes y aventuras de corte científico. Su dominio de la tensión dramática le permitió combinar extravagantes situaciones y momentos poéticos en una prosa ligera y amena.
Inmediatamente se enfrascó en la redacción de Viaje al centro de la Tierra 1864, para lo cual se aplicó a la geología, la mineralogía y la paleontología. Las detalladas descripciones de animales antediluvianos maravillaron a los expertos, poniendo de manifiesto su extraordinaria intuición científica.
 Su tercer gran libro fue De la Tierra a la Luna 1865, cuya publicación despertó tal entusiasmo por los viajes espaciales que su despacho se inundó de cartas solicitando reservas para el próximo viaje lunar. La novela se ocupaba tan sólo de los preparativos del viaje, y su extraordinaria acogida indujo al autor a completar la historia con su segunda parte, Alrededor de la Luna 1870, que relata el viaje propiamente dicho.


A estas obras iniciales siguieron pronto muchos libros memorables. Las aventuras del capitán Hatteras 1866 narra la desventurada expedición de este tenaz y singular personaje al Polo Norte, en cuyo transcurso encuentra al capitán Altmont, superviviente de una expedición americana con el mismo objetivo. 
Los hijos del capitán Grant 1868 emprenden un dilatado viaje que los lleva hasta Australia en busca de su padre, cuyo paradero sólo conocen parcialmente por un mensaje suyo hallado en una botella.
Veinte mil leguas de viaje submarino 1870 es, entre su extensísima producción, uno de los libros que conserva más íntegro su encanto. 
La peripecia se inicia cuando una fragata americana parte en busca de un monstruo marino de extraordinarias proporciones al que se atribuyen múltiples naufragios.
 El monstruo aparece, se precipita sobre el barco expedicionario y lo echa a pique, llevándose en su espinazo al naturalista Aronnax, a su fiel criado Conseil y al arponero Ned Land.
 El monstruo resulta ser un enorme submarino, el Nautilus, en el cual los tres hombres pasarán cerca de diez meses hospedados por el enigmático capitán Nemo, artífice del invento.
Visitarán los tesoros sumergidos de la Atlántida, lucharán contra caníbales y pulpos gigantes y asistirán a un entierro en un maravilloso cementerio de coral.


Nemo, hostil e iracundo, no tardará en revelarse como un proscrito, un sublevado solitario cuyo manto de misterio esconde una identidad principesca y una pesadumbre tenebrosa. Se ha señalado que Nemo es un trasunto del propio Verne.
 Ambos viven encerrados, solos e incomprendidos, el primero en su coraza de acero, el segundo en la burbuja de su gabinete, ambos refugiados tras el disimulo y el secreto. Del mismo modo que Verne dejó estupefactos a propios y extraños presentándose a unas elecciones municipales en Amiens por una lista de extrema izquierda, el capitán Nemo, que lucha por la liberación de los pueblos oprimidos, detesta a la convencional y adocenada colectividad que lo persigue y enarbola dos veces el estandarte negro del nihilismo.


La isla misteriosa 1874, otra de sus más destacadas novelas, representa el cierre de la trilogía que forma junto con Los hijos del capitán Grant y Veinte mil leguas de viaje submarino al retomar y relatar el destino de dos de sus personajes: Ayrton y el capitán Nemo. 
Deudora del Robinson Crusoe de Daniel Defoe, tiene como protagonista al ingeniero Cyrus Smith, cuyos saberes técnicos y prácticos permiten la supervivencia del grupo de personajes que llega accidentalmente a la isla.
Con el mismo interés fueron recibidas novelas de aventuras con una menor carga de ciencia y de fantasía, como La vuelta al mundo en ochenta días 1873.
 El protagonista de la historia es Phileas Fogg, un imperturbable aristócrata británico que apuesta con sus compañeros de club que es capaz de dar la vuelta al mundo en ochenta días; el monto de la apuesta asciende a veinte mil libras, la mitad de su fortuna. 
En compañía de su criado Passepartout, recién incorporado al trabajo, el fabuloso viaje le depara toda clase de aventuras a lo largo del mundo y multitud de obstáculos a los que enfrentarse. Entre ellos se incluye el Sr. Fix, un celoso inspector de policía que quiere encarcelarlo por creerle culpable de un monumental robo a un banco.


Lo heroico y lo cómico se alternan en el libro: son cómicas las aventuras con el policía que le sigue y la figura de su criado Passepartout; heroicas las aventuras y las hazañas para superar los dificultades que se interponen en su propósito final.
 Paradójicamente, esta carrera prodigiosa alrededor de la tierra, victoriosa conquista del espacio y del tiempo, es efectuada por el caballero inglés más flemático y acompasado que pueda imaginarse. Publicada por entregas, el éxito de la novela fue tal que se llegaron a cruzar apuestas sobre si Phileas Fogg, "el hombre menos apresurado del mundo", lograría llegar a la meta en tan breve tiempo
También se alejan de la anticipación científica otras obras de gran éxito como Miguel Strogoff 
1876 o Un capitán de quince años 1878. 


El título de Miguel Strogoff es el nombre de su protagonista, un capitán de los correos del Zar: Strogoff recibe el encargo de llevar un importante mensaje a la lejana ciudad de Irkutsk, cuya guarnición está amenazada por una revuelta de hordas tártaras soliviantadas por un tal Iván Ogareff, ex oficial del Zar, que quiere de ese modo vengarse de la degradación que ha sufrido. Domina toda la aventura la figura del correo imperial, personificación del valor más temerario y de la devoción más absoluta. La historia es narrada con gran habilidad y un singular efectismo que, hasta la feliz conclusión, conserva todo el interés, avivado por la sugestión del ambiente casi bárbaro.


Un capitán de quince años 1878 arranca en un puerto de Nueva Zelanda: la señora Weldon se embarca con su hijo Jack en un velero que habrá de llevarla a San Francisco, donde le espera su marido, armador.
Durante la travesía, el capitán y toda la tripulación perece en el intento de dar caza a una ballena, y el joven Dick Sand, de quince años de edad, se hace cargo del barco con la ayuda de unos negros a los que habían salvado de un naufragio.
Pese a las infernales maquinaciones del cocinero de a bordo, Negoro, que hace anclar adrede el velero en un país salvaje con la intención de vender como esclavos a la tripulación y a los pasajeros, el capitán de quince años consigue conducir a su patria a la señora Weldon y a su hijo.
Autor sumamente prolífico desde que se instaló profesionalmente en la escritura, es inevitable dejar de reseñar destacados libros suyos, como Las tribulaciones de un chino en China 1879, El faro del fin del mundo 1881, Dos años de vacaciones 1888 y Los viajes del capitán Cook 1896, entre muchos otros; su producción novelística supera el medio centenar de títulos. 
Julio Verne se radicó en Amiens en 1872, y a partir de 1886 se comprometió con las actividades municipales de dicha ciudad.


 Junto con una serie de entusiásticas aprobaciones, la extraordinaria fama le procuró detractores encarnizados; en 1886 un joven irresponsable disparó contra él frente a la puerta de su casa un pistoletazo que le dejó cojo.
 Tres años después fue nombrado representante del consejo municipal, y en 1892 fue condecorado con la Legión de Honor.
Muchos textos de Verne, popularizados ya con rapidez en vida del autor, quedarían entre los grandes clásicos de la literatura infantil y juvenil del siglo XX. 
De su obra póstuma destacan El eterno Adán 1910.
 La extraordinaria aventura de la misión Barsac 1920, en las que un crítico tan poco convencional como Michel Butor ha querido ver un Verne más profundo y escéptico de lo habitual, que tendía a desconfiar de las consecuencias que podía acarrear para los seres humanos el progreso incesante de la tecnología y de la ciencia.


Cinco semanas en globo
Publicada en 1863, Cinco semanas en globo fue la primera novela exitosa del escritor francés Julio Verne, maestro de la anticipación y padre de un popular género literario moderno: la ciencia ficción. El protagonista de la narración es el doctor Samuel Fergusson, un viajero y periodista dominado por la pasión de la aventura. El doctor Fergusson emprende un viaje aéreo en un globo construido según su propio diseño: el Victoria. Sus compañeros de empresa son Dick Kennedy y el criado Joe.


El Victoria deberá atravesar el África mediooriental, desde Zanzíbar hasta las fuentes del Nilo, con el fin de enlazar las exploraciones de Burton y Speke con las de Barth.
 El viaje es una secuencia de aventuras más o menos arriesgadas; una de las más excepcionales conduce a la salvación de un misionero que está a punto de ser asesinado por una tribu. Obligados a aterrizar, los tres compañeros de viaje vagan durante largo tiempo en busca de agua, entre sufrimientos cada vez más crueles, tanto que Dick Kennedy, desesperado, quiere matarse; pero al fin, cobrando ánimos, descubren un oasis donde encuentran agua y caza.
Mientras vuelan sobre el gran Lago Victoria, el globo sufre una inesperada pérdida de gas. 
Se logra evitar el amenazador accidente con un acto de audacia desesperada: soltando la canasta y agarrándose a la red de envoltura.
 Su fin sería irreparable si unos soldados franceses no acudiesen con barcas a salvarles. Los tres compañeros de aventuras, alcanzado así el objetivo de su viaje, vuelven a Inglaterra y son recibidos con entusiasmo por sus compatriotas.


El libro se inspira en parte en las audaces exploraciones africanas efectuadas en aquella época por ingleses, franceses, alemanes e italianos con la misma intención que persigue el protagonista, el doctor Fergusson. 
Sin embargo, no hay que separar de dicho motivo animador el entusiasmo de Julio Verne por la conquista del cielo por medio de los globos aerostáticos; unos años antes había conocido al aventurero y fotógrafo Nadar, que desde 1856 tomaba fotos aéreas a bordo del globo Geant. Verne constató la posibilidad de realizar viajes de exploración con este medio, anticipándose, por ejemplo, al atrevido y desgraciado viaje del explorador e ingeniero sueco Salomon August Andrée, que en 1897 pereció en un intento de llegar al polo Norte en globo aerostático.


Viaje al centro de la Tierra
Publicada en 1864, Viaje al centro de la Tierra fue la segunda de las grandes novelas de aventuras que darían fama universal al escritor francés Julio Verne. La acción comienza en la apacible mansión de un viejo barrio de Hamburgo donde reside el profesor Lidenbrock, geólogo y mineralogista.
 Conviven con el irascible profesor una protegida suya, Graüben, y un sobrino, Axel, que ayuda en sus trabajos a su tío y está enamorado en secreto de la dulce Graüben.
El ritmo normal de las cosas se ve profundamente trastornado a consecuencia de un antiguo criptograma descubierto en un manuscrito rúnico. 
En tal criptograma un alquimista islandés del siglo XVI, Arne Saknüssemm, dejó oculta una extraordinaria revelación: por uno de los cráteres del Sneffels, volcán extinto de Islandia, Saknüssemm había logrado penetrar hasta el centro de la Tierra. 
Sin perder un solo instante, el profesor comienza a organizar la expedición. Y un mes más tarde, el profesor Lidenbrock y su sobrino Axel, junto con Hans Bjelke, un guía islandés tan flemático como exaltado es su nuevo jefe, se internan en las entrañas de la Tierra.


El viaje está lleno de emocionantes peripecias, sucesos sorprendentes y penalidades imprevistas, desde la falta del agua hasta las dificultades para orientarse, que llevan a Axel a perderse y a reintegrarse al grupo gracias a los ecos que difunden la voz de su tío. Algunos de su más interesantes episodios son la travesía en balsa de un mar subterráneo iluminado por un fenómeno eléctrico desconocido en cuyas riberas crecen vegetaciones exuberantes de épocas remotas, la lucha mortal entre un ictiosauro y un plesiosauro, la tempestad y el naufragio, el descubrimiento de fósiles humanos y de un cadáver momificado de la época cuaternaria y el encuentro de un semihumano y gigantesco pastor de una manada de mastodontes
Un puñal oxidado y unas letras grabadas en la roca por el alquimista muestran todavía la ruta que deben seguir, pero el camino ha sido obstruido por un seísmo. 


Deciden minar el obstáculo, y la explosión, esperada desde lejos sobre la balsa, desencadena un cataclismo: los viajeros siguen el camino del alquimista Saknüssemm, pero empujados por todo un mar. 
Después de una terrible caída en los abismos que hierven y rugen, el agua eleva la balsa por un túnel vertical, desapareciendo, evaporadas por el calor, las materias eruptivas que la impelen. Y entre los terroríficos fenómenos de una erupción, los exploradores, que habían entrado en Islandia por el cráter extinto del Sneffels, son expulsados por la actividad del volcán Estrómboli, en la isla italiana del mismo nombre.
Apreciada como una de las mejores narraciones del autor, la obra mantiene una notable calidad literaria y cautiva con sus vivas y sobrias descripciones de los parajes fantásticos por los que avanzan los héroes. 
Las figuras de los tres personajes, psicológicamente coherentes, son de las mejor logradas por Julio Verne, y sus tan diversos caracteres se equilibran con éxito en una oposición llena de mesura y de humor.


De la Tierra a la Luna
Publicada en 1865, esta novela del escritor francés Julio Verne alcanzó tal popularidad que el autor no dudó en completarla con su continuación, titulada Alrededor de la Luna 1870. De hecho ambas forman, por el desarrollo del argumento, una novela en dos partes: De la Tierra a la Luna describe los preparativos del viaje espacial, y Alrededor de la Luna relata el viaje propiamente dicho. La acción se sitúa al final de la guerra de Secesión de América. 
El Gun Club, un círculo de artilleros de Baltimore, concibe el proyecto de enviar a la Luna un enorme proyectil de aluminio disparado por un formidable cañón de novecientos pies de longitud.


Cuando ya empezaba a materializarse el proyecto, el francés Michel Arden, un tipo "mejor elaborado que fundido", que todo lo veía en grande excepto "a los hombres y las dificultades", se presentó con una propuesta sorprendente: viajar a la Luna en el proyectil, que fue entonces rediseñado para acoger pasajeros en su seno. 
Impey Barbicane presidente del Gun Club
 y el capitán Nichols deciden acompañarle, pese al convencimiento de este último de que la empresa no puede triunfar. Según los cálculos, de ser lanzado en el día y hora prevista el primero de diciembre a las once menos trece minutos, el proyectil llegaría a la Luna cuatro días después de su partida.
Preparado con todos los adelantos científicos y con las comodidades de un coche-cama, el proyectil es lanzado en presencia de numeroso público. Durante cuatro días, los tres atrevidos pasajeros ven recompensado su valor con la experiencia de un cómodo y singularísimo viaje, interrumpido sólo por acontecimientos extraordinarios, como la ceremonia en la que, suspendidos en medio del aire por hallarse ya fuera del influjo de la gravitación terrestre, brindan con botellas y vasos igualmente suspendidos para festejar el paso de la atmósfera de la Tierra a la de la Luna.


La trayectoria del proyectil sufre una desviación imprevista, pero llega lo suficientemente cerca de la Luna como para ser atraído por su gravedad y rodearla como si fuese un satélite, ofreciendo así a los viajeros la ocasión de verla y describirla sin caer en ella. 
Tras rodear la Luna siguiendo una órbita elíptica, logran escapar de su gravedad accionando los cohetes que iban a servir para el alunizaje; la nave regresa a la Tierra y cae en el Pacífico.
Allí son recogidos por la corbeta Susquehann, que había partido para su rescate. En ella viajan el director del observatorio de Cambridge, Belfost, y el secretario del Gun Club, Maston, que habían seguido el viaje interplanetario con un enorme telescopio colocado en Longs Peak, en las Montañas Rocosas. 
Tanto esta novela como su continuación están animadas, más que otras producciones de Verne, por el vívido carácter de sus personajes y por un humorismo fácil pero agradable, que pone un sentido de verdad en la por aquel entonces increíble aventura.
Las aventuras del capitán Hatteras
Publicado en 1866, Las aventuras del capitán Hatteras ocupa un lugar especial entre los primeros libros del escritor francés Julio Verne por la singularidad de su protagonista, que da título a la obra. Decidido a llegar al Polo Norte, en el año 1860 el capitán Hatteras zarpa de Liverpool; pero, en cierto punto del viaje, un motín de la tripulación conduce a la destrucción del barco.

Julio Verne
Lejos de rendirse, y pese a la falta de suministros, Hatteras continúa animosamente su viaje sobre los hielos acompañado por el doctor de a bordo y por el contramaestre, guiados por las indicaciones de un documento hallado por casualidad. Durante su desesperado camino encuentran abandonado entre los hielos al barco americano Porpoise, que también había zarpado con el propósito de alcanzar el Polo; de su tripulación sólo ha sobrevivido el capitán Altmont, que se une al grupo.
 Con los restos del buque americano construyen una cabaña, y con las vituallas encontradas a bordo se disponen a invernar.
Durante la larga estación polar nace la rivalidad entre los dos capitanes, alimentada no sólo por la competencia en el objetivo que comparten, sino también por el orgullo de la nacionalidad; tales diferencias no acaban trágicamente porque ambos abrigan sentimientos de agradecimiento recíproco. 


Pasado el invierno, mediante trineos y barcas llegan a la meta; el capitán Hatteras, después de clavar la bandera inglesa en la cima de un volcán que ha identificado como el punto exacto del Polo Norte, cae en el pavoroso cráter, en el que habría perecido si no le hubiera salvado el capitán Altmont.
Entretanto, la tenacidad solitaria y obsesiva había ido trastornando a Hatteras; el triunfo le llega cuando ya ha enloquecido, y tras ello es encerrado en un manicomio donde seguirá "caminando hacia el Polo". Reducido a la más triste situación humana, la demencia, su victoria como explorador se confunde con su derrota como hombre, que al final se ha revelado más pequeño y más débil que sus sueños y que su voluntad. Pocas veces ha terminado Verne sus libros con un episodio trágico como la locura del capitán Hatteras; la atmósfera de pesadilla que acompaña toda la aventura, por otra parte, la convierte en una de las mejores novelas inspiradas en empresas polares.


Los hijos del capitán Grant
Publicada en 1868, esta novela del escritor francés Julio Verne aúna en su argumento los viajes y aventuras con un móvil clásico y profundamente humano: el anhelado reencuentro familiar. Mary y Robert, hijos del capitán Grant, parten a bordo del Duncan en busca de su padre, que ha naufragado; cuentan para encontrarlo con las indicaciones de un mensaje suyo hallado en el mar, dentro de una botella.
Forma parte de la expedición un singular y simpático científico, Paganel, uno de los personajes más notables de la obra de Verne. Famoso hombre de ciencia, Paganel es además el prototipo del sabio distraído; de hecho, entra a formar parte de la novela por su misma distracción: en lugar de embarcarse como debía en el Escocia, rumbo a la India para realizar determinados estudios geográficos, se embarca en el Duncan, y no advierte su error hasta empezada la travesía.


Por mar y por tierra se suceden las aventuras más imprevistas y arriesgadas: en una ocasión el joven Robert es arrebatado por un cóndor, salvándose tan sólo por un providencial disparo de fusil; en otra, los lobos rojos amenazan la existencia de los viajeros. 
Afirmando conocer el lugar del naufragio, un presidiario evadido llamado Ayrton intenta desviar del buen camino a la caravana con objeto de apoderarse del Duncan, que aguarda en la costa el regreso de sus audaces tripulantes de una larga expedición de reconocimiento a través de las tierras del continente australiano; afortunadamente, el ex presidiario es descubierto y capturado.
Tras obtener informaciones veraces de Ayrton, y mientras navegan cerca de las costas de Nueva Zelanda, es avistada la isla en la que ha encontrado refugio el capitán Grant. 
La aventura concluye felizmente con el salvamento del náufrago y con el retorno a la patria. Como compensación por la ayuda proporcionada, Ayrton es abandonado en la isla en lugar de ser entregado a las autoridades británicas.
Los hijos del capitán Grant es una de las más apasionantes y mejor logradas novelas de Verne y no carece de virtudes literarias, como lo demuestra la perfecta caracterización de dos de sus personajes: Paganel y Ayrton. 
También es sugestiva su ambientación, especialmente en la parte que transcurre en Australia, que aparece en esta obra con la fascinación de una tierra virgen y áspera, la misma con que debió aparecerse a los ojos de los emigrantes europeos de 1800. De esta novela escribió el mismo Verne, en colaboración con Dennery, un drama estrenado en 1878.


La isla misteriosa
Publicada en 1874, esta novela de aventuras del escritor francés Julio Verne cierra la trilogía que forma con dos de sus más celebrados libros: Los hijos del capitán Grant 1868 y Veinte mil leguas de viaje submarino 1870. Las historias y sus protagonistas son del todo independientes, pero La isla misteriosa retoma dos personajes anteriores: Ayrton, el presidiario que intentó engañar a los hijos del capitán Grant y que fue por ello abandonado en una isla; y Nemo, artífice y capitán del submarino Nautilus en Veinte mil leguas de viaje submarino.
Durante la guerra de secesión de América, unos prisioneros de los sudistas consiguen evadirse y apoderarse de un globo, con el cual huyen. Pero cuando sobrevuelan el océano, el globo es embestido por una tromba marina, y sus tripulantes son arrojados a la playa de una isla desconocida. Desprovistos de toda clase de ayuda, los cinco compañeros el ingeniero Cyrus Smith, el cronista del New York Herald Gedeón Spillet, el negro Nab o Nabucodonosor, el marinero Pencroff y el jovencito Harbert Brown hallan los medios más ingeniosos para hacer frente a la situación.


Para ello cuentan con el liderazgo y guía del verdadero protagonista, Cyrus Smith, caracterizado como uno de esos ingenieros que han querido empezar por el manejo del martillo y el pico, al igual que los generales que han querido principiar como soldados rasos; por ello une en su persona inteligencia y acción, ingenio y habilidad manual. La isla, bautizada con el nombre de Lincoln, ofrece insospechados y admirables medios de vida. Una serie de sucesos inexplicables induce a creer que hay alguien que socorre generosamente a los cinco náufragos y los ayuda. Tras construir una embarcación y hallar un mensaje suyo en una botella, logran rescatar a Ayrton, el ex condenado a trabajos forzados que lord Glenarvan, jefe de la expedición relatada en Los hijos del capitán Grant, había abandonado como castigo en una isla vecina.


Finalmente, una exploración les revela el misterio que más les apasiona: el famoso Nautilus del capitán Nemo se hallaba refugiado desde hacía algún tiempo en aquellos parajes; su presencia y su intención de ayudarles explica los numerosos enigmas de la isla.
 Los cinco compañeros encuentran al viejo marino y llegan a tiempo para asistir a su muerte; luego logran ponerse a salvo de una gran erupción que provoca el hundimiento de la isla, y, tras ser recogidos por un barco, regresan a su patria llevándose consigo a Ayrton.
Es indudable el parentesco de esta novela con el Robinson Crusoe de Daniel Defoe; pero si Robinson ante la naturaleza es sobre todo el representante de la humanidad pensante, estos cinco náufragos, y muy especialmente el ingeniero Cyrus Smith, son la expresión de la humanidad sabia y científica.
 Con ellos la civilización, fundamentada conjuntamente sobre la ciencia y la moral, encuentra necesariamente su triunfo sobre las fuerzas ciegas de la naturaleza, y desde este punto de vista la obra es una de las más representativas de la mentalidad científica de la segunda mitad del siglo XIX.


Daniel Defoe
Londres, 1660  Moorfields, actual Reino Unido, 1731 Escritor inglés. Abandonó la carrera eclesiástica para dedicarse al comercio, primero en una empresa textil, hasta 1692, y luego en otra de ladrillos, actividades que propiciaron frecuentes viajes por Europa. En 1695 entró a formar parte del gobierno, y en 1701 obtuvo cierto éxito con El verdadero inglés, novela en la que atacaba los prejuicios nacionales en defensa de su admirado rey Guillermo III, de origen holandés.
Daniel Defoe
Al año siguiente publicó el libelo El medio más eficaz para con los disidentes, siendo acusado de blasfemo, multado y condenado a una pena que finalmente no cumplió, aunque, al parecer, a cambio debió de trabajar para el gobierno como agente secreto bajo la protección de Robert Harley. Tras fracasar en sus negocios, trabajó como periodista para el progubernamental The Review.


En 1719 publicó su primera obra de ficción, Vida y extraordinarias y portentosas aventuras de Robinsón Crusoe de York, obra con la que obtuvo una gran popularidad, basada en parte en la historia real del marino Alexander Selkirk, abandonado en la isla de Más a Tierra hoy Juan Fernández, en el Pacífico.
En 1722 publicó Fortunas y adversidades de la famosa Moll Flanders, considerada la primera gran novela social de la literatura inglesa, centrada en la vida de una prostituta. Ese mismo año aparecieron El coronel Jack y Diario del año de la peste, prototipo del reportaje periodístico; durante mucho tiempo se creyó que no se trataba de una novela, sino de un verdadero diario. En 1727 publicó El perfecto comerciante inglés, y poco antes de morir un manual para evitar robos callejeros.


Vida y Obra de Julio Verne


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